El periodista Mijaíl Tíschenko publica un artículo en el portal Slon en el que expone cuál es el valor estratégico de la ciudad de Alepo en Siria, donde se está produciendo una de las batallas clave de la guerra que azota el país.
Alepo es la ciudad más grande de Siria, el centro de la provincia homónima y posee una historia milenaria, en la que ha vivido numerosas guerras y conquistas, por estar situada en un cruce de rutas comerciales. En este país, está considerada como la ‘capital del norte’, debido a que era un importante centro industrial, turístico y comercial.
En 2012, después del estallido de la guerra civil, los rebeldes tomaron el sector oriental de Alepo, mientras que las fuerzas gubernamentales mantuvieron la zona occidental. El enfrentamiento se ha prolongado durante más de tres años sin que ninguna de las partes haya logrado controlar plenamente la ciudad. Hasta la fecha, la mayoría de la población ha abandonado la urbe, gran parte de la cual ha quedado destruida.
¿Por qué Alepo es importante para las partes del conflicto?
Mijaíl Tíschenko explica que “si los opositores de Bashar al Assad fueran capaces de consolidarse en Alepo, este bastión se convertiría en la capital no oficial, un símbolo que podría defender su pretensión de poder y un trampolín para seguir avanzando”.
Además, el periodista prosigue que la pérdida de esta localidad “significaría que la oposición moderada está perdiendo influencia” y que el conflicto sirio se habría reducido a un enfrentamiento entre las fuerzas del Gobierno, los terroristas del Estado Islámico y los jugadores externos.
En cambio, para Al Assad retomar Alepo “sería una victoria principalmente simbólica”, una demostración de fuerza para desmentir a los que predijeron el inminente colapso de su Gobierno.
“También hay que tener en cuenta que Alepo es un importante centro de transporte, a través del cual pasan todas las autopistas y vías férreas más o menos importantes del país”, señala el periodista, quien detalla que quien se haga con el control de la ciudad “extenderá automáticamente su influencia en toda Siria noroccidental y en gran parte del territorio a lo largo de la frontera con Turquía, lugares que incluyen una vasta región en donde habita una población predominantemente kurda“.
¿Cuál es el equilibrio de poder hoy en día?
Según un representante del Ejército Libre de Siria (ELS) citado por Tíschenko, las tropas gubernamentales podrían tomar Alepo en cuestión de días si mantienen su táctica: realizar ofensivas con el apoyo de la Fuerza Aérea rusa.
Además, el Ejército sirio ataca las posiciones de los terroristas en los accesos a la localidad de Tell Rifaat, el último reducto importante que controlan al norte de Alepo. Si toman esa plaza, las filas oficiales no solo aislarían al enemigo de sus bases de retaguardia, sino que también bloquearían por completo sus suministro procedentes de Turquía.
Si los opositores de Al Assad fueran capaces de consolidarse en Alepo, este bastión se convertiría en la capital no oficial, un símbolo que podría defender su pretensión de poder y un trampolín para seguir avanzando.
Al mismo tiempo, al noroeste de Alepo progresan los kurdos, que en los últimos días han tomado el control de varios pueblos al este de la localidad de Afrin, a solo 20 kilómetros de la frontera con Turquía. Según recuerda el autor del artículo, estos combatientes actúan de forma independiente del Ejército, pero sus éxitos en la lucha contra los islamistas juegan a favor de Al Assad.
Finalmente, un objetivo de especial importancia tanto para las fuerzas del Gobierno como para los kurdos es la ciudad fronteriza de Azaz, controlada por el Estado Islámico, debido a que por ese enclave, conocido como el ‘corredor turco’, “circulan las principales vías de suministro” de los yihadistas, apunta el analista.
Las fuerzas del Gobierno sirio están desarrollando una ofensiva al norte y al este de Alepo. Su logro más significativo ha sido cortar las principales vías a través de las cuales los extremistas recibían armamento, al reconquistar las ciudades de Nubel y Az Zahra. Durante cuatro años, esas poblaciones estuvieron controladas los islamistas, que mantuvieron asediadas a alrededor de 70.000 personas.
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