LA VIDRIERA IRRESPETUOSA LA DIGNIDAD

LA VIDRIERA IRRESPETUOSA
LA DIGNIDAD

por Hugo Bruschi
La enseñó José G. Artigas, la ensayó Leandro Gómez, la adoptó Aparicio Saravia y decidió la suerte de Baltasar Brum y la de otros tantos que pagaron con sus vidas, el preciado valor de llevarla consigo.
No resulta fácil llevar la Dignidad, siempre tendrá enfrente hordas de pusilánimes dispuestos al ataque y la diatriba, hacia aquellos que la enarbolan. Ser digno tiene su precio. La canalla jamás podrá entender un acto de dignidad, por ello arremete con insinuaciones, agravios y descalificaciones. La Dignidad incomoda y despierta la ira del montón, de la comparsa arriada como ganado a seguir causas de dudosa legitimidad moral y por lo general contrarias a sus propios intereses. Pero son las mayorías que cuentan para la democracia,son las que depositan el voto cada 5 años y se van para la casa sin saber en definitiva qué o por quien votaron. Y mientras esas mayorías se muevan en la dirección que les indican los dueños del poder, todo seguirá viento en popa. Cuando el rumbo no es el indicado, vienen los golpes de Estado para poner las cosas en su lugar. Ya ven lo que le pasó a Allende y ahora a Venezuela, por mencionar algunos ejemplos. Y luego llegan las democracias que se encargarán de encubrir aquellas barbaridades. Y en este juego perverso, el hombre digno tiene poca chance, aunque es justo hacer notar que duerme tranquilo sin necesidad de estimulantes del sueño.
En estos días se registró un acto de Dignidad poco común en estos tiempos, acto que trataron de disimular o rebajar los llamados medios de información. Supimos más por las redes sociales y particulares, que por la prensa "seria" que si dio cuenta del acto, lo hizo en forma burlona y anecdótica. "No tenían frío"? "era unos pocos", etc. Pero los pocos orientales que estuvieron al pie del Monumento a Artigas, estuvieron tal vez sin saberlo, escribiendo una página histórica.
Tampoco los de Viera y Benavídez eran muchos, sin embargo su llamado encendió la mecha que ya nadie pudo apagar. Es lo que tiene la Dignidad de los que se niegan a vivir en un territorio sin Patria porque está siendo vendida al extranjero. La Dignidad convoca poca gente, no es redituable, no promete sino sacrificios y los uruguayos no somos conocidos por estas virtudes precisamente. Sin embargo en otras latitudes muy lejanas, se registró este Sábado pasado 18 de Mayo, un acto de dignidad que fue visto por millones de individuos a lo largo y ancho del planeta Tierra. Ese día se llevaba a cabo en 
Israel el llamado EUROVISION SONG CONTEST y en medio del júbilo reinante donde "el carnaval del mundo gozaba y se reía", un grupo musical que representaba a ISLANDIA, sacó de entre sus ropas 2 bufandas que lucían en grandes letras la palabra: PALESTINA.
No todo esta perdido, muchas veces no deberemos hacer hincapié en la cantidad ,sino en la calidad. Por ello le temen, saben que la DIGNIDAD PUEDE SER CONTAGIOSA......










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