La abolición de las FFAA en Uruguay

La abolición de las FFAA


Recientemente el presidente de Costa Rica, Oscar Arias, le propuso al presidente Mujica la abolición de las fuerzas armadas, despertando así la polémica sobre este tema.
Nuestras FFAA han expresado reiteradamente su adhesión a los principios de la doctrina de la seguridad nacional, en nombre de la cual torturaron, secuestraron, vendieron niños pequeños, violaron mujeres y chicos indefensos1 e hicieron desaparecer a sus conciudadanos.
Además asesinaron a políticos opositores en Buenos Aires, de lo que a duras penas escapó el propio líder de la oposición, Wilson Ferreira Aldunate, e incluso es cada vez más obvio que liquidaron por lo menos a uno de sus propios camaradas de armas (Trabal), aunque no lo han reconocido.
Recientemente el general retirado Iván Paulós, destacado representante de las FFAA sostuvo en el semanario Búsqueda que “la misión de un soldado en la guerra es triunfar”2 y sostiene el pasado de las FFAA está “lleno de gloria”.
Todo esto significa que como cuerpo, en su conjunto, están avalando todo lo actuado en el período en que se hicieron cargo de la “lucha antisubversiva”, responsabilizándose por todos los excesos antes nombrados, aunque resulte un tanto difícil inscribir varios de los hechos mencionados más arriba en esa definición, por ejemplo la venta de niños pequeños y el asesinato de políticos.

Es difícil creer que en caso de invasión de alguno de nuestros vecinos las conocidas técnicas de tortura por ejemplo de “picana” y “submarino” puedan detener un avance militar de éstos. Primero habría que capturar a los soldados enemigos y dejarlos inermes.
Por otra parte tenemos un caso algo similar ocurrido en Argentina en ocasión del conflicto con los ingleses por las Islas Malvinas. En él los oficiales torturadores o bien se rindieron sin lucha, como en el caso de Alfredo Astiz capitaneando un submarino, o bien mandaron a reclutas mal armados y mal abrigados, en gran parte a causa de la corrupción de los mandos, a enfrentar a las tropas inglesas, con el resultado conocido, pese a que los números les eran favorables, pues se necesitan mucho menos tropas para defender que para establecer una cabecera de puente en la tierra defendida.
Bien, entonces sigamos repasando la historia. Durante la segunda guerra mundial, los únicos países vecinos a Alemania que no fueron invadidos por el régimen nazi fueron Suecia y Suiza3.
Posiblemente allí los nazis aplicaron un principio de economía: les iba a costar más ocupar estos dos países que lo que les iba a rendir la ocupación. Ahora, estos dos países tienen similitudes notables en la configuración de su defensa. Gran parte de ella está basada en la resistencia a la ocupación y no en el enfrentamiento convencional entre ejércitos. Es un hecho conocido que prácticamente ninguna ocupación en la historia ha tenido éxito frente a movimientos de resistencia.
Luego del fin de la segunda guerra mundial en Suecia se calculaba con respecto a la Unión Soviética que la fuerza aérea aguantaría una cuestión de unas pocas horas, la marina algún o algunos días, igual que el ejército convencional, y entonces se trataba de tener una fuerza de resistencia del tipo de guerrilla que hostigara a los presuntos invasores permanentemente. Para ello existía y existe un cuerpo militar compuesto de civiles4; estudiantes, trabajadores, etc., que está organizado para ello. Sus integrantes tienen su uniforme, máscara antigás, armas y equipos
en su propia casa, están organizados en pelotones que se movilizan a la orden de un jefe, y cada pelotón tiene misiones bien definidas, tales como la voladura de algún puente, el bloqueo de una carretera, etc. Se entrenan los domingos con armas avanzadas, tales como fusiles antitanque y hacen simulacros de combate regularmente, donde son sometidos a situaciones realistas.



Un ejemplo real de la efectividad de este tipo de cuerpos militares se dio en la así llamada “guerra del invierno”5 en 1939-1940 cuando los francotiradores finlandeses equipados con uniforme de invierno blanco con capucha, esquíes y fusil, hicieron tales estragos en los invasores soviéticos que fue una de las causas que obligaron a la Unión Soviética a abandonar su plan de ocupar Finlandia. Una anécdota relata que cuando el presidente de Finlandia fue a visitar a Ronald Reagan a EEUU, algunos ayudantes de éste bromeaban con que el presidente finlandés coqueteaba con los rusos, debido al pacto de no agresión que Finlandia había firmado con la URSS. Las bromas tuvieron un brusco frenazo cuando los finlandeses contestaron que Reagan jamás había matado un ruso, ni siquiera en una mala película de cowboys, mientras que Mauno Koivisto, el presidente de Finlandia había matado él solo a más de 100 rusos. En la figura se ve al legendario francotirador finlandés Simo Häyhä, llamado ”la muerte blanca” que mató a más de 500 soldados rusos.

La cuestión se plantea entonces en estos términos: ¿no será mejor para Uruguay transitar hacia la formación de fuerzas de vigilancia y control de las fronteras y de una oficialidad que no sea especialista en torturar, sino en comandar civiles que operen como fuerza de resistencia en un caso hipotético de ocupación, en lugar de una fuerza convencional que jamás se va a poder oponer a nuestros poderosos vecinos?




No hay comentarios:

Publicar un comentario