El “Cuco” del voto en blanco y mis razones
Por Veronika Engler
Una persona a la que quiero mucho me dijo que era muy dura en mis críticas, lo pensé bastante, releí los textos que han sido publicados y después de mucho pensar llegué a la conclusión de que soy dura e intransigente con respecto a ciertos principios, pero que mis críticas están basadas en hechos y no en suposiciones. Cuando escribo sobre un acontecimiento político, habitualmente ligado a la vulneración de los Derechos Humanos, se trata de situaciones que acarrean un gran dolor a quienes padecen las decisiones políticas que suelo criticar, o sea a las víctimas directas o indirectas de los hechos en cuestión. Si esas decisiones las hubiese tomado un gobierno tradicional, el FA pelearía a capa y espada desde la oposición, como lo ha hecho. Entonces me pregunto, ¿el ser gobierno permite transar y negociar con los principios que se defendieron desde la izquierda?, ¿nos permite mirar para otro lado y justificar actitudes que nunca antes toleramos?, ¿el ser gobierno significa munirse de una doble moral hipócrita que nos lleva a ser amigos de los poderosos, defender a los opresores, practicar el nepotismo, el amiguismo y justificar la represión? Pienso que lo racional es exigir a los políticos que hoy nos gobiernan que sean consecuentes con la historia que los llevó a ocupar los lugares que hoy ocupan y no que miremos para otro lado.
Cuando expreso mi decisión de no votar al FA en las próximas elecciones encuentro muchas opiniones afines. También me he encontrado con varias personas que se preguntan a quién votar o quieren una alternativa partidaria. El tercer grupo, conformado por frenteamplistas, esgrime algunas razones:
1- que el FA es el único proyecto político de cambio
2- que votar en blanco significa darle indirectamente el voto a los partidos tradicionales
3- que hay que “pelearla” desde adentro.
A los que preguntan por alternativas partidarias, les comunico que no creo que hoy por hoy las haya, pero esa es mi opinión personal.
A los demás:
1- No creo que haya habido cambios significativos hacia la izquierda a pesar de los dos períodos de gobierno y los cinco períodos de intendencia y como no tengo dudas de que estoy situada en una posición de izquierda, los cambios hacia la derecha no me sirven aunque sean “conciliadores”. La política de agrandar la torta para que les toque algo a los más necesitados tampoco me sirve mientras la tajada más abundante se la sigan llevando los que más tienen.
2- No creo que importe hacia donde va el voto si cae en gobernantes que no representan el pensamiento de izquierda, los partidos tradicionales no tienen mucho peso ya que el FA los ha derrotado haciendo lo mismo que ellos pero con mayor apoyo popular y desde una posición de “pseudo izquierda” llamada progresismo.
3- por más que la militancia ”la venga peleando desde adentro”, repito, desde hace dos gobiernos y cinco intendencias, no ha habido cambios que me indiquen que rumbeamos por buen camino. Por otro lado he visto que “los de adentro” que no se pliegan a las políticas decretadas desde presidencia son removidos de sus cargos, como el senador Guillermo Chifflet, el director de ASSE Mario Córdoba, o la Ministra de Vivienda Graciela Muslera.
No me sorprende la gente que apoya al gobierno progresista si lo ve y acepta tal cual es y por ende lo reconoce y reconoce estar de acuerdo con las políticas que desarrolla. Un gobierno con un discurso ambiguo, que de hecho está colmado de estrategias que paulatinamente nos arriman a la derecha, de tibiezas políticas y conceptuales, un gobierno permisivo que pretende quedar bien con dios y con el diablo. Todos tenemos derecho a opinar, pensar y defender nuestras ideas, el problema es que no todos reconocen que estamos parados justamente allí; en el terreno del concilio con lo que siempre repudiamos. La mayoría se siente espiritual o moralmente ligados a una historia de izquierda que defendía otros principios y proponía cambios más radicales y concretos. Reconozco que me irrita un poco discutir con quienes para defender a capa y espada la política progresista, se ven obligados a disfrazar algunas realidades y omitir otras, que a mi entender son injustificables. Esto me sucede sobre todo con las personas que considero inteligentes y que sin embargo caen en estas prácticas justificativas, la primera sensación que me produce esta actitud es que subestiman mi inteligencia o no se dan cuenta de que ellas y ellos mismos se sitúan en una posición complicada de defender y que carecen de argumentos de peso y comprobables. Poco me importa lo que se trasmita si no tiene una base real, en un papel pueden parecer maravillosas un sinfín de políticas sociales que pierden su valor si no son aplicadas para que cumplan con la finalidad de apoyar a los más débiles, a los más vulnerables. Y ellas y ellos son justamente los que tienen enorme dificultad para acceder a esos beneficios, por varios motivos: La incapacidad de moverse en esos ámbitos, de cumplir con los requisitos solicitados y hasta de llenar un formulario para obtenerlos, eso hace que sean dependientes de quienes trabajamos en el tema y que no podemos llegar a cubrir toda la población que necesita respaldo, por otro lado no tenemos las herramientas necesarias y chocamos continuamente con las instituciones que deberían funcionar como un aceitado instrumento eficaz para solucionar por ejemplo, el tema de la vivienda. La contaminación por plomo u otros contaminantes es un tema que debería estar cubierto desde varios frentes porque sus consecuencias son de gravísimo índole, sin embargo no es así aunque en su momento fue utilizado, con absoluta razón, como artillería política por el FA contra el gobierno de Batlle.
Desde una posición izquierdista, ¿quién puede defender las políticas militares, acompañadas de los descarados coqueteos con EEUU?; el cada vez más inflado presupuesto militar, mientras las escuelas y hospitales se caen a pedazos; el ingreso de SEALs en nuestro territorio para entrenar soldados criollos; el envío de tropas uruguayas a las “misiones de paz” y lo que es peor, el mirar para un costado frente a las brutalidades por ellas cometidas; el hacer la vista gorda al hecho que en nuestro país desde hace años hay milicos acompañados de personal perteneciente a la embajada de EEUU pidiendo documentos.
Cargamos con el tema de los DDHH y con la maldita impunidad que nos carcome los huesos y se nos ríe en la cara mediante la defensa y la solapada disculpa a represores y genocidas. Nos exponemos a confusas situaciones que dan lugar a que un personaje como Amodio reaparezca en escena pretendiendo bondades en el reparto del perdón, o que Gavazzo escriba un libro. “Tras cuernos palos”, los ministros de la SCJ trasladan a jueces dispuestos a investigar los crímenes cometidos por el terrorismo de estado, pero nosotros no nos detenemos a pensar en las fechas en las que dichos ministros fueron electos par esos cargos, en quien los designó, ni en cual fue su recorrido durante la época de la dictadura. Sin embargo están allí y les prometo que no es por arte de magia. Pero la película no termina, le sigue la anulación de la ley interpretativa que permite juzgar a estos criminales… y nosotros, que a esta altura nos tragamos varias pastillas, volvemos a pasar por alto el hecho de que teniendo mayoría parlamentaria no se haya anulado una ley inconstitucional que nos cubre de oprobio y vergüenza frente a las víctimas, frente a la sociedad y frente al mundo, o no nos intriga saber porque el FA tiene en sus filas a varios Sempronis y acogió a un tipo como Saravia.
Se cita a declarar en la jefatura de policía, departamento de operaciones especiales, a varias personas que decidieron acompañar a la jueza Mota en su doloroso traslado, mientras tanto los represores festejan otra victoria. Después de que se vuelven a citar, se suspenden sorpresivamente las citaciones (...). Siguen poniendo trabas para acceder a los documentos pertenecientes a archivos militares e incluso un torturado, niega la posibilidad de sacar fotografías para documentar los lugares donde se torturó.
La represión y el caos policial; parece que los supuestos nuevos miliquitos se están “yendo de mambo”. Y eso que Bonomi compra motos y patrulleros, los deja reprimir a mansalva apoyándose en la muleta de la seguridad. No nos damos cuenta acaso de la tendenciosa diferencia entre el ruido mediático y las declaraciones del Bicho frente a la situación de la negativa a mandar un patrullero a Carrasco en una denuncia de intento de robo y en contraposición el alevoso silencio frente a los cuantiosos casos en que apalean y reprimen a los ciudadanos sin miramientos. ¿Qué es más grave compañeros?, ¿el ataque a la propiedad privada y la mentira infame o el abuso físico y de poder de parte de los funcionarios policiales y de nuevo la mentira? Muertes de inocentes tomadas como daños colaterales… Como ya he escrito anteriormente y como bien canta Ismael Serrano: “ellos nos protegen de ti, ¿de ellos quién nos va a proteger?
Ha habido casos como el de Pluna que son vergonzosos, existe un “dedismo”, amiguismo y nepotismo tan grande o mayor que el que se daba entre los políticos de los partidos tradicionales, que trae como consecuencia una inefectividad a gran escala, es muy frecuente encontrar en diversos puestos a “gente de confianza” que no está siquiera medianamente calificada para desempeñar el trabajo que debería llevar a cabo. La cualidad más ponderable hoy en día, en contraposición con el discurso de que se necesitan discrepantes para crecer, es seguir al rebaño. Hemos visto como se remueve de los cargos a quienes discrepan o no están de acuerdo con acompañar ciegamente ciertas políticas.
Somos un país paradójico en donde la Intendenta va a dar charlas a Argentina sobre gobernabilidad mientras su popularidad decrece a medida de que la mugre crece y el estado de las calles empeora. El presidente se molesta cuando alguien dice algo fuera de lugar, pero él no es capaz de contener su incontinencia verbal que brota en pujos aparentemente incontrolables y ciertamente inconcebibles.
La educación y la salud están tan deterioradas que temo francamente que nuestro futuro corra peligro, que el deterioro venga desde muchos años atrás no es justificativo, porque si mal no recuerdo, el FA luchó para cambiar lo que estaba mal y ya lleva varias intendencias y dos gobiernos sin conseguirlo.
Dentro de los lineamientos básicos del FA encontramos los principios, que hablan de la democracia antioligárquica y antiimperialista, sin embargo ya están levantando en andas al presunto futuro presidente Tabaré, que como todos sabemos y como está más que documentado en numerosas fotografías con diversos actores de la política estadounidense, no tiene o no le queda ni un cabello de antiimperialista. Tiene además actitudes pacatas con respecto a temas que son fundamentales en nuestro desarrollo y derechos, como por ejemplo la legalización del aborto. Además escribe un libro en colusión con diferentes actores de la más rancia derecha, como lo es Eduardo Esteva, exconsejero de Estado de la dictadura y vinculado a la gestión de Gregorio Alvarez, que rechaza la despenalización del mismo. Por otro lado nacen niños en la más absoluta indigencia y que como si esto fuera poco son víctimas de contaminaciones químicas, me pregunto si no es mejor preocuparnos por estas vidas que ya existen en nuestro país y que tanto la iglesia como el Estado deberían acoger y proteger de forma más concreta e inmediata.
”El Frente Amplio es una fuerza política de cambio y justicia social; de concepción progresista; democrática, popular, antioligárquica y antiimperialista…” rezan los principios de FA. En contraposición estamos ”como chanchos” con la embajadora de Estados Unidos en Uruguay que afirma que ambos países son ”socios y cómplices” y de hecho parece que lo somos. Reconozcan por lo menos que los principios de esta fuerza política se diluyen y desaparecen y que parte de la militancia hace la vista gorda, pero no me acusen en el facebook de quedar encerrada en una seudo pureza ideológica y de principios cuando los defiendo.
También resaltan que “El pilar fundamental del Partido Progresista es la construcción de una sociedad justa”, ¿qué sociedad justa se puede levantar sobre las bases de la mentira y el olvido, negándole al pueblo la aplicación de la Justicia sobre delitos que permanecen impunes, escurriendose de mil maneras distintas a la necesidad del pueblo de obtener de una vez por todas la anhelada Verdad y Justicia?. ¿Qué sociedad justa podemos decir que tenemos cuando el estado cuida la integridad y los derechos de los pocos genocidas encarcelados, alojándolos en condiciones especiales y con atribuciones y acceso a la comunicación y difusión de las peligrosas ideas fascistas que sustentan y mantienen en alto?, ¿ que justicia obtenemos cuándo se preocupa por la edad de los delincuentes mientras que en el INAU los gurises se amontonan en condiciones deplorables al igual que los presos comunes y los viejitos indigentes terminan su vida en miserable pobreza y mendicidad? El discurso que los políticos nos quisieron vender fue el de que si no había presión los milicos iban a decir donde estaban enterrados los cuerpos de los desaparecidos, la cruel realidad es que cada vez están menos presionados y sin embargo seguimos jugando a las escondidas. Y la militancia, la querida y fiel militancia piensa inmediatamente que hay que buscar otros caminos, que hay que recurrir a la Corte Interamericana y hacer las denuncias fuera del país. Me pregunto; ¿en ningún momento se les ocurre que la responsabilidad es del gobierno que ellos votaron y votarán y que es obviamente a quienes hay que exigirles los cambios, o simplemente que cumplan con algo tan básico como hacer respetar los tan mentados y vapuleados DDHH? ¿Con qué argumentos podemos afirmar que estas son políticas de izquierda?
Esta controversial izquierda es caldo de cultivo para personajes como Saravia y Semproni, por nombrar a dos destacados en la materia. Esta paradójica izquierda nos habla de los problemas existentes en el país, nos habla de cambios como si ellas y ellos no fueran justamente quienes deben aplicar esos cambios y esas políticas. Tienen la capacidad de desdoblarse de sus funciones y de su gobierno para plantear hipotéticas soluciones a largo, larguísimo plazo. Mientras tanto esperamos y vemos morir compañeras y compañeros que siguen en la misma línea, vemos morir a las madres de los desaparecidos, nos encontramos con una juventud confundida y desengañada. Escuchamos ningunear a docentes y profesores que en teoría no quieren trabajar, cuando sabemos de sobra cuales son las condiciones en las que se ven obligados a ejercer su profesión. Los cañeros de UTAA siguen reclamando tierras y también se los ignora. El viejito Ney Thedy fue desalojado de su chacra de 218 hectáreas porque no pudo pagar toda la deuda con el INC, cuando sabemos de sobra que hay productores con deudas de mayor magnitud y cuando obligan a la sociedad a velar por el bienestar de los “viejitos” genocidas costeando cárceles especiales como Domingo Arena, que implican un importante gasto que pagamos los contribuyentes.
Pocas personas fueron este año al cementerio a recordar y homenajear a Raúl Sendic, porque sus ideas pertenecen al pasado y ahora navegamos otras aguas. La “globalización” mal entendida es el timón y los viejos marineros se olvidaron, negociaron o simplemente perdieron el rumbo.
Claro que no los voto.
Totalmente de acuerdo!! mi duda es en blanco o anulado y quizás, quizás un intento de llevar al parlamento una voz de izquierda. Pero concuerdo con cada palabra de tu genial evaluación del FA en estos años y con el dolor cuando siento 'insultada mi inteligencia' y pienso en quienes soñaron, lucharon y murieron defendiendo el proyecto de izquierda que se está traicionando en todos sus términos
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