ARATIRÍ

ARATIRÍ

Cerro Chato, febrero de 2014
Señor Ministro de Ganadería
Don Tabaré Aguerre
Presente 
Ante sus recientes expresiones, difundidas ampliamente en los medios de prensa referentes al conflicto existente  entre la actividad agropecuaria y la proyectada explotación minera de Aratirí, la Sociedad Agropecuaria de Cerro Chato —respondiendo al clamor de sus asociados, product

ores y vecinos de esta vasta zona— viene a dejar en claro los siguientes asuntos
a) En primer lugar, referente a la extensión del proyecto minero, el distrito minero de acuerdo a la solicitud presentada ante Dinamige en los expedientes  3310/13 y 3313/13, tiene exactamente 15.036 hectáreas y no las 1.000 o 5.000 hectáreas a las que usted alude. Súmense a éstas las 120.000 hectáreas pedidas para prospección y exploración en la misma zona. Si hablamos de una proyección nacional del tema minería, hay pedidos por 3.500.000 hectáreas.
b) No se ajusta a la verdad cuando expresa que los campos de la zona están por debajo de la media de la productividad nacional.
En los predios designados como "zona de sacrificio ambiental" por esta Administración hay campos de índice Coneat 120, con importantes fuentes de agua, producción agropecuaria intensiva, exitosos procesos asociativos entre productores, genética de primer nivel con  reconocidas cabañas, diversificación productiva con zonas forestadas y estancias turísticas. Sólo en el distrito minero, esta actividad afecta irremediablemente a un centenar de unidades productivas.


Téngase presente que la actividad con estas características no sólo destruye las unidades productivas dentro del distrito minero sino que devalúa en un rango no cuantificado de quilómetros la actividad productiva allí instalada.
c) En cuanto al tema del agua se limita a repetir  textualmente el catecismo expuesto en los folletos de Aratírí, que ya repartiera el presidente en el Consejo de Ministros. Oportunamente, olvida que de acuerdo al Informe de Impacto Ambiental de la misma empresa está previsto: el desvío del arroyo Valentines en una extensión de 11 quilómetros, la desviación del río Yí a la altura de la Mina Maidana, la desviación de los arroyos Las Palmas y Las Conchas, el reconocimiento expreso de la afectación de las napas freáticas en una extensión de 6 quilómetros a contar del borde de la mina y la construcción de un dique de relave de 2.500 hectáreas para depósito de aguas  contaminadas con drenaje ácido y sustancias como la poliacrilamida.
La ubicación de esta actividad en las cabeceras de cuenca del río Yí y del río Olimar implica una afectación severísima e imprevisible de los recursos hídricos de esta región; un mineroducto que en su trayectoria hacia las costas de Rocha atraviesa 200 corrientes de agua entre ellas el río Yí y el Cebollatí.
d) Otro de los "mandamientos del catecismo Aratirí", que  repite textualmente, es el de la no utilización de productos químicos.
Nos preguntamos: ¿qué son las 43.000 toneladas anuales de explosivos químicos, 200.000 litros de fuel diarios que producirán 30 toneladas de gases hora? ¿Qué son las 1.700 toneladas diarias del floculante  poliacrilamida, con componentes cancerígenos? Esta es la propuesta de Aratírí en el tomo I, pág. 40 del EIA.
e) Es un peligroso error conceptual para un ministro de Ganadería de una país agropecuario como el Uruguay, el argumento facilista de comparar una represa con explotación minera de hierro a cielo abierto.
La producción de energía eléctrica a través de una represa es básicamente sustentable; la minería a cielo abierto es extractiva y depredadora. Es otro grave error conceptual  comparar las areneras o canteras para construcción con la minería metalífera a cielo abierto, tanto por su extensión, su profundidad, la ausencia de estériles y los costos de eventuales remediaciones.

f) En cuanto a las promocionadas compensaciones económicas, cuya instrumentación se adjudica, debemos recordarle que vivimos en un Estado derecho que tiene por principio general que quien provoca un daño debe compensarlo. Estas no son una dádiva generosa de un ministro o de una administración. Así lo establece la Constitución y el Código de Minería en su régimen general. Más bien lo que ha hecho la Ley de Minería de Gran Porte es retacear esas compensaciones.
g) Para finalizar, todos los productores y vecinos de la zona tenemos presente al ministro Aguerre y al ministro Kreimerman en su única concurrencia a Cerro Chato rodeados de inusual guardia policial, en la circunstancia a la que alude, cuando públicamente reconoció que había leído  sobre el proyecto minero en el viaje y aconsejó a los productores afectados no entorar en la zona.
Señor ministro: más allá de su investidura a la que respetamos, le recordamos que la misma deriva del pueblo y es temporaria. Con total seguridad los productores de esta zona —tan duros como el hierro— seguiremos siendo porfiadamente ciudadanos de este lugar, productores rurales y familiares, más allá del acotado tiempo de su Ministerio. También seguramente cuando la Historia juzgue este complejo proceso vamos a salir mejor parados que usted.

Por las razones que acabamos de exponer, venimos a expresar nuestro más completo repudio a los conceptos por usted vertidos, que revelan un desconocimiento sustancial  sobre el proyecto minero, la realidad productiva y social de la región, así como el conflicto generado en la zona, todo enmarcado en una visión netamente economicista del problema, reductora e irresponsable.
En atención a la indignación que han generado sus dichos, y al reiterado clamor de productores y vecinos de la zona, hemos decidido declararlo persona no grata.
Saludamos a Ud. muy atentamente,
Por Sociedad Agropecuaria de Cerro Chato
Gonzalo Artola -María Angélica Goday - Julio Machado

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