Los neonazis y la situación de Ucrania

La OTAN nunca ha tenido escrúpulos, las mal llamadas "democracias" europeas usan y se alían con quién sea, en este caso con los nazis, para implementar sus provocaciones guerreristas. Y con gusto le permiten a los nazis encender la mecha.

Europeos y la OTAN harán maniobras militares en Ucrania

Kiev aprobó los movimientos conjuntos para operaciones humanitarias y defensa del Estado

+ EFE - 01.04.2014, 08:15 hs - ACTUALIZADO 08:48 Texto: El Obssrvador
  • Manifestantes pro rusos bajan una bandera ucraniana en la base aérea de Novofedorivkax.
La Rada Suprema (Parlamento) de Ucrania aprobó este martes una ley que autoriza maniobras conjuntas con tropas de países de la Unión Europea y de la OTAN en su territorio.
La iniciativa fue apoyada por 235 de los 291 diputados que se registraron para la votación en la sesión parlamentaria e incluye, en total, a 7.000 militares de 17 países.
Las maniobras se desarrollarán entre mayo y noviembre de este año en distintas regiones ucranianas, dijo el diputado y exministro de Defensa Alexánder Kuzmuk.
"Son preparativos para operaciones internacionales de mantenimiento de la paz y la seguridad, operaciones humanitarias así como de búsqueda y rescate en tierra y en mar y de defensa de nuestro Estado", explicó, por su parte, el ministro de Defensa en funciones, Mijaíl Koval, según los medios locales.
El documento autoriza la realización de toda una serie de maniobras conjuntas en Ucrania, entre ellas las ucraniano-polacas "Orden público-2014" y "Cielo seguro-2014"; las ucraniano-estadounidenses "Rapid Trident-2014" y "Sea Breeze-2014"; y las multinacionales "Avalancha clara-2014", "Cárpatos-2014" y "Sur-2014".
Occidente se ha mostrado preocupado en reiteradas ocasiones por las supuestas amenazas de Rusia sobre las regiones del sur y el este de Ucrania, con alta presencia de rusohablantes, al igual que la región autónoma de Crimea, que entró a formar parte de Rusia el pasado 21 de marzo tras un referéndum para separarse de Ucrania.


Ucrania: Por qué se habla de estrategia de la tensión

Fuente: voltairenet.org
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  • El golpe de Estado de Kiev no debe interpretarse como un hecho aislado sino como un episodio de la estrategia de la OTAN dentro del antiguo espacio del desaparecido Pacto de Varsovia.

  • Hace 10 años nosotros mismos documentábamos en Il Manifesto cómo financió y organizó Washington la «revolución naranja» y el ascenso a la presidencia de Viktor Yuschenko, quien quería meter a Ucrania en la OTAN.

El golpe de Estado de Kiev no debe interpretarse como un hecho aislado sino como un episodio de la estrategia de la OTAN dentro del antiguo espacio del desaparecido Pacto de Varsovia. Al situarlo en su contexto, puede verse que los acontecimientos de la plaza Maidan son un nuevo ejemplo de la estrategia de la tensión.
La guerra por el control de Ucrania ha comenzado con una potente PsyOp (operación de guerra sicológica), en la que se recurre a las armas de distracción masiva ya utilizadas anteriormente. La televisión nos bombardea con imágenes de militares rusos que ocupan Crimea, así que no cabe duda de quién es el agresor.
Pero nos esconden otras imágenes, como la del secretario del Partido Comunista Ucraniano de Leopoli, Rotislav Vasilko, torturado por los neonazis que agitan una cruz de madera  . Son los mismos individuos que asaltan sinagogas al grito de «¡Heil Hitler!», resucitando el pogromo de 1941. Son también los mismos que recibieron durante años financiamiento y entrenamiento a través de los servicios de inteligencia y las «ONGs» de Estados Unidos y la OTAN.
Lo mismo sucedió en Libia y lo mismo está sucediendo en Siria, donde recurren a grupos islamistas hasta ahora clasificados como terroristas. Hace 10 años nosotros mismos documentábamos en Il Manifesto  cómo financió y organizó Washington la «revolución naranja» y el ascenso a la presidencia de Viktor Yuschenko, quien quería meter a Ucrania en la OTAN. Hace 6 años, al describir la maniobra militar Sea Breeze, realizada en Ucrania bajo el estandarte de la «Asociación para la Paz», escribíamos que «la “Brisa Marina” que sopla sobre el Mar Negro anuncia vientos de guerra»  .
Para entender lo que está sucediendo en Ucrania no basta con detenerse a mirar el panorama de hoy, hay que ver toda la película.
Es fundamental la secuencia de la expansión de la OTAN hacia el este. En 10 años (de 1999 a 2009), la OTAN abarcó a todos los países del antiguo Pacto de Varsovia, anteriormente aliados de la URSS, 3 repúblicas ex soviéticas y 2 de la ex Yugoslavia; y desplazó sus bases y fuerzas militares, incluyendo las que tenían capacidad nuclear, acercándolas cada vez más a Rusia, y armándolas con un «escudo» antimisiles –que no constituye un elemento defensivo sino ofensivo. Todo esto se concretó a pesar de las repetidas advertencias de Moscú, ignoradas o ridiculizadas como «estereotipos obsoletos de la guerra fría».
Lo que realmente está en juego en esta escalada no es la incorporación de Ucrania a la Unión Europea sino la anexión de Ucrania por parte de la OTAN. Esta forma de actuar de Estados Unidos y la OTAN es una verdadera estrategia de la tensión que, más allá de Europa, busca contrarrestar la creciente influencia de la potencia que conservó la mayor parte del territorio y los recursos de la URSS, potencia que ha logrado recuperarse de la crisis económica que enfrentó al término de la guerra fría, que logró reactivar su política exterior –como lo demuestra el papel que ha desempeñado en Siria– y que se ha acercado a China creando así una posible alianza capaz de hacer frente a la superpotencia estadounidense. A través de esa estrategia se empuja a Rusia, como se hizo en el pasado con la URSS, hacia una carrera armamentista cada vez más costosa, para tratar de desgastarla acentuando las dificultades económicas internas que afectan a la mayoría de la población, tratando de arrinconarla para llevarla a reaccionar en el plano militar y aislarla así de las «grandes democracias», lo cual explica la actual amenaza de excluirla del G8.
La representante de Estados Unidos ante la ONU, Samantha Power, campeona de una «responsabilidad de proteger» que Estados Unidos parece ostentar por derecho divino, ha solicitado el envío a Ucrania de observadores de la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa).
Se recurre así nuevamente a los mismos observadores que, bajo la dirección de William Walker –quien dirigió también los servicios secretos estadounidenses en Salvador– sirvieron de pantalla a la CIA en Kosovo, proporcionando al UCK  instrucciones y teléfonos satelitales con vista a la guerra que la OTAN estaba a punto de desatar. Durante 78 días, y despegando principalmente de bases aéreas italianas, 1 100 aviones de guerra realizaron 38 000 misiones aéreas en las que utilizaron 23 000 bombas y misiles.
Esa guerra se terminó con los acuerdos de Kumanovo, que preveían un Kosovo ampliamente autónomo, con una guarnición de la OTAN, pero que habría de mantenerse bajo la soberanía de Belgrado. Acuerdos que fueron simple y llanamente desechados en 2008 con la independencia autoproclamada de Kosovo, rápidamente reconocida por la OTAN a pesar de las divergencias que ello ha provocado en el seno mismo de la Unión Europea, donde España, Grecia, Eslovaquia, Rumania y Chipre aún se niegan hoy en día a reconocer esa independencia.
Esa es la OTAN que, en este momento y por boca de Rasmussen, acusa a Rusia de violar en Ucrania el derecho internacional.


Los neonazis patrullan Kiev 
por Unai Aranzadi    :31/3/2014 La Haine
Mientras la prensa burguesa habla de "aislar" a Rusia y de las acciones "ilegales" de Moscú, el pueblo ucranianio se esconde de las hordas de nazis borrachos y armados 
Es media noche y la columna de encapuchados sale de uno de los aledaños de la plaza de la Independencia, hoy más conocida como “Euromaidán”. Son unos sesenta, con ropa militar, chalecos antibalas, barras de acero, cascos y hasta cartucheras que podrían albergar pistolas. Aquí fue donde el pasado veintiuno de noviembre se iniciaron las protestas a favor de la asociación de Ucrania con la Unión Europea, las cuales terminaron en golpe de Estado contra Viktor Yanukóvich, un presidente electo pero corrupto.
Según Oleksander, un vecino que aplaude al paso de lo que él llama “brigadas de luchadores”, la actividad de estos hombres alzados en armas comienza a las doce y termina a las seis de la mañana, y como esta “brigada”, horas antes se divisaban con facilidad otras columnas de los diferentes grupos ultraderechistas que dominan la zona durante las veinticuatro horas. “Tienen dividido todo el centro histórico de Kiev para evitar la presencia de extranjeros, comunistas, homosexuales y rusos”, afirma este vecino que dice ser “un simple defensor de una Ucrania unida y disciplinada a la que le hace falta orden y honor”. Desde hace unos días, en Internet ya se pueden ver los videos de violentos “operativos de limpieza” llevados a cabo por estos grupos contra simples transeúntes, cargos públicos y hasta un blindado del ejército paseándose por el centro de la ciudad con la bandera de Svoboda, el partido neonazi que hoy está en el gobierno con un vice primer ministro, tres ministros, el fiscal general del Estado y cinco gobernadores de provincias entre otras decenas de importantes cargos públicos con responsabilidades en el Estado.
“Pero ellos no son los únicos que están luchando. Nosotros somos tan patriotas como ellos o más. De hecho muchos militantes de Svoboda se han cambiado a nuestro movimiento”. Mykola, que se encarga de “evitar que vengan espías extranjeros” a la plaza de la Independencia, viste ropa militar, dice esconder una Makarov de 9mm y lleva un radio transmisor adherido al pecho. Es miembro del nuevo partido Pravy Sektor (Sector Derecho) y se acerca a hacer preguntas “a todo aquel que pueda suponer una amenaza para la revolución que hemos comenzado”. Sereno a pesar de un aliento que destila vodka, enumera las alianzas que hasta el momento les han ayudado. “La Unión Europea nos ha sido favorable y sería bueno ingresar en ella más adelante, por eso algunos ponen las estrellitas alrededor de nuestro escudo nacional. Sin embargo nosotros somos más bien tercera vía, eso sí, dentro de la OTAN. Si nos apoyan los americanos hasta lucharíamos contra Rusia”. El partido nacionalsocialista Svoboda, aunque en este momento vive el punto álgido de su historia lleva desde principios de los noventa en activo (bajo las siglas de partido “nacional social”) y tiempo en las instituciones, pero otros, como Pravy Sektor, se fundó al calor de las primeras protestas europeístas del pasado noviembre, y se estima que hoy cuenta con más de cinco mil miembros entrenados y bien pertrechados de su característica indumentaria bélica.
No obstante, desde finales del año pasado ambos se han beneficiado de una articulación, financiación y crecimiento difícil de explicar, y atribuida por el exjefe de los servicios de inteligencia, Alexánder Yakimenko, “a la obvia llegada de donantes extranjeros que a través de algunas embajadas que distribuyeron grandes cantidades de divisas. Eso se pudo comprobar por sus visitas a embajadas como la de Polonia y Estados Unidos o en cómo se cambiaron dólares alrededor de Maidan”. Miles de chalecos antibalas a 1200 dólares la unidad, equipos de radio para comunicarse, ranchos con los que alimentar a todas sus “brigadas” o los rifles con mira telescópica que utilizaron durante el “Euromaidán” suponen un gasto muy considerable que choca con la realidad de unos grupos surgidos de la marginalidad y el paro. Precisamente en uno de esos ranchos, “la patriota Sofiya”, como le llaman sus compañeros, sirve sopa, café y bocadillos a los militantes de guardia. Al ser preguntada por quien financia estas cantinas que abastecen veinticuatro horas al día a unos pocos miles de neonazis, responde con un escueto, “nos quiere mucha gente, dentro y fuera”.
La plaza del “Euromaidán” es un rosario de tiendas de campaña color caqui, remolques-caldera del ejército que sirven para calentar las estancias de los paramilitares, barricadas tan altas como casas, fogatas donde se cocina las veinticuatro horas y edificios ocupados en los que los centinelas son jóvenes y adultos con cascos militares, pasamontañas y rosarios colgados de los antebrazos. En la puerta de lo que antes era un edificio de la administración pública, los hombres de Pravy Sektor que lo ocupan ya están borrachos, y han dejado sus porras y escudos sobre una suerte de sacos terreros que a modo de trinchera protegen la entrada. Sobreexcitados, cada uno de ellos tiene su propia versión de lo que sucedió durante lo que ellos llaman “la revolución”, y aunque casi todos hablan a favor de continuar en alianza con Estados Unidos o Alemania (países que tuvieron y vuelven a tener conexión directa con estos grupos ultras) otros prefieren mantener relaciones internacionales de un perfil más bajo, lo que llaman “la solidaridad de las naciones europeas”, en alusión a las alianzas que han construido tras recibir las visitas de emergentes grupos neonazis como los Nordisk Ungdom [Juventud Nórdica] de Suecia, el NPD de Alemania o Jobbik de Hungría entre otras docenas de organizaciones de extrema derecha que han hecho de Kiev su nueva meca.
A pocos metros de ahí, tras el check point paramilitar que a falta de autoridad legal controla uno de los accesos a la plaza, Vasyl vende recuerdos de “la revolución ucraniana”, así como souvenirs de Svoboda, banderas de Ucrania mezcladas con la de la Unión Europea y parches de Pravy Sektor. Los compradores de dicha simbología ultranacionalista no son tanto los skin heads venidos de todo el mundo o uniformados locales, sino familias con niños, visitantes de provincias y algunos jóvenes que dicen no estar de acuerdo con Pravy Sektor o Svoboda, ”aunque son patriotas y en cierta medida les entendemos”, asegura Nataliya, estudiante de bellas artes y fervorosa defensora “de los valores que representa la Unión Europea”. Uno de los productos que más se vende en estos puestos es la efigie que en la nueva Kiev ha desplazado el escaso culto que aún se rendía a la figura de Lenin. Se trata de Stepan Bandera, héroe nacional para gran parte del nuevo Gobierno y fundador del “Ejército Insurgente Ucraniano”, la agrupación armada que durante la segunda guerra mundial colaboró con los nazis alemanes en el extermino de polacos, comunistas y sobre todo judíos, el colectivo minoritario más contradictorio bajo el nuevo Gobierno. Días después de que un líder de Pravy Sektor, Aleksandr Muzychko –fallecido esta semana en un tiroteo aún por aclarar- diese un discurso incendiario –Kalashnikov en mano- sobre los judíos, Reuven Din El, el embajador de Israel en Ucrania se reunió con Dmytro Yaros (otra cabeza visible de Pravy Sektor) zanjando en algún tipo de acuerdo no revelado toda posible confrontación entre la comunidad judía y los ultraderechistas que hoy gobiernan el país.
En este sentido, la “Agencia de Noticias Judía” llega aún más lejos, publicando informaciones (que diarios israelíes como Haaretz también han difundido) según las cuales varios miembros relacionados con el ejército israelí estuvieron bajo las ordenes de Svoboda durante los combates acaecidos en el “Euromaidán”, destacando una pequeña unidad israelí llamada “los cascos azules” que eran de origen ucraniano (como tantos israelíes) lo cual facilitaba su perfecta mimetización en la sociedad. Su líder, un exmilitar que hablando en hebreo no quiso aclarar si acudió a Kiev como contratista del gobierno sionista o como voluntario, declaró, “no pertenezco a Svoboda aunque he operado bajo sus ordenes. Para mí, son como hermanos, y no olvidemos que en las protestas había muchos judíos”, extremo confirmado desde diciembre por el diario conservador, Jerusalem Post quien publicó un reportaje en el que afirmaban que “judíos jóvenes de organizaciones internacionales han prestado apoyo logístico así como organizativo en las barricadas”.
El encuentro entre el embajador israelí en Kiev con Dymitro Yarosh (que se produjo poco antes del de Netanyahu con Obama en la Casa Blanca) es posible que responda, no sólo a contener cualquier posible ataque descontrolado contra miembros de la comunidad judía, si no a tratar el tema de “la seguridad” como una estrategia local de participación internacional, pues hoy, Dymitro Yarosh no sólo es un alto cargo en Pravy Sektor, sino secretario para la seguridad nacional, y por ende, responsabilidad de gran interés para Estados Unidos y Europa Occidental.
Ya de madrugada, a varias manzanas del “Euromaidán”, donde las pintadas de las SS (en clara alusión a las Waffen-SS de Hitler) son menos frecuentes, algunas oscuras calles son controladas por “pequeñas unidades patrióticas” de cuatro o cinco hombres en estado de embriaguez, como la que lidera esta madrugada de sábado el joven Bodan. “A veces tenemos discusiones con ellos, pero casi toda la policía confía en nosotros. Donde nosotros estamos no se roba, no hay crimen sino orden y respeto por la verdadera Ley”.
A la pregunta de cuál es la verdadera ley, responde. “Nosotros somos la ley. Tenemos la fiscalía del Estado con Svoboda, la jefatura de seguridad nacional con Pravy Sektor y a Ihor tenyukh también de Svoboda como Ministro de Defensa. ¿Qué más quieres?”. La pandilla paramilitar continúa su errático tránsito en busca de un que hacer. En la zona no se divisa policía, tan sólo una coche patrulla vacío que tratan como si fuese suyo. Tampoco se aprecia ni un décimo de toda la prensa extranjera que desde esta plaza y estas calles legitimó “la revolución” contra el anterior gobierno. Así, el fascismo campa por Kiev a sus anchas, sin policía que los reduzca ni prensa que lo denuncie.
* Videoreportero independiente especializado en derechos humanos y conflictos armados.
independentdocs.com


Kiev ordena desarmar a los ultras del Maidán

El Parlamento aprueba una moción contra el Sector de Derechas, el grupo más radical de las protestas


Miembros del movimiento Sector de Derechas abandonan este martes un hotel en Kiev. / K. I. (EFE)
Al Gobierno de Kiev se le ha acabado definitivamente la paciencia con Pravy Sektor (Sector de Derechas), el grupo violento de extrema derecha que casi hizo descarrilar el movimiento pacífico de protesta del Maidán y que con sus desmanes ha empañado la imagen de la revolución ciudadana que en febrero desalojó del poder al presidente Víctor Yanukóvich. El Parlamento ucranio ordenó este martes desarmar a todos los grupos ilegales, horas después de que la policía irrumpiera en la noche del lunes en el cuartel general del grupo, el hotel Dnipro en Kiev; horas antes, un tiroteo protagonizado por uno de sus miembros había causado tres heridos.
“El Parlamento ordena al Ministerio del Interior y a la seguridad del Estado que desarmen inmediatamente a todos los grupos ilegales”, reza el texto aprobado por la Rada Suprema. “Solo los miembros de las fuerzas armadas de Ucrania, la Guardia Nacional o el servicio de seguridad estatal (SBU, unidad antiterrorista) pueden llevar armas”, confirmó el presidente en funciones, Olexandr Turchínov. “Si no pertenecen al Ejército, la Guardia Nacional o la policía, son saboteadores que actúa contra Ucrania”.
El texto aprobado por la Rada Suprema relaciona el “creciente ambiente de violencia” que se registra en el país con lo que denomina “provocaciones sistemáticas de ciudadanos extranjeros en las regiones del sureste y Kiev”, en clara alusión a presuntos agentes rusos o provocadores profesionales que estarían azuzando la inestabilidad en esas zonas a instancias de Moscú. Fue precisamente el clima de violencia y la amenaza potencial que supone para la minoría rusa que habita en Ucrania lo que llevó al Kremlin a justificar su intervención en Crimea. Rusia considera el derrocamiento del prorruso Yanukóvich un golpe de Estado, y al actual Gobierno en funciones, ilegítimo.
Kiev es perfectamente consciente que cada nueva acción incontrolada de Pravy Sekto, ahora reconvertido en partido político, da munición a Moscú para radicalizar su actitud contra Ucrania. Por eso la orden de desarmar a los grupos ilegales es una tensión más en el pulso que libran el Ministerio del Interior y el grupo ultra —hasta hace solo un mes, compañero de filas en el Maidán de los actuales gobernantes— a menos de 60 días de las elecciones presidenciales, previstas para el 25 de mayo. La semana pasada, uno de los dirigentes más violentos de Pravy Sekto, Alexandr Muzichko, coordinador local de Rovno (oeste), resultó muerto al resistirse a ser detenido por la policía.
Pravy Sektor fue el primer grupo dentro del Maidán en recurrir a la violencia contra las antiguas Berkut (fuerzas especiales de la policía, desmanteladas tras la revolución), con el uso de explosivos caseros, piedras, bates, o quemando vehículos policiales. Tras el cerco policial de esta madrugada, los ultras que ocupaban el hotel abandonaron el edificio y fueron conducidos a otras bases en las afueras de la ciudad, informó el ministro del Interior, Arsen Abakov, a través de Facebook. La policía se incautó en el establecimiento de varias armas, que serán sometidas a exámenes de balística para determinar si han sido utilizadas en delitos previos.


Así entienden los nazis y la derecha en Ucrania la "defensa de la soberanía nacional" contra "la intromisión extranjera". Deberían avisarles de que están OCUPADOS y encima con una monumental deuda

Ucrania permite la entrada de tropas de la OTAN en su territorio

Publicado: 1 abr 2014 | 10:10 GMT Última actualización: 1 abr 2014 | 10:10 GMT RT

© RIA Novosti Grigoriy Vasilenko
El Parlamento ucraniano permitirá a unidades militares extranjeras, incluidas las de EE.UU., entrar en el territorio nacional para participar en las maniobras conjuntas que se celebrarán este año.
La Rada (Parlamento nacional) aprobó este martes la decisión del autoproclamado presidente del país, Alexander Turchínov, de admitir la entrada durante el presente año de contingentes militares de otros Estados, incluidos los de Estados Unidos, para participar en ejercicios militares internacionales en territorio ucraniano, según RIA Novosti.

De acuerdo con la legislación de Ucrania, en el país se prohíbe la entrada de cualquier unidad militar de otro país. Además no se permite el estacionamiento de bases militares extranjeras, por lo que las tropas de otros países deben de ser admitidas cada vez en el territorio nacional mediante una ley especial que obligatoriamente debe ser presentada por el presidente.

Según el jefe de la subcomisión parlamentaria de Seguridad Nacional y Defensa, Alexander Kuzmuk, el ejercicio se llevará a cabo entre mayo y noviembre.

"Esperamos que participen en el ejercicio más de 7.000 efectivos. Se llevará a cabo en el sur de Ucrania, en el mar Negro. También se llevarán a cabo en el oeste de Ucrania. El ejercicio involucrará a la Armada, los infantes de la Marina y las fuerzas de la Guardia Costera", señaló Kuzmuk al hablar en el Parlamento.

Texto completo en: http://actualidad.rt.com/actualidad/view/123988-ucrania-entrada-tropas-extranjeras-otan

Pensamiento crítico

Vicenç Navarro

Lo que no se está diciendo sobre Ucrania II

31 mar 2014

Hace unos días publiqué un artículo Lo que no se está diciendo sobre Ucrania (Público, 18.03.14) en el que alertaba que una nueva Guerra Fría se estaba preparando, y me preocupa que lo que está ocurriendo desde entonces confirma esta preocupación. Esta nueva Guerra Fría es entre Occidente, liderado por el gobierno federal de EEUU, y Rusia, que sustituye a la Unión Soviética. Rusia es presentada por EEUU y la UE como una fuerza imperialista que, continuadora de la tradición de la Unión Soviética, desea expandirse hacia el Oeste, habiendo mostrado esa vocación ofensiva anexionándose Crimea. Según esta interpretación, Rusia se ha aprovechado de la crisis ucraniana para anexionarse Crimea. Esta es la versión más común de lo que está ocurriendo. Y forma parte de la demonización del gobierno ruso que, aun no siendo un fenómeno reciente, se ha incrementado (los mayores medios de información estadounidenses cubrieron ya muy negativamente los Juegos Olímpicos de Invierno que tuvieron lugar en el territorio ruso), alcanzando su máxima expresión estos días en la cobertura de la situación en Ucrania y en Crimea que han hecho estos medios. Y esta situación está alcanzando unos niveles preocupantes.
La visita del Presidente Obama a Europa ha reforzado este mensaje de que Rusia es una amenaza. Incluso riñó (y no hay otra manera de decirlo) a la UE por gastarse tan poco –según él- en gasto militar. Lo que Europa debería hacer –acentuó Obama- es lo que hace el gobierno federal de EEUU: gastarse mucho más dinero en defensa. Conociendo el nivel de docilidad de la UE hacia el gobierno de EEUU, es más que probable que ningún gobierno de la UE le responda, pero es una lástima que no lo hagan, pues debe señalarse al Presidente Obama que el enorme retraso social de EEUU se basa, precisamente, en el excesivo gasto militar de aquel país. Exigir que la UE se gaste más en defensa quiere decir en la práctica que gaste menos en su Estado del Bienestar y en mejorar el bienestar de la ciudadanía.
Pero antes de responder el argumento de que Rusia es una amenaza para Europa Occidental, quisiera hacer una clarificación de tipo personal. Fui declarado persona non grata en la Unión Soviética del Presidente Breznev, y mi libro crítico Social Security and Medicine in the USSR fue prohibido en aquel país. Habiendo mostrado mi simpatía, que continúo teniendo, hacia la Revolución Bolchevique, y habiendo agradecido –como también hizo Winston Churchill– la enorme contribución que el pueblo ruso y el régimen soviético hicieron a la derrota de Hitler, mi espíritu crítico también me forzó a hacer una crítica del sistema dictatorial que aquel país había establecido, en el que los equipos dirigentes del Partido Comunista se habían convertido en la nueva clase que controlaba el Estado y los medios de producción, persuasión e información para beneficio propio, lo cual continúa ocurriendo ahora, siendo esta casta ex comunista la nueva clase capitalista. No se me puede etiquetar, por lo tanto, como pro ruso o pro soviético. No tengo, pues, ninguna simpatía ni por el régimen soviético ni por el régimen postsoviético, que considero escasamente democrático.
Habiendo dicho esto, tengo que subrayar que en el conflicto actual es Occidente (y muy en particular el gobierno federal de EEUU y el establishment que gobierna la Unión Europea) el que tiene una mayor responsabilidad en lo que está ocurriendo en Ucrania, incluyendo la anexión de Crimea por parte de Rusia. La incorporación de Crimea a la Federación Rusa es la lógica respuesta a lo que ha estado ocurriendo en las fronteras de Rusia, donde la OTAN ha ido expandiendo continuamente su influencia y bases militares en los países limítrofes, lo que Rusia ha visto, con razón, como una amenaza a su existencia. Las constantes aseveraciones de que la OTAN no tenía ninguna intención hostil hacia Rusia no eran creíbles. Y el comportamiento de la OTAN así lo atestigua.
Se olvida con excesiva frecuencia que Rusia vivió dos experiencias horribles durante el siglo XX. Una fue la intervención militar del 1918-1921 en la guerra civil rusa, orientada a deponer la revolución del 1917. Y la segunda fue durante el periodo 1941-1945 con la invasión nazi, que le costó más de 20 millones de muertos (un coste humano enorme no sufrido por ningún otro país durante la Segunda Guerra Mundial). El pueblo ruso tiene memoria histórica, y la invasión nazi y la lucha del pueblo ruso en contra del nazismo son parte del imaginario colectivo vivo de aquel país.
La continua expansión de la OTAN hacia el Este ha sido una constante provocación. Y se veía venir que algo ocurriría, pues lo que estaba sucediendo era insostenible. El movimiento popular en contra del gobierno corrupto de Ucrania no fue en sí la chispa del problema. Lo fue, en cambio, el protagonismo dentro del nuevo gobierno ucraniano de fuerzas políticas herederas de las que lucharon al lado de Hitler frente al Ejército soviético. Y para más inri, estas fuerzas abolieron la ley que protegía el ruso, ampliamente utilizado en el este del país. ¿No veían los gobiernos de EEUU y de los países miembros de la UE que cada acción era una provocación? En realidad, varios autores predijeron que Rusia respondería, como ha respondido.
Ni que decir tiene que el gobierno ruso dirigido por el Presidente Putin es un régimen que debe denunciarse y criticarse por su componente autoritario, insensible a los derechos humanos, que viola en su legislación derechos sociales, laborales i políticos. Pero el científico social tiene que intentar ser objetivo. Y no son sostenibles ni la tesis que demoniza al régimen Putin, presentándolo como la causa de las tensiones en Ucrania, ni aquella otra presente en amplios sectores de las izquierdas, que en su intento de ser ecuánimes indican que la culpa la tienen los dos bandos. No, la responsabilidad es la del gobierno federal de EEUU y de los gobiernos de la UE. Sería un gran error que la UE siguiera al gobierno federal de EEUU, precisamente en un momento en el que el propio pueblo estadounidense ha mostrado, en su activa movilización en contra de la intervención en Siria, su hartazgo hacia las continuas intervenciones militares del gobierno federal de EEUU, para mayor gloria y beneficio del complejo militar de aquel país. La Unión Europea no debe seguir los pasos de aquel gobierno.

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