Chomsky: El Principio de Universalidad

Página editorial del Washington Post, con Noam Chomsky
Peter Hart
Fue recientemente leyendo una conferencia de Noam Chomsky de 2004 donde él habla
sobre terrorismo, derechos humanos y el concepto de universalidad:
"Un concepto moral que debería ser incontroversial es el principio de universalidad:
debemos aplicarnos a nosotros mismos los mismos patrones que aplicamos a otros - de
hecho más severamente."

El punto de Chomsky es el de que las élites occidentales se tallan una excepción obvia para sí mismas -
juzgan a sus propios países "como unívocamente eximidos del principio de universalidad ...
Los crímenes de los enemigos suceden; nuestros propios crímenes no, en virtud de nuestra
exenciónto del más elemental de los axiomas morales."
Pensé en esto mientras leía la editorial del Washington Post (8/29/14) condenando las acciones del
presidente de Rusia Vladimir Putin's en Ucrania, el que el gobierno ucraniano y otros observadores
están llamando invasión militar:
"Si es que alguna norma internacional puede aún calificarse de incontroversial , es la severidad
de la crítica contra el cruce de fronteras agresivo por un estado soberano contra otro.
Ciertamente, toda falla de obligarla en primer lugar invita a violación en otras partes."
El diario no puede significar que sea tomada literalmente puesto que significa llamar a alguien a
detener a los EEUU.
Por supuesto, sus palabras no son para ser tomada literalmente.
El periódico ha sido altamente crítico de la decisión de la Casa Blanca de retirar tropas de Irak y
Afganistán (recientemente la semana pasada); ellos preferirían prolongar estos conflictos.
La apología del diario de las guerras de los EEUU durante la administración de Bush está bien
documentada; transcurrieron un par de docenas de editoriales en apoyo a la invasión de Irak,
lo que uno podría admitir como un acto de "agrasión de cruce de fronteras."
Las otras guerras de los EEUU del momento, realizadas por medio de drones y ataques aéreos,
reciben apoyo entusiasta del Washington Post.
The other Y él ha sido uno de los sostenedore más entusiastas de atacar a Siria. El dato de lo cual uno
podría mucho más - habla por sí mismo.
Es difícil encontrar una explicación coherente de la posición evidente del Washington Post de que
la agresión de Putin viola tan obviamente "normas internacionales" que son "indiscutibles", pero
que el guerrerismo de los EEUU, en todo caso, es insuficientemente agresivo.
A menos que usted acepte que el tipo de personas que editan el Washington Post son el tipo
de personas que no cree que "normas universales" se apliquen a todos.

Traducción de Ricardo Ferré

Washington Post Editorial Page, Meet Noam Chomsky
Peter Hart
I was recently reading a Noam Chomsky lecture from 2004 where he speaks about terrorism, human
rights and the concept of universality:"One moral truism that should be uncontroversial is the principle of universality: We should apply
to ourselves the same standards we apply to others–in fact, more stringent ones."
Chomsky's point is that Western elites carve out an obvious exception for themselves–they deem their
own countries "to be uniquely exempt from the principle of universality…. The crimes of enemies take place; our own do not, by virtue of our exemption from the most elementary of moral truisms."
I thought of this as I read the Washington Post's editorial (8/29/14) condemning Russian President Vladimir Putin's actions in Ukraine, which the Ukrainian government and other observers are calling a military invasion:
"If any international norm can still be called uncontroversial, it is the stricture against cross-border aggression by one sovereign state against another. Certainly any failure to enforce it in one place invites violations elsewhere."
The paper cannot possibly mean this to be taken literally, for it amounts to a call for someone to stop the United States.
Of course, their words are not to be taken literally. The paper has been highly critical of the White House's decision to withdraw troops from Iraq and Afghanistan (most recently last week); they would prefer prolonging those conflicts. The paper's advocacy for US wars during the Bush years is well-documented; it ran a couple dozen editorials in support of the Iraq invasion, which one should agree was an act of "cross-border aggression."
The other US wars of the moment, waged via drones and airstrikes, receive enthusiastic support from the Post. And it has been one of the most enthusiastic supporters of striking Syria. The record–of which one could say plenty more–speaks for itself.
It is difficult to find a coherent explanation for the Post's apparent position that Putin's aggression so obviously violates "international norms" that are "uncontroversial," but US warmaking is, if anything, insufficiently aggressive. Unless you accept that the kind of people who edit the Washington Post are the kind of people who do not believe that "universal norms" apply to everyone.
chomsky.info

Descenso al infierno sionista

Descenso al infierno sionista


Luis E. Sabini Fernández
Revista futuros
A esta altura ya empieza a resultar evidente hasta para los menos atentos a la cuestión: el Estado de Israel ejerce una política genocida contra los oriundos de Palestina, los que llamamos hoy “palestinos”
Que sea gradual, medida “científicamente”, controlada y que no disponga de hornos crematorios, no significa que Israel esté exonerado de las atroces violaciones que ha ejercido y ejerce sobre la población palestina
Ya era evidente en 2006, cuando arrasa con la Franja de Gaza y con El Líbano, luego de haber evacuado de la primera a colonos judíos (lo expresa claramente Lasse Wilhelmsson; “El sionismo es el nazismo judío”; hay traducción directa del sueco al castellano)
Había ya resultado clarísimo en 2002 con la masacre de Jenin, disparada por los afanes de autonomía y autogobierno de los palestinos. Y mucho antes, cuando el gobierno israelí induce la matanza –a manos de cristianos fundamentalistas− de los habitantes de los campamentos de Sabra y Shatila en el sur libanés en 1982, casi totalmente habitados por mujeres, ancianos y niños (y más aun cuando trabajosamente se presenta una denuncia contra jerarcas israelíes como Ariel Sharon, anulada “providencialmente” porque el testigo clave vuela por los aires, dentro de su auto antes de la presentación judicial)
Ya había sido evidente para los propios palestinos en 1948 cuando lo testimoniaron los propios palestinos, pero en Occidente se escuchaba entonces a intelectuales franceses, a periodistas ingleses o estadounidenses y no a historiadores “árabes”
Y en realidad, podría haberse previsto cuando en 1924 la Haganá, el actual ejército israelí, rebautizado en 1948  como Ejército “de Defensa”, liquidó, al mejor estilo estalinista y casi que avant la lettre, a Jacob Israel de Haan,un judío no sionista que se permitió dialogar con los árabes palestinos, y defender tal política, lo cual a los sionistas les resultó imperdonable…
Aquellos polvos nos han traído estos lodos. Tóxicos, y peligrosos, no ya para los palestinos solamente, sino para los humanos
En el libro sobre el exterminio llevado adelante por los nazis tanto de europeos en general como de judíos en particular titulado…om detta må ni berätta […Sobre esto tienen que hablar], con el subtítulo “Sobre el exterminio en Europa de 1933 a 1945”, ilustrada la tapa con una foto de entonces con madres y niños con la estrella de David, edición del año 1998(1)  podemos ver en p. 6 a un jovencito de la juventud hitleriana enseñando a una pequeñuela rubia de trenzas. El epígrafe reza:
“Lo hace en una colonia alemana en Polonia. Este tipo de colonias se fundaban para acrecentar «el espacio vital alemán» hacia el este. La población oriunda era deportada, despojada de sus terrenos y quintas que se le entregaban entonces a familias alemanas.”
Si sustituimos “alemana”, “alemán” por israelí es exactamente lo que están haciendo los colonos en los destrozados y archipielaguizados territorios palestinos
En el capítulo “El antisemitismo y la biología racial” nos dice:
“El objetivo era una sociedad racialmente pura y homogénea, en la cual las diferencias «naturales» entre los seres humanos iban a ser honradas. Una expresión de esto fueron las llamadas leyes de Núremberg, de 1935. Tales se dirigieron inicialmente contra los judíos pero muy pronto abarcaron a los gitanos. Únicamente «ciudadanos de sangre alemana o emparentada con ella» gozaban de derechos ciudadanos plenos. Los abogados que elaboraron tales proyectos de ley comentaron: «Contra la enseñanza establecida acerca de la igualdad de los seres humanos […] el socialismo nacional establece la conciencia dura pero necesaria de la desigualdad básica entre los seres humanos». (p. 7)
Otra vez, si sustituimos las leyes de Núremberg por las israelíes, vemos que en Israel sólo “los ciudadanos de sangre judía o emparentada con ella” gozan de derechos plenos. Todo el aparato israelí está montado para evitar la igualdad entre seres humanos. Incluso con perversiones semánticas como “explicar” que el militarizado estado sionista no convoque al servicio militar a palestinos aduciendo que se los “libera” de tal carga, cuando en realidad se trata de no permitirle tal capacitación(2)
En pág. 16 tenemos el siguiente pasaje, claramente condenatorio de la política discriminatoria nazi:
“Las leyes de Núremberg  también establecieron la prohibición de que judíos pudieran casarse con personas de ‘sangre alemana’. En la década de los ’30 se dictaron más de 400 leyes que recortaron los derechos de los judíos.”
¡Epa! ¡Otra vez un calco! Palestinos no pueden casarse con judíos ni siquiera a la usanza clásica de hombres con mujeres. En el estado actual de hostigamiento ni siquiera pueden casarse palestinos de la Franja de Gaza con palestinos cisjordanos. Del campamento de refugiados de Shuafat, en las afueras de Jerusalén, que ha sido totalmente cercado por el muro de cemento de 8 metros de altura, se puede salir o entrar únicamente por los portalones que los militares israelíes tienen a bien abrir o más bien a mal, cerrar… inimaginable gestar una pareja con alguien del “universo exterior”… Shuafat había sido creado en 1965, en territorio no israelí, para darles espacio a refugiados desperdigados de 1948, pero en 1967 fue anexado por Israel y desde 2004 se procedió a su cuarentena. Llama la atención las cifras poblacionales: para el gobierno de Israel son unos 8 00 0. Para AMIM (una oenegé judía), unos 20 000; pero los propios habitantes, estiman que andan por los 60 000…
En…om deta mår ni... se  nos informa que “En 1938 se publica en la Alemania nazi un libro para niños,  El hongo venenoso  en donde se enseña a los niños que  “es difícil distinguir hongos venenosos de comestibles, y análogamente es difícil darse cuenta que los judíos son pícaros y delincuentes.” (p.8)
Om detta…nos muestra una ilustración de época, cuando la expulsión de maestros y alumnos judíos de las escuelas [15 de noviembre de 1938]. En ella, el maestro alemán es grácil y rubio; el judío es viejo, gordo y enfurruñado; los niños alemanes son casi todos rubios, rollizos aunque hay alguno de pelo o tez oscura, y todos sonrientes; los niños judíos, expulsados,  son todos de pelo negro y nariz prominente, llorosos, resentidos.
Y bien: el investigador israelí Adir Cohen escribió Una cara fea en el espejoy Maureen Mohan en una nota, “Educación israelí por el odio”, lo cita:
“El libro de Cohen es un estudio sobre la naturaleza de la educación de los niños en Israel que se centra en cómo la clase dirigente histórica ve y describe a los árabes palestinos, y en cómo perciben a los palestinos los niños judíos israelíes. Una sección del libro se basa en los resultados de un estudio realizado entre un grupo de estudiantes de 4º a 6º grado en una escuela de Haifa. Se les hizo a los alumnos cinco preguntas acerca de su actitud respecto a los árabes, cómo los reconocían y cómo se relacionaban con ellos. Los resultados son tan sorprendentes como alarmantes: el 70% de los niños describieron al «árabe» como un asesino, alguien que secuestra niños, un criminal y un terrorista. El 80% dijo que veía a los árabes como sucios y con cara aterradora. El 90% de los alumnos afirmó que los palestinos n o tenían derecho alguno sobre la tierra en Israel o Palestina.”
El paralelismo con El hongo venenoso es pertinaz, casi puntualmente idéntico.
…om detta må ni…  nos recuerda que el mismo día de la declaración de lo que será conocida como la Segunda Guerra Mundial, 1º. de setiembre de 1939, a los judíos se les prohíbe andar por las calles pasadas las 21 hs. Y que el 20 de setiembre de ese año, se les prohíbe que tengan radiorreceptores.
Comparemos estas medidas de setiembre de 1939 de nazis hacia judíos con las limitaciones y cercenamientos del estado sionista a los palestinos oriundos y veremos que la política israelí es más odiosa aún y restrictiva: a los palestinos aislados, impedidos de usar los transportes públicos rápidos, no se les permite visitas médicas sino en cuentagotas (hay constancias de decenas muertes en los puntos de control [checkpoints], en general debido a la mala voluntad de las tropas de ocupación; los palestinos tienen enormes dificultades de desplazamiento; un recorrido que en las carreteras exclusivas para israelíes lleva 20 minutos, a un palestino que debe trasegar vehículos, mezclar esperas y caminatas hasta que se le convierte dicho viaje en varias horas, siempre cargadas de tensión,  por la presentación de permisos, salvoconductos y otras disposiciones del poder ocupante, que pue den ser rechazadas sin apelación.
En resumen: que los palestinos están mucho peor que los judíos bajo la bota nazi hasta bien avanzado 1939. Y que lo están desde hace mucho
Pero avancemos un paso más. Desde 2006 se suceden invasiones a la Franja de Gaza, preventivamente vaciada de judíos unos meses antes. Las invasiones han ido indiscutiblemente in crescendo. Se puede medir hasta por la cantidad muertos (500 en 2006, más de 2 000 en 2014), pero sobre todo por la calidad del terror desplegado.
Pensemos que los seres humanos soportan cada vez con más sufrimiento “los mismos” abusos de un régimen policial y asesino. Quien haya vivido bajo dictadura y haya sido sometido a persecución, reclusión o tortura, lo sabe bien. Los gazatíes llevan ya varios arrasamientos, cada uno peor que el anterior.
Desde 2006, cuando “votan mal” según el gusto de Israel, el hostigamiento se ha intensificado. El gobierno israelí suele invocar al “gobierno palestino”, emplazado en Cisjordania como el auténtico y al de Gaza, a manos de Hamas como una usurpación por “golpe de estado
Si no fuera porque es una mentira universalizada tendría que darnos risa o vergüenza…  Abbas perdió las elecciones en enero de 2006; es el único presidente del planeta con semejante cargo ocho años después de haber perdido las elecciones. Como a Jack Dempsey, arrojado a la lona por el Toro Firpo, a Abbas lo repuso, luego de la paliza electoral, como monigote precisamente, el gobierno israelí. Como los israelíes entonces encarcelaron a buena parte de la dirigencia de Hamas elegida, y procuraban con ello desconocer el resultado electoral (de una limpieza ejemplar testimoniada entre otros por Jimmy Carter), los de Hamas, abrumadora mayoría en la Franja, no toleraron la instauración de un gobierno títere allí, aunque no pudieron revertir el proceso en Cisjordania, mucho más cerca de la policía palestina armada por Israel y del mismísimo cuerpo re presivo israelí…
El control de la FdG ha sido llevado a la repugnante política de la cocción a fuego lento, controlando hasta el ingreso de calorías por habitante, para evitar que la hambruna generalizada despierte alguna sensibilidad; la humanidad suele rechazar lo agudo, pero es singularmente embotada ante lo crónico.
Lo vemos claramente con la contaminación ambiental: la gente reacciona ante una epidemia pero acepta pasivamente las intoxicaciones crónicas, muchas veces más devastadoras. Y eso no es siquiera humano. Parece más básico aun. Asociado a nuestra corporalidad. Si a una rana se la arroja en agua hirviendo, depende de la caída, pero puede pegar un salto salvador; si a una rana se la sitúa en agua fría y se la calienta lentamente, llega un momento en que la rana muere… cocinada.
Ésa es la política que una judía israelí lúcida, Shulamit Aloni, califica como la del ‘gato asesino que estrangula a sus víctimas pero no derrama sangre’. De más está decir que los dueños del poder en Israel emplean ambos métodos. Basta verlos. El que quiera verlos, claro.
Las invasiones precedentes, cada una más grave que la anterior dejaba el tendal de muertos y de casas y servicios destruidos. La aviación y la artillería tenían enorme predilección por arruinar usinas, destruir fuentes energéticas, instalaciones portuarias y aeroportuarias, como pasó en 2008-2009 y estrenar sofisticada armería usando a los palestinos como cobayos: en 2008-2009 aplican balas de tungsteno, material radiactivo que se pulveriza dentro de la víctima alcanzada creando innumerables focos de metástasis.
Pero el arrasamiento actual ha barrido con hospitales, bajo la deleznable excusa de que allí se refugian terroristas –que les permite matar decenas de ancianos, niños o enfermos− y con barrios enteros: ahora tenemos de Gaza las imágenes que hemos recibido tantas veces del gueto de Varsovia.Pero allí, en los ’40, los asesinos eran los nazis… ahora, ¿qué son?
Remitimos al lector inquieto a notas escritas anteriormente: “Peculiaridades del sionismo”, 19/7/2014; “Conversión o racismo depurador: una disyuntiva no tan nítida”, 5/10/2009; y en general a una compilación de notas de mi autoría titulada El racismo de la ‘democracia’ israelí, Editorial Canaán, Buenos Aires, 2012. En librerías.  
notas
 1) Editado por la Cancillería sueca: un libro de amplísima difusión en su momento, a comienzos del s. XXI, con distribución gratuita en todos los centros de enseñanza del país. Se trata de un ejemplar costoso, a cuatro tintas, de 28 cm x 19 cm.
 2) Hay una excepción que no hace sino confirmar la regla: los drusos, una secta musulmana, muy enfrentada al Islam, y pro-occidental, sí son llamados a formar parte del ejército israelí
LSabini - postaporteñ@ 1230 - 2014-08-24

NI OFENDO NI TEMO

NI OFENDO NI TEMO




¿Adónde vamos?
El desarrollo que le impusieron transformó al Uruguay en abastecedor de materias primas y servicios para los centros industriales del sistema. Un país encadenado de por vida al pago de los servicios de una Deuda Externa que cada día crece más y es imposible de saldar. De continuar la tendencia actual, en el mediano plazo más de la mitad del territorio nacional será propiedad de capitales extranjeros privados, cuyos planes son despoblarlo para dedicar la tierra a la forestación, el cultivo con agrotóxicos de soja transgénica y a la minería a cielo abierto. Los enclaves extranjeros llamados “Zonas Francas” son el más vergonzoso ejemplo del colonialismo siglo XXI. Las políticas económicas anunciadas permiten creer que en el 2030 el Uruguay Productivo será más deformado y más dependiente que nunca... ¿Era ése el País Prometido?
Aún con consejos de salarios y convenios salariales, la mitad de los salarios se mantienen por debajo de los 16.000 pesos y los trabajadores deben endeudarse para cubrir sus necesidades básicas: viven en condiciones de mucha vulnerabilidad, pero el gobierno cumple con la exigencia de mantener bajos los salarios para abaratar costos de los inversores. El asistencialismo no puede impedir que los marginados se reproduzcan como efecto del capitalismo, ni que sean el sector social más vulnerable al alza de los precios y a los déficit de vivienda, salud y educación. Hoy día el consumo privilegiado del 1% equivale al consumo del 50% de la población nacional que, sin duda alguna, es quien aporta al Estado la mayor parte de la recaudación fiscal. El Uruguay está recorriendo el camino que ya recorrieron Europa y los EEUU y, para el 2030, la brecha social se habrá convertido en irreversible agujero negro. ¿Era ésa la patria que nos prometieron?
Desde el Pacto del Club Naval los mandos militares reivindicaron con firmeza su propia impunidad y con ese programa político transitaron la “democracia” que se les imponía. La firmeza de sus exigencias doblegó la voluntad de las élites políticas e impuso las actuales políticas de olvido y perdón que hoy predominan. La impunidad de los criminales ha creado una clima subjetivo que favoreció el resurgimiento de las formas ilegítimas de empleo de la fuerza pública: abuso y violencia policial en los barrios, tortura, vejamenes y persecuciones a los adolescentes privados de su libertad.
Se continúa expulsando la población marginada hacia los territorios de la periferia, para condenarla como amenaza a la seguridad, aislarla y declararle una guerra preventiva que justifica el gasto en las más modernas tecnologías de vigilancia, control y represión. Así como lo hace con los culpables del terrorismo de Estado, el gobierno protege la tortura y el “gatillo fácil”. Más grave aún: se persigue y criminaliza a los que protestan con modales que no son del agrado de las autoridades. Por acuerdo entre ambos gobiernos, se permitió la intervención de “asesores” de EEUU en la instrucción de los policías y guardias carcelarios del Uruguay, que sumarán “conocimientos” a los ya aprendidos de instructores israelíes. Probablemente se profundice el abandono de los mecanismos pacíficos para resolver los conflictos sociales y, para el 2030, el Estado ya estará violando sistemáticamente los derechos humanos de sus ciudadanos. ¿Es ésta la democracia por la que lucharon las masas frenteamplistas entre 1971 y 1985?


Así como se ocultaron algunos de los contenidos de los contratos con Montes del Plata y Aratiri, el gobierno “negoció” en secreto la integración al TISA (Trade In Services Agreement), acto de genuflexión diplomática cuya perspectiva es avanzar hacia la “Alianza del Pacífico” y la firma de un Tratado de Libre Comercio con los EEUU. Con el mismo sentido de alineación internacional, se anunció la firma de “acuerdos estratégicos” cuyo contenido se mantiene oculto, pero no es difícil suponer sean parte de la ofensiva militarista de los EEUU. En cambio tomó estado público el acuerdo de asistencia “recíproca” en logística militar, que dejó sentadas las bases legales para la instalación de bases militares de los EEUU en territorio uruguayo. Como demostración de buena conducta, tropas uruguayas forman parte del ejército de ocupación en Haití y en el Congo, modernas escuelas donde aprenden a controlar las manifestaciones de descontento popular e incorporan la ideología militarista de los EEUU. Mientras que hace un discurso de integración con las naciones latinoamericanas (Mercosur, UNASUR, CELAC), el gobierno consiente a las fuerzas armadas el desarrollo de su diplomacia paralela, se colocan bajo la égida del Comando Sur cuyo objetivo es romper la unidad bolivariana para controlar los recursos de América Latina. Por este camino, el Uruguay del 2030 se habrá convertido en un engranaje más del esquema de dominación político-militar de los EEUU y Europa, otra forma de subordinarse a las estrategias que mejor sirven a las corporaciones transnacionales. ¿De qué liberación nacional e independencia hablan?


Derrumbe y refundación
El Frente Amplio presenta algunas particularidades que lo diferencian. Cuenta con operadores de política sindical que habilitan su rol determinante en la conciliación de clases; los demás carecen de ese tipo de militancia, son incapaces de concretar el pacto social que precisan los capitales. Además, en el Frente influyeron grupos de activistas que impulsaron e hicieron aprobar las leyes de salud reproductiva, matrimonio igualitario y legalización de la marihuana. Al ser ideológicamente más refractarios a los derechos populares, los otros partidos mantuvieron posiciones retrógradas y reaccionarias en estos temas.
Estas particularidades se esgrimen como argumentos para captar votos a granel, ocultando cuidadosamente el hecho central y definitorio: gane quien gane en estas elecciones nacionales, el gobierno será igualmente conservador. No hay diferencias sustanciales entre los cuatro partidos del sistema (Frente Amplio, Partido Nacional, Partido Colorado y Partido Independiente). Los cuatro son los operadores políticos del modelo de desarrollo económico y social depredador y colonizador, están de acuerdo en hacer frente a sus consecuencias sociales y asumen las relaciones internacionales que requiere. No es una mera sensación subjetiva: en la campaña electoral no se está discutiendo nada sobre un proyecto de desarrollo diferente al del capital extranjero. Todos comparten esa perspectiva. El debate se circunscribe a cómo se reprimirá con mayor eficacia a los pobres y con qué criterios se administrará el gasto en asistencia social, educación, salud y vivienda.
En estos diez años, el principal impedimento que encontraron las luchas contra la impunidad, fueron las ideas de olvido y perdón que sustentan los tres caudillos del Frente Amplio. Pese a ello, el plebiscito del 2009 contó con la aprobación de casi la mitad del electorado nacional y decenas de miles acompañan a las madres, familiares e hijos de desaparecidos cada 20 de mayo. Igualmente masivo fue el rechazo al traslado de la jueza Mariana Motta decidido por la Suprema Corte de Justicia. El programa más arraigado en el sentir popular es “Verdad y Justicia” y por eso, pese a la sujeción ideológica a los caudillos del Frente Amplio, siempre resurge la lucha y la movilización contra la impunidad. Es el síntoma más claro de lo que ocurre en la subjetividad general: para reconquistar el pensamiento crítico perdido, hay que cortar el cordón umbilical con las ideas conservadoras que dominan al Frente Amplio.
Algo semejante ocurrió con el duro conflicto de los trabajadores de la enseñanza, que debieron hacer frente a malintencionados ataques provenientes de un gobierno jugado a hacer de la educación un bien de mercado. Tal vez no conquistaron sus reivindicaciones, pero lograron descubrir la doble moral del progresismo, cuyos hechos desdicen totalmente sus dichos sobre la educación...y se indignaron con “su” fuerza política. Lo mismo pasó en la lucha de los obreros de la construcción que, antes de hacer aprobar la ley de responsabilidad penal empresarial, debieron torcer el brazo a los parlamentarios frenteamplistas que conciliaban con las cámaras patronales. Sin independencia de clase, las medidas de seguridad todavía serían a voluntad y capricho del patrón. Batallas semejantes debieron darlas los trabajadores de la bebida, los clasificadores de residuos urbanos sólidos y los empleados y obreros del municipio de Montevideo. Los trabajadores de filiación frenteamplista se vieron obligados a enfrentarse a sus propios correligionarios y, en la discusión, lograron comprender el papel real que está desempeñando este Frente Amplio de hoy día, que perdió totalmente la vocación popular, antioligárquica y antimperialista conque nació. En el 2004 muchísima gente alentaba la esperanza de que el triunfo del Frente Amplio pusiera fin al Uruguay de las transnacionales; en el 2014 es evidente el derrumbe ideológico del Frente Amplio y su compromiso con las corporaciones, los dueños del Uruguay y el partido militar. De tanto tropezar con la misma piedra, la militancia frenteamplista terminó por darse cuenta que en “su” Frente Amplio dominan caudillos con ideas neoliberales y conservadoras.
El derrumbe deja espacios abiertos a la refundación, espacios que los van llenando los colectivos que luchan por la tierra, el agua y los recursos naturales fueron llenando esos espacios. Los que lograron en el 2004 que las reservas acuíferas fueran declaradas de dominio público, los ocupantes de tierras y los que resistieron a los desalojos de colonos en Bella Unión, los trabajadores de la naranja de Paysandú y los que batallaban en Tacuarembó, Cerro Chato, Rocha, Sauce, Ciudad de la Costa y otras zonas del país, también encontraron que el principal escollo era el gobierno, de su práctica solidaria fue naciendo una corriente social independiente. Más tarde se consolidaron como movimiento para enfrentar el proyecto de la empresa Aratiri (mina gigantesca a cielo abierto, puerto de aguas profundas para embarcar el mineral de hierro y regasificadora para abastecer de energía eléctrica el conjunto empresarial). La lucha liberadora que abandonó el Frente Amplio la fue asumiendo esa naciente fuerza social, que se erigió en la única oposición política al modelo depredador y colonizador del capital extranjero y del gobierno. Se recrearon formas de organización, movilización y lucha que contienen una perspectiva de refundación del proyecto popular que ya se creía enterrado para siempre. Su breve historia propone una respuesta a quienes se interrogan sobre el qué hacer: colectivos sociales que coordinan la lucha y van creando hechos políticos con masas en la calle. Es la síntesis de una nueva (vieja) forma de hacer política: una fuerza social ideológicamente independiente y abierta construye de hecho gérmenes de poder del pueblo organizado, que hacen presentir el surgimiento de un movimiento político de nuevo tipo.


No cuenten conmigo”
Votar por cualquiera de los cuatro candidatos sería convalidar el proyecto económico, político y social de las corporaciones transnacionales. La única forma de rechazar electoralmente el modelo es NO votando por ninguno de ellos. Muchísimas personas piensan utilizar el voto para reconquistar su capacidad de pensar con independencia, fuera del marco de la disciplina ciega al aparato partidario. En este período electoral la misma indignación y rechazo, puede expresarse de muchas formas diferentes, todas con idéntico valor, pues son producto de las convicciones y el esfuerzo militante, de muchas y muchos compañeros serios y muy respetados por nosotros. En las actuales circunstancias no creemos que un cargo en el parlamento ayude a cambiar la consciencia de las grandes mayorías. No queremos consumir nuestra energía en crear una organización política más, que muy probablemente no pueda escapar al sectarismo. Optamos por otro método de construcción: votamos en blanco o nulo para crear esas condiciones de independencia política necesaria para sumarse a las luchas que se están desplegando en la sociedad. Estamos convencidos que el movimiento emancipador no surgirá de nuestras necesidades de organizarnos en un partido, sino de la necesidad de coordinación y centralización que plantearán las luchas sociales cuando alcancen el grado requerido de masividad. De las masas en movimiento surgirá la organización de la lucha emancipadora.
Votamos en blanco o nulo contra el Uruguay deforme y dependiente, no queremos más zonas francas ni soja transgénica ni seguir pagando la Deuda Externa. Estamos convencidos que el voto nulo o en blanco refuerza la lucha por Verdad y Justicia y contra la tortura en comisarías y cárceles. No queremos tropas ocupando la tierra de pueblos hermanos. Queremos un país solidario, todas y todos iguales libre del consumismo, el egoísmo y el afán de lucro. Un Uruguay libre de las corporaciones, condición necesaria para levantar un poder independiente del extranjero y gestionado por los mismos que crean la riqueza trabajando.
El voto en blanco o anulado es un acto militante: “no cuenten conmigo”. No nos dejamos arrastrar pasivamente por discursos que elogian divisas ya desmerecidas, no aceptamos ser víctimas del juego demagógico que crea diferencias virtuales entre candidatos que son idénticos entre sí. Es un acto de liberación colectiva de la hegemonía conservadora disfrazada con versos de izquierda. Un acto fundacional.
Ni olvidamos ni perdonamos.
Casares, Carlos
Engler, Veronika
Escudero, Susana
Duffau, Cecilia
Figueroa, Erban
Gómez, Alejandro
Muniz, Washington
Ludzcanoff, Juan
Perdomo, Néstor
Varela, Aníbal
Sánchez, Fernando

Alberto Cabrera por el blog “El Muerto”
Alberto Vidal por el blog “Noticias”
Hugo Bruschi por el blog “La vidriera irrespetuosa”
Ricardo Ferré por el blog “Federación de Bases”
Jorge Zabalza por el blog “Zurdatupa”

EE.UU., convencido de su exclusividad, aspira a dominar el mundo mediante la violencia y la mentira

Exasesor de Reagan: "EE.UU. quiere dominar con violencia

 y mentiras, no con diplomacia"

Texto completo en: http://actualidad.rt.com/actualidad/view/137814-eeuu-dominar-violencia-mentira


EE.UU., convencido de su exclusividad, aspira a dominar el mundo mediante la violencia y la mentira en lugar de recurrir a la diplomacia, escribe el famoso politólogo estadounidense y exasesor de Reagan Paul Craig Roberts.
Una vez hubieron servido a los intereses de Washington,   la investigación de la catástrofe del avión MH17 en Ucrania entre otros asuntos han dejado de recibir la atención de los medios occidentales, recuerda Roberts. Analizando esta "distorsión deliberada de los hechos", concluye que estos forman parte de la propaganda occidental. 

Según el politólogo, los medios de comunicación occidentales siguen perpetuando una mentira que han utilizado como motivo para imponer a Moscú las sanciones que han provocado la escalada del conflicto con Rusia. "Washington tiene la intención de agravar, y no de aliviar, un conflicto que fue orquestado exclusivamente por el propio Washington", concluye el experto en un artículo, publicado en su página web.

Para Roberts, Estados Unidos no emplea la diplomacia, sino que en su lugar se vale "del soborno, las amenazas y la coerción". EE.UU. se ve a sí mismo como "un país excepcional", predestinado por la historia y cuyos intereses prevalecen sobre los de los demás países. En esta imagen de sí mismo no hay cabida para el compromiso, explica el exasesor del presidente Ronald Reagan.

En su opinión, no se puede confiar en la diplomacia y la buena voluntad cuando Occidente se basa en la violencia. Confiar en la conciencia de Europa equivale a confiar en un fantasma, porque Europa apoyó los bombardeos estadounidenses de Afganistán, Irak, Libia, Somalia, Pakistán y Yemen, Siria, concluye el famoso politólogo. 


Texto completo en: http://actualidad.rt.com/actualidad/view/137814-eeuu-dominar-violencia-mentira

Judíos sobrevivientes del holocausto nazi condenan masacre de palestinos en Gaza y complicidad de EEUU

Llaman al boicot económico, cultural y académico de Israel

Judíos sobrevivientes del holocausto nazi condenan masacre de palestinos en Gaza y complicidad de EEUU

A través de una carta pública, más de 250 judíos sobrevivientes y descendientes de sobrevivientes del holocausto nazi, condenan las acciones del gobierno de Israel en contra de los palestinos en la franja de Gaza, la complicidad del gobierno de Estados Unidos y llamaron al boicot académico, cultural y económico de Israel.



“Condenamos inequívocamente la masacre de palestinos en Gaza y la actual ocupación y la colonización de la Palestina histórica,” afirman en la carta, la cual fue publicada en el sitio web de la Red Internacional Judía Anti-sionista (International Jewish Anti-Zionist Network). “Condenamos además que los Estados Unidos le provea a Israel el financiamiento para llevar a cabo el ataque,” continúan.
Denuncian el uso fraudulento de su sufrimiento, sus historias y biografías para promover la deshumanización de los palestinos tal como ha hecho Elie Wiesel, premio Nobel de la Paz de origen judío a través de avisos publicados en grandes medios como The Guardian,en los que se acusa sin pruebas a los palestinos, específicamente a Hamas, de usar a niños como escudos humanos. Los avisos de Wiesel son para “justificar lo injustificable: la determinación de Israel de destruir Gaza y el asesinato de cerca de 2.000 palestinos, incluidos cientos de niños,” afirman.
Por último, solicitan donativos para publicar la carta en el New York Times, con el fin de que tenga más difusión.
A continuación la carta:
Como sobrevivientes judíos y descendientes de los sobrevivientes del genocidio nazi, condenamos inequívocamente la masacre de palestinos en Gaza y la actual ocupación y la colonización de la Palestina histórica. Condenamos además que los Estados Unidos le provea a Israel el financiamiento para llevar a cabo el ataque, y a los estados occidentales de manera más general, por el uso de su fuerza diplomática para proteger a Israel de ser condenada. El genocidio comienza con el silencio del mundo.
Estamos alarmados por la extrema deshumanización racista de los palestinos en la sociedad israelí, que ha alcanzado un punto álgido. En Israel, los políticos y opinadores enThe Times de Israel y The Jerusalem Post han pedido abiertamente el genocidio de palestinos, e israelíes de derecha están adoptando la insignia neo-nazi.
Además, estamos disgustados e indignados por el abuso de Elie Wiesel de nuestra historia en esas páginas para promover falsedades utilizadas para justificar lo injustificable: la determinación de Israel de destruir Gaza y el asesinato de cerca de 2.000 palestinos, incluidos cientos de niños. Nada puede justificar el bombardeo de los refugios de la ONU,hogares, hospitales y universidades. Nada puede justificar que se prive a la gente de la electricidad y el agua.
Debemos elevar nuestras voces colectivas y usar nuestro poder colectivo para poner fin a todas las formas de racismo, incluido el genocidio en curso del pueblo palestino. Pedimos que se ponga fin de inmediato al asedio y bloqueo de Gaza. Hacemos un llamamiento al boicot económico, cultural y académico de Israel. El “Nunca más” debe significar ¡Nunca más para nadie!
Firman: Hajo Meyer, superviviente de Auschwitz y 250 personas más.
Ver todas las firmas aquí.

ISRAEL/PALESTINA: Léxico y secuencia para entender algo

ISRAEL/PALESTINA:
Léxico y secuencia para entender algo



Gaza es para el sentido común israelí una especie de tacho de residuos humanos del proceso de colonización. Israel es, probablemente, el único país del mundo actual que no declara sus límites geográficos y que más bien se rige jurídicamente por la idea que allí en Palestina donde reside un colono judío es jurisdicción israelí.
Por Gerardo Leibner (desde Israel)

[Historiador uruguayo radicado en Israel. Obtuvo su PhD en la Universidad de Tel Aviv; en el ámbito del Instituto Sverdlin se dedica a la docencia e investigación desde 1999.
Sus principales áreas de estudio se centran en la historia de la izquierda política en Uruguay y Perú, y en el indigenismo. Títulos publicados:El Mito del Socialismo Indígena en Mariátegui. Fuentes y Contextos Peruanos, Lima, Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, 1999.-The new indians. The rising of mass politics in Peru, 1895-1932 (en hebreo), Tel Aviv, University Projects, 2003.-Camaradas y compañeros. Una historia social y política de los comunistas del Uruguay, Trilce, Montevideo, 2011]
envió Fernando Moyano
GAZA
 La Franja de Gaza es un estrecho territorio de 385 km2 (o sea, bastante menos que el departamento de Montevideo, para poner un ejemplo uruguayo) en el cual residen alrededor de 1 millón 800 mil habitantes. La Franja de Gaza se ha convertido a partir de la guerra de 1948, cuando fue creado el Estado de Israel, en la mayor concentración de población palestina desplazada en el curso de aquella guerra, población a la cual no se le dio nunca la posibilidad de retornar a sus poblados y tierras de origen. Más de la mitad de la población actual de Gaza es descendiente de los doscientos mil refugiados acogidos durante la guerra de 1948-1949 y de los varios miles de palestinos que fueron expulsados del territorio sobre el que se consolidó Israel en la década del ’50
En idioma hebreo de la calle se fue acuñando desde los años ’50 una expresión cuyo significado más próximo en castellano rioplatense coloquial sería “andá a la mierda”, o “vete al infierno” si queremos usar un léxico castellano más amplio: “lej lea’zha”, que literalmente significa “vete a Gaza”. Gaza es para el sentido común israelí una especie de tacho de residuos humanos del proceso de colonización, o si queremos un ejemplo histórico asimilable la “reserva india” norteamericana, en la cual fueron concentrados y encerrados muchos de los derrotados y desplazados de la guerra de 1848.
El problema de esa reserva palestina desde el punto de vista israelí es que los humanos ahí confinados nunca asumieron totalmente su derrota, nunca se resignaron
Se resistieron y se resisten a asumirla. Y ya desde los ’50, algunos de manera individual y otros organizadamente procuraron cruzar la frontera creada por la colonización, sea para infiltrarse y lograr vivir en el territorio del cual fueron desplazados o sea para atentar contra quienes los despojaron y luego fueron emigrando y colonizando sus antiguas tierras. En aquellos años se fue consolidando la respuesta israelí a los intentos de “infiltración” palestina: las “acciones punitivas” al interior de Gaza (hasta 1967 bajo régimen militar egipcio) y al interior de Cisjordania (hasta 1967 bajo dominio militar jordano)
La conquista militar de esos territorios por parte de Israel en la "guerra de los seis días", en junio de 1967, creó una nueva situación. Tras varios meses de control militar que impedía la libertad de movimientos de los palestinos en los territorios conquistados, Israel optó por utilizar a los refugiados palestinos y a los más pobres entre los otros palestinos conquistados en mano de obra barata para su propio desarrollo.
Eso implicó el reingreso al territorio ya consolidado como Israel de refugiados e hijos de refugiados de la guerra de 1948, ahora como obreros, principalmente en la construcción o en los eslabones “no especializados” de sus industrias

Durante un poco más de 20 años los refugiados palestinos residentes en Gaza pudieron visitar y ver las tierras en las que antes se encontraban sus pueblos, barrios, ciudades, en muchos casos demolidos o considerablemente transformados bajo el influjo de cientos de miles de nuevos inmigrantes/colonos judíos.
En muchos casos los trabajadores de Gaza limpiaron calles, erigieron edificios y pintaron paredes en las que fueron las tierras de sus padres desplazados.
Al mismo tiempo en la Franja de Gaza el gobierno militar israelí reprimía violentamente todo esbozo de organización política independiente, sea nacionalista o izquierdista
 Prohibiciones, censura, cárcel, torturas, demolición de viviendas y hasta asesinatos de supuestos dirigentes guerrilleros fueron parte de un ritual represivo en las décadas del ’70 y del ’80 en Gaza bajo dominio militar israelí. A la vez Israel confiscó buena parte de las tierras agrícolas de Gaza y envió colonos a establecer colonias de agricultura intensiva, utilizando la mano de obra barata de la población local despojada y sin derechos ni capacidad de defensa (las organizaciones sindicales fueron ilegalizadas por estar políticamente en contra de la ocupación).
A fines de los ’80 la primera Intifada, un generalizado levantamiento popular palestino, cuestionó seriamente la hasta entonces rentable explotación de la mano de obra palestina dentro de Israel.
Tras dos años de paros generales al ritmo de cuatro o cinco jornadas al mes y de continuas manifestaciones y acciones represivas que tornaban en incierta la capacidad de llegada al trabajo de decenas de miles de trabajadores, junto con las prohibiciones a los obreros palestinos de dormir en ciudades israelíes (por temor a atentados de su parte), sectores enteros de la economía israelí remplazaron a los trabajadores palestinos con nuevos inmigrantes judíos venidos desde la URSS en desintegración y con trabajadores extranjeros baratos enganchados por empresas contratistas, al mejor estilo del neoliberalismo global, en Rumania, Tailandia, Turquía y China. Los procesos globales permitieron “liberar” a la economía israelí de su dependencia parcial en relación a la mano de obra palestina.
E inmediatamente a comienzos de los ’90 Israel empezó a restringir la libertad de movimientos de los palestinos residentes en Gaza y en Cisjordania. Se reinstaló un sistema de permisos especiales junto a numerosos puestos de control en carreteras y puntos estratégicos. El impacto sobre la desocupación en Gaza fue dramático.
Paulatinamente en esa zona la Intifada adquirió el carácter de guerra de guerrillas en la cual se fue destacando Hamas, una organización político-militar relativamente nueva que combinaba una doctrina religiosa islámica con el nacionalismo palestino
Paradójicamente el famoso proceso de paz entre Israel y la OLP (Organización para la Liberación de Palestina), iniciado en 1993, reforzó las restricciones. Se estableció la Autoridad Palestina, que obtuvo el control policial de las ciudades y los campamentos de refugiados en Gaza y Cisjordania, pero las colonias judías y las principales carreteras y la mayoría de los terrenos agrícolas quedaron bajo control israelí.
El desmoronamiento de las negociaciones de paz en el año 2000 y el surgimiento de la segunda Intifada, esta vez sí un levantamiento armado y mucho más sangriento que el anterior, tanto en la insurgencia palestina como en la represión israelí, convirtió la Franja de Gaza en una verdadera zona de combate. En la desesperación y pobreza de los campamentos de refugiados de Gaza se incubaron las más importantes acciones guerrilleras palestinas, algunas dirigidas contra el ejército de Israel, otras contra colonos israelíes y otras contra ciudadanos dentro de las fronteras de Israel.
Finalmente en 2005 fue Ariel Sharon, el primer ministro israelí, quien tomó la decisión de retirada unilateral de la Franja de Gaza, desmantelando las colonias israelíes pese a la oposición de la ultra-derecha. El precio militar y económico en Gaza era demasiado alto e Israel prefirió concentrar su esfuerzo colonizador en Cisjordania. El alambrado de Gaza fue reforzado y al retirarse unilateralmente, sin acordar nada con la Autoridad Palestina, se tomaron las medidas físicas para que todo acceso humano, de mercancías o el mero suministro de energía o cualquier material, se controlara e interceptara por el ejército israelí.
Sin soberanía aérea, marítima o de los puestos de paso terrestre Gaza quedó sometida a la voluntad sitiadora de Israel. Al tiempo que los sectores más extremistas palestinos, particularmente Hamas, festejaban la retirada militar israelí en la que veían un triunfo de su lucha armada, otros sectores políticos palestinos observaban con preocupación cómo Israel convertía la Franja de Gaza en una enorme cárcel sin techo.

LÍMITES/FRONTERAS
“Ningún estado soberano en el mundo aceptaría la excavación de túneles bajo su territorio”; algo así se lee en los diarios que dijo el presidente de los EE.UU. Barack Obama la semana pasada, justificando las acciones militares israelíes destinadas a ubicar y destruir túneles construidos en Gaza para acceder a Israel por debajo del sistema de alambrados. Y creo que tiene razón Obama. Ningún estado aceptaría esa trasgresión a su soberanía territorial.
El único problema es que Israel es un estado que no ha reconocido sus propias fronteras, sus propios límites. Al no permitir una soberanía palestina en Gaza y mantenerla bajo sitio desde las elecciones de 2006, en que la mayoría de los habitantes votó al movimiento Hamas, hasta el día de hoy Israel no ha delimitado su propia soberanía.
Lanchas de pescadores de Gaza que se apartan decenas de metros de la costa son ametralladas por la marina israelí; productores agrícolas palestinos ven muchas veces cómo sus cosechas se pudren debido a una decisión israelí de bloquear unilateralmente la exportación; miles de palestinos de Gaza que estudiaban en universidades en Cisjordania se vieron obligados a optar por permanecer allí sin saber cuándo podrían retornar a visitar sus hogares y ver a sus padres y hermanos o regresar a Gaza y renunciar a sus estudios. Estos son tan solo algunos ejemplos del significado del sitio a Gaza iniciado en 2006.
Ni que hablar de la anormalidad de la situación político-militar y jurídica en Cisjordania, en la cual hay lugares en que Israel ejerce un régimen muy similar a lo que fue el apartheidsudafricano, con jurisdicción civil israelí para los colonos judíos y jurisdicción militar israelí para los palestinos.
Sucede muchas veces que un grupo de colonos armados agrede a campesinos palestinos en el marco de intentos por despojarles de sus tierras y los militares que acceden al lugar sólo pueden intervenir para reprimir o evacuar a los palestinos, porque contra los colonos solo puede actuar la policía, que casi nunca llega a tiempo en estos incidentes. Israel es, probablemente, el único país del mundo actual que no declara sus límites geográficos y que más bien se rige jurídicamente por la idea que allí en Palestina donde reside un colono judío es jurisdicción israelí
Entonces, más que límites tenemos fronteras abiertas a la colonización, algo similar al movimiento hacia el lejano oeste en Norteamérica o la colonización de las pampas y la Patagonia en los años previos y posteriores a la infame “conquista del desierto”. Con muchos más recursos que los indígenas americanos del siglo XIX, los palestinos actuales se niegan a aceptar ese proceso y resisten. Los alambrados y los muros son superados por los misiles por arriba y por túneles por debajo.
La eficacia de esta resistencia es dudosa, pero es resistencia y tiene sus efectos desafiantes. Ni que hablar de la injusticia que implica disparar misiles sobre poblaciones civiles del lado israelí.
Pero, si lo pensamos bien, ¿qué otras alternativas de resistencia activa tienen los palestinos confinados en esa enorme jaula que es la Franja de Gaza?
No muchas. Ninguna fácil y ninguna pacífica.
Algunas marchas de protesta hacia los alambrados ensayadas en años anteriores culminaron dispersadas a balas por las fuerzas israelíes, con muertos y heridos palestinos. Pero, volviendo al tema de la frontera y la soberanía, ¿cómo establecer qué es una “infiltración” palestina si no está establecida cuál sería una infiltración israelí? Aparentemente, para la ley internacional rigen las fronteras anteriores a la guerra de los seis días, pero es Israel misma la primera en desvirtuarlas al establecer colonias y anexar de facto buena parte del territorio de Cisjordania. Para la comunidad internacional rigen también los acuerdos de Oslo firmados en 1993-1994, pero se trataba de acuerdos temporarios vigentes hasta el año 2000, y desde el desmoronamiento de las negociaciones de paz no fueron renovados
Israel tampoco tiene empacho en violar las disposiciones de Oslo cuando le conviene, exigiendo a la Autoridad Palestina que cumpla con las cláusulas que le convienen a Israel.
Obviamente a lo largo de estos años de fracasadas negociaciones y hostilidades también los palestinos violaron numerosas cláusulas de un acuerdo realmente diseñado para ser temporario y no para administrar un conflicto por el periodo de dos décadas.

¿DEMOCRACIA VERSUS FUNDAMENTALISMO? 
Los voceros israelíes hacen hincapié en presentar a Israel como una democracia moderna que enfrenta a un movimiento terrorista islámico de carácter fundamentalista. Empecemos por la segunda parte de la ecuación. Hamas es evidentemente un movimiento islámico conservador (no estoy seguro de si fundamentalista es el término más correcto, hay en el Medio Oriente movimientos religiosos más fanáticos), intolerante y violento. De eso no hay duda y sobre ello pueden atestiguar militantes de su rival Fatah (nacionalistas pragmáticos) o militantes de izquierda o por los derechos humanos que sufrieron represión a manos de Hamas dentro de la Franja de Gaza.
Sin embargo, esos mismos militantes valientes que demostraron más de una vez su consecuencia ante atropellos de Hamas son los primeros en asegurar que no se trata de un conflicto de Hamas sino de todo el pueblo palestino en Gaza que se encuentra bajo sitio israelí.
Es más, todos los observadores internacionales y los actores políticos palestinos concuerdan en que la sistemática política israelí de pasarle por encima a la Autoridad Palestina y humillar a los dirigentes moderados, prosiguiendo la colonización como si no hubiera habido negociaciones de paz y desoyendo resoluciones internacionales, es la principal razón que convirtió a Hamas en la primera fuerza política en Gaza.
Y no está de más mencionar que una relación de interés mutuo entre extremistas islámicos y militares israelíes ya existió en la década del ’70 cuando, en el marco de la lucha israelí contra el auge de movimientos izquierdistas en Gaza, la ocupación israelí permitió a las hermandades musulmanes entonces minoritarias (de las cuales surgió Hamas 15 años más tarde) quemar y clausurar cines, teatros, centros culturales y cafés que irradiaban una cultura laica y de izquierda.
Luego, desde los ’90, ha existido una sistemática correlación entre las acciones del Likud, el aún principal partido de derecha en Israel, y Hamas, siendo uno funcional al otro para debilitar opciones de diálogo israelí-palestino. No cabe duda de que se trata de enemigos, pero que resultan muy funcionales para la política interna de cada uno.
Retornando a la primera parte de la ecuación: ¿es Israel una democracia? Desde el punto de vista formal parecería serlo. Tiene pluralismo político, hay elecciones periódicas, sistema representativo y separación de poderes. Nadie en América Latina o España puede desdeñar estos aspectos formales de la democracia que muchas veces costó tanto reconquistar. Sin embargo, si miramos bien el mapa y los datos, Israel no es una democracia.
Para que una democracia exista tiene que tener un cuerpo de ciudadanos claramente definido y este cuerpo de ciudadanos con plenos derechos políticos tienen que ser básicamente todos los adultos con residencia fija bajo la jurisdicción soberana de ese estado. En los territorios que se encuentran bajo dominio israelí desde hace ya más de 45 años hay cientos de miles de palestinos sin derecho de voto.
Esto no se refiere a Gaza, que aunque sitiada y sometida a incursiones bélicas supuestamente está ya fuera de territorio israelí. Hablo de Jerusalén Oriental, con más de doscientos mil palestinos formalmente anexados a Israel pero sin derechos ciudadanos y sometidos a políticas de hostigamiento abiertamente destinadas a alentarles a emigrar.
Y hablo de más de cien mil palestinos en las zonas C de Cisjordania, zonas agrícolas bajo dominio israelí y en pleno proceso de colonización en las cuales Israel actúa como si fueran parte integral del estado.
Y por limitarme a lo más formal de la democracia no entro ahora a analizar las prácticas de discriminación y marginalización represiva a las que son sometidos cientos de miles de palestinos de ciudadanía israelí que residen dentro de las fronteras de 1967 y que sí gozan de voto y representación política.
Sólo diré que a la habitual discriminación administrativa, económica y cultural en estos últimos meses se ha agregado una hostilidad muy fuerte, desde el estado y desde la sociedad judía, que incluye el despido de miles de trabajadores por haber expresado voces discordantes con la guerra, el boicot económico a muchos negocios y restaurantes palestinos en Israel, y la agresión física de palestinos que se topan casualmente con patotas de adolescentes judíos enardecidos por el ambiente bélico y reaccionando ante atentados palestinos, que gritan consignas como “¡Muerte a los árabes!” y son capaces de linchamientos.
Entonces Israel más que una democracia es una etnocracia, o sea el régimen de supremacía étnica de su mayoría judía, con una capa democrática muy endeble y erosionada que actualmente se va cayendo a pedazos. Los principales políticos israelíes moderados definen al estado como “judío y democrático”. Parlamentarios árabes ya han aclarado que el verdadero significado de esa fórmula es un estado que funciona como democrático para los judíos y como judío para los árabes.
El enfrentamiento tampoco es entre democracia y fundamentalismo porque el nacionalismo judío, en parte religioso, es tan fundamentalista como el de Hamas, ya que recurre a argumentos como la santidad de la tierra de Israel y la promesa divina para justificar la colonización, el despojo de tierras y las masacres que derivan del uso de la fuerza militar en condiciones tan asimétricas.
¿CUÁNTO VALE LA VIDA DE UN SOLDADO NUESTRO?
 La tarde del pasado viernes, al detenernos en un semáforo en un importante cruce en el centro de Israel, dos jóvenes colonos religiosos (identificables por su ropa y su forma de expresión) ofrecían a los automóviles en fila un adhesivo con esta leyenda: “La vida de un soldado nuestro vale más que la vida de los civiles enemigos”.
Quienes reparten ese adhesivo pertenecen a la ultraderecha israelí, pero nosotros fuimos la excepción en esa casual fila de automóviles: casi todos aceptaban el adhesivo.
Ministros y parlamentarios no dudan en expresar esa misma idea que explica la brutal desproporción en el uso de la violencia militar israelí en Gaza.
En ese aspecto la ultraderecha expresa lo que es de sentido común entre los judíos de Israel, incluso entre quienes pragmáticamente votan a partidos de centro y centro-izquierda: la idea de que la vida de un judío vale más, o debe hacerse valer más, que la vida de los palestinos.
Es muy crudo decirlo así, pero es esa idea tan profundamente racista una de las claves ideológicas de la hegemonía de la derecha al interior del sionismo.
La denominada izquierda sionista sólo prevaleció en la política israelí cuando logró demostrar que su moderación pragmática era la forma más prudente de preservar vidas judías. 
Defender ideas universalistas de cualquier tipo –sean estas comunistas, socialdemócratas o incluso liberales– está considerado en Israel como de “ultraizquierda”.
Los judíos que así pensamos somos tildados de traidores a la patria
Y tal vez sólo por la misma lógica de ese racismo todavía nos toleran y no nos hostigan físicamente de la manera como agreden a árabes que expresan su opinión o simplemente hablan en voz alta en su idioma en el sitio equivocado.
Pero, ¿quién lo sabe?, tal vez pronto nos tocará también, ya hay señales de ello. Sin embargo, y a pesar de los serios peligros de pérdida de códigos de tolerancia al interior de Israel, lo que sucede en Gaza y los muertos palestinos en manifestaciones en Cisjordania, ya más de una decena, son lo más grave y urgente.
posta - postaporteñ@ 1226 - 2014-08-19