LA VIDRIERA IRRESPETUOSA SANCIONAMOS O APLAUDIMOS?

LA VIDRIERA IRRESPETUOSA
SANCIONAMOS O APLAUDIMOS?

por Hugo Bruschi
Hay padres que confunden el verdadero amor por sus hijos, por un amor incondicional y sin compromisos. Y muchas veces cometen el error de recompensar a sus hijos, en lugar de sancionarlos ante un mal proceder. De este modo olvidan un principio elemental: JAMÁS RECOMPENSAR UN MAL COMPORTAMIENTO. Ej. Su hijo le pide dinero, Ud. sabe que su hijo se droga, por lo tanto si Ud. se lo otorga le estará financiando la adicción. Y eso no es amor, eso es otra cosa, eso es eludir responsabilidades. El hijo debe entender que eligió un camino equivocado y por tanto tendrá que asumir sus consecuencias, porque de lo contrario estará recibiendo señales, que lo impulsarán a cometer los mismos errores al ver que no son sancionados como corresponde.
Algo similar al ejemplo, sucede en la relación políticos y electores. La transparencia en los actos, las manos limpias de sospecha alguna, deben ser la mejor carta de presentación del político ante la ciudadanía. Su forma de actuar invita a la credibilidad. Pero qué sucede cuando esos atributos imprescindibles para ejercer el cargo público, están ausentes? La experiencia indica que en la gran mayoría de los países, estos comportamientos serán sancionados por el electorado que les negará la confianza. Al mismo tiempo y en otras latitudes, estas cosas no preocupan demasiado y lo que es peor aún: SON RECOMPENSADAS CON EL VOTO CIUDADANO. Y ante tal situación, el político que abusó de la confianza en él depositada, cayendo en actos de corrupción y malos manejos, observa que no pasa nada y de ese modo seguirá estimulado para volver a cometer esos actos.

Al mismo tiempo, cómo convencer a todo un pueblo, cómo explicarle que recompensar a un corrupto, se está perdiendo el respeto a sí mismo? Y aquí no hay justificación, ni lemas, ni Partidos, ni colores, ni figuritas simpáticas, que puedan avalar comportamientos que deberían ser marcados a Fuego. Aquí no vale elegir por el menos corrupto, aquí tendremos que depurar, aquí tendremos que hacer uso del bisturí para extirpar este cáncer, antes que se coma a la República. Y para ello es menester cambiar este sistema que invita al fraude, a la estafa intelectual y de la otra. Cambiar este sistema que genera estos tumores antes que sea tarde. La tarea es suya y el tiempo apremia.

El tema del agua y la instalación de una planta de celulosa, ha puesto a prueba a la Sociedad uruguaya. Hay gente que prefiere beber agua podrida, privarse de ir a la playa, sin decir nada. Sabiendo de antemano que están entregando la Soberanía a manos de multinacionales depredadoras que no pueden hacer en sus países, lo que hacen aquí. Sabiendo que estarán endeudando a sus hijos y nietos para beneficiar empresas extranjeras que se llevan las ganancias sin dejarle nada al país. Sabiendo que se trata de un contrato anticonstitucional firmado entre cuatro paredes. Conformándose diciendo que otros han sido más corruptos. Nosotros creemos, que cuando la gente alcanza estos grados de complacencia y aceptación, no hay más nada que decir.
Por suerte no todo está perdido. Ya se cuentan por miles, quienes van despertando, quienes van entendiendo que el agua llega al cuello y no es agua limpia precisamente. Porque creemos en esa gente, nos animamos a decir que los corruptos y traidores ya no podrán dormir tranquilos…




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