El ascenso de los nazis en Ucrania

ONG europea: "El Gobierno autoproclamado ucraniano viola los derechos humanos"

Publicado: 13 mar 2014 | 3:05 GMT Última actualización: 13 mar 2014 | 3:05 GMT - RT

© REUTERS Maxim Zmeyev
El Gobierno autoproclamado de Ucrania viola los derechos humanos y oprime a las minorías étnicas, según una ONG con base en Polonia, que añade que las acciones de los líderes de Maidán serían consideradas ilegales en la mayoría de países europeos.
"Las fuerzas políticas dominantes que participaron en el denominado 'Euromaidán' claman "las mayores violaciones de los derechos humanos, principalmente violaciones de los derechos de las minorías nacionales", dijo a la agencia Itar Tass Mateush Piskorski, miembro del Parlamento polaco y director del Centro Europeo para el Análisis Geopolítico, organización no gubernamental internacional con sede en Polonia.

Su opinión se basa en los materiales recolectados durante los disturbios en Ucrania donde la organización mandó a varios de sus expertos, incluyendo entrevistas con manifestantes, materiales y folletos difundidos por los activistas. "No es difícil detectar las incitaciones al odio étnico", resume.
Las principales fuerzas políticas de Maidán "serían denominadas como neonazis o neofascistas en cualquier estado europeo regular y civilizado
Según los datos obtenidos por los observadores, los representantes de las minorías nacionales, en particular los húngaros, no se sienten seguros bajo las nuevas autoridades ucranianas, dijo. "También hemos escuchado ciertos eslóganes antisemitas que predominan en Maidán", agregó.

Además Piskorski afirmó que Ucrania está sumida en una ola de represiones políticas no solamente contra el Partido de las Regiones, el del presidente destituido Víktor Yanukóvich, sino también en contra de otros partidos y asociaciones, por ejemplo los comunistas. "Hemos escuchado muchos casos de ataques físicos a representantes de partidos opositores al nuevo Gobierno", afirma.

Las principales fuerzas políticas de Maidán "serían denominadas como neonazis o neofascistas en cualquier estado europeo regular y civilizado", concluye, agregando que sus acciones serían prohibidas en la mayoría de los países de la Unión Europea.

Texto completo en: http://actualidad.rt.com/actualidad/view/122253-ong-europea-ucrania-viola-derechos-humanos


La policía ucraniana bloquea los accesos a Lugansk, donde activistas prorrusos han tomado sedes oficiales

Al menos quince personas han resultado heridas en la ciudad de Járkov, donde ha sido asaltada la sede del Gobierno regional. El primer ministro ucraniano ha denunciado la preparación de una intervención rusa en el este del país.

EFE Kiev 07/04/2014 10:13 Actualizado: 07/04/2014 10:49 Público
Manifestantes prorrusos levantan una barricada frente a un edificio ocupado de la administración regional en Donetsk

Manifestantes prorrusos levantan una barricada frente a un edificio ocupado de la administración regional en Donetsk- EFE

La policía ucraniana ha bloqueado todos los accesos a la ciudad de Lugansk, en el este rusoparlante de Ucrania, donde manifestantes prorrusos mantienen desde ayer el control de la sede del Servicio de Seguridad de Ucrania (SSU, antiguo KGB).
Los asaltantes "han tomado la armería y se han hecho con sus armas", señala un comunicado del Ministerio de Interior de Ucrania, que denunció que la toma del edificio fue organizada por antiguos militares ucranianos.
Esta madrugada, los activistas prorrusos "han bloqueado (con vallas, bordillos de las aceras y otros objetos) el tráfico en la calle Sovétskaya, frente a la sede del SSU", denunció la policía de la región.
Además, también se han hecho con el control de la filial del Banco Nacional de Ucrania en Lugansk. Nueve personas, entre ellas una menor de 16 años, resultaron heridas ayer en el asalto a la sede del SSU, según las últimas informaciones oficiales.
En Severodonetsk, otra ciudad de la homónima región fronteriza con Rusia, seis personas resultaron heridas hoy en una pelea entre simpatizantes prorrusos y partidarios del Euromaidán, como se conoce el movimiento popular, por el que el depuesto presidente Víktor Yanukóvich se ha exiliado a Rusia.
Poco antes, los manifestantes desalojaron la sede del Gobierno regional de Járkov, que asaltaron y tomaron anoche después de los enfrentamientos entre prorrusos y europeístas que se saldaron con al menos 15 heridos.
El gobernador de la región designado por Kiev, Ígor Baluta, calificó de "provocación" los enfrentamientos en la segunda ciudad del país.
"No tengo ninguna duda de que el guión de este conflicto no se escribió ni en nuestra ciudad ni tampoco en nuestro país. Los acontecimientos en Donetsk y Lugansk no hacen más que confirmarlo", dijo Baluta en alusión a la "mano negra" de Moscú en los disturbios antigubernamentales en el este fronterizo con Rusia.
En Donetsk, los manifestantes prorrusos controlan ya dos administraciones del Estado tras tomar hoy la sede del SSU, que se suma al edificio del Gobierno regional asaltado y tomado ayer.
Los activistas izaron banderas rusas sobre el edificio y exigieron la celebración de un referéndum local para la adhesión de la región a Rusia.
El asalto de la sede estatal, el tercero en lo que va de mes, se produjo después de una manifestación prorrusa en la capital de la región minera, una de las más ricas del país y patria chica del depuesto Yanukóvich.
Las manifestaciones prorrusas y los asaltos a las sedes estatales en el este de Ucrania se repiten desde el vuelco de poder en Kiev a finales del pasado mes de febrero, algo que hace temer a las autoridades ucranianas la posibilidad de que pueda repetirse el escenario de Crimea.

 El Gobierno ucraniano denuncia la preparación de una intervención rusa en el este del país

El primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, denunció hoy la preparación de una intervención rusa en el este del país, sumido en enfrentamientos entre las fuerzas pro rusas y la policía.

"Todos se dan cuenta de que está teniendo lugar un plan contra Ucrania, contra (las ciudades de) Donetsk, Lugansk y Járkov. Un plan de desestabilización (...) para que las tropas extranjeras (rusas) crucen la frontera y ocupen el territorio del país", dijo el jefe del Gabinete al abrir una sesión parlamentaria.

Agregó que las autoridades no permitirán que tal escenario se desarrolle, para lo cual, según Yatseniuk, el viceprimer ministro, Vitali Yarema, se desplazó a Donetsk, principal escenario estos días de las manifestaciones pro rusas. Mientras, el ministro del Interior, Arsén Avákov, fue enviado a Járkov, donde los manifestantes asaltaron y tomaron anoche la sede del Gobierno regional, que más tarde fue liberada.

Además, varios altos cargos de los servicios secretos ucranianos viajan hoy a Lugansk, ciudad en la que grupos pro rusos también se hicieron ayer con el control de las sedes del Gobierno regional y del Servicio de Seguridad de Ucrania. La exprimera ministra y candidata a la presidencia de Ucrania Yulia Timoshenko calificó de "agresión de Rusia" la toma de los edificios oficiales en las ciudades orientales ucranianas.

Timoshenko anunció que se desplazará inmediatamente a la ciudad de Donetsk. Yatseniuk desmintió también las informaciones sobre la retirada de las tropas rusas de las inmediaciones de las fronteras ucranianas. "De hecho, nadie ha retirado las tropas, éstas permanecen a una distancia de 30 kilómetros de las fronteras de Ucrania", dijo.

Por otra parte, Yatseniuk tildó los llamamientos de Moscú a "federalizar Ucrania" de "intento de destruir la integridad del Estado, un escenario ideado por Rusia para desmembrar y destruir a Ucrania".


Los nuevos amos de Ucrania

Un tercio del nuevo gobierno ucraniano se compone de nazis, cuyas trayectorias ya presentamos a nuestros lectores. Los otros dos tercios son representantes de los grandes capitalistas de Ucrania. A pesar de las fuertes tensiones que existen en su seno, ese gobierno está aplicando a toda máquina una política claramente fascista cuyos principales aspectos nos describe aquí la publicación Oriental Review. Resulta inquietante la indiferencia o más bien la complicidad de la Unión Europea y Estados Unidos con estos fachos que desde la época de la Alemania hitleriana se les conoce bajo el apelativo de la "peste parda" por el color de sus uniformes.
Red Voltaire | Moscú (Rusia) | 3 de abril de 2014 
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El 1º de enero de 2014, 15 000 nazis con antorchas desfilan por las calles de Kiev en homenaje a Stepan Bandera.
El tono paternal y conciliador de los dirigentes occidentales hacia las nuevas autoridades de Ucrania se sitúa en los antípodas de los valores humanistas y democráticos que predican a los demás países del mundo. Una incómoda impresión de déjà vu se impone fatalmente al observador que analiza sin ideas preconcebidas la situación de este Estado, surgido como resultado de la disolución de la Unión Soviética, y la política que Occidente está imponiendo en la región. Desde ambos lados del Atlántico se lanzan declaraciones de respaldo al «gobierno legítimo de Ucrania» que ha quedado bajo el control de la pandilla de nacionalistas extremistas radicales que lo llevó al poder, a pesar de que sólo representa a una pequeñísima minoría de la población ucraniana.
Lo cierto es que lo que hoy sucede en Ucrania no es muy diferente de lo sucedido en la Alemania de los años 1930 con el ascenso de Hitler al poder. Son las mismas estratagemas políticas que en aquel entonces. Y se están imponiendo las mismas limitaciones.
El estudio minucioso de los acontecimientos actualmente en marcha y de las maniobras políticas que los acompañan permite arrojar una nueva luz sobre lo que ya sabíamos de los orígenes del nazismo en la Alemania del siglo XX.

Su ideología

Los grupos nazis ucranianos desempeñaron un importante papel en la organización del golpe de Estado perpetrado en Kiev en febrero de 2014.
El grupo que más se menciona es el que dirige Dimitri Yarosh: Pravy Sektor o «Sector Derecho». Yarosh está respaldado por los grupos paramilitares fascistoides que se autoproclamaron «fuerzas de autodefensa de Maidan». Estos individuos no se esconden para exhibir sus emblemas neonazis (la cruz celta y una versión camuflada de la cruz gamada [o «esvástica»]). Se presentan como continuadores de las formaciones de la Liga de los Nacionalistas Ucranianos de Stepan Bandera, del Ejército Insurgente Ucraniano y de la División Galizische [Galitzia] de las Waffen SS, a las que rinden culto públicamente.
El partido Svoboda [Libertad] es la vitrina política del movimiento neonazi ucraniano. Ha obtenido casi la mitad de las carteras distribuidas en Kiev por el «gobierno provisional». Su jefe, Oleg Tiagnibok, es uno de los miembros de la triada considerada como «el estado mayor de Euromaidan». En la última elección obtuvo más de 2 millones y medio de votos. Según los resultados obtenidos en la parte occidental de Ucrania ya dispone en esa región de una base electoral significativa. Según su programa, los partidarios de Tiagnibok tienen intenciones de agregar al pasaporte ucraniano una mención obligatoria sobre la procedencia «nacional» destinada a facilitar la identificación de los judíos y los moscovitas. También quieren extender a todos, exceptuando a los enfermos mentales, el derecho a la posesión de armas de fuego y agregar a la constitución ucraniana una cláusula en virtud de la cual el gobierno en ejercicio sería el continuador del Estado ucraniano creado el 30 de junio de 1941, cuya proclamación oficial precisaba:
«El nuevo poder ucraniano trabajará en estrecha colaboración con el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, que se esfuerza por instaurar un nuevo orden en Europa y ayuda a la nación ucraniana a deshacerse de los moscovitas que ocupan el país.»
Vale la pena destacar aquí otro aspecto del programa de Svoboda: su decisión de devolver a Ucrania el estatus de potencia nuclear y de dotarse de un «arsenal de misiles nucleares tácticos». ¿Se imaginan ustedes a Dimitri Yarosh como presidente de un Estado ucraniano independiente poseedor de armas atómicas?

Sus métodos de combate y táctica

Al igual que los nazis en la Alemania de los años 1920 y 1930, los neonazis ucranianos llegaron al poder como consecuencia de una ola de motines acompañados de asesinatos. Los amotinados denunciaron la respuesta de las autoridades –a pesar de que esta fue bastante tímida– como «una abolición de la libertad y una acción terrorista perpetrada por los judíos comunistas». Los intentos de resistencia de la sociedad civil ante el golpe de Estado fueron calificados de «intrigas urdidas por los agentes de Moscú».
Los directores del coro de la propaganda golpista, aprovechando la «libertad de expresión» de la que gozaban, trataron de conmover al mundo entero hablando del «aplastamiento de las manifestaciones pacíficas». Y cuando tales alaridos ya no tuvieron los efectos esperados, «misteriosos francotiradores» comenzaron a masacrar la población de los barrios de Kiev.
Fue exactamente de esa manera como Hitler y sus acólitos llegaron al poder en Alemania. Los que ayer blandían sus armas cuando tomaban por asalto los edificios administrativos, los que golpeaban a sus adversarios políticos, los que torturaban públicamente a los agentes oficiales de las fuerzas del orden del Estado y a los periodistas, hoy son elogiados y tratados como héroes. La junta de Kiev y los matones a su sueldo tratan de reprimir por la fuerza la resistencia popular que se organiza en el sudeste del país, como trataron de hacerlo en Donetsk, en el este, el 13 de marzo [de 2014].
Los imponentes cortejos de fascistas ucranianos desfilando con sus antorchas corresponden al breviario nazi, con sus eslóganes repetidos como mantras del tipo «Ucrania ante todo, por encima de todo el mundo», «Gloria a la nación. Muerte a sus enemigos», etc.
El estandarte rojo y negro de Stepan Bandera izado en Kiev, frente a la sede del parlamento (Rada), es una alusión no disimulada a la bandera roja y negra de la Alemania nazi. La exaltación mistificadora de la «revolución nacional» se remacha en las mentes de los ciudadanos ucranianos, aún hipnotizados por los acontecimientos registrados en la plaza Maidan. Esta payasada alcanzó su clímax en las primeras horas del 22 de febrero de 2014 con el desencadenamiento del golpe de Estado, incluso antes de que se secara la tinta de las firmas del acuerdo para la salida de crisis que los dirigentes de la oposición habían aceptado el día anterior. Aquel acuerdo, garantizado incluso por la Unión Europea y firmado por los ministros de Relaciones Exteriores de Alemania, Francia y Polonia, en realidad era una ambiciosa maniobra con doble objetivo, una medida dilatoria antes de desencadenar el golpe de Estado.

Su mitología

El culto a los «100 gloriosos» de la plaza Maidan es la copia al carbón del culto al «Partido de los Mártires» de la Alemania nazi, con la diferencia de que ni a Hitler y ni a sus compinches del fracasado putsch del 9 de noviembre de 1932 se les ocurrió la idea de pagar francotiradores para que asesinaran a sus propios seguidores.
A la sombra de las banderas que proclaman «¡No traicionen a los 100 Gloriosos!», un régimen de fanáticos nacionalistas está tomando el control absoluto de los medios informativos, organizando la represión contra sus adversarios políticos y desencadenando una sicosis nacionalista a través de Ucrania. Los propagandistas neonazis proclaman que todo cuestionamiento sobre los métodos utilizados para combatir a los adversarios políticos será considerado una traición al «Partido de los Mártires»
El sueño de edificar un Estado que permita la unificación de la nación alemana siempre fue el elemento fundamental de la mitología nazi. Para el nuevo régimen ucraniano, la erradicación del uso del idioma ruso en todos los aspectos de la vida cotidiana constituye una prioridad imperiosa. La voluntad infamante de integrar Ucrania a la Unión Europea es presentada como un deber sagrado en la mitología del nuevo régimen, como si Europa fuese la providencial tabla de salvación que permitirá salvar Ucrania de las «hordas asiáticas bárbaras» de Moscú. Cruel ironía, «Maidan» es un término de origen asiático, vestigio de la influencia de las hordas tártaras y mongolas sobre la cultura de la Rusia Menor.

Su iglesia

Las tesis nacionalistas extremistas que caracterizan las homilías del «Patriarcado de Kiev» y de la iglesia cismática greco-católica uniata sirvieron de base al catecismo de los militantes de Euromaidan y de los sublevados que asaltaron el poder en Kiev.
Pero la iglesia uniata tiene un infamante pasado de colaboración con las ligas nazis de Stepan Bandera. Las funciones ideológicas y religiosas que el nuevo régimen ha asignado al «Patriarcado de Kiev» son las mismas que confió el III Reich a la iglesia evangélica alemana de Ludwig Muller. Siguiendo las huellas de los nazis alemanes, que en su época se dieron a la tarea de crear una iglesia luterana nacional unificada para el imperio alemán, los nazis ucranianos de hoy defienden un programa que resalta la necesidad de establecer una iglesia nacional ucraniana, separada.

Las leyes que proclaman

El primer acto altamente simbólico del nuevo régimen ucraniano fue la abolición de la ley sobre las lenguas regionales, que garantizaba –a nivel local– una relativa protección de los derechos elementales de los ucranianos de origen ruso y de la población rusoparlante, mayoritarias en Ucrania.
Al individuo que hoy se hace llamar «el presidente de Ucrania», Alexander Turchinov, se le señaló firmemente que no debía firmar ese decreto. Al régimen le pareció por lo tanto que lo más oportuno era posponer su guerra lingüística contra los rusoparlantes.
Ahora es el neonazi rusófobo Volodimir Yavorivsky quien preside la comisión encargada de elaborar la nueva ley ucraniana sobre las lenguas, secundado por la demente Irina Farion, nueva titular del ministerio de Educación, quien hasta hace poco amenazaba con deportar al este a los niños que persistan en conservar su nombre de pila ruso.
Según un miembro de esa comisión, los autores de la nueva «ley» aspiraban a crear una «policía lingüística» nacional. Sólo a causa de las exhortaciones europeas se decidió eliminar temporalmente del texto de ley toda referencia a la lengua rusa [1].
Los primeros intentos de la pandilla que ocupa el poder en Kiev también incluyen el corte de las transmisiones de los canales de televisión rusos que operan en Ucrania y una política de tolerancia –que equivale a una aprobación– hacia la ola de destrucciones de monumentos que los fascistas ucranianos consideran como incómodos recordatorios de los destinos, inseparables en muchos aspectos, de Ucrania y Rusia.
El partido Svoboda, muy ampliamente representado en el «gobierno provisional», ya ha puesto de relieve que considera necesario prohibir el uso de la lengua rusa en los lugares públicos. Ese partido tiene intenciones de convertir la desrrusificación en uno de los objetivos prioritarios de la nación, en el mismo plano que la erradicación de las actividades criminales.
Lo anterior es sólo una rápida muestra de los primeros experimentos de los equipos con los que cuentan los antiguos sublevados para empezar a imponer su versión actualizada de las siniestras leyes de Núremberg.

El ejercicio del poder

Aún bajo la amenaza de las armas de las «fuerzas de autodefensa de Maidan», el Consejo Supremo de Ucrania [2], cuyo funcionamiento actual constituye en sí mismo una violación de la constitución ucraniana, acaba de adoptar una resolución sobre la creación de una «Guardia Nacional» de 60 000 combatientes. Esa fuerza de intervención tendrá como misión garantizar «el orden público» (como el Nuevo Orden que en su época establecían los nazis alemanes en los territorios ocupados) y poner fin a los «desórdenes» que violen lo establecido en el Estado de urgencia. También contribuirá a la defensa de las fronteras (las fronteras con Rusia, por supuesto) y participará en las operaciones militares en caso de guerra. Los «grupos de autodefensa de Maidan» y de Pravy Sektor serán la punta de lanza de esa fuerza.
Al igual que las secciones de asalto alemanas, estos batallones, en su mayoría originarios de Lviv (en la parte occidental de Ucrania) actuarán –como las Waffen SS– al mismo tiempo como unidades de combate y como fuerzas represivas. En su época, los nazis alemanes se deshicieron rápidamente de los generales de Wehrmacht que se atrevieron a oponerse a que se creara y se armara un «ejército del partido». Recurriendo a la misma estratagema, el «primer ministro» en funciones, Arseny Yatseniuk, no vaciló en destituir a 3 ministros delegados de la Defensa que se atrevieron a oponerse a su descabellado proyecto de armar a los militantes de Pravy Sektor.
En Ucrania, el ministerio del Interior, la Oficina Ucraniana de Seguridad y los servicios del fiscal general pasarán pronto al baúl de los recuerdos. Una única y simple misión les ha sido asignada: la identificación de escépticos y opositores para castigarlos.
A lo largo y ancho del país se incita a los ciudadanos –recurriendo a todos los medios publicitarios– a utilizar números telefónicos que les garantizan el anonimato para delatar a todo individuo sospechoso de ser favorable al separatismo. Los teléfonos están interceptados. Se espían los mensajes de correo electrónico. Las maniobras de intimidación y amenazas de procesos judiciales o de convocación a las oficinas de los servicios de seguridad son de público conocimiento. Agentes encubiertos fotografían abiertamente a toda persona vista en las cercanías de alguna reunión antifascista. Se ha creado una comisión de ajuste de los servicios estatales para organizar la expulsión de los «elementos no confiables».
La promulgación de una amnistía general que absuelve a los «héroes de Maidan» de todos los crímenes y delitos de los que estaban acusados –incluyendo los asesinatos– ha sido el preludio a la apertura de una cascada de investigaciones de naturaleza muy diferente. Se han pronunciado inculpaciones contra personas acusadas de ser separatistas, federalistas o de haber participado en la «toma» de los edificios administrativos en el sudeste del país, etc. Y puede verse la aparición fulgurante de un sistema generalizado de vigilancia y represión fuera de todo control. Ese sistema, que se dedica a reforzar todos los servicios represivos del Estado, no es otra cosa que la versión ucraniana contemporánea de la Gestapo alemana de otros tiempos.
La represión contra los opositores del régimen neonazi de Kiev alcanza proporciones tales que Ucrania pudiera verse rápidamente ante su propia noche de los cristales rotos, como la que orquestaron en toda Alemania las secciones de asalto en noviembre de 1938.
¿Puede mantenerse Rusia impasible ante la inminencia de ese peligro? Ya se cuentan por decenas las personas convocadas, interrogadas y enviadas a la tortura en las mazmorras de los servicios de seguridad ucranianos. Pronto serán cientos, y luego miles…
Pero los cómplices de los neonazis de Kiev en Washington y en Bruselas no parecen deplorar el resultado del plan que orquestaron para separar a Rusia de Ucrania. Se creen capaces de controlar la bestia neonazi que han alimentado y hecho crecer.
FuenteOriental Review
1] El idioma ruso es la lengua más utilizada en Ucrania
[2] Rada, órgano legislativo monocameral.


Ucrania, el bastión de Eurasia ante la OTAN 
por Umberto Mazzei    6/4/2014  La Haine
Por primera vez, desde 1990, el régimen de EEUU renuncia al uso o la amenaza de violencia. El 'excepcionalismo' estadounidense encontró un límite 
Desde la Guerra de los Siete Años (1756 – 1763) el Imperio Británico expandió sin rivales su control político y su comercio por todos los rincones del mundo. Por esa época sucedió en Europa la revolución técnica que creó la base para la revolución industrial. Comenzó también la prédica de la economía liberal, de la apertura de mercados, del intercambio imperial de productos elaborados contra materias primas. Es cuando comienza el Gran Juego, el asedio británico a la masa Euro-Asiática donde avanzaba Rusia hacia la India, China y Japón. Cien años después, el control financiero británico de las antiguas colonia españolas y la repartición de África, esbozan el prototipo anglo-sajón de globalización. Su freno era la alianza entre el Imperio Ruso y el recién reconstruido Imperio Alemán.
La primera fase técnica de la globalización neoliberal fue el comienzo de la Primera Guerra Mundial. Poco antes (1913) las elites financieras anglo-americanas habían creado la Reserva Federal, que sería la fuente de recursos financieros que hizo de Estados Unidos el acreedor de todos los beligerantes al final de esa terrible e innecesaria guerra. La primera post-guerra desplazó el centro de gravedad financiero de la City de Londres a Wall Street de New York. Fue un cambio geográfico, porque los grupos financieros anglo-sajones ya estaban ligados.
La crisis que comenzó en 1929 y que duró hasta la Segunda Guerra Mundial fue la primera prueba de los efectos de unas finanzas globalizadas con mercados abiertos. Como ahora, unos pocos se hicieron más ricos y muchos se arruinaron. En 1941, la política de mercados abiertos se fijó en la Carta Atlántica de 1941, la declaración conjunta anglo-americana sobre las políticas económicas internacionales para después de la guerra; debemos señalar que fue hecha antes de que EE UU fuese beligerante.
La victoria aliada trajo el pago eterno de las deudas de guerra, el plan Marshall, el Banco Mundial, el FMI y el dólar como moneda de referencia; todo eso entregó a los bancos de Wall Street la mitad de la economía mundial. Con la industria euro-asiática destruida, EE UU quedó como la única potencia industrial y también exportadora de materias primas. EE UU ayudó la recuperación, pero a cambio de apertura a sus empresas, que cubrieron con sucursales el mundo ajeno a la esfera soviética. La segunda fase hacia un mundo anglo-americano replicaba en Eurasia el anterior Gran Juego británico; pero en 1948 perdieron China, el premio ganado con la guerras del opio (1839 -1860).
En Eurasia hay dos grandes potencias: Rusia y China. La India pudiera serlo, pero es una obra británica, hecha con partes dispares que dificultan la toma de decisiones. Eurasia tiene los recursos humanos y físicos para ser el eje de la economía y la política internacional; el papel que, separados, ejercieron por milenios su extremo europeo y su extremo chino. Eso es justo lo que la política exterior angloamericana trata de impedir. Es la razón para la ocupación financiera y militar de Europa y erosionar su cultura; la razón para promover gobiernos corruptos y fomentar guerras y revueltas civiles que impidan la proyección euroasiática.
El Gran Juego sigue. Una parte esencial es impedir la proyección marítima de China en el Mar de China y de Rusia hacia el Mar Mediterráneo. Otro factor en esa estrategia es el control de la energía y el modo más económico es controlar su transporte. Estos elementos muestran la importancia de Ucrania como corredor del gas ruso hacia Europa y hacia la Crimea, la base de la flota rusa del Mar Negro. De allí el golpe de Estado euro americano en Kiev.
Ucrania y su papel energético
Europa depende de Rusia en cerca del 40% del gas que importa y la mayoría es transportado a través de Ucrania. Ese gas es transportado por gasoductos que pertenecen a Gazprom pero eso pudiera cambiar. Chevron firmó, en noviembre 2013, un contrato, con el gobierno ucraniano de Yanukovich, para explorar 650 mil hectáreas en busca de gas. Unos meses antes el mismo gobierno había firmado otro menos importante con Royal Dutch Shell.
El acuerdo de Chevron fue apoyado por Washington para reducir el comercio energético y la complementación económica de Europa con Rusia. El área asignada a Chevron incluye el Oleska Block, donde hay roca de pizarra con potencial en gas de esquisto. El problema es que el método para su obtención, llamado fracking hidráulico, es altamente contaminante y ha sido prohibido ya por algunos países europeos donde se usó, como en Rumania y Lituania.
Es probable que haya alguna coordinación entre el Departamento de Estado y Chevron para el golpe de Estado en Kiev, porque fue en un encuentro patrocinado por Chevron donde Victoria Nuland, Subsecretaria de Estado norteamericana para Europa del este anunció que el gobierno norteamericano había invertido 5 mil millones en prepararlo (promover la democracia en Ucrania, dijo ella). Se puede especular sobre si una razón del golpe de Estado sea la de nacionalizar los oleoductos de Gazprom, para darlos luego en administración a Chevron. De ese modo la venta de gas ruso y el aprovisionamiento europeo quedarían en manos de una empresa norteamericana muy vinculada con la política exterior de Washington.
El golpe de Estado mira evidentemente a penetrar Ucrania con intereses angloamericanos más que con intereses de la UE, porque Europa no es soberana; es regida por gobiernos títeres que obedecen órdenes de New York y Londres; está bajo ocupación militar y financiera. Lo demuestra que Bruselas hable de aplicar sanciones a Rusia, cuando a la industria y la población europea eso no conviene. El pretexto es castigar a Rusia por aceptar la solicitud de Crimea de integrarse a la Federación Rusa. Esa solicitud refleja el deseo de la población de Crimea y ya fue hecha en 1994, cuando la independencia ucraniana, pero que no fue acogida, sin duda por la influencia angloamericana en el triste gobierno de Boris Yeltsin.
Las sanciones por Crimea
Rusia no bombardeó 78 días para que la Crimea se separara de Ucrania, como la OTAN hizo en Serbia, para arrancar a Kosovo. La Crimea, de población rusa mayoritaria, se desprendió de Ucrania sola, impulsada por los atropellos contra la población de lengua y la cultura rusa cometidos enseguida por el gobierno ilegítimo puesto por los angloamericanos en Kiev. La Crimea usó el derecho a la autodeterminación, un derecho inapelable reconocido por las leyes internacionales. Ese resultado imprevisto del golpe de estado en Kiev inspira chistes sobre los US$5 millardos invertidos por Washington en el golpe…para que la Crimea regrese a Rusia.
La frustración por el fracaso en sacar a Rusia del Mar Negro y el temor de que el “gobierno provisional” en Kiev resulte muy provisional, ha causado un berrinche más en la Casa Blanca, que quiere castigar a la madre Rusia porque Crimea volvió a su regazo. Washington dice que se trata de proteger intereses vitales suyos, que, como siempre, están ubicados en otro país.
Las sanciones no temen el ridículo y, hasta ahora, son como sigue:
Primero, se interrumpe la colaboración militar con Rusia, aún cuando es la OTAN quien necesita a Rusia para llevar sin riesgo pertrechos militares a Afganistán;
Segundo, se excluye a Rusia del G-8; eso si tiene lógica porque la próspera Rusia no debe estar en un club de países arruinados; como la próxima reunión hubiera sido en Sochi y esa exclusión le ahorra a Rusia los esfuerzos y gastos de ser el anfitrión;
Tercero, se prohibió a un grupo de funcionarios rusos viajar a EE UU, sin saber si querrían ir; también se congelaron sus cuentas en EE UU, sin saber si las tienen. La UE hizo también su lista. Las sanciones estimulan el ahorro dentro de Rusia y el regreso de capitales. De paso, dio pretexto a Rusia para prohibir el ingreso a los agentes subversivos de la National Endowment for Democracy (NED), como el Senador John Mc Cain.
Se habla oscuramente de imponer sanciones económicas y eso es imposible para la UE. Las de EE UU serían irrelevantes por el monto y la composición. El gráfico es elocuente.
El comercio entre Rusia y la UE en 2012 fue de 276,5 millardos. Las exportaciones rusas fueron principalmente de gas y petróleo, por 76 billones. Sin ellas la UE se paraliza; las otras exportaciones importantes son cereales. Las importaciones rusas son maquinaria y transporte, por 50 millardos, químicos y farmacéuticos, todos productos de alto valor agregado.
EE UU también sufriría con las sanciones, porque Rusia es de los pocos países con quien EE UU tiene un superávit comercial. En 2013 las exportaciones rusas fueron por 112 millardos, principalmente gas y aluminio y las importaciones fueron 167 millardos, todas de alto valor agregado, como calderas y material nuclear o equipos ópticos.
La perspectiva futura ucraniana
Desde el derrocamiento del último gobierno elegido democráticamente por las turbas financiadas por la NED en Maidan. Ucrania no conoce paz. En parte porque entre los cuatro partidos asociados para el golpe, sólo Batkivshina – el de Yulia Timoshenko y “Yats” Yatseniouk, como lo llama Ms. Nuland – tiene alguna base electoral. Los otros tres son pequeños o recientes: Svovoda sacó 10 % en las últimas elecciones; UDAR que en ucraniano significa golpe, lo fundó en 2010 un boxeador; Pravy Sector es una milicia de choque, creada ad hoc en noviembre 2013. La visita de pleitesía que “Yats” Yatseniouk rindió a Obama no lo hará popular entre sus socios nacionalistas, los de tradición rusa o el ejército. Se sabe por encuestas que la mayoría ucraniana esta contra ser miembros de la OTAN.
“Yats” también ordenó la entrega a la Reserva Federal, el 7 de marzo, de las 36 toneladas de oro de reservas ucranianas, como reconoció la Reserva federal de New York. Cuando se sepa, es probable que cause violencia política y reacciones en las fuerzas armadas ucranianas. Es un caso claro de traición, porque cualquiera que sabe de finanzas - Yats es banquero – conoce que la FED no devuelve el oro que se le confía; como con las 1500 TM de oro alemán allí, que cuando Alemania pidió la entrega de 674 TM, solo se le devolvieron 5TM.
La perspectiva futura rusa
El golpe de estado euro-americano en Kiev ha llevado a una previsible crisis con Rusia. La hipocresía de EE UU y de la UE no encubre que el objetivo final del golpe era sacar la flota rusa del Mar Negro e instalar bases de la OTAN en Ucrania. Rusia no puede permitir eso porque son intereses vitales y tiene los medios para impedirlo. En Washington, ni el más loco de los halcones habla de acción militar o dice que “todas las opciones están sobre la mesa”.
Cuando se analiza las inversiones de Rusia en infraestructura puede verse que su proyección es más hacia el espacio euro-asiático que hacia Europa. Tiene una lógica absoluta, porque allí es donde están los recursos a los cuales aplicar su ciencia y tecnología. Europa es solo un mercado que se encoge a causa de políticas de austeridad impuestas por el rescate con dinero público de bancos privados insolventes.
El principal instrumento de esa proyección hacia el este es la Unión Económica Euroasiática, que nace de la Unión Aduanera entre Belarus, Kazakhstan y Rusia. La idea viene germinando desde 1994, cuando la lanzó el Presidente de Kazakhstan, Nursultan Nazarbayev. El acuerdo se firmó en noviembre 2011, se creo una Comisión Económica Euroasiática que lo administra y entrará a funcionar en 2015. Sus miembros fundadores son los mismos, pero se prevé la adhesión de miembros del espacio histórico zarista, como Armenia, Kirgiztan y Tajikistan, y aún de otros, como Siria, que ya manifestaron interés. EE UU, en cambio, ya manifestó su hostilidad: la entonces Secretaria de Estado, Hillary Clinton, dijo “estamos buscando medios efectivos para demorarlo o impedirlo” (Associated Press 06/12/2012).
Sobre Ucrania, hubo hace pocos días una propuesta conciliadora rusa que condujo a una reunión entre el Ministro de Relaciones Exteriores ruso Sergey Lavrov y el Secretario de Estado norteamericano John Kerry, en Paris, el 31 de marzo. En esencia se pedía dar amplia autonomía a las regiones rusas en Ucrania, al estilo suizo o tal vez español. Terry exigió concesiones inaceptables para discutirla, como el alejamiento de las tropas rusas de sus bases fijas en la frontera ucraniana y la inclusión en las conversaciones del ilegítimo gobierno transitorio ucraniano impuesto por Washington en Kiev.
Conclusiones
La principal es que por primera vez, desde 1990, los EE UU renuncian al uso o la amenaza de violencia para resolver una diferencia internacional. Un indicio de que el excepcionalismo americano basado en el “full espectrum dominance” encontró un límite político, económico y militar. La opinión pública americana y mundial está harta de guerras, otra más colapsaría la economía y con Rusia sería un mutuo suicidio militar.
La torpe retórica hipócrita ante el ejercicio en Crimea del derecho a la autodeterminación están camino a deshacer el principal triunfo diplomático obtenido por Henry Kissinger: el alejamiento entre la China y la URSS. Las sanciones que se quiera aplicar serán siempre inocuas para Rusia y perjudiciales para la UE, pero lo peor es que alejaran a Rusia, próspera y llena de recursos, hacia Asia; hacia el fortalecimiento de sus lazos con China.
El mayor beneficio que pueden sacar Rusia y China – la potencia energética y la potencia manufacturera - de su asociación es acabar de modo incruento, pero eficaz, con la agresividad de la OTAN; basta ayudar al colapso el dólar. No olvidemos que China es la patria de Sun Tzu, el estratega de las victorias sin batalla.
El imprudente golpe de estado en Kiev y la torpe secuela para legitimarlo va a provocar que el cacareado pivote hacia Asia no sea tanto de EE UU como de Rusia. Eso fortalecerá a China y será pésimo para la economía de la UE, pero tendrá el beneficio de colapsar económicamente a la OTAN, que no es otra cosa que la institucionalización, en 1949, de la ocupación militar anglosajona de Europa, desde 1945.
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