Afganistán: la compasión simulada II

Las siguientes lápidas provienen de mi Proyecto de Memorial por las Víctimas Afganas:
En memoria del
marido y el hijo de 18 años de una mujer de 35
asesinados el 30 de noviembre de 2001
en una barriada de Kandahar. El brutal bombardeo estadounidense
de Kandahar prosiguió sin descanso. Una mujer de 35 años perdió a
su marido y a su hijo de 18 años el 30 de noviembre
Bombardeo en alfombra de EEUU sobre Kandahar
En memoria de los
dos hijos de Fátima
asesinados a medianoche a principios de diciembre de 2001
en una barriada a las afueras de Kandahar. Los hogares de los hijos
de Fátima fueron alcanzados por las bombas a medianoche,
matándoles al instante. Los seis niños de sus dos hijos se encontraban
con ella esa noche y pudieron sobrevivir. Fátima escapó de Kandahar
con sus seis nietos hasta alcanzar un campo de refugiados en la
frontera iraní
Bombardeo nocturno de “precisión” estadounidense
En memoria del marido de Azrato
asesinado a finales de noviembre/primeros de diciembre de 2001
en una barriada de Kandahar. Azrato tiene nueve niños, de entre uno
y nueve años, que se han convertido ya en huérfanos. El ser que
ganaba el sustento de la familia murió en un ataque de “precisión”
estadounidense con bombarderos B-52B que despegaron de la base de
Diego García en los días finales de la batalla de Kandahar. Azrato dijo
a John Fullerton (Reuters): “El mes que consigo 20$ me considero
afortunada. Cuando tengo oportunidad, trabajo como limpiadora,
pero mis niños están siempre pidiéndome comida… hoy no teníamos
nada para comer. La noche pasada nuestra cena consistió en pan y
té”. Las viudas son uno de los grupos más vulnerables en Afganistán.
La coordinadora de la ONU para seis provincias del suroeste de
Afganistán, Leslie Olquist, dijo a principios de 2002: “Sobreviven
mendigando, ellas y sus niños están casi siempre desnutridos”. El
ejército de viudas de Kandahar sobrevive comiendo pasto para el
ganado.
Ataque aéreo de “precisión” de EEUU con un B-52B
En memoria de
los cinco miembros asesinados de la familia de Nur Mohammed (su
esposa, dos hijos y dos hijas)
y de la esposa, hermano y hermana de Abdul Ghafur
asesinados la mañana del 1 de diciembre de 2001
en una carretera que salía de la pequeña aldea campesina donde vivía
Mohammed Khan Kalatcha, al sur de Kandahar. Las familias de
Mohammed, de 57 años, agricultor, y Ghafur, erudito, decidieron
escapar de la aldea que había sido duramente bombardeada durante
la noche con bombas de racimo. El tractor de Ghafur salió de allí a las
07,00 horas de la mañana con 20 personas a bordo: 10 mujeres y
niñas, 7 niños menores de 11 años, el conductor (el hijo de
Mohammad, Hazrat, de 23 años) y dos adultos más. A las 09,00 horas,
apareció un avión de combate estadounidense de color negro y se
produjo una explosión muy fuerte. Ghafur acudió rápidamente al
lugar y se encontró: “… un espanto. Algunos habían perdido las
cabezas, las manos. El estómago de mi hermano estaba desgarrado…”
Un ataque de “precisión” estadounidense contra el tractor de un
campesino.
¿Y qué fue lo que la prensa dominante de EEUU informó sobre esas víctimas civiles de los
ataques aéreos de “precisión” estadounidenses? Absolutamente nada. Toda la
información escrita en EEUU se ocupaba de los supuestos “bombardeos de precisión” y
del avance de los ejércitos de la Alianza del Norte (nuestros recién descubiertos y
comprados aliados).
Según mi recuento de víctimas, durante el período comprendido entre el 7 de octubre de
2001 y el 31 de diciembre de 2009, sólo el fuego directo de EEUU y la OTAN mató entre
8.017 y 10.278 civiles afganos. Es decir, a partir del 7 de octubre de 2001, las
fuerzas ocupantes extranjeros mataron cada día una media de 3 civiles afganos.
El horror, la rabia y la necesidad de venganza se dejaron sentir por todo Afganistán en
respuesta a esa carnicería de inocentes perpetrada por EEUU y en menor grado por las


fuerzas de la OTAN.


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