José "FD" Mujica Un presidente que siempre sorprende


José "FD" Mujica

Un presidente que siempre sorprende

Y una historia de trajes

Autor: William Yohai

17 de agosto de 2011

 

Comentar "la última" del presidente sería trabajo de tiempo completo para  cualquier analista político o económico.

La realidad presenta suficientes temas concretos importantes como para dedicarse a seguir la verborrea presidencial. Pero a veces uno no puede menos que ceder a la tentación. En definitva, todavía hay mucha gente en este país que toma sus palabras en serio, aunque tenemos la esperanza de que cada vez sea menos.
Hoy el matutino oficialista nos informa lo siguiente (1):     
“SEÑALES. DIJO QUE EL MUNDO ENVIA INFORMACION CONTRADICTORIA SOBRE LA SITUACION FINANCIERA

Mujica responderá a la crisis con ambicioso plan de inversiones

El Presidente Mujica anunció que el "programa anticrisis" de su gobierno incluirá impulsar el ferrocarril, la navegación de cabotaje, los dragados, trabajos en puertos, mejorar la matriz energética y las rutas, y atender los compromisos sociales”.

Y agrega: "Por el contrario, en el gobierno estamos convencidos de que hay que tener una actitud activa. Desde el punto de vista financiero tener los mayores recaudos que se puedan, y eso es lo que hemos venido haciendo y, por otra parte, propiciar todo tipo de inversiones que pueden contribuir directa o indirectamente a mejorar el costo país; nos parece que esa es la respuesta más eficaz", expresó Mujica.
Y sigue:
“Por ello, resaltó que es de suma importancia para el gobierno ocuparse de "el ferrocarril, la navegación de cabotaje, realizar los dragados, trabajos en los puertos, la energía en todas sus variables, las rutas, la caminería rural y obras hidráulicas de regadío".
Y, respecto al hierro de Cerro Chato-Valentines afirma:
“Por otro lado, Mujica se refirió a la decisión de la minera Aratirí de "enlentecer" sus trabajos en Uruguay. "Desde el comienzo nos quedó claro que la empresa estaba muy apurada por una valoración con respecto a la existencia del mineral disponible en el mundo, donde evaluaban un buen precio hasta 2015. No me extraña que se desencanten un poco ante las dificultades que tenemos en materia de medir el impacto ambiental, pero no podemos caminar más rápido de lo que nos dan nuestros recursos humanos. No vamos a aceptar cualquier cosa y esto seguramente no les ha gustado".
En primer lugar nos llama la atención la preocupación de Mujica por una crisis que, hasta ahora, en nuestra región es hipotética.
Porque su planteo, junto a una mención al “keynesianismo” que aparece en el texto, parece traer remembranzas al “New deal” que llevó adelante entre 1933 y 1938 el presidente FD Roosvelt (de ahí el título del trabajo) en los EEUU durante la gran depresión. La situación de Uruguay hoy no tiene absolutamente nada que ver con aquella. Desde 1929 EEUU y el resto del mundo se arrastraban en una crisis de profundidad desconocida hasta entonces. Y el fenómeno distintivo de la misma era la DEFLACIÓN. Deflación es la caída generalizada y sostenida de los precios, o sea, lo contrario de inflación. Y los EEUU tuvieron deflación durante cuatro años seguidos en aquella época. ¿porqué? Porque las monedas del mundo estaban regidas por el patrón oro. No se podía emitir dinero por encima de cantidades que rompieran una determinada relación con el oro que cada nación tenía como reserva. Y como la cantidad de oro existente en el mundo era, a efectos prácticos, constante, la emisión monetaria estaba, en los hechos prohibida.
Para evitar esto Roosvelt dictó una orden ejecutiva(2) que obligaba a los ciudadanos de EEUU a entregar todo el oro que poseían a la Reserva Federal a cambio de una suma de 20,67 dólares por cada onza troy. La pena por no hacerlo: una multa que equvaldría hoy a 170 mil dólares o diez años de prisión o ambas.
En los hechos esto significó la ruptura del patrón oro y abrió la posibilidad para una emisión monetaria que habilitó el gasto en inmensos proyectos de obra pública, auxilio a la población sin trabajo, casa o comida, y la creación de organismos de control, algunos de los cuales subsisten hoy día y que crearon el orden económico que predominó durante la segunda guerra mundial y la postguerra. Orden económico que fue desmontado a partir de los 70 para reinstalar las políticas neoclásicas o neoliberales vigentes hoy.
El inspirador en el plano técnico de la economía politica de estas medidas fue John Maynard Keynes, un economista inglés.
Pero claro, para lograr implantar estas medidas Roosvelt tuvo que enfrentar al dominio del capital financiero de la época. La estabilidad monetaria, o mejor aún, la deflación, son el sumum de las aspiraciones de dos tipos de personas y empresas: los acreedores y los ricos.
En ambos casos, quienes poseen dinero o el derecho a cobrarlo de otros mediante el pago de deudas reciben un beneficio claro cuando los precios son estables y, mucho mejor si los mismos bajan. Porque el poder de compra del dinero que poseen y/o del que denomina sus créditos es mayor. Se les facilita así hacerse con los activos de los pobres y de los deudores en mayor proporción.
El relato público neoliberal al uso identifica a los asalariados como beneficiarios de la estabilidad de precios. Pero ésta es una verdad a medias. Es perfectamente posible establecer un régimen de reajustes automáticos, como el vigente hoy en Uruguay. Aunque éste sea imperfecto de todas formas asegura a los asalariados al menos la mitigación de los efectos de la inflación. Pero, cuidado, cuando se produce estabilidad de precios y hay crisis, los capitalistas no tienen ninguna dificultad para imponer recortes de salarios o despedir trabajadores.
Tal sucedió claramente en la gran depresión a nivel mundial y también en la última crisis que sufrió nuestro país, en la cual los trabajadores perdieron salario por la vía de la inflación, pero también por las rebajas generalizadas de salarios nominales y además, por supuesto por reducciones horarias o despidos masivos.
Vemos pues cual es el trasfondo del “ajustismo antinflacionario” que llena el discurso de los economistas del sistema hoy. Claro, no tenemos ya patrón oro. La deflación es un fenómeno (y nos referimos ahora a los precios de los productos de consumo habitual, no a los activos tipo inmuebles) imposible al no existir el patrón oro. De todas formas, la estabilidad de precios es una especie de “ideal económico” del pensamiento dominante. Que digamos esto no significa “santificar” la inflación, fenómeno que cuando trasciende ciertos límites distorsiona todo el funcionamiento de la economía. Y, por cierto, castiga duramente a los asalariados.
Pero, volviendo a las afirmaciones de Mujica, y tratando, tarea siempre difícil, de entender lo que quiso decir, pensamos que simplemente, bajo el rótulo de “keynesianismo” está escondiendo y justificando de paso, la política de autorizar-fomentar la instalación de grandes inversiones extranjeras a cualquier precio.
Gruesa falsificación conceptual…. El keynesianismo se basaba en el aumento del gasto público utilizando, de ser necesaria, la emisión de dinero por parte del estado o el relajamiento de los controles a los bancos para lograr lo mismo mediante el crédito. Era, en los hechos, la destrucción de la teoría monetarista vigente en la época según la cual todo el dinero emitido tenía que estar respaldado por oro.
Keynes rompe, así, uno de los fundamentos de la teoría económica vigente, que como siempre sucede estaba, tal como explicamos más arriba basada en los intereses de los ricos.
Lo que Mujica nos propone, en suma, ahora bajo el cuco de la próxima crisis, es que autoricemos, a como de lugar, a cuanto emprendimiento propongan los grandes capitales extranjeros.
Mujica no habla, ciertamente, de aumentar el gasto público. Habla de autorizar la extracción de hierro por Aratirí-Zamin Ferrous con un mínimo de control ambiental y en las condiciones originales según las cuales estaba planteado el negocio: 95% para la empresa, 2% para los superficiarios (seguramente gran parte ellos mismos) y 3% para el estado.
Habla para justificar el contrato de inversión con Montes del Plata. Habla, probablemente de otros emprendimientos mineros depredadores que estarán (solo ellos lo saben ) en la vuelta y, probablemente de alguna que otra pastera.
Todos estos emprendimientos basados en algo común: la explotación y exportación, sin agregado de valor, de recursos naturales. Por ello no menciona la discusión económica respecto a Aratirí. Porque esa es, realmente la madre del borrego que preocupa a la empresa. Saben bien, Mujica y la empresa que la autorización ambiental está. Apenas hará falta, cual ocurrió con Montes del Plata una llamadita telefónica a la DINAMA. Pero, el tema económico, en la medida que ha roto la barrera del desconocimiento público absoluto es potencialmente explosivo. Es demasiada plata.
En estos días hemos leído declaraciones sobre el tema de la crisis y como enfrentarla a diversos jerarcas. Las medidas concretas han estado completamente dentro del esquema monetarista-neoliberal. Pedir más plata prestada para “blindar” las finanzas públicas. Y Mujica ha reconocido que esto tiene un costo. Porque esas líneas de crédito generan intereses.
¿pero de verdad nos “blindan” de algo?
Veamos: este año el país deberá enfrentar pagos de capital e intereses de su deuda pública por 4800 millones de dólares. El superavit primario (balance del presupuesto del estado antes del pago de intereses) estará en el orden del 3% del PBI, unos 1200 millones de dólares. O sea, la deuda pública crecerá globalmente más de 3000 millones.*
Pero existe un pasivo oculto que, sistemáticamente los analistas económicos se niegan a reconocer. En los bancos hay depositados, según el BCU, 20000 millones de dólares. De ellos, 16000 millones están a la vista. O sea, sus dueños pueden reclamarlos en cualquier momento. En las condiciones actuales, una corrida bancaria es imposible. Pero no sucede lo mismo si se produce un cambio, que no será brusco a partir de hoy, pero que perfectamente puede ocurrir a partir de un proceso de degradación de la economía que tal vez se inicie en un futuro no lejano. Y, en ese caso, las cifras de reserva que tiene en sus arcas el BCU (10.000 mil millones de dólares por todo concepto) serían absolutamente insuficientes. Salvo que, se haya producido un cambio esencial, conceptual de política económica y el estado no sea más “garante de última instancia” de los depósitos bancarios. Desde el pùnto de vista temporal el desarrollo de un fenómeno de este tipo insumiría no menos de  2 a 3 años. La historia puede ser una guía, aunque sabemos que no sirve para trasladarla mecánicamente a efectos de predecir el futuro.
Utilizándola con tal relatividad recordemos que la crisis financiero-cambiaria de 2002 se produjo después que el producto bruto interno (PBI) venía cayendo por 3 años consecutivos. Para que sucediera se combinaron: 1) la caída del PBI. 2) un desempleo masivo. 3) una fuga de capitales que se aceleró en enero de 2002 cuando el gobierno Batlle se negó a sostener al Banco Galicia. 4) un par de fraudes bancarios de grandes dimensiones 5) una serie de errores gruesos de manejo y comunicación; entre los cuales: a) la negativa a apoyar al Banco Galicia en enero de 2002.
b) la continua apelación, mientras el dinero huía de los bancos a raudales, a la “confianza”  sin tomar, como era lógico la medida de congelar los depósitos mientras se resolvía el fondo de la situación.
c) El auxilio, hasta e agotamiento de las arcas del estado, a los bancos vaciados (grupo Montevideo y Comercial) y la posterior firma del ruinoso tratado con los socios internacionales de éste.
Por lo que se ve actualmente, estamos lejos de una situación de ese tipo. Pero, recordemos, cuando Brasil devaluó en enero de 1999 todos los analistas veían al país “blindado” ante cualquier crisis.
Otros puntos de diferencia con aquellos tiempos: los EEUU tuvieron una breve y suave recesión en 2001, fruto del estallido de la burbuja de las “punto com”, que fue resuelta inflando una nueva burbuja, la inmobiliaria que estalló en 2007-2008 y que puso en quiebra virtual a casi todo el sistema bancario estadounidense y europeo. Las medidas tomadas  para salvar a los bancos se pueden resumir en lo de siempre: los activos “tóxicos”, o sea cuyo valor real de haber salido al mercado hubiera sido mucho menor al que representaban, fueron transferidos, a dicho valor facial al estado, vía agencias estatales de vivienda, la Reserva Federal u otros organismos. Se trató en definitiva de una transferencia masiva de pasivos de los bancos al estado. Pues estos recibieron, a cambio de dichos activos “tóxicos” bonos del tesoro de los EEUU.
Nada nuevo bajo el sol si recordamos la crisis que asoló Uruguay en 1982  y 2002. en todos los casos estas historias terminan con gruesas inflaciones de las deudas públicas.
La diferencia hoy es que a pesar de la mayor extensión y profundidad de la crisis, podríamos decir infinitamente mayor, desde el punto de vista de los países productores de materias primas estamos frente a un nueva situación: la reversión de la relación de precios entre productos industriales y tecnológicos y precios de materias primas.
Para decirlo gruesamente: mientras hace algunos años había que vender por lo menos un par de vacas para comprar una computadora, hoy con una vaca compramos dos. Por si esto fuera poco, una de las medidas esenciales que se tomaron en el mundo desarrollado para paliar la crisis fue la política conocida como ZIRP o, en español, política de tasa de interés cero. Dicha política ha provocado un aflujo de capital buscando rentabilidades mayores que las ínfimas tasas de interés que pagan los bancos. Y, claro, en estas orillas ha recalado parte de esos capitales. No podemos dejar de decir, de paso, que la tendencia a la apreciación de los precios de los recursos naturales, en primer lugar el petróleo, pero también los alimentos que sí producimos parece responder a un factor duradero: la etapa del crecimiento económico exponencial está colisionando con los límites del planeta. O como dijo alguien: quien afirme que se puede crecer en forma ilimitada en un planeta finito es una de dos cosas; un loco o un economista.
De estos factores ha dependido, hasta ahora, la sostenida bonanza que tenemos desde los años finales (2003-2004) de la última crisis económico financiera.  Resulta, por tanto llamativa la frecuente mención de la próxima crisis por parte de los responsables de la política económica y de la política en general. Desde el ministerio de economía y la Vicepresidencia y Presidencia de la República hemos escuchado decir cosas del tenor: “cuando llegue la crisis no vamos a aplicar ajustes económicos, por el contrario se aumentará la inversión pública y el gasto social; se acabaron las políticas neoliberales”.
¿Será así? En sus antecedentes se pueden respaldar en que, efectivamente, en 2009 se produjo un aumento de la inversión pública. Pero, claro, los embates de aquella crisis en la región fueron mínimos, había “resto” más que suficiente para hacerlo sin recurrir a medidas profundas. Y, nunca está de más señalarlo, se trató de un año electoral. Lo que sucede es que, si se dan circunstancias realmente difíciles, para tomar medidas de estímulo económico cuando los capitales huyen, las arcas están secas, la moneda se devalúa, no hay más remedio que ponerse el traje de FD…..y golpear al capital financiero, a los terratenientes, a las empresas trasnacionales, a los acreedores internacionales, a los ricos en general.
Y, nos parece que al señor José Mujica Cordano ese traje le queda grande. Y no estamos hablando del tamaño de ambos países.

* Es imposible, con los medios a mi alcance realizar un cálculo exacto. Prácticamente todos los días hábiles el BCU emite letras y bonos por montos variables y cancela papeles emitidos con anterioridad. Un seguimiento detallado de este flujo necesitaría conocimientos e información de los que no dispongo.
1) http://www.larepublica.com.uy/politica/467790-mujica-respondera-a-la-crisis-con-ambicioso-plan-de-inversiones
2) Executive Order 6102 required U.S. citizens to deliver on or before May 1, 1933, all but a small amount of gold coin, gold bullion, and gold certificates owned by them to the Federal Reserve, in exchange for $20.67 per troy ounce. Under the Trading With the Enemy Act of October 6, 1917, as amended on March 9, 1933, violation of the order was punishable by fine up to $10,000 ($167,700 if adjusted for inflation as of 2010) or up to ten years in prison, or both. Most citizens who owned large amounts of gold had it transferred to countries such as Switzerland.
http://en.wikipedia.org/wiki/Executive_Order_6102
 
 
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Información disponible también en este link: resonandoenfenix.blogspot.com

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