Stiglitz: «El experimento del neoliberalismo resultó ser un fracaso abismal»

 Stiglitz: «El experimento del neoliberalismo resultó ser un fracaso abismal»

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Publicado por: Iván Oliver Rugeles - febrero 17, 2020

 

Joseph Stiglitz, ganador del Premio Nobel de Economía en el año 2001, es crítico de la política neoliberal que fue adoptada por muchos países y que profundizó las brechas de desigualdad, especialmente en América Latina. En France 24 habló de las protestas sociales que esa desigualdad empujó y sobre la metodología que se usa para medir el crecimiento de un país.





Ecuador, Colombia y Chile fueron impactados por una serie de protestas durante finales del año 2019. Estas manifestaciones fueron impulsadas por una parte de la sociedad que reclamaba cambios en torno a los sistemas políticos y económicos, a los cuales responsabilizan de causar desigualdad en la población. 

«Hace unos 40 años, la era del neoliberalismo empezó a prevalecer en todo el mundo. Se creía que los mercados libres llevarían a un mayor crecimiento, que el efecto derrame aseguraría que todo el mundo se viera beneficiado y eso se asoció con financiación, globalización, cuotas de impuestos más bajas, liberalización. Y ahora, 40 años después, podemos decir que este experimento resultó ser un fracaso abismal y las personas lo saben (…) Y las únicas personas que se han visto beneficiadas son las que están en la cima, el 1%», dijo Stiglitz durante una conversación con France 24.

Para el economista estadounidense, la clave para responder a la reducción de la desigualdad parte desde una reescritura de las reglas en la economía de mercado. 

«La magnitud de la desigualdad que prevalece en América Latina y en la mayor parte del mundo ha ido aumentando durante años y décadas y no es algo que se pueda resolver, no hay una solución mágica (…) Hay que empezar primero por reescribir las reglas de la economía de mercado, hacerla más competitiva, romper los monopolios, darle a los trabajadores más poder de negociación, establecer nuevas reglas de administración corporativa, redefinir cómo gestionar la globalización… todas esas son las reglas de la economía de mercado. Algunos países las han aplicado mejor y han logrado que haya menos desigualdad. Algunos países, en particular los latinoamericanos, las han aplicado muy mal, provocando altos niveles de desigualdad», detalló el especialista.

Stiglitz propone nuevas metodologías para medir el PIB 

El Producto Interno Bruto (PIB) ha sido por años el principal indicador para medir el crecimiento económico de un país. Stiglitz no coincide con esta metodología porque no es posible llevar lo que ocurre en la «economía a un solo número» y en este sentido, agrega, se deben tomar diversos factores para evaluar completamente el crecimiento de un país. 

«El PIB no aclara cómo se reparten las ganancias del crecimiento. Si todo el dinero le corresponde al 1% o a una décima parte del 1% no es una buena sociedad, no es una economía con buenos resultados (…) Lo malo del PIB es que no especifica si el crecimiento es sostenible. Hemos visto que el crecimiento de Estados Unidos en 2007 se veía bien, pero no era sostenible. Y el crecimiento que vemos ahora en Estados Unidos no es ambientalmente sostenible», explicó el laureado economista.

Para escuchar la entrevista haga clic aquí:

https://www.ensartaos.com.ve/stiglitz-el-experimento-del-neoliberalismo-resulto-ser-un-fracaso-abismal/


Quema de brujas: cuatro países se complotan contra Assange

 



eldiario.es  

Los detalles del caso Assange (fundador de Wikileaks) según el investigador de la ONU
"Cuatro países se han coordinado para quemarle en la hoguera sin que nadie proteste"

27/02/2020 | Daniel Ryser - Republik / Yves Bachmann

Una denuncia de violación que termina en el cajón justo a tiempo, la presión del Reino Unido para no abandonar el caso, un juez parcial, la detención en una prisión de máxima seguridad y tortura psicológica. Julian Assange ha pasado por todo esto y pronto correrá el riesgo de ser extraditado a Estados Unidos, donde se enfrenta a hasta 175 años de prisión por exponer crímenes de guerra.

Por primera vez, el relator especial de la ONU sobre tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, Nils Melzer, da detalles de los polémicos hallazgos de su investigación sobre el caso del fundador de Wikileaks, Julian Assange.

Nils Melzer, ¿por qué el relator especial de la ONU sobre tortura se interesa en Julian Assange?

Eso mismo me preguntaron recientemente en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania: ¿esta es realmente su principal obligación? ¿Assange es víctima de tortura?

¿Qué respondió?

El caso se encuentra dentro de mis obligaciones de tres maneras diferentes: primero, Assange publicó pruebas de tortura sistemática. Pero en lugar de ser perseguidos los responsables de la tortura, se está persiguiendo a Assange. Segundo, él mismo ha sido maltratado hasta tal punto que ahora muestra síntomas de tortura psicológica. Y tercero, puede ser extraditado a un país que mantiene a las personas como él en condiciones de prisión que Amnistía Internacional ha calificado como de tortura.

En resumen: Julian Assange destapó la tortura, él mismo ha sido torturado y podría ser torturado hasta morir en Estados Unidos. ¿Y se supone que un caso así no forma parte de mi área de responsabilidad? Más allá de eso, el caso es de importancia simbólica y afecta a todos los ciudadanos de un país democrático.

¿Por qué no asumió el caso mucho antes?

Imagine una habitación oscura. De repente, alguien ilumina a un elefante en la habitación que representa a los criminales de guerra, la corrupción. Assange es el hombre que sostiene el foco. Los Gobiernos se quedan brevemente en estado de shock, pero luego hacen girar el foco con acusaciones de violación.

Esta es una maniobra clásica cuando se trata de manipular a la opinión pública. El elefante, una vez más, desaparece en la oscuridad quedándose detrás del foco y, en su lugar, Assange se convierte en el foco de atención y comenzamos a hablar sobre si Assange está patinando en la embajada o si alimenta a su gato correctamente. De repente, todos sabemos que es un violador, un hacker, un espía y un narcisista. Pero los abusos y crímenes de guerra que descubrió se desvanecen en la oscuridad. Yo también perdí mi enfoque, a pesar de mi experiencia profesional, que debería haberme hecho estar más alerta.

Comencemos por el principio: ¿Qué le llevó a tomar el caso?

En diciembre de 2018 sus abogados me pidieron que interviniera. Al principio, me negué. Estaba muy cargado con otras peticiones y no estaba muy familiarizado con el caso. Mi impresión, en gran medida influenciada por los medios de comunicación, también estuvo influida por el prejuicio de que Julian Assange era de alguna manera culpable y de que quería manipularme.

En marzo de 2019, sus abogados se me acercaron por segunda vez porque cada vez había más indicios de que pronto Assange sería expulsado de la embajada ecuatoriana. Me enviaron algunos documentos clave y un resumen del caso y pensé que mi integridad profesional exigía que al menos le echara un vistazo al material.

¿Qué pasó entonces?

Rápidamente resultó evidente que algo no estaba bien. Mi amplia experiencia en asuntos legales me decía que había una contradicción que no tenía sentido: ¿por qué una persona estaría sujeta a nueve años de investigación preliminar por violación sin que nunca se hayan presentado cargos?

¿Eso es algo inusual?

Nunca he visto un caso similar. Cualquiera puede iniciar una investigación preliminar en contra de otra persona con tan solo ir a la policía y acusarla de un delito. Sin embargo, las autoridades suecas nunca se interesaron por el testimonio de Assange. Lo dejaron intencionalmente en el limbo. Imagínese ser acusado de violación durante nueve años y medio por todo el aparato estatal y medios de comunicación sin tener la oportunidad de defenderse porque nunca se presentaron cargos.

Está diciendo que las autoridades suecas nunca se interesaron por el testimonio de Assange. Pero los medios de comunicación y las agencias gubernamentales han descrito un escenario totalmente diferente a lo largo de los años: dicen que Julian Assange huyó del poder judicial sueco para evitar rendir cuentas.

Eso fue lo que siempre pensé, hasta que comencé a investigar. La verdad es lo contrario. Assange se entrevistó con las autoridades suecas en varias ocasiones porque quería responder ante las acusaciones. Pero las autoridades pusieron obstáculos.

¿Qué quiere decir con poner obstáculos?

Permíteme comenzar por el principio. Hablo sueco con fluidez y pude leer todos los documentos originales. Apenas podía creer lo que leía: según el testimonio de la mujer en cuestión, nunca se produjo una violación. Y no solo eso: después, la policía de Estocolmo cambió el testimonio de la mujer sin que ella participara para que de alguna manera pareciera una posible violación.

Dice que la policía de Estocolmo cambió el testimonio de la mujer, ¿cómo lo hicieron exactamente?

El 20 de agosto de 2010, una mujer llamada S.W. entró en la comisaría de Estocolmo junto con una segunda mujer llamada A.A. La primera, S.W, dijo que había tenido relaciones sexuales consentidas con Julian Assange, pero que él no había usado condón. Dijo que ahora le preocupaba que pudiera estar infectada con VIH y quería saber si podía obligar a Assange a hacerse una prueba de VIH. Ella dijo que estaba realmente preocupada. La policía anotó su declaración e inmediatamente informó a los fiscales.

Incluso antes de que pudieran terminar las preguntas, se informó a S.W. de que Assange sería arrestado bajo sospecha de violación. S.W. se sorprendió y se negó a continuar con el interrogatorio. Mientras todavía estaba en comisaría, ella le escribió un mensaje a una amiga diciéndole que no quería incriminar a Assange, que solo quería que se hiciera una prueba de VIH, pero que la policía aparentemente estaba interesada en "ponerle las manos encima".

¿Qué significa eso?

S.W. nunca acusó a Julian Assange de violación. Ella se negó a responder a más preguntas y se fue a su casa. Sin embargo, dos horas después, apareció un titular en la portada de Expressen, un tabloide sueco, que decía que Julian Assange era sospechoso de haber cometido dos violaciones.

¿Dos violaciones?

Sí, porque estaba la segunda mujer, A.A. Ella tampoco quería presentar cargos, simplemente había acompañado a S.W. a la comisaría. Ni siquiera la interrogaron ese día. Más tarde dijo que Assange la había acosado sexualmente. Por supuesto, yo no puedo decir si eso es cierto o no. Solo puedo señalar el orden de los acontecimientos: una mujer entra a una comisaría. No quiere presentar cargos, pero quiere exigir una prueba de VIH. La policía luego decide que esto podría ser un caso de violación y un asunto para los fiscales. La mujer se niega a aceptar esa versión de los hechos y luego se va a su casa y le escribe a un amigo que esa no era su intención, pero la policía quiere "ponerle las manos encima" a Assange.

Dos horas después, el caso aparece en el periódico. Como sabemos hoy en día, los fiscales filtraron la información a la prensa y lo hicieron sin siquiera invitar a Assange a declarar. Y la segunda mujer, que presuntamente había sido violada según el titular del 20 de agosto, fue interrogada el 21 de agosto.

¿Qué dijo la segunda mujer cuando fue interrogada?

Ella dijo que había puesto su apartamento a disposición de Assange, que se encontraba en Suecia para una conferencia. Se trataba de un pequeño apartamento de una habitación. Estando Assange en la casa, ella llegó antes de lo planeado, pero le dijo que no había problema y que los dos podían dormir en la misma cama.

Esa noche tuvieron sexo consentido con condón, pero ella dijo que, durante el acto, Assange había roto intencionalmente el condón. Si eso es cierto, entonces por supuesto se trata de un delito sexual conocido como stealthing. Pero la mujer también dijo que no se dio cuenta de que el condón estaba roto hasta después. Esa es una contradicción que debería haberse aclarado absolutamente. Si no lo percibo, entonces no puedo saber si el otro lo rompió intencionalmente. No se pudo detectar un solo rastro de ADN de Assange o A.A. en el condón que se presentó como evidencia.

¿Cómo se conocieron las dos mujeres?

Realmente no se conocían. A.A., que estaba acogiendo a Assange y ejercía como su secretaria de prensa, había conocido a S.W. en un evento en el que S.W. llevaba un jersey de cachemir rosa. Al parecer, ella sabía por Assange que estaba interesado en tener un encuentro sexual con S.W. porque una noche recibió un mensaje de un conocido que decía que sabía que Assange se quedaría con ella y que, a él, el conocido, le gustaría contactar con Assange. A.A. respondió: aparentemente Assange está durmiendo en este momento con la "chica de cachemir". A la mañana siguiente, S.W. habló con A.A. por teléfono y dijo que ella también se había acostado con Assange y ahora le preocupaba haberse infectado de VIH.

Esta preocupación aparentemente era real, porque S.W. incluso fue a una clínica para una consulta. A.A. entonces sugirió: ’Vayamos a la policía, ellos pueden hacer que Assange se haga una prueba de VIH’. Sin embargo, las dos mujeres no fueron a la comisaría más cercana, sino a una muy lejana donde trabaja como policía una amiga de A.A. que luego interrogó a S.W. Al principio estaba presente A.A., lo que no es una práctica adecuada. Sin embargo, hasta este punto el único problema era, como máximo, la falta de profesionalidad.

La deliberada malicia de las autoridades solo se hizo evidente cuando difundieron de inmediato la sospecha de violación a través de la prensa sensacionalista. Y lo hicieron sin preguntar a A.A. y contradiciendo la declaración dada por S.W.

Este hecho también violó una prohibición clara de la ley sueca contra la publicación de los nombres de presuntas víctimas o perpetradores en casos de delitos sexuales. Luego el caso llegó a la fiscal general de la capital, quien suspendió la investigación de violación unos días después estableciendo que, aunque las declaraciones de S.W. eran creíbles, no había evidencia de que se hubiera cometido un delito.

Pero entonces el caso cogió carrerilla ¿Por qué?

Entonces el supervisor de la agente que realizó el interrogatorio le escribió un correo electrónico diciéndole que volvieran a escribir la declaración de S.W.

¿Qué cambios hizo la agente?

No lo sabemos, porque la primera declaración se escribió directamente en el programa de ordenador y ya no existe. Solo sabemos que la declaración original, según la fiscal general, aparentemente no contenía ningún indicio de que se hubiera cometido un delito. El formulario editado dice que los dos mantuvieron relaciones sexuales varias veces, de manera consentida y con condón.

Pero a la mañana siguiente, según la declaración modificada, la mujer se despertó porque él intentó penetrarla sin condón. Ella pregunta: "¿Estás usando condón?" Él dice: "no". Entonces, ella responde: "Es mejor que no tengas VIH" y le permite a él continuar. La declaración fue modificada sin involucrar a la mujer en cuestión y no fue firmada por ella. Esta es una evidencia manipulada, a partir de la cual las autoridades suecas luego crearon una historia de violación.

¿Por qué las autoridades suecas harían algo así?

El momento es decisivo: a finales de julio, Wikileaks, en cooperación con varios medios internacionales, publicó los ’diarios de la Guerra de Afganistán’. Esta fue una de las filtraciones de información más grandes de la historia del ejército de EEUU.

Inmediatamente después, Estados Unidos exigió que sus aliados inundaran a Assange de casos criminales. No estamos familiarizados con toda la correspondencia, pero Stratfor, una consultora de seguridad que trabaja para el Gobierno de Estados Unidos, aconsejó a los funcionarios estadounidenses aparentemente inundar a Assange con todo tipo de casos criminales durante los próximos 25 años.

¿Por qué Assange no fue a la policía en ese momento?

Lo hizo, lo mencioné anteriormente. Assange se enteró de las acusaciones de violación por la prensa. Contactó con la policía para poder dar su declaración. A pesar de que el escándalo llegó al público, solo se le permitió hacerlo nueve días después, cuando la acusación de haber violado a S.W. ya se había abandonado. Pero los procedimientos relacionados con el acoso sexual a A.A. estaban en curso.

El 30 de agosto de 2010, Assange apareció en la comisaría para declarar. Fue interrogado por el mismo policía que había ordenado la revisión de la declaración de S.W. Al comienzo de la conversación, Assange dijo que estaba listo para ofrecer su declaración, pero agregó que no quería leer nada de ella en la prensa una vez más. Ese era su derecho y se le garantizó que así sería.

Sin embargo, esa misma noche todo volvió a aparecer en los periódicos. Solo pudo haber venido de las autoridades porque nadie más estuvo presente durante su interrogatorio. Claramente, la intención era la de manchar su reputación.

¿De dónde sale la historia de que Assange buscaba evadir la justicia sueca?

Esta versión fue fabricada y no es consistente con los hechos. Si él hubiera estado intentando esconderse, no habría aparecido en la comisaría de policía por su propia voluntad. Basándose en la declaración modificada de S.W., se presentó una apelación contra el intento de la fiscal de suspender la investigación y el 2 de septiembre de 2010 se reanudaron los procedimientos sobre la violación.

Claes Borgström fue nombrado representante legal de las dos mujeres con dinero público. El hombre era socio del bufete de abogados del anterior ministro de Justicia, Thomas Bodström, bajo cuya supervisión el personal de seguridad sueco había capturado a dos hombres que Estados Unidos había declarado como sospechosos en mitad de Estocolmo. Los hombres fueron capturados sin ningún tipo de procedimiento legal y luego entregados a la CIA, que procedió a torturarlos. Eso muestra con más claridad el enorme trasfondo transatlántico de este asunto.

Después de reanudarse la investigación sobre violación, Assange indicó en varias ocasiones a través de su abogado que deseaba responder a las acusaciones. La fiscal responsable siguió retrasando el asunto. En una ocasión, no encajaba en su horario, en otra, el oficial de policía responsable estaba enfermo. Tres semanas después, su abogado escribió finalmente que Assange de verdad debía ir a Berlín para una conferencia y preguntó si se le permitía abandonar el país. La oficina del fiscal público le dio permiso por escrito para salir de Suecia por cortos períodos de tiempo.

¿Y entonces?

El punto es: el día en que Julian Assange salió de Suecia, en un momento en que no estaba claro si se iba por corto o largo plazo, se emitió una orden de arresto. Voló con Scandinavian Airlines (SAS) de Estocolmo a Berlín. Durante el vuelo, sus ordenadores portátiles desaparecieron de su equipaje facturado. Cuando llegó a Berlín, Lufthansa solicitó una investigación de SAS, pero la aerolínea aparentemente se negó a proporcionar ningún tipo de información.

¿Por qué?

Ese es exactamente el problema. En este caso, constantemente suceden cosas que no serían posibles a menos que las mires desde un ángulo diferente. De todos modos, Assange continuó hacia Londres, pero no trató de esconderse del poder judicial. A través de su abogado sueco, ofreció a los fiscales varias fechas posibles para ser interrogado en Suecia: esta correspondencia existe. Luego, sucedió lo siguiente: Assange se enteró de que se había abierto un caso criminal secreto contra él en Estados Unidos. En ese momento, no fue confirmado por EEUU, pero hoy sabemos que era cierto. A partir de ese momento, el abogado de Assange comenzó a decir que su cliente estaba preparado para testificar en Suecia, pero exigió garantías diplomáticas de que Suecia no lo extraditaría a Estados Unidos.

¿Realmente era posible que eso ocurriera?

Absolutamente. Algunos años antes, como ya mencioné, el personal de seguridad sueco había entregado a dos solicitantes de asilo –ambos registrados en Suecia– a la CIA sin ningún procedimiento legal. El abuso comenzó en el aeropuerto de Estocolmo, donde fueron maltratados, drogados y trasladados a Egipto, donde fueron torturados. No sabemos si fueron los únicos casos, pero conocemos estos casos porque los hombres sobrevivieron. Más tarde, ambos presentaron denuncias ante las agencias de derechos humanos de la ONU y ganaron su caso. Suecia se vio obligada a pagarles a cada uno medio millón de dólares por daños.

¿Aceptó Suecia las demandas de Assange?

Los abogados dicen que durante los casi siete años en que Assange vivió en la embajada ecuatoriana, hicieron más de 30 ofertas para que Assange visitara Suecia a cambio de una garantía de que no sería extraditado a Estados Unidos. Los suecos se negaron a proporcionar tal garantía argumentando que Estados Unidos no había hecho una solicitud formal de extradición.

¿Cuál es su opinión sobre la demanda hecha por los abogados de Assange?

Tales garantías diplomáticas son una práctica internacional rutinaria. Las personas solicitan garantías de que no serán extraditadas a lugares donde existe el peligro de violaciones graves de los derechos humanos, independientemente de si el país en cuestión ha presentado una solicitud de extradición o no. No es un procedimiento legal, sino político.

Este es un ejemplo: digamos que Francia exige que Suiza extradite a un empresario kazajo que vive en Suiza, pero que es buscado por Francia y Kazajstán por acusaciones de fraude fiscal. Suiza no ve peligro de tortura en Francia, pero cree que tal peligro existe en Kazajstán. Entonces Suiza le dice a Francia: vamos a extraditarlo, pero queremos una garantía diplomática de que no será extraditado a Kazajstán. La respuesta de los franceses no sería: "¡Kazajstán ni siquiera ha presentado una solicitud!" Debería ser que, por supuesto, otorgarían tal garantía.

Los argumentos procedentes de Suecia fueron tenues en el mejor de los casos. Esa es una parte del asunto. La otra, y lo digo basándome en toda la experiencia que tengo en la práctica internacional estándar, es que si un país se niega a proporcionar tal garantía diplomática, todas las dudas sobre las buenas intenciones del país en cuestión están justificadas ¿Por qué Suecia no proporcionaría tales garantías? Desde una perspectiva legal, después de todo, Estados Unidos no tiene absolutamente nada que ver con los procedimientos de delitos sexuales suecos.

¿Por qué Suecia no quiso ofrecer esa garantía?

Solo hay que ver cómo se gestionó el caso: para Suecia, nunca se trató de los intereses de las dos mujeres. Incluso después de solicitar las garantías de no ser extraditado, Assange todavía quería testificar. Él dijo: Si no pueden garantizarme que no seré extraditado, entonces estoy dispuesto a ser interrogado en Londres o por videoconferencia.

¿Pero es normal o aceptable que las autoridades suecas viajen a un país diferente para tal interrogatorio?

Ese es otro indicio de que Suecia nunca estuvo interesada en encontrar la verdad. Para exactamente este tipo de asuntos judiciales existe un tratado de cooperación entre el Reino Unido y Suecia que prevé que los funcionarios suecos puedan viajar al Reino Unido, o viceversa, para realizar interrogatorios o que el interrogatorio pueda realizarse por videoconferencia.

Durante el periodo de tiempo en cuestión se hicieron este tipo de interrogatorios entre Suecia e Inglaterra en otros 44 casos. Fue solo en el caso de Julian Assange en el que Suecia insistió en que era esencial para él presentarse personalmente.

¿Por qué sucedió de esa manera?

Solo hay una única explicación para todo esto: la negativa a otorgar garantías diplomáticas, la negativa a interrogarlo en Londres: querían detenerlo para poder extraditarlo a Estados Unidos.

El número de infracciones registradas en Suecia en las primeras semanas de la investigación criminal preliminar es simplemente grotesco. El Estado asignó un asesor legal a las mujeres que les dijo que la interpretación criminal de lo que habían vivido dependía del Estado y no de ellas.

Cuando al asesor legal se le preguntó sobre las contradicciones en el testimonio de las mujeres y la narrativa a la que se adhirieron funcionarios públicos, el asesor dijo, en referencia a las mujeres: "Ah, pero ellas no son abogadas".

Pero durante cinco largos años la Fiscalía sueca evitó interrogar a Assange sobre la supuesta violación, hasta que sus abogados finalmente solicitaron a la Corte Suprema de Suecia que obligara a la Fiscalía a presentar cargos o cerrar el caso. Cuando los suecos le dijeron al Reino Unido que podrían verse obligados a abandonar el caso, los británicos respondieron con preocupación: "¡No se atrevan a echarse atrás!".

¿Está hablando en serio?

Sí, los británicos, o más específicamente el Servicio de Fiscalía de la Corona, querían evitar que Suecia abandonara el caso a toda costa. Aunque realmente los ingleses deberían haber estado contentos de que ya no tendrían que gastar millones en dinero de los contribuyentes para mantener a la embajada ecuatoriana bajo vigilancia constante para evitar que se fugara Assange.

¿Por qué los británicos estaban tan ansiosos por evitar que los suecos cerraran el caso?

Debemos dejar de creer que realmente había interés en llevar a cabo una investigación sobre un delito sexual. Lo que hizo Wikileaks es una amenaza para la élite política de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Rusia en igual medida. Wikileaks publica información secreta de Estado. Y en un mundo, incluso en las llamadas democracias maduras, donde la expansión de secretos se ha generalizado, eso se considera una amenaza fundamental. Assange dejó en claro que los países ya no están interesados en la confidencialidad legítima, sino en la supresión de información importante sobre corrupción y delitos.

Tomemos el arquetípico caso de Wikileaks sobre las filtraciones de información proporcionadas por Chelsea Manning: el vídeo llamado "Asesinato colateral". (Nota del editor: El 5 de abril de 2010, Wikileaks publicó un vídeo clasificado del ejército estadounidense que mostraba el asesinato de varias personas en Bagdad ejecutado por soldados estadounidenses, incluidos dos empleados de la agencia de noticias Reuters).

Como asesor legal durante mucho tiempo en el Comité Internacional de la Cruz Roja y delegado en zonas de guerra, puedo decirle que el vídeo sin duda documenta un crimen de guerra. Un equipo de helicópteros simplemente acribilla a un grupo de personas. Incluso podría ser que una o dos de estas personas llevaran un arma, pero las personas heridas fueron atacadas de forma intencionada. Eso es un crimen de guerra.

"Está herido", se puede escuchar decir a un estadounidense. "Estoy disparando". Y luego se ríen. Luego, una camioneta llega para salvar a los heridos. El conductor está con sus dos hijos. Puedes escuchar a los soldados decir: Bueno, es su culpa por traer a sus hijos a una batalla. Y luego abren fuego. El padre y los heridos son asesinados de inmediato, aunque los niños sobrevivieron con heridas graves. A través de la publicación del vídeo, nos convertimos en testigos directos de una masacre criminal e inconcebible.

¿Qué debe hacer una democracia constitucional ante tal situación?

Una democracia constitucional probablemente investigaría a Chelsea Manning por violar el secreto oficial porque le pasó el vídeo a Assange. Pero ciertamente no iría tras Assange, porque publicó el vídeo como interés público, de acuerdo con las prácticas clásicas del periodismo de investigación. Sin embargo, sobre todas las cosas, una democracia constitucional investigaría y castigaría a los criminales de guerra. Estos soldados deberían estar entre rejas. Pero no se inició ninguna investigación criminal contra ninguno de ellos.

Al contrario, el hombre que informó al público está encerrado en prisión preventiva en Londres y se enfrenta a una posible sentencia en Estados Unidos de hasta 175 años de prisión. Esa es una sentencia completamente absurda. En comparación: los principales criminales de guerra en el tribunal de Yugoslavia recibieron sentencias de 45 años. 175 años en prisión en condiciones que han sido consideradas inhumanas por el relator especial de la ONU y por Amnistía Internacional. Pero lo realmente horrible de este caso es la anarquía que se ha desarrollado: los poderosos pueden asesinar sin temer a ser castigados y el periodismo se transforma en espionaje. Se está convirtiendo en un crimen decir la verdad.

¿Qué le espera a Assange una vez que sea extraditado?

No recibirá un juicio acorde a un Estado de derecho. Esa es otra razón por la cual no se debe permitir su extradición. Assange recibirá un juicio con un jurado en Alexandria, Virginia, el famoso "Tribunal de Espionaje", donde Estados Unidos juzga todos los casos de seguridad nacional. Esta ubicación no ha sido elegida al azar, porque los miembros del jurado deben elegirse en proporción a la población local y el 85% de los residentes de Alexandria trabajan en la comunidad de seguridad nacional: en la CIA, la NSA, el Departamento de Defensa y el Departamento de Estado.

Cuando las personas son juzgadas por dañar la seguridad nacional frente a un jurado como ese, el veredicto es claro desde el principio. Los casos siempre se juzgan frente al mismo juez a puerta cerrada y con base a pruebas clasificadas. Nadie ha salido absuelto de allí en un caso como ese. El resultado es que la mayoría de los acusados llegan a un acuerdo, en el que admiten una culpa parcial para recibir una sentencia más leve.

¿Está diciendo que Julian Assange no recibirá un juicio justo en Estados Unidos?

Sin duda. Mientras los empleados del Gobierno estadounidense obedezcan las órdenes de sus superiores, pueden participar en guerras de agresión, crímenes de guerra y tortura sabiendo perfectamente que nunca tendrán que responder a sus acciones. ¿Qué pasó con las lecciones aprendidas en los juicios de Nuremberg? He trabajado el tiempo suficiente en zonas de conflicto como para saber que se cometen errores en las guerras. No siempre se trata de actos criminales sin escrúpulos. Muchas veces todo esto ocurre producto del estrés, el agotamiento y el pánico.

Por eso puedo entender absolutamente cuando un Gobierno dice: "Sacaremos a la luz la verdad y, como Estado, asumiremos toda la responsabilidad por el daño causado. Pero si no se puede asignar la culpa directamente a los individuos, no impondremos castigos rigurosos". Pero es extremadamente peligroso cuando se silencia la verdad y los criminales no son llevados ante la justicia. En la década de 1930, Alemania y Japón abandonaron la Liga de las Naciones. 15 años después, el mundo yacía en ruinas.

Hoy, Estados Unidos se ha retirado del Consejo de Derechos Humanos de la ONU y, ni la masacre del "Asesinato colateral", ni la tortura de la CIA después del 11 de septiembre, ni la guerra de agresión contra Irak han acabado en investigaciones criminales.

Ahora, el Reino Unido está siguiendo ese ejemplo. El Comité de Seguridad e Inteligencia en el propio Parlamento del país publicó dos informes extensos en 2018 que muestran que Gran Bretaña estaba mucho más involucrada en el programa secreto de tortura de la CIA de lo que se creía anteriormente. El comité recomendó una investigación formal. Lo primero que hizo Boris Johnson después de convertirse en primer ministro fue anular esa investigación.

En abril, la policía británica sacó a Julian Assange de la embajada ecuatoriana. ¿Qué opina sobre estos eventos?

En 2017 se eligió un nuevo Gobierno en Ecuador. En respuesta, Estados Unidos escribió una carta indicando que estaba ansioso por cooperar con Ecuador. Había, por supuesto, mucho dinero en juego, pero había un obstáculo en el camino: Julian Assange. El mensaje era que Estados Unidos estaba preparado para cooperar si Ecuador entregaba Assange a Estados Unidos. En ese momento, la embajada ecuatoriana comenzó a aumentar la presión sobre Assange. Le hicieron la vida difícil. Pero él se quedó. Entonces Ecuador anuló su amnistía y le dio a Gran Bretaña luz verde para arrestarlo.

Como el Gobierno anterior le había otorgado la ciudadanía ecuatoriana, debieron revocar su pasaporte porque la constitución ecuatoriana prohíbe extraditar a sus propios ciudadanos. Todo eso sucedió de la noche a la mañana y sin ningún procedimiento legal. Assange no tuvo oportunidad de hacer una declaración ni de recurrir a un procedimiento legal. Fue arrestado por los británicos y llevado ante un juez británico ese mismo día, que le condenó por violar las condiciones de la libertad condicional.

¿Qué opina de este veredicto tan rápido?

Assange solo tuvo 15 minutos para prepararse con su abogado. El juicio en sí también duró solo 15 minutos. El abogado de Assange puso un archivo grueso sobre la mesa e hizo una objeción formal a una de las juezas por conflicto de intereses porque su esposo había sido expuesto en 35 casos de Wikileaks. Pero el juez principal echó a un lado las preocupaciones sin examinarlas más a fondo. Dijo que acusar a su colega de un conflicto de intereses era una afrenta. Assange solo pronunció una frase durante todo el proceso: "Me declaro inocente". El juez se volvió hacia él y le dijo: "Eres un narcisista que no puede ver más allá de sus propios intereses. Te declaro culpable de violar la libertad condicional".

Si le entiendo correctamente, desde el inicio Julian Assange nunca tuvo una oportunidad

Ese es el punto. No estoy diciendo que Julian Assange sea un ángel o un héroe. No se trata de eso. Estamos hablando de derechos humanos y no de derechos de héroes o ángeles. Assange es una persona y tiene derecho a defenderse y ser tratado de manera humana. Independientemente de lo que se le acuse, Assange tiene derecho a un juicio justo. Pero se le ha negado deliberadamente ese derecho: en Suecia, Estados Unidos, Gran Bretaña y Ecuador. Por el contrario, lo dejaron pudrirse durante casi siete años en el limbo de una habitación.

De repente, fue sacado de allí y condenado en cuestión de horas y sin ningún tipo de preparación por una violación de fianza que consistió en haber recibido asilo diplomático de otro Estado miembro de la ONU sobre la base de persecución política, tal y como lo plantea el derecho internacional y que innumerables chinos, rusos y otros disidentes han hecho en embajadas occidentales.

Es obvio que estamos tratando con un caso de persecución política. En Gran Bretaña, las infracciones por violar la libertad condicional rara vez conducen a penas de prisión, generalmente están sujetas a multas. Assange, por el contrario, fue sentenciado en un proceso rápido a 50 semanas en una prisión de máxima seguridad. Claramente se trata de una pena desproporcionada que tenía un solo propósito: mantener a Assange el tiempo suficiente para que Estados Unidos preparara su caso de espionaje contra él.

Como relator especial de la ONU sobre la tortura, ¿qué tiene que decir sobre sus condiciones actuales de encarcelamiento?

Gran Bretaña no ha permitido que Julian Assange contacte con sus abogados de Estados Unidos, donde es objeto de procedimientos secretos. Su abogada británica también se ha quejado por no tener ni siquiera acceso suficiente a su cliente para revisar documentos y pruebas judiciales con él. En octubre no se le permitió tener ningún documento de su expediente en su celda. Se le negó su derecho fundamental a preparar su propia defensa, como lo garantiza el Convenio Europeo de Derechos Humanos. Además, está su casi total confinamiento en solitario y el castigo completamente desproporcionado por violar la libertad condicional. Tan pronto como sale de su celda, vacían los pasillos para evitar que tenga contacto con otros reclusos.

¿Y todo eso debido a una simple violación de la libertad bajo fianza? ¿En qué punto el encarcelamiento se convierte en tortura?

Julian Assange ha sido torturado psicológicamente de manera intencional por Suecia, Gran Bretaña, Ecuador y Estados Unidos. Primero a través del manejo altamente arbitrario de los procedimientos en su contra. La forma en que Suecia hizo seguimiento del caso, con la asistencia activa de Gran Bretaña, tenía como objetivo ponerlo bajo presión y atraparlo en la embajada. Suecia nunca estuvo interesado en encontrar la verdad y ayudar a estas mujeres, sino en colocar a Assange contra la espada y la pared.

Se ha abusado de los procesos judiciales destinados a empujar a una persona hacia una posición en la que no puede defenderse. Además de eso, están las medidas de vigilancia, los insultos, las humillaciones y los ataques de los políticos de estos países, incluso las amenazas de muerte. Este abuso constante del poder del Estado ha desencadenado un estado grave de estrés y ansiedad en Assange y ha resultado en daños cognitivos y neurológicos medibles.

Visité a Assange en su celda en Londres en mayo de 2019 junto con dos médicos experimentados y ampliamente respetados que se especializan en examen forense y psicológico de las víctimas de tortura. El diagnóstico al que llegaron los dos médicos fue claro: Julian Assange muestra síntomas típicos de tortura psicológica. Si no recibe protección pronto, es probable que su salud se deteriore rápidamente y podría morir.

Medio año después de que Assange fuera puesto en prisión preventiva en Gran Bretaña, Suecia abandonó silenciosamente el caso en su contra en noviembre de 2019, después de nueve largos años. ¿Por qué hizo eso entonces?

El Estado sueco pasó casi una década presentando intencionalmente a Julian Assange al público como un delincuente sexual. Luego, de repente, abandonaron el caso en su contra debido al mismo argumento que utilizó la primera fiscal de Estocolmo en 2010, cuando inicialmente suspendió la investigación después de solo cinco días: aunque la declaración de la mujer era creíble, no había pruebas de que hubiera cometido un delito. Es un escándalo increíble.

Pero la sincronía no fue accidental. El 11 de noviembre se hizo público un documento oficial que yo envié al Gobierno sueco dos meses antes de que se hiciera público. En el documento, solicité al Gobierno que diera explicaciones sobre unos 50 puntos relacionados con las implicaciones de derechos humanos por la forma en que manejaban el caso.

¿Cómo es posible que la prensa fuera informada de inmediato a pesar de la prohibición de hacerlo? ¿Cómo es posible que se hiciera pública una sospecha a pesar de que el interrogatorio aún no se había realizado? ¿Cómo es posible que usted diga que ocurrió una violación a pesar de que la mujer involucrada impugna esa versión de los hechos? El día en que el documento se hizo público, recibí una miserable respuesta de Suecia: el Gobierno no tiene más comentarios sobre este caso.

¿Qué significa esa respuesta?

Es una admisión de culpa.

¿De qué manera?

Como relator especial de la ONU, la comunidad internacional me ha encomendado investigar las denuncias presentadas por las víctimas de tortura y, si es necesario, solicitar explicaciones o investigaciones a los Gobiernos. Ese es el trabajo diario que hago con todos los Estados miembros de la ONU. De acuerdo con mi experiencia, puedo decir que los países que actúan de buena fe casi siempre están interesados en proporcionarme las respuestas que necesito para resaltar la legalidad de su comportamiento.

Cuando un país como Suecia se niega a responder las preguntas sobre tortura presentadas por el relator especial de la ONU, muestra que el Gobierno es consciente de la ilegalidad de su comportamiento y no quiere hacerse responsable. Se desentendieron y abandonaron el caso una semana después porque sabían que yo no desistiría. Cuando países como Suecia se dejan manipular de esa manera, nuestras democracias y nuestros derechos humanos se enfrentan a una amenaza fundamental.

¿Crees que Suecia era plenamente consciente de lo que hacía?

Sí. Desde mi punto de vista, Suecia actuó muy claramente de mala fe. Si hubieran actuado de buena fe, no hubiesen tenido ningún motivo para negarse a responder mis preguntas. Lo mismo ocurre con los británicos: después de mi visita a Assange en mayo de 2019, tardaron seis meses en responderme en una carta de una sola página que se limitaba principalmente a rechazar todas las acusaciones de tortura y todas las inconsistencias en los procedimientos legales.

Si vas a hacer las cosas de esa manera, ¿cuál es el sentido de mi mandato? Soy el relator especial sobre tortura de las Naciones Unidas. Tengo el mandato de hacer preguntas claras y exigir respuestas. ¿Cuál es la base legal para negarle a alguien su derecho fundamental a defenderse? ¿Por qué un hombre que no es peligroso ni violento está recluido en régimen de aislamiento durante varios meses cuando las normas de la ONU prohíben legalmente el régimen de aislamiento por períodos superiores a 15 días? Ninguno de estos Estados miembros de la ONU inició una investigación, ni respondieron mis preguntas ni demostraron interés en el diálogo.

¿Qué significa que los Estados miembros de la ONU se nieguen a proporcionar información a su propio relator especial sobre tortura?

Que es un asunto previamente acordado. Se usará un juicio a manera de espectáculo para colocar a Julian Assange como ejemplo. El objetivo es intimidar a los demás periodistas. La intimidación, por cierto, es uno de los propósitos principales para usar la tortura en todo el mundo. El mensaje para todos nosotros es: esto es lo que te sucederá si haces lo mismo que Wikileaks.

Es un modelo que es muy peligroso porque es muy sencillo: las personas que obtienen información confidencial de sus Gobiernos o empresas transfieren esa información a Wikileaks, pero el denunciante permanece anónimo. La reacción muestra cuán grande se percibe la amenaza: cuatro países democráticos unieron fuerzas (Estados Unidos, Ecuador, Suecia y el Reino Unido) para aprovechar su poder y retratar a un hombre como un monstruo para que luego pudiera ser quemado en la hoguera sin que nadie protestara. El caso es un gran escándalo y representa el fracaso del Estado de derecho occidental. Si Julian Assange es condenado, condenarán a muerte a la libertad de prensa.

¿Qué puede significar este posible precedente para el futuro del periodismo?

A un nivel práctico significa que usted, como periodista, debe defenderse ahora. Porque si el periodismo de investigación se clasifica como espionaje y puede ser incriminado en todo el mundo, la censura y la tiranía seguirán. Se está creando un sistema asesino ante nuestros propios ojos. Los crímenes de guerra y tortura no se están persiguiendo.

En YouTube circulan vídeos en los que los soldados estadounidenses se jactan de llevar a las mujeres iraquíes al suicidio con violaciones sistemáticas. Nadie los está investigando. Al mismo tiempo, una persona que expone tales cosas está siendo amenazada con 175 años de prisión. Durante toda una década, ha sido inundado con acusaciones que no se pueden probar. Están acabando con él y nadie se hace responsable.

Esto marca una degradación del contrato social. Otorgamos poder a los países y lo delegamos a los Gobiernos, pero a cambio deben ser responsables de cómo ejercen ese poder. Si no exigimos que se les haga responsables, perderemos nuestros derechos tarde o temprano. Los humanos no son democráticos por naturaleza. El poder se corrompe si no se supervisa. La corrupción ocurre cuando no insistimos en que se controle el poder.

Estás diciendo que atacar a Assange amenaza el núcleo mismo de las libertades de prensa.

Veamos dónde estamos dentro de 20 años si Assange es condenado y sobre lo que usted podrá escribir como periodista. Estoy convencido de que estamos en grave peligro de perder las libertades de prensa. Ya está sucediendo: de repente, la sede de ABC News en Australia fue allanada por el caso de los ’diarios de la Guerra de Afganistán’. ¿El motivo? Una vez más, la prensa descubrió el mal comportamiento de los representantes del Estado.

Para que la división de poderes funcione, el Estado debe ser supervisado por la prensa como el cuarto poder. WikiLeaks es la consecuencia lógica de un proceso continuo de secretismo extendido: si la verdad ya no se puede examinar porque todo se mantiene en secreto, si los informes de investigación sobre la política de tortura del Gobierno de Estados Unidos se mantienen en secreto e incluso se ocultan grandes secciones del resumen publicado, en algún momento las filtraciones de información serán inevitables.

WikiLeaks es la consecuencia de ese secretismo desenfrenado y refleja la falta de transparencia en nuestro sistema político moderno. Hay, por supuesto, áreas donde el secreto puede ser vital. Pero si ya no sabemos qué están haciendo nuestros Gobiernos y los criterios que están siguiendo; si los crímenes ya no se investigan, entonces representa un grave peligro para la integridad social.

¿Cuáles son las consecuencias?

Como relator especial de la ONU sobre torturas y, antes de eso, como delegado de la Cruz Roja, he visto muchos horrores y violencia y he visto cuán rápido los países pacíficos como Yugoslavia o Ruanda pueden transformarse en infiernos.

La raíz de tales desarrollos es siempre una falta de transparencia y un poder político o económico desenfrenado combinado con la ingenuidad, la indiferencia y la maleabilidad de la población. De repente, lo que siempre sucedió al otro (tortura, violación, expulsión y asesinato impunes) puede sucedernos fácilmente a nosotros o a nuestros hijos. Y a nadie le importará. Puedo jurarte que es así.

*Esta entrevista fue originalmente publicada en inglés en Republik. Traducido del inglés por Mary Gómez, de Agência Públic

https://www.eldiario.es/internacional/Relator-ONU-Julian-Assange-condenado_0_999500818.html

Testimonio de una hija de preso político

 Testimonio de una hija de preso político




Marina Weinberger
"Me sumo a la memoria Recién escuche el testimonio de una compañera que pasó su niñez lejos de sus padres presos. Sin memoria no podemos construir el presente. Esos pobre ancianitos que en estos tiempos defiende un senador de la república, son los que asesinaron y mataron. Los que se hacen cargo con un cinismo increíble de la tortura sistemática en complicidad con sus colegas del plan Cóndor. Pienso entonces que debo dar testimonio, aunque nadie me lo pida. Mi padre, Ismael Weinberger estuvo preso durante ocho años desde aquel siniestro 1976. Yo tenía 19 años y me casaba al otro día.
Por eso papá se quedó a dormir en casa esa noche.
Se llevaron a un hombre bueno, a un periodista revolucionario que nunca tuvo un arma más que sus palabras.
Un año entero desaparecido; lo buscamos por todos los cuarteles. Lo primero que nos mandaron fue la ropa en jirones con la que lo arrancaron de nuestra casa. Tenía 47 años y se entregó en cuerpo y alma en la lucha contra la dictadura. Después del cuartel de “La Paloma” donde la tortura seguía una rutina, lo pasaron al Penal de Libertad aunque parezca una burla su nombre.
Allí lo visitamos ocho años cada 15días a través de un vidrio con teléfono.
No creo en la guerra de los demonios.
Mi padre fue un trabajador incansable, también mamá trabajando en dos escuelas de maestra. Con mi hermano chico a cargo no dejó ni una vez faltar aquella bolsa de plastillera odiosa con el 2211 bordado por ella con punto “cadenita”, donde le llevaba lo que se permitía y lo que no, siempre intentaba.
No te olvides le pedía papá, del tabaco para los compañeros que fuman.
Se le partió el corazón a los 64 años, pero su memoria y su risa siempre nos va a acompañar
¿Como algunos quieren olvidar y borrar la historia? Esta que se hizo con sangre de los que permitieron que ahora estemos disfrutando de esta Libertad para elegir,que manifiesta el presidente.
Porque esta solidaridad a la que se alude en época de pandemia se debe también a nuestros hijos. A los jóvenes que fueron educados sin odio, sin rencores, pero con la esperanza,la memoria de padres y madres, abuelos y abuelas, hijas, hijos, hermanas y hermanos; compañeras y compañeros, que seguimos buscando justicia.

Ni uno sólo de estos asesinos recibió agresión alguna.
Ni ellos ni sus familias.

Nadie salió a hacer justicia por su cuenta.
Creo que fue porque crecieron con el anhelo de un mundo mejor. A pesar de los pesares se los entregaba temblando a soldados que los llevaban cada seis meses a ver a su abuelo en el patio del penal. Mis niños que ahora son adultos siguen transmitiendo los cuentos a sus hijos, que les contaba el abuelo. Ismael, como se llama el más pequeño de mis nietosque mañana cumple sus felices seis años. en un corazón que nos mandó papá recortado en papel higiénico en el bolsillo de sus harapos, dice Änimo, no me olviden!!!!

Nunca te olvidaremos!
memoria verdad y justicia"

TODO LO HECHO POR LOS DESAPARECIDOS HASTA AHORA "FUE SIMBÓLICO"

 TODO LO HECHO POR LOS DESAPARECIDOS HASTA AHORA "FUE SIMBÓLICO"



Hija de desaparecidos, militante de siempre por “verdad y justicia”, reivindicó la tarea del abogado Fabio Galiani, echado por el gobierno, y dijo que el otro “no hizo nada”
No hay rencor en la voz de Soledad Dossetti, pero la decepción y una indignación calma afloran en sus palabras. Hija de padre y madre desaparecidos, siente una gran frustración por todo lo que ha rodeado los juicios por sus crímenes y la búsqueda de sus restos. Una frustración que comenzó con el regreso a la democracia y se acrecentó en los últimos años. “Yo con el Frente Amplio -dice- tenía una esperanza muy distinta”.
Su última gran decepción fue el manejo del juicio en Roma por el plan Cóndor. Siente la necesidad de contar lo que vivió de cerca y de hacerle justicia al abogado italiano Fabio Galiani, despedido por el gobierno uruguayo tras el fallo de primera instancia.
Dossetti, de 42 años, madre de tres y funcionaria de la sección jurídica de la Intendencia de Montevideo, habla con cierta angustia porque intuye que sus palabras quizás la enemisten con muchos que han sido sus compañeros de militancia durante años. Pero siente que el compromiso con la verdad es más importante.
Su vida bien podría ser una película. Tenía siete meses el 21 de diciembre de 1977 cuando hombres armados secuestraron a sus padres, Ileana y Edmundo, en Buenos Aires. Se los llevaron y desvalijaron la vivienda. A ella la dejaron con el portero, prometiendo venir a buscarla en unos días.
Pasaron cinco días y como nadie venía por ella, los vecinos del edificio la llevaron al juzgado de menores de San Isidro. Allí una jueza ordenó que fuera recibida en una dependencia policial llamada Brigada Femenina de San Justo. Cuando días después su abuela, que vivía en Montevideo, se enteró de lo ocurrido por una carta de los vecinos y viajó a buscarla, la bebé ya no estaba allí. Se la habían dado a una familia. La abuela reclamó, lloró, gritó, hizo un escándalo, fue a hablar con la jueza. Días después le avisaron que su nieta estaba otra vez en la Brigada. Debió esperar varios días para llevársela, hasta que la jueza lo autorizó. Por fin, la recuperó. Soledad se salvó apenas de ser otro bebé desaparecido como tantos que hoy siguen siendo buscados.
“Se ve que me habían dado, pero en un nivel bajo, a alguien relacionado con las propias policías de esa dependencia. Y después se asustaron con que hubiera una jueza en el medio”, conjetura hoy.
A los 19 años, la película de su vida tuvo otro momento estremecedor. Iba por la calle, se paró frente a un kiosco y leyó el título principal de La República: “Yo enterré a Dossetti después que el alférez le sacó la capucha y le metió un tiro entre los ojos”. Era el testimonio de un exsoldado llamado Sergio Pintado Otero, que decía que su padre había sido ejecutado en 1982 y qué él lo había enterrado.
Pocos días después, el exsoldado, un tío suyo y personal de La República salieron con palas y picos a buscar el enterramiento de su padre: “Pintado dijo que era por Libertad. Pero cuando llegaron dijo que no recordaba, que todo estaba muy cambiado. Y todo quedó en nada”.

¿Cómo conoció a Galiani?
Fue hace seis años. Él vino a Montevideo a entrevistarse con los familiares y gente del Ministerio de Relaciones Exteriores. Tuvimos dos reuniones en la cancillería. Más tarde, Felipe Michelini me llamó para reunirse conmigo y con Galiani en un hotel. Fui. También estaba Martín Ponce de León. Ahí me explicaron cómo había surgido la idea de contratarlo. Lo había conocido Michelini, creo que en un congreso en Estados Unidos. Me hablaron maravillas de él. Y me pidieron que le firmara un poder para que me representara en el juicio en Roma, además de representar a Uruguay. Era una medida práctica: necesitaban que Galiani representara a una persona física que pudiera firmarle escritos y autorizaciones para sacar documentos, de un modo más rápido que el proceso que llevaban esas autorizaciones en el gobierno ¿Por qué usted?
Pudo ser cualquier otro, pero yo tenía un vínculo con Felipe Michelini. Había sido mi profesor en facultad, después habíamos trabajado juntos en un taller de derechos humanos, luego fue mi jefe cuando estuve en comisión en el Ministerio de Educación y Cultura. Teníamos una cierta amistad. Yo confiaba absolutamente en él. Y también tenía un vínculo con Martín, que era GAU como mis padres. Tenía una relación afectiva y de confianza con ellos. Me hablaron maravillas de Galiani, que lo habían contratado porque era un abogado experto en derecho internacional, el mejor de Italia.
¿Aceptó?
Sí. Y a partir de ahí comenzó mi vínculo en lo legal, aunque no fue una relación particular conmigo. Él vino varias veces a Uruguay y los familiares siempre tuvimos encuentros con él en el Ministerio de Relaciones Exteriores. Él actuaba como el abogado de todos. En el juicio también había otros abogados italianos, que representaban a distintas ONG, y a los familiares los habían “repartido”: cada uno de ellos representaba a un grupo. Pero Galiani era el único que venía a Montevideo, nos hablaba por videoconferencias, el único que nos daba explicaciones. Para todos, nuestro abogado era él.
También lo vio en Italia
Tres veces. La primera fui a declarar en el juicio, citada por la fiscalía italiana. La segunda, fui a acompañar a mi abuela, citada como testigo por Galiani. En esos dos viajes, fui con familiares a los que les había tocado otro abogado. Pero en ambas ocasiones, el único que estuvo con nosotros fue Galiani. Él nos fue a buscar al aeropuerto, nos llevó a comer para preparar el juicio, nos reunimos en su despacho. A los otros abogados, recién los vimos en las audiencias. Eran todos desconocidos para nosotros, ya que nunca se habían reunido con los que eran sus clientes o testigos.
¿Qué impresión le dio Galiani?
Es muy apasionado por lo que hace, detallista y perfeccionista al extremo. Yo no podía creer el conocimiento que tenía de todos los casos. Le decían el nombre de un desaparecido y él sabía todo, como un libro abierto. En las audiencias los demás abogados lo consultaban en forma permanente, incluyendo a Speranzoni, el abogado actual de Uruguay. Al regresar, comenté todo lo que sabía de la dictadura y de los desaparecidos. Era impresionante. Y al principio eso era compartido por todos: Galiani era grandioso y todos lo adoraban. Y todo lo que pedía, se le enviaba: miles y miles de documentos que se iban traduciendo y enviando.
¿Eso cambió?
Al comienzo los pedidos y los testigos eran de la Fscalía. No eran peticiones propias de Galiani. Pero cuando él empezó a pedir pruebas, todo cambió. Empezó a haber una reticencia. Algunos se pusieron en su contra, decían que no era sensible. Que a algunos testigos, que habían estado presos, secuestrados, torturados, los apretaba al momento de declarar. Que insistía.
Se dice que hizo llorar a una testigo
Sí. Pero él decía que esas personas habían dicho en su despacho cosas que luego no refrendaban en la audiencia. Y él quería que lo dijeran todo. Capaz que había que tomar en cuenta las circunstancia de esas personas, pero él estaba tratando de llegar a la verdad. Los juicios son así. A una persona que fue víctima de una violación le preguntarán cómo fue y tendrá que recordar, revivirlo y seguramente va a llorar.
En este tema de la sensibilidad, yo vi algo completamente opuesto. En las tres ocasiones que estuve allá, Galiani nos invitó a cenar a su casa, nos presentó a su esposa y a sus hijos, todo el tiempo estaba pendiente de nosotros. Yo lo comentaba acá y me decían; ¡ah, pero con lo que él cobró, como para no irlos a buscar al aeropuerto e invitarlos a cenar! ¡Pero no tenía ninguna obligación! Vivía para el caso, casi ni iba a su casa. Y lo digo sin ningún interés más que llegar a la verdad y a la justicia, dentro de lo poco a lo que se podrá llegar. No tengo ningún vínculo con Galiani, no es mi amigo. Yo no lo recomendé. No lo conocía. Si él hubiera actuado mal, no tendría ningún problema en decirlo. Pero yo vi otra cosa, clara y permanentemente: un profesional dedicado absolutamente al tema, con un conocimiento de causa total, y actuando como un abogado de verdad. Yo trabajo en un ámbito jurídico, rodeada de jueces y abogados. Y él actuó como debía ante casos de secuestros y homicidios, no una investigación histórica. Porque si bien también es un suceso histórico, para los familiares son crímenes que deben ser sometidos a la justicia. Mataron a Ileana y Edmundo. Si mañana a cualquiera le matan a un familiar, va a ir a la comisaría y a la justicia. Es igual.
Galiani también quería citar a militares
Sí, y estaba muy amargado e indignado, porque -según me relató- en el Ministerio se lo negaron. Le dijeron que no, que no le iban a proporcionar información y no los iban a citar. Que no estaban de acuerdo. Y él, desconsolado, me decía, que no era solo era una petición suya, también lo era de la presidenta del tribunal italiano que le había dicho: un juicio de una dictadura militar, sin testimonios de militares no tiene sentido. Y ahí se quebró el vínculo. Galiani pasó a ser sospechoso. Ya no era el ídolo máximo ni el mejor abogado de Italia.
Galiani quería que declarara Pintado Otero y sostiene que él sabe dónde está enterrado su padre y otros desaparecidos
Sí. A mí nunca me quedó claro lo de Pintado Otero. En 2006, en el despacho de Eduardo Brenta en la Intendencia de Montevideo, Pintado Otero se reunió con Rubén Valls, el único de los GAU que no cayó en Buenos Aires. Allí Pintado dijo que sabía dónde estaba enterrado mi padre y que la vez anterior había tergiversado las cosas porque lo que quería era dinero a cambio de su información. Porque él había sido muy perjudicado por lo que sabía, no tenía ningún recurso económico y tenía miedo de que lo mataran. Quería 300 o 350.000 dólares. Lo más concreto que dijo fue que tanto Elena Quinteros como mi padre están enterrados en el batallón 14, pero que él no iba a decir dónde hasta que se le pagara. Y que sabía dónde estaban más personas. Poco después, en el juicio en Uruguay, yo llevé La República y volví a sacar el tema. Guianze me dijo: ese tipo está loco, mirá si iban a mantener un prisionero tantos años, los mataban antes. Y si lo hubieran dejado vivo, mirá si un alférez se iba a atrever a matarlo. Al principio, creí que tenía razón. Pero este hombre sí declaró en el juicio de Elena Quinteros. Y yo me dije, ¿pero por qué en el de ella lo citan y en el de mi padre no?
Por supuesto, un investigador como Galiani quiso interrogar a Pintado Otero
Sí, y le pidió a Guianze el modo de ubicarlo. Y Guianze, que tenía acceso a mucha cosa, le dijo que no tenía su número y que no sabía cómo conseguirlo. Todos sabemos que eso en Uruguay se consigue. Tanto es así, que Galiani lo consiguió desde Italia. Y así hubo muchas otras cosas, según el relato de Galiani, porque yo no estaba presente. Pero él me las relató en el momento, no después. Pintado Otero le dijo a Galiani que él sabe dónde están varios desaparecidos y que él fue el quien le dijo a Javier Miranda los datos de dónde estaba su padre. Galiani lo llamó a Javier y le preguntó si era así. Y Javier le respondió que no recordaba quién había sido. Y esta respuesta inverosímil fue otro signo de que a Galiani se le estaban cerrando todas las puertas. Y se las cerraban porque él investigaba como hace un abogado, al que se le paga para resolver un crimen.
“Galiani estaba muy amargado e indignado, porque –según me relató– en el ministerio le dijeron que no le iban a proporcionar información (sobre los militares) y no los iban a citar”
¿Galiani le avisó al gobierno uruguayo de que Pintado Otero dice tener esos datos?
Sí. Me relató que le envió una carta al secretario de la Presidencia, Miguel Ángel Toma. Yo también pregunté en el grupo de WhatsApp que teníamos: ¿qué pasa con esto que dice Pintado Otero? Guianze me respondió otra vez que lo que dice no tiene valor porque está loco. Respondí que es probable que así sea, pero que me gustaría que eso lo determinara un juez, con la asistencia de un perito, de un psiquiatra. Me dijo que confiara en lo que me decía. Pero una persona con una formación jurídica no puede determinar si alguien está mal psiquiátricamente.
“Galiani llegó hasta donde nadie había llegado. Y yo, al vivir todo eso, volví para atrás y sentí que todo lo anterior había sido histórico- simbólico”.
¿Galiani la interrogó a usted en Italia?
Sí, y me hizo notar algo que nunca había notado en los dos juicios anteriores, en Uruguay y en Argentina. En Uruguay fue en 2007, en el juicio del “segundo vuelo”. Fui a declarar. Entré en un box, donde había una receptora que me tomó declaración. Yo conté la historia del secuestro en Buenos Aires. El juez vino, nos saludó, muy amable, pero no hubo interrogatorio. Yo me fui satisfecha. Y el resultado fue bueno, en cierta forma, porque hubo condenas. La fiscal era Guianze, de quien yo tenía en muy alta estima, porque era a través de ella que accedíamos a la justicia después de tantos años. Era como una heroína. Pero no hubo un interrogatorio, ni una sola pregunta.
Cuando nos citaron por el juicio argentino, fuimos a declarar al consulado. Otra vez contamos toda la historia, por videoconferencia. La cónsul fue amorosa, nos dio un abrazo. Pero otra vez, sin ninguna pregunta.
En Italia en la audiencia me encontré frente a Galiani, a quien apenas conocía, y por primera vez me interrogaron. Fue una sorpresa muy grande. Yo repetí lo de siempre: “personas armadas vestidas de particular que dijeron ser policías” llegaron al edificio, le dijeron al portero que los acompañara hasta el apartamento de mis padres. Mis padres abrieron y ellos entraron. También conté como mis abuelos se enteraron de todo a través de una carta de un vecino. Y Galiani, anotando, me preguntó una cosa tan básica, pero que nadie me había preguntado nunca: “¿Nombre del portero y del vecino?”
Yo no sabía el del portero, pero sí el del vecino: Fausto Humberto Bucchi.
Galiani me preguntó si ellos no habían declarado en Uruguay y en Argentina. Le dije que no y él no lo podía creer. ¿Pero ellos vieron todo, vieron sus caras y nunca han declarado? No salía de su asombro. Entonces comenzó a buscarlos. Ubicó a Bucchi, logró que fuera ingresado como testigo y llevado a declarar a Roma. Y su testimonio fue mucho más preciso y detallado del que yo sabía. Él estuvo mucho rato sentado en el palier del edificio viendo a los que hacían el procedimiento, habló con ellos, vio bajar a mis padres. Gracias a su testimonio se supo que junto a mis padres secuestraron a Alfredo Bosco, que también estaba en el apartamento. Cuando Galiani supo que Bucchi había estado largo rato con los secuestradores, le acercó una carpeta con fotos de aquellos años de una cantidad de oficiales que pudieron ser parte del operativo. Bucchi dijo que podría reconocer al jefe, que fue con quien más había hablado. Y empezó a mirar las fotos y al final dijo que había reconocido al jefe. Era la foto de Tabaré Daners, que había sido comandante del Fusna. Galiani le preguntó si estaba seguro y dijo que sí. Le preguntó cómo podía estarlo, después de tantos años. Bucchi dijo que era un episodio que había marcado su vida, que nunca había vivido nada tan dramático, y que jamás iba a olvidar.
Galiani llegó hasta donde nadie había llegado. Y yo, al vivir todo eso, volví para atrás y sentí que todo lo anterior había sido histórico- simbólico. En cambio, Galiani tenía un ansia muy grande de aclarar esos asesinatos. Y sabía bien cómo hacerlo. Averiguó más y consiguió más pruebas de las que nadie había conseguido nunca. Hizo una investigación criminal, no histórica.
Pero perdió
Sí, porque el tribunal consideró que la prueba -miles de hojas y decenas de testigos- no había sido suficiente. Pero el segundo tribunal, el de segunda instancia, superior y con más experiencia, se basó en la misma prueba y allí se ganó. Hay que explicar que en una segunda instancia no se llevan todos los documentos otra vez, ni vuelven a declarar los testigos. El fallo de segunda instancia, que fue favorable, se basó en un 99,99% en las pruebas presentadas en la primera. Dicen: Galiani perdió. Sí, perdió en primera instancia. Y también perdieron Speranzoni y todos los otros abogados. Y cuando se ganó en segunda instancia, ¿fue por esos dos o tres documentos que agregaron, que no dicen nada importante? No. Se ganó con la misma prueba. El tribunal de segunda instancia consideró que la prueba presentada era más que suficiente y condenó a cadena perpetua. Es aprovecharse de la ignorancia de la gente común decir que en primera instancia se perdió porque Galiani era malo y que en segunda instancia se ganó porque el nuevo abogado es brillante. Este segundo no hizo nada. ¡Uruguay ni siquiera apeló!
¿Cómo le cayó la derrota en primera instancia?
Me amargué mucho. Me enteré en lugar de trabajo y comenté: acá se acabó todo. Es imposible. Nunca va a haber verdad y justicia. Llamé a mi abuela y le dije que habíamos perdido. Y ella me respondió: “bueno, ¡pero nosotros vamos a seguir hasta el final!”.
“Es aprovecharse de la ignorancia de la gente común decir que en primera instancia se perdió porque Galiani era malo y que en segunda instancia se ganó porque el nuevo abogado es brillante”
¿Cómo vivió el proceso de apelación?
Los familiares teníamos un grupo de WhatsApp llamado “Plan Cóndor”, donde también estaban personas vinculadas a los derechos humanos: Felipe Michelini, Javier Miranda, Ponce de León, Guianze. Todos habíamos quedado mal y preocupados. Y entonces se produjo la desaparición de esos políticos y referentes. No decían nada. ¿Se está haciendo algo por la apelación? Y nadie sabía nada. En un determinado momento yo pregunté puntualmente: “Javier, ¿qué pasa?”; “Felipe, ¿qué pasa?”. No tuve ninguna respuesta. Guianze tampoco.
¿Qué pasó luego?
Justo volví a Italia en un viaje particular, con mi familia. Galiani me pidió para reunirse conmigo, con mucha insistencia. Yo iba a estar tres noches en Roma y quería estar con mi familia, pero no me gustaba decirle que no a una persona que había tenido tantas atenciones con todos los familiares. Nos reunimos. Y él me mostró una carta del gobierno uruguayo, con la cual lo despedían. Y me mostró otra, de Almagro, en la que le decía que sabía que lo habían despedido, que lo lamentaba, y que él era testigo de todo su trabajo y de lo bien que lo había hecho. Era lo único que más o menos lo consolaba.
Yo le dije, Fabio, se viene la apelación y nadie dice nada. Él me respondió: yo no voy a decir que me cesaron. Ellos tienen que informarlo. ¡Lo habían cesado sin comunicárnoslo a los familiares! Yo me sentí muy indignada. Porque ellos me pusieron un abogado porque se les antojó y luego, cuando lo cesaron, no fueron capaces de avisarme. Me pareció irrespetuoso. Desprolijo. Galiani me preguntó; visto que los plazos se van, ¿tú querés que apelemos? Yo le dije que no podía pagarle. Me respondió que él ya había cobrado por el trabajo y que lo había asumido para llevarlo al final. Que no iba a cobrar.
¿Aceptó y apeló?
Sí, pero al volver a Uruguay no dije nada porque él me pidió que no lo hiciera. Y seguí insistiendo en el chat. ¿Qué pasa? ¿No vamos a apelar? ¿Javier? ¿Felipe? Nada. Un día recibí una llamada del Ministerio de Relaciones Exteriores, de una funcionaria que estaba en el tema: “Soledad, me parte el alma esta situación, no sé por qué se está procediendo así. Si vos decís que yo te llamé, puedo perder mi trabajo, pero te quiero decir que a Galiani lo despidieron y que no se está haciendo la apelación”. Así terminó todo. Uruguay no apeló y ahora dicen “ganamos”. Me parece una real injusticia y una falta a la verdad total. Están jugando con el desconocimiento de la gente. Toma dijo: él perdió, nosotros ganamos. Y no todo el mundo tiene la capacidad de analizar qué es cierto y qué no. Es muy injusto con el trabajo de Galiani.
¿Por qué dice que todo alrededor de los desaparecidos es simbólico?
Siento que se lo ve como algo histórico, no como casos criminales concretos. Y al final todo es simbólico. Vamos a pedir la extradición de Tróccoli, pero se vencieron los plazos. Vamos a contratar a un abogado. Un italiano al que Uruguay le importa un bledo porque jamás en su vida lo pisó, y que va a hacer lo que se hizo siempre: un juicio, muy general, para decir que horrible que fueron las dictaduras de América Latina. Pero resultó que el hombre no era así. El hombre trabajaba de verdad y tenía una experiencia de años resolviendo homicidios. Entonces comenzaron los problemas con Galiani. Se dice hagamos los libros de historia y digamos qué horrible que fue lo pasó con los desaparecidos, y digamos que hay algunos militares presos. Pero si no estuvieran presos acá estarían presos en Argentina en cárceles de cuarta como cualquier preso común. Estar presos acá es un beneficio que se les dio, ya sea en Domingo Arena o en sus casas. No seamos tan inocentes. ¡Ahora justo apareció un cuerpo! Hace siete años que no aparecía uno. Y este estaba a apenas 50 metros del cuerpo de Fernando Miranda. ¿Tendremos que esperar cinco años más para que aparezca otro? Todo ha sido así. ¡Y la comisión que creó Vázquez y ahora disolvió, con la señora de la comunidad afrodescendiente! ¿Ella iba a investigar donde están los desaparecidos? Faltó que pusieran alguien de la comunidad LGBT. ¿Por qué no pusieron un investigador, un antropólogo, un detective, un historiador o un periodista? ¿Qué éxito iba a tener esa buena gente? ¿Qué hacían en la comisión? ¿Se sentaban a esperar que alguien viniera a hacer una confesión? ¿Cuántas confesiones recibieron? Entonces digo que todo es simbólico. Galiani fue el primero que se lo tomó en serio como lo que siempre debió ser: una investigación criminal. Y lo echaron.
La carilla de la Comisión para la Paz
La Comisión para la Paz fue una más del rosario de frustraciones padecidas por Soledad Dossetti y su abuela.
“Estuvimos meses preparando el material para llevarles. Les llevamos un bibliorato enorme, todo organizadísimo, completísimo, con todo lo que teníamos, las declaraciones de Adriana Chamorro de punta a punta y millones de cosas. Todo lo que teníamos”.
Chamorro es una argentina que estuvo detenida en el centro clandestino conocido como El Pozo de Banfield y sobrevivió. Allí fue testigo de la presencia de muchos uruguayos que fueron sacados juntos para un traslado, supuestamente en avión, con destino preciso desconocido, entre los días 15 y 16 de mayo de 1978. Uno de ellos era Edmundo Dossetti.
“Un día nos llaman para decirnos que tenían nuestro informe y nos dieron día y hora para que fuéramos a Presidencia. Pasamos unos nervios pensando qué iba a decir el informe. Pensaba cómo se lo tomarían mis abuelos cuando nos dijeran que los habían tirado vivos desde un avión o lo que haya sido. Le dije a mi abuela que se vistiera bien elegante. Cuando llegamos estaban todos los familiares. Todos teníamos la misma hora. Entramos y nos dan a cada uno un sobre manila con una hoja enganchada. Yo miré el sobre y vi que estaba vacío. Disculpé, mi sobre vino vacío, dije. Y me respondieron que el informe era esa hoja. Todo el informe era esa carilla que estaba engrampada. Y lo que decía era un resumen mínimo, lo minimísimo de todo lo que nosotros les habíamos dado. Eso fue lo que trabajaron por años. Y mucha gente piensa que ya se hizo la investigación de los desaparecidos. Y que ya nos dieron los datos a los familiares. Así fue siempre todo”.