LA HUELGA GENERAL: UN ESPACIO DE RESISTENCIA ANCLADO EN EL PECHO


LA HUELGA GENERAL:
UN ESPACIO DE RESISTENCIA ANCLADO EN EL PECHO





No fue sorpresa, desde 1964 tras el Golpe de Estado en Brasil la CNT tenía decretado una Huelga en caso que se insinúe el avance dictatorial aquí; el quiebre empieza a hacerse más evidente aún en febrero del 73, cuando se llevan adelante el pacto del Boisso Lanza y los Comunicados 4 y 7

Los ejércitos se habían estado preparando en la Escuela de las Américas, bajo el auspicio de EE.UU. y el apoyo político de las burguesías locales. El conservadurismo avanzaba a pasos agigantados, en una lucha coordinada regionalmente para evitar los brotes revolucionarios; brotes que ya habían echado fuertes raíces en nuestra región. “Libertad o muerte”, “vencer o morir”, “Ni civil ni militar el Poder es Popular” decían los compañeros, conscientes de los sacrificios que la lucha por un mundo nuevo significaba. La Cámara de Industria, la Asociación de Bancos, la Liga Comercial, la Asociación Rural del Uruguay, las FFAA, el FMI, el BM, EEUU; no dudarían en imponer la muerte en un férreo y aberrante esfuerzo por evitar que el movimiento popular ponga en jaque sus intereses.

Las oligarquías y el imperialismo perdían su fuerza hegemónica, así era imposible implantar el neoliberalismo programado desde la escuela de Chicago. La dictadura del cono sur, fue un plan meticulosamente trazado por años. A la Escuela de las Américas, “fueron militares y civiles, a aprender las formas más sofisticadas de dominación y tortura orientados por la “Doctrina de la Seguridad Nacional”

Este sur, cada vez más signado por las luchas de la izquierda revolucionaria desde sus diversas organizaciones políticas y sociales, dónde los jóvenes dejaban la paz de sus casas para pelear por la justicia social, hacía temblar los intereses de la burguesía y EE.UU. y potencias como Francia, Inglaterra, Israel.

El Movimiento popular había crecido. Tomado fuerzas y se organizaba. El Pachequismo, aumentaría exponencialmente la represión: Leyes represivas y confiscadoras de los logros populares, Estado de sitio, Medidas Prontas de Seguridad, persecuciones, encarcelamientos, torturas y asesinatos. La escalada va en ascenso desde la década de los 60, sin embargo el día crucial fue el 27 de junio de 1973, día en que Juan María Bordaberry disuelve las cámaras y se concreta descaradamente el Golpe.
La polémica en el seno del Movimiento Popular crece, sobre el carácter del mismo, pero en fábricas, centros de estudios, barrios, no hubo dudas la resistencia, se organiza; ante Golpe de Estado ¡HUELGA GENERAL!

LA RESISTENCIA POR TODOS LADOS Y EN EL HOSPITAL

Se repartió sobre la resistencia en la Universidad y Clínicas

A las 06hs de aquel miércoles 27 de junio de 1973, ni bien se supo que las cámaras eran disueltas, los trabajadores ocuparon sus puestos de trabajo, dispuestos a combatir. Las ollas populares, las actividades colectivas, la solidaridad a flor de piel, el trabajo codo a codo con los compañeros y las más diversas formas de lucha, fueron empuñadas contra los fascistas. Todos: cooperativas de vivienda, organizaciones barriales, el movimiento estudiantil, los trabajadores, todos organizados contra la dictadura. Y no luchaban solo por la democracia, luchaban por otro orden social, donde la libertad y la igualdad sean más que palabras, donde ya no haya oprimidos ni opresores.

La Huelga se extendió por todo Uruguay, y así también la represión

El 27 de Junio del 73 uno de los grandes bastiones de resistencia fue el Hospital de Clínicas y varios centros de salud, allí iban los heridos a manos de la policía y el ejército a sanar para continuar peleando. Allí también iban las fuerzas represoras a buscar “sediciosos” lesionados. El Clínicas estaba bajo control obrero, como tantos otros centros ocupados. No se identificaban, ni se dejaba pasar a las fuerzas represivas pese al hostigamiento constante.

El 9 de Julio/73 miles salen a las calles diciéndole NO al golpe, mientras otros tantos hacían guardias gremiales en sus trabajos que seguían ocupados. La posición del pueblo era contundente, se oponían férreamente al avasallamiento cívico-militar. La reacción de las fuerzas represivas fue igual de contundente: una feroz represión en 18 de Julio, dejando cientos de heridos y detenidos. La dictadura en esos días, se llevó la vida de dos compañeros: Walter Medina y Ramón Peré

El compromiso de los compañeros del Hospital fue impresionante: no solo corrían tratando con escasos recursos de sanar a los compañeros sino que los cubrían; el riesgo de ser castigos por esto era patente, pero no dudaron en silenciar ante el requerimiento de la policía y el ejército. No dudaron en evitar a toda costa que las fuerzas represivas ingresen al Hospital.

El once de julio delegados de la CNT resuelven levantar la Huelga, que los trabajadores desde sus bases habían resuelto y sostenían, desde entonces el régimen extendió la escalada represiva. Ya eran miles los presos torturados, asesinados y desaparecidos por el escuadrón de la muerte, la formalización del golpe, consolida a las Fuerzas Conjuntas para hostigar y oprimir a la población entera.

Quince días de Huelga General en todo el país, con las fuerzas policiales y militares hostigando a los compañeros, buscando “subversivos” e incluso disparando a quemarropa, ¿No habrían necesitado una gran preparación y una fuerza superlativa? En los más de diez años que transcurrieron los compañeros se fueron preparando para resistir, un ejemplo de esto fue el simulacro de huelga realizado en más de 200 centros de trabajo para calcular el tiempo y medidas estratégicas necesarias. Pero no fue suficiente.

Hubo más de 3000 despidos y sancionados, “listas negras” persecución policial, presos (el Cilindro se abarrota de “”sediciosos), torturados, allanamientos, requerimientos de los dirigentes sindicales. Muchos lugares de trabajo se desocupaban de manera violenta por la policía y los trabajadores lo volvían ocupar. Se ilegaliza la CNT. Se ofrecían aumentos de salarios y rebajas en el precio de los alimentos a quienes abandonaran las huelgas. Se militarizan varios lugares, entre ellos la ANCAP, (SUS OBREROS APAGAN SU LLAMA, COMO MENSAJE DE RESISTENCIA).
Se cierran las radios anti-golpistas mientras los medios de comunicación, en especial el diario “El País” desarrollaron una férrea campaña “anti subversiva” y sembraban el terror. El esfuerzo para poner fin a la huelga era impresionante, sin embrago en los lugares de trabajo seguían los carteles:”OCUPADO”. El pueblo se negaba a entregar la lucha.

Sin embrago el levantamiento de la Huelga está lejos de significar el levantamiento de la resistencia. Durante toda la dictadura hubo bastiones de lucha, desde la clandestinidad, desde el exilio, desde las cárceles, el pueblo se las ingenió para combatir y para poner jaque de alguna u otra manera a la dictadura: nacieron nuevas organizaciones, sociales, barriales, artísticas, culturales y políticas, cooperativas de vivienda, siguieron resistiendo, diciendo NO a la dictadura, de diferentes maneras



LA RESISTENCIA en la UNIVERSIDAD:

Edmundo Narancio, ultraderechista incorporado al nuevo gabinete dirá que la Universidad era un territorio contaminado por la ideología marxista-leninista y que tomará medidas al respecto.
El doce de setiembre se llevarían a cabo las elecciones (secretas y obligatorias) de las autoridades universitarias, los militares conminaban a votar desarrollando una campaña para “limpiar” a la universidad de sus autoridades “filo zurdas”. Mientras los compañeros consideraban que era una gran oportunidad para manifestar el rechazo a la dictadura.

El 11 de setiembre era asesinado Salvador Allende, durante el brutal Golpe de Estado en Chile. En este marco, el 12/09/73 se realizan, acá, las elecciones Universitarias que darían una amplísima mayoría a la lista de izquierda. Muchos de los electos debieron exiliarse al poco tiempo o fueron confinados a las cárceles uruguayas.

Con los resultados en mano, el semanario “Azul y blanco” esgrimió “Mayorías o no, hay que aplastarlos”. A partir de entonces el clima en torno a la Universidad se recrudeció: presencia policial y militar en sus inmediaciones de forma casi constante, amenazas y disparos contra militantes. Como fue el caso de Hugo Machin. El corolario fue la explosión de una bomba en la facultad de ingeniería el 27 de octubre, cobrándose la vida del estudiante Marcos Caridad Jordán, que militaba en los Grupos de Acción Unificadora (GAU). Fue la gran excusa para la intervención de la Universidad.
El “nuevo orden” trajo consigo destituciones, depuración de las bibliotecas y materiales, persecución más acuciante a estudiantes y funcionarios, eliminación de algunas áreas de estudio y paralización total de otras, supresión casi total de la extensión y la investigación.

El 28 de noviembre de 1973, fueron ilegalizadas 14 organizaciones políticas, el movimiento estudiantil, la prensa de izquierda etc.

El nuevo rector fue Edmundo Narancio, pese a lo cual el Hospital de Clínicas continúo bajo el control de Hugo Villar, Aron Nowinski y Julio Ripa, hasta que Villar hizo públicas las carencias que tenía el hospital y así fue sustituido. En su lugar fue asignado Enrique Boix de Subdirector Técnico del Hospital Central de la Fuerzas Armadas con el grado de Mayor, quien firmara la muerte de muchos compañeros, entre ellos los certificados de los ocho obreros asesinados en la Secc. 20 del Partido Comunista. El accionar del Mayor Enrique Boix, fue cruento: cómo medico “supervisó” el asesinato bajo tortura de varios compañeros y firmó que las bajas se debían a “causas naturales”.

De esta manera, la Universidad y con ella el Hospital de Clínicas ven cercenada su verdadera función social a mano de un gobierno ultraderechista que busca defender a capa y espada los intereses de la burguesía y el imperio. Sin embargo, los compañeros se las ingeniarán para resistir. La solidaridad y la resistencia siguieron siendo la consiga de los compañeros, aun en los momentos de mayor terror y opresión. A su lucha nos debemos, su lucha continuamos



POR TODO ESTO Y MÁS:

El silencio otorga… otorga a los verdugos el impune disfraz de “buenos vecinos”, de “viejitos indefensos” cuyo pasado parece haberse perdido en el anonimato. Otorga a las madres el dolor eterno en el pecho de la mentira y las ausencias, de los recuerdos que se van rompiendo cada vez que la “Justicia” dice SILENCIO. El silencio otorga a los jóvenes un pasado profanado, la desmemoria y la desesperanza. Callan los culpables y callan los cómplices. Pero entre tanto pacto y verdades amordazadas, queda un puñado de resistencia que crece y grita. ¿Dónde mierda están los compañeros?

Queremos a los asesinos, a los torturadores, a las cabezas políticas y a los hacedores del ocultamiento, y los queremos para hacer JUSTICIA. Y gritamos MEMORIA… devolviéndoles vida a nuestros compañeros, haciendo carne la lucha en que ellos supieron empuñar enfáticamente por construir un mundo nuevo

Ellos, los que dijeron NO al golpe entrelazando barricadas y fuegos en la Huelga General del 73, los torturados, los perseguidos, los clandestinos, los exiliados, los muertos y desaparecidos…son los nuestros. Son nuestra Historia, la parte que más duele y más nos enorgullece. La RESISTENCIA capaz de abrirnos nuevos umbrales y precediendo nuestro tiempo con los candiles de la dignidad y la solidaridad.

POR ELLOS Y POR LOS QUE VIENEN QUEBRAMOS IRREMEDIABLEMENTE EL SILENCIO GRITANDO VERDAD Y JUSTICIA, GRITANDO VIVAN LOS COMPAÑEROS

27 de junio a 42 años del Golpe

¡Fuera Huidobro!

¡Queremos Justicia!


Coord. 27 de Junio

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