El mapa que el Estado Islámico no quiere que el mundo vea

El mapa que el Estado Islámico no quiere que el mundo vea

Las pérdidas militares no pueden menos que afectar la cohesión interna del grupo yihadista, aseguró la consultora IHS.
El territorio controlado por el Estado Islámico en Irak y Siria se ha reducido un 12% en la primera mitad del 2016, según un nuevo análisis. El estudio realizado por la consultora IHS ha evaluado las posesiones del grupo yihadista en 68.300 kilómetros cuadrados. Solo en 2015, el grupo perdió el 14% de su territorio.

Asimismo, las ganancias mensuales del Estado Islámico han caído desde 80 millones de dólares registrados a mediados de 2015 a 56 millones en marzo de 2016. Y es muy probable que ese indicador haya decrecido más desde marzo, marcando una caída del 35%, aseguró la empresa.  
Combinado con las pérdidas militares, esto impacta en la cohesión interna del califato, y en ese sentido, se ha evidenciado un tangible aumento en la cantidad de deserciones desde enero de 2016.
Por su parte, el subcomité para asuntos internacionales de la Cámara Baja del Parlamento británico informó que el Estado Islámico está esforzándose para reunir fondos ante los ataques de la coalición internacional antiterrorista, según 'The Independent'.  



7.000 policías bloquean todos los ingresos y salidas a la base de la OTAN Incirlik en Turquía

7.000 policías bloquean todos los ingresos y salidas a la base de la OTAN Incirlik en Turquía

Según el ministro turco para Asuntos Europeos, Omar Celik, se trata de una "inspección de seguridad".

La Policía turca ha cerrado todos los ingresos y salidas a la base aérea de la OTAN en Turquía, Incirlik, informa el diario Hurriyet. Según el ministro turco para Asuntos Europeos, Omar Celik, se trata solamente de una "inspección de seguridad". El diario, por su parte, anteriormente relacionó el cierre con el posible intento de un nuevo golpe en el país.
Otros medios han indicado que unos 7.000 policías armados y varios vehículos pesados han rodeado y bloqueado la base Incirlik.
La base aérea Incirlik, situada en la provincia de Adana, es utilizada por la Fuerza Aérea de Estados Unidos y Turquía. Allí se encuentran apostados aviones de la coalición internacional, liderada por EE.UU., para bombardear al Estado Islámico. Asimismo, en la base la OTAN mantiene aproximadamente 90 armas nucleares tácticas.

Las noticias se centraron en la base tras el golpe de Estado fallido en Turquía ocurrido la noche del 15 de julio. Aunque las principales escenas de los sucesos fueron Estambul y Ankara, Incirlik fue cerrada por un tiempo por las autoridades locales poco después de la intentona golpista, y varios soldados turcos de la base fueron declarados como involucrados en los hechos. El 17 de julio fue arrestado el comandante de la base, Bekir Ercan Van, y otros 11 altos cargos militares por supuestos vínculos con el intento de golpe.


N de R No creemos que el golpe de Turquía esté vencido y sea un episodio terminado. Por el contrario creemos que fue sólo un comienzo y que va a proseguir hasta triunfar.

Erdogan se crece tras el golpe fallido: ¿Dará un portazo a EE.UU. en favor de Rusia?

Erdogan se crece tras el golpe fallido: ¿Dará un portazo a EE.UU. en favor de Rusia?

En medio purgas internas tras la intentona golpista, Turquía experimenta un aparente reajuste de su política exterior, cuestionándose su pertenencia al área de influencia de EE.UU. con un acercamiento a Rusia.

La situación política en Turquía es muy inestable tras el fallido golpe militar del pasado 15 de julio. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha consolidado su poder en el país y en la escena internacional como un líder "capaz de correr riesgos y de dar pasos atípicos", opina el periodista Eduard Birov en el periódico ruso 'Vzglyad' dedicado las últimas acontecimientos en Turquía.
Días antes de la intentona fallida, el líder turco dio un paso firme hacia la reconciliación con Rusia, por lo que su eventual destitución habría supuesto un inconveniente para Moscú.
El periodista no descarta que "militares turcos incitados por Washington" pudieran haber llevado a cabo la intentona golpista, dado que -opina- "para EE.UU. tal giro de Turquía hacia Rusia no sería beneficioso".
Según el columnista, parece lógico pensar que Erdogan conocía de antemano los planes de conspiradores y, junto a su círculo íntimo de partidarios, pudiera prepararse para suprimir el levantamiento. Tras el golpe fallido, Erdogan empezó a purgar los altos cargos del Ejército turco y funcionarios de los organismos estatales. Sin embargo, Birov piensa que "estas represiones masivas solo agudizan la situación" e incrementan la tensión en la sociedad turca.
Un desenlace semejante explicaría el hecho de que el golpe militar no fuera una sorpresa. "Resulta que Erdogan triunfó y pasó de  víctima a ganador", subraya el experto, recordando que "los grupos organizados lograron levantar rápidamente a los activistas (el así llamado 'pueblo turco' en los medios) y desarmar a los grupos de los insurgentes".
En lo que se refiere al Ejército turco, el autor del artículo sugiere que "quizás los generales pudieran desempeñar un papel de agentes dobles, tanto rebeldes como seguidores de Erdogan, pero eso es una historia muy confusa", siendo poco probable -admite- que alguna vez nos enteramos la verdad. También puede que algunos generales pudieran actuar en función de cómo se desarrollara la situación: si Erdogan era asesinado, encabezarían la rebelión y, si no, se quedarían al lado del poder legítimo. 
Paralelamente, empieza a haber muchas señales de que Erdogan habría perdido la confianza a EE.UU. y de que estaría abierto a intensificar el diálogo político con Rusia. "El exige de manera muy dura la extradición de Gulen [opositor al que Erdogan acusa de estar al frente de la intentona golpista], corta la corriente de la base aerea Indzhirlik que atiende a los aviones de EE.UU. e insinúa que Washington participó en la intentona del golpe militar", explica el autor.
Mientras tanto, esta semana se supo que el mandatario se encontrará con su homólogo ruso, Vladimir Putin, a principios de agosto en San Petersburgo.
Según el periodista "es posible que Erdogan cambie su política exterior y sea más independiente, pero Washington sigue manteniendo instrumentos de influencia sobre Ankara" e intentará volver a cooperar con Turquía utilizando todos los métodos posibles.
¿Tendrá Turquía suficiente voluntad política para dar un giro radical a su política exterior? En opinión del autor, ello resulta dudoso. Asimismo, recuerda que "Bashar al Assad, el presidente sirio, ya advirtió que Erdogan había usado esta situación del golpe de Estado para llevar a cabo una islamización del país en favor de los extremistas".


¿Qué dicen los Kurdos sobre el golpe de Estado en Turquía?

¿Qué dicen los Kurdos sobre el golpe de Estado en Turquía?



Por Leandro Albani
Diferentes organizaciones kurdas se pronunciaron ante el intento de golpe de Estado en Turquía. Criticaron por igual a los militares sublevados como al presidente Erdogan, a los cuales consideran enemigos del pueblo kurdo.
Cuando Estambul y Ankara se convulsionaban por el intento de golpe de Estado del viernes pasado, en el Kurdistán turco, al sureste del país, la vida continuaba arrastrando las mismas penas y dolores cotidianos. Las aldeas y pueblos sitiados y bajo estado de sitio, las ciudades bombardeadas hace semanas atrás por la aviación turca, los civiles muertos por bandas paramilitares, y el asedio del gobierno de Recep Tayyip Erdogan, conforman el ritmo diario en esa región, asolada desde hace décadas por la represión estatal, pero forjada por una sostenida resistencia, ya sea en la ciudades a través de grupos de autodefensas o en las montañas con la presencia vigilante de la guerrilla del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
Hasta ahora, el intento de golpe de Estado se saldó con casi 300 muertos (algunos de ellos linchados por los seguidores de Erdogan), 1400 heridos, el despido de 8000 policías acusados por el gobierno de estar implicados en los planes de desestabilización, 6000 soldados y jueces también detenidos, y un sinfín de acusaciones cruzadas y análisis que intentan despejar la neblina que rodea lo que sucedió días atrás.
El golpismo es el AKP
En pleno proceso de golpe de Estado, cuando los aviones zumbaban y dejaban caer sus bombas sobre el Parlamento turco, y las calles de Estambul y Ankara ardían con las manifestaciones y tiroteos, desde el Kurdistán turco comenzaron a llegar las opiniones de que lo que sucedía en el país poco tenía que ver con un sector de las Fuerzas Armadas y mucho con otra estrategia de Erdogan para acumular poder interno y externo.
Sofocado el intento golpista, al otro día se conoció la posición de la Unión de Comunidades del Kurdistán (KCK), que agrupa a buena parte de las organizaciones kurdas (entre ellas el PKK) de los cuatro países en los que se asienta este pueblo. En el texto, manifestaron que el intento desestabilizador es la “prueba de la falta de democracia en Turquía” y “un poder autoritario lleva adelante un intento de golpe para derrocar otro poder autoritario cuando las condiciones son las adecuadas. Esto es lo que ha sucedido en Turquía”.
El KCK, organización dirigida por el comandante guerrillero Cemil Bayik y Bese Hozat, denunció que el año pasado también se dio un golpe, cuando el gobierno de Erdogan no reconoció las elecciones del 7 de junio, en las cuales el Partido Democrático de los Pueblos (HDP, conformado por kurdos y sectores de la izquierda turca), consiguió 80 diputadas y diputados. “Este fue un golpe de Estado en contra de la voluntad democrática puesta de manifiesto por el pueblo”, denunciaron, y agregaron que “el fascismo del AKP (partido de Erdogan) hizo una alianza con todos los poderes fascistas y con una parte del ejército, incluido el Ministro de Defensa, con el fin de eliminar el Movimiento de Liberación Kurdo y los poderes de la democracia”.
El KCK dejó en claro que antes de lo ocurrido la semana pasada, “ya existía una tutela militar” en el país, por lo cual el intento de golpe fue de una “facción militar contra otra facción militar existente. Esta es la razón por la cual aquellos que necesitaban al ejército para dar un golpe, hasta ahora han aceptado la tutela militar existente y han tomado partido por Tayyip Erdogan”. Para la Unión de Comunidades del Kurdistán, los hechos del viernes pasado no son “un incidente de lucha entre los que están del lado de la democracia y los que están en contra de ella”. Seguido a esto, advirtieron que “describir la lucha por el poder entre fuerzas autoritarias, despóticas y antidemocráticas como una lucha entre los que apoyan por un lado, y los que son enemigos de la democracia por el otro, sólo serviría para legitimar la existencia de un gobierno despótico y fascista”.
El KCK denunció de forma tajante “si hay un golpe en contra de la democracia es el llevado a cabo por el fascismo del AKP”. Y seguidamente enumeró que “el control del poder político sobre el poder judicial, la aplicación de leyes y políticas fascistas mediante la mayoría parlamentaria, la eliminación de las inmunidades parlamentarias, la remoción de sus puestos y el arresto de los co-alcaldes (de ciudades kurdas) y el encarcelamiento de miles de políticos” de las organizaciones kurdas “constituye un golpe mayor al que fue dado en este intento de golpe”.
Por último, el KCK aseveró “este intento de golpe hace que sea necesario que no nos detengamos en nuestra lucha contra el fascismo del AKP, sino que la potenciemos para poner fin al caos y a los enfrentamientos en el país y para que pueda emerger finalmente una nueva y democrática Turquía”.
Golpe a los golpistas
Con los últimos estertores del intento golpista cayendo en picada, el HDP emitió un breve comunicado en el que advirtió que “Turquía está atravesando un período crítico y difícil, y cualquiera que sea la razón, nada tiene que sustituir la voluntad del pueblo”. Desde el HDP rechazaron “cualquier tipo de golpe” y convocaron de manera urgente a construir en el país “una democracia pluralista y de completa libertad”.
Veinticuatro horas después, Selahattin Demirtas, co-presidente de HDP, brindó una conferencia de prensa explicó que esperar que un golpe de Estado contribuyera a la democracia era algo ingenuo. El dirigente también apuntó contra Erdogan y acusó a su administración de efectuar un golpe civil desde el año pasado. Según Demirtas, el movimiento golpista se efectuó “contra la facción golpista que gobierna”. Al mismo tiempo, el actual diputado analizó que en el país existe “un bloque nacionalista, guerrerista y racista que se encuentra dividido en dos”. Ante esta situación, Demirtas propuso “una ruta sincera y valiente para poner fin a la polarización en Turquía”, una medida que debe tomarse este año.
Por último, el dirigente del HDP criticó a aquellos que señalaron a su partido como colaborador de los golpistas, y dijo que el pueblo kurdo sólo quiere vivir en sus propias tierras libremente y en igualdad de derechos.
Para muchos sectores del pueblo kurdo, el intento de golpe es una nueva herramienta que Erdogan tendrá a mano para expandir la represión que desde hace meses se profundiza en el sureste del país. Y también preocupa que Estados Unidos, Rusia y la Organización del Tratado para el Atlántico Norte (OTAN), ahora tengan que equilibrar sus tibias críticas a la administración del AKP para, de esa forma, resguardar una “democracia” que solo funciona en el Palacio Blanco, la fortaleza presidencial en la cual Erdogan sueña su historia como un nuevo sultán otomano.
Publicación Barómetro 28-07-16





El heroísmo de nuestros entrañables compañeros


El heroísmo de nuestros entrañables compañeros


GANAREMOS!!!!

 GANAREMOS!!!




Ganaremos...: los limpios, los sencillos, los cándidos, los transparentes,...ganaremos!

Ganaremos, sí, ganaremos...cuando no se pueda comer ni beber el dinero, cuando el poder no sirva contra la naturaleza,...¡ganaremos!


POR QUÉ HILLARY CLINTON ES MUCHO PEOR QUE TRUMP

POR QUÉ HILLARY CLINTON ES MUCHO PEOR QUE TRUMP

Diana Johnstone es quizá una de las comentaristas de la política europea y estadounidense más reputadas en la izquierda. Colaboradora, entre otros, de Counterpunch, Johnstone, que se hizo conocida en Europa por sus críticas a la política occidental durante las guerras en los Balcanes, acaba de sacar un libro sobre Hillary Clinton titulado La reina del caos. La entrevistó para lamarea.com Àngel Ferrero.
Los medios estadounidenses han centrado su atención estas primarias en Donald Trump. Pero en su opinión, Hillary Clinton también debería ser motivo de preocupación. La ha descrito como ‘la reina del caos’. ¿Por qué?
Trump consigue titulares porque es una novedad, un showman que dice cosas chocantes. Es visto como un intruso en un espectáculo electoral diseñado para transformar a Clinton en la “primera mujer presidenta de América”. ¿Por qué la llamo reina del caos? En primer lugar, por Libia. Hillary Cinton fue en gran medida responsable de la guerra que hundió a Libia en el caos, un caos que se extiende hacia el resto de África e incluso Europa. Ha defendido más guerra al Oriente Medio.
Mi opinión no es que Hillary Clinton “también debería” ser motivo de preocupación. Ella es el principal motivo de preocupación. Clinton promete apoyar más a Israel contra los palestinos. Está totalmente comprometida con la alianza de facto entre Arabia Saudí e Israel que tiene como objetivo derrocar a Assad, fragmentar Siria y destruir la alianza chií entre Irán, Assad y Hezbolá. Esto aumenta el riesgo de confrontación militar con Rusia y Oriente Medio. Al mismo tiempo, Hillary Clinton defiende una política beligerante hacia Rusia en su frontera con Ucrania. Los medios de comunicación de masas en Occidente se niegan a darse que cuenta que muchos observadores serios, como por ejemplo John Pilger y Ralph Nader, temen que Hillary Clinton nos conduzca, sin advertirlo, a la Tercera Guerra Mundial.

Trump no se ajusta a ese molde. Con sus comentarios groseros, Trump se desvía radicalmente del patrón de lugares comunes que oímos de los políticos estadounidenses. Pero los medios de comunicación establecidos han sido lentos en reconocer que el pueblo estadounidense está completamente cansado de políticos que se ajustan al patrón. Ese patrón está personificado por Hillary Clinton. Los medios de comunicación europeos han presentado en su mayoría a Hillary Clinton como la alternativa sensata y moderada al bárbaro de Trump. Sin embargo, Trump, el “bárbaro”, está a favor de reconstruir la infraestructura del país en vez de gastar el dinero en guerras en el extranjero. Es un empresario, no un ideólogo.
Trump ha afirmado claramente su intención de poner fin a la peligrosa demonización de Putin para desarrollar relaciones comerciales con Rusia, lo que sería positivo para Estados Unidos, para Europa y para la paz mundial. Extrañamente, antes de decidir presentarse como republicano, para consternación de los líderes del Partido Republicano, Trump era conocido como demócrata, y estaba a favor de políticas sociales relativamente progresistas, a la izquierda de los actuales republicanos o incluso Hillary Clinton.
Trump es impredecible. Su reciente discurso en AIPAC, el principal lobby pro-israelí, fue excesivamente hostil hacia Irán, y en 2011 cayó en la propaganda que condujo a la guerra contra Libia, incluso si ahora, retrospectivamente, la critica. Es un lobo solitario y nadie sabe quiénes son sus asesores políticos, pero hay esperanza de que arroje fuera de la política a los neoconservadores e intervencionistas liberales que han dominado la política exterior estadounidense los últimos quince años.

Los asesores de Clinton destacan su experiencia, en particular como secretaria de Estado. Muchos se ha escrito sobre esta experiencia y no siempre de manera positiva. ¿Cuál fue su papel en Libia, Siria o Honduras?
Hay dos cosas que decir sobre la famosa experiencia de Hillary Clinton. La primera es observar que su experiencia no es el motivo de su candidatura, sino, más bien, la candidatura es el motivo de su experiencia. En otras palabras, Hillary no es candidata debido a que su maravillosa experiencia haya inspirado a la gente a escogerla como aspirante a la presidencia. Es más correcto decir que ha acumulado ese currículo justamente para cualificarse como presidente.
Durante unos veinte años, la máquina clintonita que domina el Partido Demócrata ha planeado que Hillary se convierta en “la primera mujer presidenta de EEUU” y su carrera se ha diseñado con ese fin: primero senadora de Nueva York, después secretaria de Estado.
Lo segundo concierne al contenido y la calidad de esa famosa experiencia. Se ha empecinado en demostrar que es dura, que tiene potencial para ser presidenta. En el Senado votó a favor de la guerra de Irak. Desarrolló una relación muy cercana con el intervencionista más agresivo de sus colegas, el senador republicano por Arizona John McCain. Se unió a los chovinistas religiosos republicanos para apoyar medidas como hacer que quemar la bandera estadounidense fuese un crimen federal. Como secretaria de Estado, trabajó con “neoconservadores” y esencialmente adoptó una política neoconservadora utilizando el poder de Estados Unidos para rediseñar el mundo.

Respecto a Honduras, su primera importante tarea como secretaria de Estado fue proporcionar cobertura diplomática para el golpe militar de derechas que derrocó al presidente Manuel Zelaya. Desde entonces Honduras se ha convertido en la capital con más asesinatos del mundo. En cuanto a Libia, persuadió al presidente Obama para derrocar el régimen de Gaddafi utilizando la doctrina de “responsabilidad para proteger” (R2P) como pretexto, basándose en falsas informaciones. Bloqueó activamente los esfuerzos de gobiernos latinoamericanos y africanos para mediar, e incluso previno los esfuerzos de la inteligencia militar estadounidense para negociar un compromiso que permitiese a Gaddafi ceder el poder pacíficamente.
Continuó esa misma línea agresiva con Siria, presionando al presidente Obama para que incrementase el apoyo a los rebeldes anti-Assad e incluso para imponer una “zona de exclusión aérea” basada en el modelo libio, arriesgándose a una guerra con Rusia. Si se examina atentamente, su “experiencia” más que cualificarla para el puesto de presidente, la descalifica.
Como secretaria de Estado, Clinton anunció en 2012 un “pivote” a Asia oriental en la política exterior estadounidense. ¿Qué tipo de política podríamos esperar de Clinton hacia China?
Básicamente este “pivote” significa un desplazamiento del poder militar estadounidense, en particular naval, desde Europa y Oriente medio al Pacífico occidental. Supuestamente, porque debido a su creciente poder económico China ha de ser una “amenaza” potencial en términos militares. El “pivote” implica la creación de alianzas antichinas entre otros Estados de la región, lo que con toda probablidad incrementará las tensiones, y rodeando a China con una política militar agresiva se la empuja efectivamente a una carrera armamentística. Hillary Clinton apuesta por esta política y si llegase a la presidencia la intensificaría.
Clinton dijo en 2008 que Vladímir Putin no “tiene alma”. Robert Kagan y otros “intervencionistas liberales” que jugaron un papel destacado en la crisis en Ucrania la apoyan. ¿Su política hacia Rusia sería de una mayor confrontación que la del resto de candidatos?
Su política sería claramente de una mayor confrontación hacia Rusia que las de Donald Trump. El contrincante republicano de Trump, Ted Cruz, es un fanático evangélico de extrema derecha que sería tan malo como Clinton, o quizá peor. Comparte la misma creencia semirreligiosa de Clinton en el rol “excepcional” de Estados Unidos para modelar el mundo a su imagen. Por otra parte, Bernie Sanders se opuso a la guerra de Iraq. No ha hablado demasiado de política internacional, pero su carácter razonable sugiere que sería más juicioso que cualquiera de los demás.
Los asesores de Clinton tratan de destacar su intento de reformar el sistema sanitario estadounidense. ¿Fue ese intento de reforma realmente un avance y tan importante como dicen que fue?
En enero de 1993, pocos días después de asumir la presidencia, Bill Clinton mostró su intención de promocionar la carrera política de su esposa nombrándola presidenta de una comisión especial para la reforma del sistema nacional de sanidad. El objetivo era llevar a cabo un plan de cobertura sanitaria basado en lo que se denominó “competitividad gestionada” entre compañías privadas. El director de esa comisión, Ira Magaziner, un asesor muy próximo a Clinton, fue quien diseñó el plan. El papel de Hillary era vender políticamente el plan, especialmente al Congreso. Y en eso fracasó por completo. El “plan Clinton”, de unas 1.342 páginas, fue considerado demasiado complicado de entender y a mediados de 1994 perdió prácticamente todo el apoyo político. Finalmente se extinguió en el Congreso.
Respondiendo a la pregunta, el plan básicamente no era suyo, sino de Ira Magaziner. Como había de depender de las aseguradoras privadas, orientadas al beneficio, como ocurre con el Obama Care, ciertamente no era un avance, como sí que lo es el sistema universal que defiende Bernie Sanders.
La campaña de Clinton ha recibido notoriamente dinero de varios hedge funds. ¿Cómo cree que podría determinar su política económica si consigue llegar a la presidencia?
Cuando los Clinton abandonaron la Casa Blanca en enero de 2001, Hillary Clinton lamentó estar “no sólo sin blanca, sino en deuda”. Eso cambió muy pronto. Hablando figuradamente, los Clintons se trasladaron de la Casa Blanca a Wall Street, de la presidencia al mundo de las finanzas. Los banqueros de Wall Street compraron una segunda mansión para los Clinton en el Estado de Nueva York (que se sumó a la que tienen en Washington DC) prestándoles primero el dinero y luego pagándoles millones de dólares por ofrecer conferencias.
Sus amistades en el sector bancario les permitieron crear una fundación familiar ahora valorada en dos mil millones de dólares. Los fondos de la campaña proceden de fondos de inversión amigos que colaboran de buen grado. Su hija, Chelsea, trabajó para un fondo de inversión antes de casarse con Marc Mezvinsky, quien creó su propio fondo de inversión después de trabajar para Goldman Sachs.
En pocas palabras, los Clinton se sumergieron por completo en el mundo de las finanzas, que se convirtió en parte de su familia. Es difícil imaginar que Hillary se mostrase tan desagradecida como para llevar a cabo políticas contrarias a los intereses de su familia adoptiva.
Se dice que la política de identidad es otro de los pilares de su campaña. Quienes apoyan a Clinton afirman que votándola se romperá el techo de cristal y que por primera vez en la historia una mujer entrará en la Casa Blanca. Desde varios medios has protestado contra esta interpretación.
Una razón fundamental para que se diese la alianza de Wall Street con los Clinton es que los autoproclamados “nuevos demócratas” encabezados por Bill Clinton lograron cambiar la ideología del Partido Demócrata de la igualdad social a la igualdad de oportunidades. En vez de luchar por las políticas tradicionales del New Deal que tenían como objetivo incrementar los estándares de vida de la mayoría, los Clinton luchan por los derechos de las mujeres y las minorías a “tener éxito” individualmente, a “romper techos de cristal”, avanzar en sus carreras y enriquecerse. Esta “política de la identidad” quebró la solidaridad de la clase trabajadora haciendo que la gente se centrase en la identidad étnica, racial o sexual. Es una forma de política del “divide y vencerás”.
Hillary Clinton busca persuadir a las mujeres de que su ambición es la de todas ellas, y que votándola están votando por ellas mismas y su éxito futuro. Este argumento parece funcionar mejor entre las mujeres de su generación, que se identificaron con Hillary y simpatizaron con el apoyo leal a su marido, a pesar de sus flirteos. Sin embargo, la mayoría de las jóvenes estadounidenses no se han dejado llevar por este argumento y buscan motivos más sólidos a la hora de votar. Las mujeres deberían trabajar juntas por las causas de las mujeres, como el mismo salario por el mismo trabajo, o la disponibilidad de centros infantiles para las mujeres trabajadoras. Pero Hillary es una persona, no una causa. No hay ninguna prueba de que las mujeres en general se hayan beneficiado en el pasado de tener a una reina o una presidenta. Es más, aunque la elección de Barack Obama hizo felices a los afroamericanos por motivos simbólicos, la situación de la población afroamericana ha ido empeorando.
Mujeres jóvenes, como Tulsi Gabbard o Rosario Dawson, consideran que poner fin a un régimen de guerras y cambios de régimen y proporcionar a todo el mundo una buena educación y sanidad son criterios mucho más significativos a la hora de escoger un candidato.
¿Por qué las minorías siguen apoyando a Clinton en vez de a Sanders?
Está cambiando. Hillary Clinton ganó el voto negro en las primarias demócratas en los Estados del sur profundo. Fue a comienzos de la campaña, antes de que Bernie fuese conocido. En el sur profundo, muchos afroamericanos estaban desencantados porque muchos de ellos estaban en prisión o habían estado en prisión, y la mayoría de votantes son mujeres mayores que asisten regularmente a la iglesia, donde escuchan a los predicadores pro-Clinton, no lo que se dice en Internet.
En el norte las cosas son diferentes, y el mensaje de Sanders está consiguiendo extenderse. Lo apoyan la mayor parte de intelectuales afroamericanos y de afromericanos del mundo del entretenimiento. Ésta es la primera elección presidencial donde Internet juega un papel clave. Especialmente la gente joven, que no confía en los medios de comunicación establecidos. Es suficiente leer los comentarios de los lectores estadounidenses en Internet para darse cuenta de que Hillary Clinton está considerada ampliamente como una mentirosa, una hipócrita, una belicista y un instrumento de Wall Street.

¿Cómo ves la campaña de Bernie Sanders? Es visto como la esperanza de la izquierda, pero tras la presidencia de Obama también hay cierto escepticismo. Algunos comentaristas han señalado su apoyo a intervenciones militares estadounidenses en el pasado.
A diferencia de Obama, quien prometió un “cambio” vago, Bernie Sanders es muy concreto a la hora de hablar de los cambios que se tienen que hacer en política doméstica. E insiste en que él solo no puede hacerlo. Su insistencia en que se precisa una revolución política para conseguir sus metas está realmente inspirando el movimiento de masas que necesitaría. Es lo suficientemente experimentado y tozudo como para evitar que el partido le secuestre, como ocurrió con Obama.
En cuanto a la política exterior, Sanders se opuso firmemente y de manera razonada a la guerra de 2003 en Irak, pero como la mayor parte de la izquierda, se dejó llevar por los argumentos en favor de las “guerras humanitarias”, como la desastrosa destrucción de Libia.
Pero este tipo de desastres han comenzado a educar a la gente, y puede que hayan servido de lección al propio Sanders. La gente puede aprender. Puede oír, entre quienes le apoyan, a antibelicistas como la congresista Tulsi Gabbard de Hawai, que presentó su dimisión en el Comité Nacional Demócrata para apoyar a Sanders. Hay una contradicción obvia entre el gasto militar y el programa de Sanders para reconstruir EEUU. Sanders ofrece una mayor esperanza porque viene con un movimiento nuevo, joven y entusiasta, mientras que Hillary viene con el complejo militar-industrial y Trump viene consigo mismo.
Actualmente vive en Francia. ¿Cómo ve la situación en el país? ¿Qué explica el ascenso del Frente Nacional, en paralelo a otras fuerzas de la nueva derecha (o nacional-conservadoras)?
Los partidos establecidos siguen las mismas políticas impopulares en Europa y en EEUU y eso, naturalmente, lleva a la gente a buscar algo diferente. El control local de los servicios sociales se sacrifica a la necesidad de “atraer inversores”, en otras palabras, a dar al capital financiero la libertad de modelar sociedades dependiendo de sus opciones de inversión. La excusa es que, atrayendo inversores, se crearán empleos, pero esto no ocurre. Puesto que la clave de estas políticas es romper las barreras nacionales para permitir al capital financiero ganar acceso, es normal que la gente acuda a los llamados partidos “nacionalistas” que aseguran querer restaurar la soberanía nacional. Como en Europa sobreviven los fantasmas del nazismo, “soberanía nacional” se confunde con “nacionalismo”, y “nacionalismo” se equipara con guerra. Estas suposiciones hacen que el debate en la izquierda sea imposible y termine favoreciendo a los partidos de derecha, que no sufren de este odio al Estado nacional.
En vez de actuar con horror a la derecha, la izquierda necesita ver las cuestiones que afectan realmente a la gente con claridad.
En el pasado ha criticado a la izquierda (o a una parte considerable de ella) por apoyar las llamadas “intervenciones humanitarias”. ¿Qué opina de la ‘nueva izquierda’ o ‘nueva nueva izquierda’ en países como Grecia o España?
La propaganda neoliberal dominante justifica la intervención militar por motivos humanitarios, para “proteger” a la gente de “dictadores”. Esta propaganda ha tenido mucho éxito, especialmente en la izquierda, donde con frecuencia se acepta como una versión contemporánea del “internacionalismo” de la vieja izquierda, cuando en realidad es todo lo opuesto: no se trata de las Brigadas Internacionales y su idealismo, combatiendo por una causa progresista, sino del Ejército estadounidense bombardeando países en nombre de alguna minoría que puede acabar demostrándose como un grupo mafioso o terroristas islámicos.
Honestamente, creo que este libro es una aportación a la crítica de la política intervencionista liberal, y lamento que no esté disponible en español, aunque hay ediciones en inglés, francés, italiano, portugués, alemán y sueco.
Ángel Ferrero - La marea











Europa: De aquellos polvos estos lodos

Europa: De aquellos polvos estos lodos


Guadi Calvo

ALAI AMLATINA, 26/07/2016.- 

Europa, entiéndase, la Unión Europea y la OTAN, conocía muy bien el camino que los llevaba para destruir Libia, para destruir Siria, para destruir Irak y para aniquilar por el resto de los tiempos a Afganistán, pero nadie les explicó como volver de allí.


Para visualizar los nuevos campos de batalla, los grandes  estrategas occidentales utilizaron el  Battlefield Augmented Reality System (BARS o sistema de realidad aumentada para el campo de batalla) junto con las opciones dadas por los laboratorios interdisciplinarios o Think Tank, y el respectivo aval político y la asistencia del poder mediático. Empleando un arma de guerra tan letal como una andanada de misiles, demolieron con suma prolijidad países enteros, miles de pueblos, centenares de ciudades, millones de vidas y siglos de civilización.


Nadie puede negar que si la idea era destruir, el plan armado sobre la “Primavera Árabe”, fue el éxito más contundente de Occidente desde la demolición del bloque socialista simbolizado en el Muro de Berlín.

Casi 20 años se prepararon los Estados Unidos junto a sus aliados europeos para el asalto final al mundo productor de energía, petróleo y gas específicamente, y a por ello fueron a exterminar los países que se rehusaban a entregarlos dócilmente (Siria, Libia e Irán).

Los estrategas del Pentágono, ya con las operaciones en marcha, descubrieron un detalle geológico que no consideraron, que bajo las arenas del Medio Oriente, además de océanos de energía, había grandes lodazales y allí quedaron empantanados desde 2001.


La misma mano de obra que la OTAN utilizó para la derrota de la Unión Soviética en Afganistán, para la destrucción de Libia y el martirio del Coronel Gadaffi, y que estuvo a punto de conseguir lo mismo con la Siria de Bashar al-Assad, hoy se está empleando contra sus poblaciones. Lo tremendo de esto es que no lo hacen con cuadrillas de bombardeos, cazas y drones, batallones, tanques, y portaaviones.  Los “ejércitos” que hoy están destruyendo el sistema nervioso de los europeos y los estadounidenses, (los pocos norteamericanos que saben que existe un mundo más allá de sus condados, sus barbacoas y sus PlayStation), viajan en subte, manejan camiones, visitan centros comerciales y hasta toman café en el bistró de la esquina.


El tipo de ataque que se han sucedido desde Niza a esta parte, a diferencia de Madrid, Londres, París y Bruselas, muestra claramente que no ha sido orgánicamente responsabilidad de Estado Islámico o al-Qaeda en su momento. Si queda bien claro que son responsabilidad de las autoridades europeas, no porque no los hayan podido detener (hoy no hay servicio de inteligencia y sistema de espionaje que pueda prever con que humor se han despertado los 50 millones de musulmanes que viven en Europa, muchos de ellos, la absoluta mayoría, europeos y hasta tres generaciones)   sino por haber llevado a miles de jóvenes europeos a no tener otra razón para vivir que morir por Allah.


Hoy, cualquiera que camine por una calle de Oporto, Elsinor o Zakopane, es un objetivo militar, no importa si el ataque deja solo unos cuantos heridos como sucedió hace apenas 10 días en un tren regional de Bavaria, donde Muhamad Riyad, un joven afgano de 19 años, al grito de Allahu Akbar, la emprendió contra los pasajeros hiriendo gravemente a cinco. Lo que significativamente recordó el asesinato del soldado británico en mayo de 2013, en plena calle del tranquilo barrio londinense de Woolwich, a manos de dos nigerianos, que lo decapitaron frente a los transeúntes, a quienes les pidieron ser filmados en plena faena.

Nadie puede saber cuándo y donde será el próximo ataque, tras Niza, surgió lo del tren en Baviera, y después siguió un fin de semana desesperante para Ángela Merkel: el viernes 18, un joven alemán de origen iraní, Ali Sonboly, decidió estrenar su Glock 17, disparado contra los asistentes al McDonalds, del centro comercial Olympia de Múnich, para después seguir afuera. La cuenta final dio nueve muertos, mientras el tirador se suicidaría un kilómetro más allá del centro comercial.


 Al domingo siguiente, un refugiado sirio de 21 años, solicitante de asilo, asesinó a cuchilladas a una mujer, e hirió a dos hombres que esperaban el bus en la ciudad de Reutlingen. Algunas versiones intentan minimizar el hecho convirtiéndole en un “crimen doméstico”.

Este mismo panorama nos remite a la serie de ataques que se produjeron entre el 15 y 22 de marzo de 2012 en la ciudad francesa de Toulouse, que redondearía la cifra de 9 muertos: “judíos” “conversos” o “cipayos”, crímenes que fueron adjudicados al joven francés de origen argelino, Mohamed Merah, quien, según las autoridades, estaría vinculado con al-Qaeda.


El lunes 25,  la policía polaca detuvo a un  hombre de 48 años, iraquí, acusado de posesión de explosivos, que preparaba para un atentado durante la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que se celebra esta semana en Cracovia, con la presencia del Papa Francisco.

Apenas horas antes de comenzar a escribir estas líneas, se conoció la noticia de que dos hombres armados con cuchillos habían tomado 5 rehenes en la iglesia de Saint-Étienne-du-Rouvray, una ciudad de 27 mil habitantes situada en Normandía, en el norte de Francia. Los atacantes degollaron al sacerdote Jacques Hamel, de 84 años e hirieron de gravedad a un feligrés. La policía consiguió ejecutar a los agresores junto al altar, como para darle un toque más chabroliano a la acción.


Mientras cerrábamos este artículo se informa que en la ciudad sueca de Malmo, un hombre armado disparó contra una persona en el centro comercial Rosengard, (Rosengård Centrum), no se ha podido determinar aun si se trató de un robo o tiene características de ataque extremista.

Las policías occidentales, los servicios de inteligencia, las autoridades saben que esta situación es inmanejable, que el desborde es incontenible y no es una victoria militar sobre el Estado Islámico lo que va a terminar con esta situación.

Daesh, que ha hecho del marketing un gran arma, está dispuesto a reconocer y asumir cualquier acto de violencia sucedido en el mundo y cualquiera que intente un poco más de notoriedad gritará un  Allah Abkar, aunque no tenga idea de que signifique las dos palabritas combinadas. 


Los record están para ser batidos

En una de la escena del film Poderosa Afrodita (1995) de Woody Allen, la hermana ultraortodoxa del protagonista, le recuerda los seis millones judíos muertos por el nazismo, a lo que el propio Allen contesta, “ni lo recuerdes, los record están para ser batidos”. Y de batir record, en este caso de torpeza, parece saber mucho el presidente francés François “Flanby” Hollande.

Si poca hubiera sido la torpeza, por no hablar de perversidad de su antecesor, Nicolás Sarkozy, quien ha propiciado la actual situación en el Magreb y el Medio Oriente.  Sarkozy, atado a los caprichos de George W. Bush y como Ministro del Interior de Chirac, no supo interpretar el caldero que se estaba encendiendo entre los jóvenes de origen musulmán, que dio como resultado las protestas de 2005 en las periferias de París. Ahora Hollande cuenta con más nafta para apagar el incendio que puede consumir mucho más de lo que creemos.



Con su natural incapacidad, Hollande, hace apenas horas, ha descubierto que el “Estado Islámico le ha declarado la guerra a Francia” por lo que ha pasado a la ofensiva y en venganza de lo sucedido en Niza, cuándo ya todo el mundo sabe que el autor de la matanza, Mohamed Lahouaiej Bouhlel, no era integrante del Daesh y su decisión tiene ribetes personales que no se han desentrañado.

Hollande, bañado en un espíritu reivindicatorio del orgullo galo, liquidado para siempre en el barro de Dien Bien Phu hace ya 61 años, escuchando más a sus asesores de imagen que de terrorismo, atacó inopinadamente este 19 de julio la aldea de Tokhar Manbij, al norte de Siria, solo como venganza por el ataque en Niza, dejando 164 civiles muertos, el doble de los muertos en Niza.


Los atacantes de hoy a la iglesia de Saint-Étienne-du-Rouvray, dijeron que lo hacían en venganza, de la venganza de Hollande, quien parece se ha dispuesto a comerse a los caníbales.

Frente al reclamo del representante permanente de Rusia, Vitali Churkin, en el Consejo de Seguridad de la ONU, el representante francés François Delattre, guardó un corajudo silencio, ya que se sospecha ignoraba el hecho.

El bombardeo habría sido llevado a cabo con la excusa de ser parte de los ataques de la alianza encabezada por Estados Unidos, desde septiembre de 2014, aunque el representante ruso agregó que: “No hay drones estadounidenses ni fuerzas especiales de EE.UU. en Siria ni fuerzas especiales de sus aliados, así como tampoco hay capacidades de inteligencia por satélite de Estados Unidos ni los videos que realizan todos los bombarderos modernos al llevar a cabo un ataque”, lo que evidencia claramente la artera decisión de Francia de vengarse contra la población civil de un pueblo perdido en las marismas de una guerra que Occidente desató en su territorio.



La representante de Estados Unidos, Samantha Power, durante la reunión del Consejo de Seguridad, no pareció tampoco estar muy empapada del tema agregando el formulismo de: “Estudiaremos cuidadosamente y a fondo toda la información fidedigna”.

Quizás, cuándo más temprano que tarde, se vuelva a producir un nuevo atentado en Europa, alguien todavía se preguntará ¿por qué? La respuesta será tan sencilla como que de aquellos polvos, estos lodos.

- Guadi Calvo es escritor y periodista argentino. Analista Internacional especializado en África, Medio Oriente y Asia Central. En Facebook: https://www.facebook.com/lineainternacionalGC



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Enviado por

Julio Néstor Sosa Benia