Recordando a Antonio Mas Mas, el gallego

Recordando a Antonio Mas Mas, el gallego
23 de abril de 1947 nace Antonio Mas Mas Maria de la Salut, Mallorca, España. Emigra junto a sus padres y a Uruguay en 1952, cuando contaba cinco años, y su hermana menor Francisca, de dos años.

En 1970 estudiaba Medicina en Montevideo, entró en contacto con el movimiento tupamaro y se integró en él. Fue encarcelado y se fugó, aunque volvió a ser detenido en 1972 y encarcelado de nuevo.
Se le acusó del asesinato del agente de la CIA Dan Mitrione. Este siniestro personaje inspiró una película de Costa Gavras, Estado de sitio. Al parecer, este agente del servicio secreto estadounidense estaba especializado en la lucha antisubversiva utilizando para ello todo tipo de torturas, tanto físicas como psicológicas.
Mitrione llegó a Uruguay tras poner en práctica sus acciones de tortura en Brasil. Se decía que raptaba a mendigos sin techo y a prostitutas para poner en práctica sus sesiones de tortura y comprobar hasta dónde llegaba el límite humano al martirio antes de confesar o morir.
El agente de la CIA se convirtió en unos de los principales objetivos del movimiento guerrillero tupamaro pues estaba colaborando con el Gobierno en la brutal represión de su grupo armado.
Antonio Mas Mas lideraba el comando que secuestró a Mitrione. Lo pasó muy mal con este asunto. Los tupamaros solían secuestrar a personas afines al régimen para canjearlos por otros presos, pero el caso de Mitrione fue diferente. Más del ochenta por ciento de los guerrilleros del movimiento votó porque el agente de la CIA fuera ejecutado. Antonio pasó en la cárcel trece años, desde 1972 hasta 1985. Era el recluso N° 798.
Lo torturaron con saña, como si vengaran al agente de la Cía aplicando todas sus enseñanzas, constantemente, en el mismo cuerpo, hasta la locura. Un soldado es un mero cuerpo obediente. Tiempo después Mas Mas fue internado en el Vilardebó. Lo pusieron en una pieza-celda vigilada por un soldado armado hasta los dientes. Lo tuvieron un tiempo atado a una cama o parado con los brazos en cruz sujetado a la pared por grilletes. Así hasta que una doctora se negó a atenderlo en tales condiciones “hospitalarias” y logró que se atenuaran un poco los rigores de su internación.

El 14 de marzo de 1985, gracias a las gestiones de otro de los primos del recluso balear, Mas Mas salía de prisión y el 1 de abril regresaba a su tierra natal.
Contó muchas cosas para desahogarse. Los electrodos que le aplicaban en los genitales, la práctica de sumergirle en una bidón lleno de excrementos hasta que no podía hacer otra cosa que respirar en medio de las miasmas o, lo que más le extenuaba, la tortura psicológica que suponía escuchar a las nueve de la noche por los altavoces de la prisión que ese día iban a ejecutar a cinco tupamaros y esperar la llegada de los verdugos hasta que, a las dos de la madrugada, irrumpían violentamente en su celda y procedían a infligirle nuevos martirios".

Fallece el 28 de agosto de 2003 en Maria de la Salut, Mallorca, España, a los 56 años. Un fulminante infarto al corazón acabó con la vida de este mallorquín que emigró a Uruguay y no pudo evitar implicarse en una lucha por defender la libertad y la dignidad humana.







Las Muchachas de Abril y Washington Barrios


Las Muchachas de Abril y Washington Barrios

En la madrugada del 21 de abril de 1974 fueron asesinadas, acribilladas a balazos las jóvenes Diana Maidanick, 22 años y Laura Raggio y Silvia Reyes, de 19 años de edad. Estando Silvia embarazada de 3 meses.El operativo realizado por las Fuerzas Conjuntas fue dirigido por el Batallón de Artillería Nº 1 con apoyo del de Artillería Nº 2, a cargo del general  Juan Rebollo y la participación de los generales Julio César Rapela y Esteban Cristi, y los mayores A. Méndez y José “Nino” Gavazzo, el coronel Manuel Cordero y los entonces capitanes Mauro Mauriño, Julio César Gutiérrez y el teniente Jorge Silveira.
Se desarrolló en la casa de la familia Barrios-Fernández de la calle Mariano Soler 3098.

Se buscaba dar con el paradero de Washington Barrios, militante del MLN-TUPAMAROS y esposo de Silvia Reyes.
Washington Barrios estaba en Buenos Aires. Allí se entera de la muerte de su compañera y escribe su última carta:
"Silvia era parte de mí como yo de ella. Nosotros hablábamos de todo lo que podría ocurrir en cualquier momento, pero por desgracia pasó una de las cosas peores, y lo peor es en lo personal, haber perdido a mi compañera y a una gran revolucionaria. Con la Flaca decíamos que, si llegaba a pasar algo así, cualquiera de los dos que quedara tenía que luchar y ocupar el puesto de los dos, y eso es lo que voy a hacer y lo más probable es que muera peleando como ella murió. Lo que tenemos que tomar todos es el ejemplo que Silvia nos dio día a día, hora a hora, minuto a minuto. Me mataron a la Flaca y al gurí que estaba en camino..."
En esa carta también pedía que, en la tumba de Silvia y en la suya propia si le tocaba caer, se pusieran estos versos:
"Ya nadie habrá que pueda
parar su corazón unido y repartido.
No digan que se ha ido,
su sangre numerosa junto a la patria queda".
¡Habrá Patria Para Todos!



LA TENTACIÓN INSURGENTE - Jorge Zabalza

LA TENTACIÓN INSURGENTE

Hollywood y Netflix lo venían anticipando: a la vuelta de la esquina acechaba el apocalipsis de las pandemias. Ahora, cuando los augurios se volvieron hechos reales, la parafernalia mediática convirtió el COVID-19 en motor de la histeria colectiva, otro hecho real. El susto es el combustible que impulsa una nueva concentración y centralización del capital, instrumento de la recomposición de la reproducción ampliada. COVID-19 ocupa el lugar del cuco que dejó vacío Bin Laden.

Como no puede crecer y desarrollarse sin crear sus propios sepultureros, el capitalismo dio origen a condiciones que ampararon la pandemia. Una vez instalada la peste, se disparó la crisis que se venía cocinado hace rato.
El COVID-19 es consecuencia del capitalismo siglo XXI, no es la causa ni el responsable de la recesión y el desastre financiero.
Aun propulsando la campaña del miedo, las clases dominantes debieron encender una luz de esperanza: de la crisis se sale “salvando la cadena de pagos”, consigna que debe leerse “salvar la cadena de acreedores”, pues el objetivo indirecto del salvataje son los bancos y los prestamistas de la deuda externa, la aristocracia financiera, en una palabra. La ensalada la aderezaron con amenazas truculentas: si se deja de pagar desaparece la humanidad o se cae en el caos o, lo que es peor aún, en manos de la anarquía y el marxismo.

Esta guerra la ganaremos entre todas y todos dice la propaganda, unidos los pobres con los ricos, los explotados y los explotadores, frenteamplistas y fascistas, una reedición de la fracasada “concertación nacional” de 1985.
El carácter patriótico justifica la “economía de guerra” donde todas y todos se sacrifican para salvar el sistema que los jode. Es la bandera de la “salvación nacional”, la que arrastró pueblos enteros a morir en las trincheras de la primera guerra mundial. Sin embargo, mientras sea capitalista la patria no podrá ser ni para todos ni para todas, pero el anzuelo brilla en el agua y los peces quedan enganchados.
Mientras muchos imaginábamos el recurso a la mano dura, pero,
sorpresivamente, el gobierno del Uruguay apela a la consciencia y a
exhortar como método. Una línea bien diferente a las de Macri y
Bolsonaro. Los dirigentes frenteamplistas contemplan, azorados, como Lacalle Pou se apropia del melifluo poema político mujiquista/astorista. En definitiva, las medidas que se han tomado para enfrentar la pandemia no difieren demasiado de las que podría haber implementado un gobierno del Frente Amplio en las mismas circunstancias. El asistencialismo social marcaba la diferencia entre el neoliberalismo del trío Tabaré-Mujica-Astori y el más crudo y explícito que propone la coalición multi reaccionaria. El nuevo discurso de Lacalle dejó muy mal parados a los dirigentes
frenteamplistas, cada vez es más difícil encontrar las siete diferencias. Ser “oposición responsable” equivale a organizar el repliegue.
El gobierno aprovechó los sentimientos generalizados de solidaridad despertados por la pandemia y expropió por la fuerza a los funcionarios públicos con mayor nivel de ingresos. La creación del fondo coronavirus ha conquistado las simpatías de la población que no confía en los empleados estatales. La medida instala en la sociedad el concepto de que, con determinados fines y en determinadas circunstancias, se justifica la “solidaridad forzosa”. Este hecho entraña cierto peligro, puede ser mal entendido, permite imaginar otras expropiaciones forzosas y otras formas de cubrir las necesidades de los pobres.

Como su aparato estatal y partidario hiper centralizado ha sido exitoso, el ejemplo de China se esgrime para justificar cuarentenas obligatorias, distanciamientos sociales y detenciones de los transgresores. Los gobiernos liberales de occidente han sacado policías y soldados a la calle y a las carreteras, para recomendar el encierro es cierto, pero también para vigilar y castigar a los transgresores y la gente se va acostumbrando…
Viktor Orban, presidente de extrema derecha de Hungría, se ha hecho otorgar poderes casi ilimitados para combatir al coronavirus.
Históricamente los períodos de recomposición del capital condujeron a regímenes autoritarios y dictaduras como las de los años 70. Nadie puede afirmar cómo será el mundo que dejará la pandemia, pero, sin embargo, no es descabellado sospechar que florecerán formas e instituciones de control policial e informático … ¡con consentimiento de la población asustada por su seguridad sanitaria!

¿Dejaremos que la aristocracia financiera nos siga arrastrando hacia
nuevas catástrofes, llámense pandemias, guerras al por mayor o desastres ambientales? ¿Permitiremos que se nos impongan regímenes autoritarios de toda laya? Hay formas muy diferentes al orden burgués y patriarcal, ¿no será momento de pensar en desarticular lo que ha fracasado y transformarlo en otro orden, en uno para redimir a las víctimas del capitalismo?
Un orden con mujeres y hombres iguales entre sí, portadores de
sentimientos e ideas de responsabilidad social, solidaridad y altruismo; que hayan desechado el paradigma de la competencia y el escalar a cualquier precio; que sean capaces de construir formas de producir basadas en la cooperación y la propiedad social.
Un orden con relaciones políticas basadas en el respeto entre iguales; que asegure la participación de todas y todos en las decisiones que atañen al conjunto de la sociedad, donde el pueblo ejerza directamente su poder.
¿No está suficientemente claro que la democracia liberal no está hecha para transformar la sociedad sino para perpetuar el reinado del capital?
¿No habrá que escapar del Palacio Legislativo para dar la batalla de ideas luchando en la calle, por Verdad y Justicia, por la igualdad de género, por el respeto a la naturaleza? ¿No habrá que salirse del marco de un Estado de Derecho que creó la burguesía para someter y dominar las fuerzas populares? ¿No será momento de la insurgencia en las ideas? ¿No habrá que comenzar a entender mejor los mensajes de Ernesto Guevara y Raúl Sendic Antonaccio?

Jorge Zabalza