FA: Del "yanquis go home" al bienvenidos

Haciéndole el juego a la derecha, que se burla

El Frente Amplio cuestiona a EE.UU. mientras el gobierno estrecha vínculos

FA: Del "yanquis go home" al bienvenidos

Los gobiernos del Frente Amplio se han empeñado en fortalecer los vínculos con Estados Unidos, una rara avis en la tónica asumida por la izquierda en la región. El "yanquis go home" es historia, aunque algunos en el FA aún lo reivindican.
Sectores del FA siguen viendo a Estados Unidos como el enemigo mientras el gobierno cultiva el vínculo.AFP
Daniel Isgleas El País uy
El factor "Estados Unidos", muy sensible para la izquierda, pone de manifiesto la distancia entre el discurso político y las acciones de gobierno. El presidente Mujica, a horas de partir hacia ese país, nutre su agenda de contactos con la administración Obama que incluyen al vicepresidente Joseph Biden. Mientras, el Frente Amplio aprueba un programa que promete denunciar todos los acuerdos con la potencia norteamericana.
Durante la administración del expresidente Jorge Batlle las relaciones bilaterales se apoyaron en los vínculos personales cosechados por el exmandatario. Ese conocimiento directo con funcionarios de Washington fue el que permitió un millonario préstamo que evitó el desplome en la crisis de 2002.
Cuando asumió Tabaré Váz-quez, al contrario de lo esperado por el FA en honor a su tradicional postura antiimperialista, el gobierno mostró una actitud más que amistosa, coronada con la visita al país del expresidente George Bush en medio de la ira de los radicales.
Vázquez incluso fue promotor de la firma bilateral de un Tratado de Libre Comercio (TLC), resistido con éxito desde la trinchera ideológica por el FA. Vázquez también admitió que pensó en pedir ayuda a Bush en momentos de fuerte tensión con Argentina por la instalación de Botnia (actual UPM), lo que valió duras críticas de toda la izquierda.
Con José Mujica en el gobierno esa dualidad de la fuerza política se mantiene. Mientras el gobierno fortalece sus relaciones con Estados Unidos algunos sectores del Frente Amplio lo siguen viendo como el "enemigo" de Latinoamérica.
Además, las gestiones de Vázquez y Mujica muestran un vínculo con Norteamérica que difiere radicalmente de la postura del resto de los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro en Venezuela, Rafael Correa en Ecuador, Evo Morales en Bolivia y Cristina Fernández en Argentina. Incluso, más recientemente la mandataria brasileña Dilma Rousseff mostró su malestar con la administración de Barack Obama por presunto espionaje, un episodio sobre el que Mujica bromeó.
La sintonía de Mujica con el gobierno de Obama, esta vez puramente institucional y en nada consecuencia de relaciones personales, se ha visto reforzada por la decisión de destinar a Montevideo a la embajadora Julissa Reynoso, una diplomática que parece a la medida del estilo Mujica.
Reynoso, de origen latino -nacida en República Dominicana y criada en el Bronx neoyorquino- desde mayo de 2012 cuando presentó credenciales se adaptó a la cultura uruguaya y contribuyó a acercar a ambos gobiernos. Incluso se ha ganado la simpatía de sectores políticos y culturales vinculados a la izquierda.
La forma de ser y actuar de Reynoso no solo se asemeja a la de Mujica, sino que al mismo tiempo dista bastante de la de David Nelson, Frank Baxter o Martin Silverstein, algunos de sus antecesores en el cargo.

Mano a mano.

El prosecretario de la Presidencia Diego Cánepa anunció en julio, tras un viaje a Estados Unidos, que Mujica se reunirá con Obama en noviembre en Washington. Ambos mandatarios se conocieron a mediados de 2012 en Cartagena de Indias (Colombia) durante una cumbre presidencial de las Américas. El contacto se produjo en una cena a instancias del mandatario estadounidense que escogió personalmente a quien invitó a su mesa. Además de Mujica estuvieron los presidentes Juan Manuel Santos (Colombia), Sebastián Piñera (Chile) y Dilma Rousseff (Brasil).
Luego de esa instancia, las agencias internacionales recogieron los resultados del diálogo. Obama dijo haber quedado "encantado" con la charla de más de una hora con Mujica, quien a su vez subrayó la "finura de pensamiento" del presidente estadounidense.
En el próximo encuentro presidencial, según la embajadora Reynoso seguramente se tratarán la cooperación de defensa a través de las Misiones de Paz y temas comerciales como el acceso al mercado agropecuario.
Precisamente, otra señal muy bien vista por Uruguay en las relaciones bilaterales ha sido la decisión del departamento de Agricultura estadounidense (USDA) de habilitar el mercado de cítricos para la producción uruguaya; actualmente se prepara la primera exportación para el mes de octubre.
Recientemente, Mujica recibió en la Torre Ejecutiva a la subsecretaria de los Estados Unidos para la Democracia y Asuntos Globales, María Otero.
Tras el paréntesis de la administración Mujica, Vázquez reiteró ahora sus coincidencias con Estados Unidos. Viajó a mediados de este año a Washington y defendió la necesidad de que los países de América Latina avancen en acuerdos con Estados Unidos, dejando de lado la "retórica" y "superando estereotipos anacrónicos", algo en lo que coincidió con expresiones recientes de Obama sobre la región. Durante su visita a México, Obama expresó que hay que superar estereotipos anacrónicos.
Y para que no quedaran dudas de su enfoque, Vázquez expresó: "En realidad, América Latina no solo no es enemiga de Estados Unidos; además puede ser -de hecho lo es- una contraparte responsable y fecunda para este país. No solo Estados Unidos es una oportunidad para Latinoamérica, Latinoamérica es una oportunidad para Estados Unidos", dijo al hablar el 31 de mayo en un panel del Latin American Studies Association (LASA) donde se analizaron las relaciones de ese país con América Latina.

La otra cara.

Sin embargo, esa ambición manifestada por los gobiernos de izquierda de estrechar lazos con Estados Unidos no tiene su correlato por parte de algunos sectores del Frente Amplio, que mantiene un discurso con reminiscencias setentistas.
Además de las marchas contra la visita de Bush y la actitud de ministros que señalaron que participarían del agasajo bajo protesta, en 2006, el canciller Gargano fue el más ferviente opositor a la firma de un TLC con Estados Unidos, al punto tal que amenazó con renunciar y provocar una crisis en el Frente Amplio. "El tren, algunas veces, pasa una sola vez", advirtió Vázquez.
Pese a la sintonía institucional, en el programa de gobierno del Frente Amplio para el período 2015-2019 aún se reflejan los resquemores con Estados Unidos. En un documento que apoya la mayoría de los sectores frenteamplistas se plantea hacer caer todos los acuerdos suscritos en las últimas décadas Estados Unidos.
Incluso hay quienes quieren ir más allá. Desde las bases se cuestiona el hecho de que el borrador de programa incluya una sola vez la expresión "antiimperialista".
Ese tradicional discurso radical contra el imperialismo encarnado en Estados Unidos aún resuena en sectores del oficialismo. El diputado Luis Puig (PVP) afirmó a El País que "la actitud imperialista de Estados Unidos no ha cambiado", sino que "se ha incentivado. Eso de invadir, bombardear, asesinar poblaciones civiles y generar, por métodos tradicionales y por los TLC, la subordinación del mundo a Estados Unidos, me parece que está lejos de superarse. Hay que ubicarse en esa realidad".
El legislador recordó que cuando en la interna frenteamplista se discutió sobre la conveniencia o no de firmar un TLC con Estados Unidos "se nos decía que estábamos ideologizados, pero no es malo para la izquierda tener ideología. Si un día renunciamos a la ideología habremos roto nuestra razón de ser. Un TLC con Estados Unidos sería supeditarse a la acción imperialista, un profundo error", insistió.
Aunque Puig aclaró que su posición no supone cortar las relaciones comerciales con Estados Unidos. "Lo que decimos es no a la supeditación a los dictámenes políticos, económicos y militares", remarcó.
El FA muestra sintonía con gobiernos como Venezuela, Bolivia o Ecuador, y es partidario de orientar la política exterior hacia el ALBA (Alianza Bolivariana) pero desde el gobierno cuida el vínculo con EE.UU.

Reuniones con el vicepresidente Joe Biden, George Soros, Enrique Iglesias y Ban ki-moon

La agenda oficial de la visita del presidente José Mujica a Estados Unidos, adonde partirá en las primeras horas del domingo para participar del 68° período ordinario de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), incluye encuentros con el vicepresidente Joe Biden y con el empresario George Soros. Mujica confirmó a La República el encuentro con Biden y ratificó además las reuniones bilaterales con los presidentes de Colombia, Juan Manuel Santos; Guatemala, Otto Pérez Molina; y Perú, Ollanta Humala, a los que se sumará un encuentro con el gobernador de Nueva York, Andrew Mark Cuomo.
Además el presidente se reunirá con el principal del BID, Luis Alberto Moreno, y con el economista Enrique Iglesias, titular de la Secretaría General Iberoamericana.
Mujica destacó a La República que el vicepresidente Biden "tuvo la iniciativa de solicitar una reunión y debemos tener el espíritu gentil y escuchar". "Sé que es un gran especialista en política exterior, un hombre muy especial que solía ir a trabajar en ferrocarril", comentó.
El presidente tendrá entrevistas con el secretario general de las Naciones Unidas, Ban ki-moon, y con un grupo de empresarios porque "hay temas económicos relevantes como el de la carne de cordero que queremos llevar a Estados Unidos" y la de seguir teniendo una visibilidad con posibles inversores, declaró en la misma ocasión.
También se reunirá con autoridades de una empresa china que viajarán a Estados Unidos porque están interesados en poner una planta de acumuladores modernos".

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