DIÁLOGO ENTRE SÓCRATES Y DIÓGENES ACERCA DE LA NUEVA PASTERA

DIÁLOGO ENTRE SÓCRATES Y DIÓGENES ACERCA DE LA NUEVA PASTERA


Marcelo Marchese

Me hallaba sentado en una piedra con aparejo en mano, observando el tono verde fluorescente del agua del embalse. Esperaba infructuosamente el pique de una tararira o al menos de un bagre, cuando irrumpió Sócrates, exultante.


-¿Perdiendo el tiempo como siempre? querido Diógenes.
-Ya veo que nunca pescaste, Oh Sócrates.
-¿Para qué, si puedo comprarlo en el mercado?
-Te aseguro que no es lo mismo ¿pero a qué se debe que visites el Uruguay profundo?
-Vengo con una comitiva de UPM. ¡Buenos muchachos! Pondrán otra pastera aquí, en el Río Negro.
-Ajá.

-Invertirán en nosotros nada menos que 4.000 millones de dólares.
-Habida cuenta que las ganancias netas otorgadas por la planta en Fray Bentos en el 2010 fueron de 524 millones de dólares, estarán reinvirtiendo parte de lo acumulado gracias a nuestro suelo. Como esta planta producirá el doble que la otra, les reportará, como mínimo, y en base a los datos del 2010, 1.048 millones de dólares. Sumadas, les darán 1.572 millones de dólares de ganancia anual.
-Pero Diógenes, ellos se mueven por las utilidades. Lo importante es lo que nos dejan a nosotros.
-Me alegra que reconozcas ese punto. En su página dicen que "(Somos) el fruto genuino de ese compromiso real, verdadero y práctico de una empresa que no entiende otra forma de hacer los negocios que no sea para el desarrollo económico, social y medioambiental del lugar donde opera", pero a mí me da la impresión que son el fruto genuino del deseo de acumular, como mínimo, 1.572 millones de dólares al año y el resto es pura cháchara.
-Nosotros invertiremos, a su pedido, mil millones para mejorar los caminos, las vías y el puerto.
-¿Y de dónde sacaremos esos mil millones?
-Estamos viajando a pedir préstamos.


-¡Ahhhh! Mil millones que se sumarán a una deuda externa de 50.000 millones. Les podríamos haber pedido un 20% de las acciones, ya que invertiremos en obras convenientes a UPM.
-Diógenes, se trata de tentarlos para que coloquen su planta acá y no en otro país, así dinamizan nuestra economía. Con tus ideas, los espantarías.
-Aunque tus amigos no hubieran viajado a rogarles que se instalaran aquí haciéndoles vaya a saber uno qué promesas, igual se instalarían. La pradera del Plata tiene condiciones óptimas para el crecimiento de eucaliptus. Lo que aquí lleva siete o diez años, en Sudáfrica lleva veinte. Además de un retorno rápido, eso acelera la mejora genética. En comparación con Europa, aquí tienen la posibilidad de comprar, cercanas a la planta, grandes extensiones para el cultivo, lo que reduce costos. De hecho ya acapararon esas tierras, pues las empresas pasteras se han repartido el territorio de tal forma de no competir entre ellas alzando precios. Los costos de producción aquí son menores y la suma de factores determina que a UPM cada trabajador del resto del mundo le genere una ganancia de 27.400 dólares anuales, pero cada trabajador uruguayo le genere una ganancia de 983.000. Las utilidades de "nuestra" planta superan las utilidades reunidas del resto de sus plantas. Luego vienen aquí porque nuestros controles ambientales son más flexibles que en Europa. De hecho, ellos deben preocuparse por el control que les hacen allá sobre lo que contaminan acá y por eso estimulan, donde no existen, los controles determinados por ellos. Ya con todo esto vendrían, y además les regalamos el agua y los exoneramos de impuestos. Somos el paraíso de las pasteras.


-Lo que a nosotros debe importarnos es que invierten 4.000 millones. Eso genera trabajo para los que cultivan eucaliptus, los camioneros, los constructores de la planta, los que reparan rutas, los ferroviarios, los del puerto y las empresas que proveen a la pastera.
-Yo matizaría tu optimismo, Sócrates. Es tan vertical la organización de esta empresa, que la planta se importa y se instala. Además, no le compran la madera a productores independientes. El 70% de la madera que consumen, la cosechan en sus latifundios. El 30% restante viene de 200 productores asociados al Programa Fomento de UPM.

-Pero deben ser trabajadores nuestros los que instalen las partes importadas y los que planten y cosechen los eucaliptus en sus latifundios.
-Algunos uruguayos trabajarán a la hora de instalar la planta y con el tiempo la mayoría de los trabajadores que operen allí serán uruguayos, así como los que cosechen eucaliptus. Esto recuerda la utopía de Mujica.
-A qué te refieres, irónico Diógenes.
-Él proponía vender las playas, todas esas dunas, a los ricos, así el pobrerío tendría trabajo. Vender lo mejor a los extranjeros, para trabajar de mucamas y jardineros. Todo un programa de izquierda.
-No podemos frenar la tendencia mundial.
-Si ni siquiera lo intentamos, no lo sabremos nunca, pero aún pensando en una dinámica capitalista, la pastera es un freno al desarrollo del capitalismo nacional. Los beneficios que nos brindarían nuestros recursos naturales emigran y eso que emigra no paga impuestos. La ventaja sería el trabajo agregado y el estímulo a la industria, algo que afirman las pasteras sin demostrarlo.

-Pero si el cultivo de eucaliptus y el transporte generan trabajo.
-Toda actividad genera trabajo. Se trata de ver qué y cuánto. Como la tierra no es infinita, el eucaliptus desplaza otras producciones.
La forestación emplea 5 personas cada mil hectáreas;
La ganadería extensiva, el famoso latifundio que expulsaba a la gente del campo, 6;
Ovinos, 10;
Los tambos, 22;
El arroz, 34;
Fruticultura, 72;
Horticultura, 125;
Viticultura, 167 y
Las huertas orgánicas familiares 200.
Y esto no es todo. La forestación ha venido a sumarse a los cambios en el agro que dispararon el precio de la tierra, multiplicándolos por diez desde el 2003 al 2013. Según el último censo agrario, en once años desaparecieron 12.241 explotaciones rurales al tiempo que se incrementó en 46 el número de explotaciones mayores a 2.500 hectáreas. El 91% de la explotaciones rurales que desaparecieron tenían menos de 100 hectáreas. En nuestro Uruguay Natural hay 14.500 personas y empresas dueñas del 94% de las hectáreas agrícolas. Este dato debe ser tomado con cuidado, pues dentro de los 14.500 tenemos casi 6.500 propietarios de campos entre 200 y 500 hectáreas y tenemos a Montes del Plata que posee 250.000 y a UPM que tiene, al menos, 200.000. En resumen, la tierra se extranjeriza, el latifundio se extiende y como es obvio, expulsamos a los pequeños productores del campo, con el debilitamiento del entramado social y productivo. Lindo negocio. Entre 1963 y 2004 perdimos el 50% de nuestra población rural.


-Pero el eucaliptus agrega el plus de la celulosa.
-El ganado bovino agrega un plus mayor y más aún el ovino, que alimenta la industria textil. Si a mediados de los 90 la producción anual de lana rondaba las 80 mil toneladas, ahora cayó a 33 mil, y gran parte de estas utilidades son (eran) para el capital nacional. Las majadas se han reducido de 20.205 en el 95, a 8.660 en el 2013. No es oro todo lo que reluce, Sócrates y esos mil millones que "invertiremos" ...
-Renacerá el ferrocarril, dragaremos el puerto, mejoraremos los caminos.
-Repararemos los caminos destruidos por los camiones que transportan soja y eucaliptus y pagaremos los intereses de esa deuda con nuestros impuestos, entusiasta Sócrates. El destino de esos mil millones es en verdad una declaración de principios.

-Harto de escuchar críticas, quisiera saber en qué los usarías, insoportable Diógenes.
-Para la educación nunca hay dinero, pero aquí aparecen como por encanto mil millones. Yo apostaría a innovación y desarrollo si queremos un día dejar de ser un mero país agroexportador, con las consecuencias desastrosas que acarrea; o destinaría esos recursos al Instituto Nacional de Colonización. Si es que reparte alguna tierra, no estaría mal que subsidiara a los pequeños productores. Mil millones no garantizan una Reforma Agraria, pero es bastante o al menos, lo suficiente para detener la fuga de pequeños productores.
-Ellos nos capacitan gratuitamente en sus plantas, Diógenes. Un día nosotros mismos gerenciaremos las plantas de celulosa.

-Eso me recuerda a los ferrocarriles que pasamos a gerenciar el día que los ingleses concluyeron que ya estaban desechos. Terminaremos comprando las plantas de celulosa. Lo veo como si fuera ahora. Ya te advertí en otro diálogo que instalarían aquí esta tercera planta.
-Por algo te llaman perro, Diógenes y nadie te invita a los banquetes.
-Para ser un buscador de la verdad, te ha costado mucho llegar a algo irrefutable, Sócrates. Déjame que te cuente de esas 148 toneladas de desechos diarios que arrojarán a un río del que bebe tanta gente, y de la erosión que generan los monocultivos y ...
-Suficientes divagues, Diógenes. UPM cumple con los estándares que establecemos nosotros,"un país serio, con vasta experiencia en temas de medio ambiente, reconocido a nivel mundial".
Juaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
Mi risa fue interrumpida por una bocina horrible que golpeó en exceso los oídos (el infierno es una lujosa habitación con una bocina que suena eternamente).
-Me vienen a buscar, Diógenes. Hay mucho por hacer mientras algunos mantienen una línea de pesca en la mano.
Cuando al atardecer el tono verde fluorescente del agua se tornó violeta, juzgué prudente levantar campamento. Recogí la línea. Traía algo pesado. Era una linda ilusión, pero pronto la verdad se reveló. El apetitoso pez prometido no era otra cosa que una lata herrumbrada llena de inmundicia.

Enviado por Julio Néstor Sosa Benia




















No hay comentarios:

Publicar un comentario