Afganistán: la compasión simulada !

Introducción


Permítanme que comience con las noticias de lo ocurrido sobre el terreno en Afganistán
hace exactamente nueve años, es decir, el 30 de noviembre de 2001, que ningún medio
recogió.
El inmisericorde bombardeo y ametrallamiento aéreo estadounidense de la zona de
Kandahar a finales de noviembre y principios de 2001 mató a docenas cuando no a
cientos de civiles inocentes. La gente huía en cualquier tipo de vehículo de que pudiera
disponer: camiones, minibuses, taxis, coches, tractores con traileres, etc. La aviación de
EEUU machacaba cualquier vehículo que se atrevía a abandonar Kandahar. Un vecino de
la zona dijo el sábado 1 de diciembre:

“Es justo como el armagedón. La gente está viviendo una situación terrible, no
saben qué hacer, si quedarse o marcharse.” 1
Otro hombre, Jalil Ahmed, añadió:
“En las últimas veinticuatro horas, no pasaban cinco minutos sin que cayera una
nueva bomba.”
Las Naciones Unidas estimaron que alrededor de 2.000 personas huían cada día de
Kandahar hacia Pakistán2. Ansar Burney, director de una institución de asistencia social
pakistaní del mismo nombre, describía así la situación al ver los cientos de familias que
llegaban desaliñadas y aterrorizadas huyendo hacia la frontera:
“Algunas personas estaban demasiado débiles para caminar y se quedaban atrás.
Familias enteras se trasladaban con sus escasas pertenencias. Los niños lloraban.
Todo el mundo estaba muerto de hambre y de sed. Nunca en mi vida había visto
una situación así.”
En el campo de refugiados situado en la frontera, en Chaman, mujeres veladas se
acuclillaban en la arena, esperando recibir atención médica. Cada una tenía su propia
historia de miseria que contar:
“Zabulnar, estrechando fuertemente a su hija Zara, de seis meses, perdió a su
abuelo y a un primo cuando una bomba impactó una noche contra su casa en la
ciudad de Kandahar. Una mujer de 35 años perdió a su marido y a su hijo de 18
años hace cinco días… ‘Salí de la casa y entonces oí ese enorme estruendo…
después una parte de ella había desaparecido. Mi marido y mi hijo estaban
muertos… había algunos talibanes en los alrededores del pueblo pero no estaban
tan cerca. No entiendo por qué los estadounidenses nos bombardearon’.” 3
La casa de Fátima resultó alcanzada a media noche, matando a sus dos hijos
instantáneamente. Huyó también a Chaman con sus seis nietos.
1 Alexander Hitchen (en Londres): “Doomsday for Taliban. Soldiers Told To fight to the Death. US
Bombs Final City into Oblivion thousands Flee as Civilians Panic”, The People (2 diciembre 2001),
en: http://www.highbeam.com/doc/1G1-80505470.html
2 Alex Spillius (en Chaman): “2.000 Flee Kandahar Each Day, Says UN”, Daily Telegraph (4
diciembre 2001), en: http://www.afghanistannewscenter.com/news/2001/december/dec4dd2001.html
3 Spillius, op. cit. y Tasgola Karla Bruner: “Terminate America: Message from a Mother in
Mourning”, Sydney Morning Herald (8 diciembre 2001), en:
http://old.smh.com.au/news/0112/08/world/world7.html
En el intento por escapar del inmisericorde bombardeo estadounidense sobre Kandahar,
los refugiados se amontonaron sobre tractores y se convirtieron en víctimas cuando los
aviones de combate estadounidenses bombardearon todo lo que se movía. Hamdullah,
que llegó a Chaman el martes, dijo: “Ayer vi dos tractores que debían haber ido
remolcando unos traileres que aparecían volcados a su lado. Ambos vehículos llevaban
familias o refugiados que intentaba escapar de la ciudad. No hubo supervivientes”.4
Un padre llevó a su hijo de 18 años al hospital de Chaman herido de metralla después de
que una bomba estadounidense cayera al amanecer a su lado cuando se encontraba
arando un campo.

Las familias de Nur Mohammed, de 57 años, y Abdul Ghafur habían huido de la pequeña
aldea campesina de Mohammad Khan Kalatcha, a unos 20 kilómetros al oeste de
Kandahar, compuesta por seis casas de adobe y 116 habitantes. Habían empezado a
bombardear al pueblo a las diez de la noche del 30 de noviembre, alcanzando los viñedos
y los granados. A la mañana siguiente, los aldeanos encontraron alrededor de 50
bombitas de racimo amarillas BLU-97. Asustadas, las dos familias decidieron escapar.
Alrededor de las siete de la mañana se montaron en los tractores con los traileres. A las
nueve iban traqueteando por una carretera llena de baches en medio del espacio llano y
desolado de un páramo desértico. La mañana aparecía despejada y soleada. Un avión
estadounidense apareció y voló en dirección a una de las cumbres, después empezó a
descender, arrojando una bomba que aterrizó a escasos metros del tractor, voló en
círculo y lanzó un misil. La espantosa explosión mató al instante a ocho civiles. Un
superviviente recuerda:
“No comprendía lo que había sucedido. Mi madre tenía la cabeza seccionada. Era
una carnicería. Mi hermana estaba muerta y el trailer estaba lleno de sangre.”
Stephen Thorne, al informar para Canadian Press, escribió sobre el ataque
estadounidense:
“Era el quinceavo día del Ramadan… cuando un avión estadounidense empezó a
lanzar semillas de desesperación sobre esta pequeña aldea agrícola del sur de
Kandahar. Llegaron por la noche, como si fueran semillas de diente de león
volando en el viento, toda una lluvia de bombas de racimo amarillas del tamaño
de latas de refresco descendiendo bajo pequeños paracaídas sobre las
construcciones de adobe, los campos que las rodeaban, los huertos junto a ellas.
Los campesinos salieron corriendo de sus casas, pero los altos muros de adobe
que les mantenían a salvo de los secos vientos del desierto no pudieron hacer
nada contra los explosivos que buscaban alcanzar un recinto talibán situado a
medio kilómetro, subiendo por una deteriorada y estrecha carretera en un área
sembrada de tanques y equipamiento destrozado”. Nur Mohammed perdió a cinco
miembros de su familia (su mujer, dos hijos y dos hijas) y Abdul Ghafur perdió a
su mujer, un hermano y una hermana, cuando un avión de combate atacó su
convoy de tractores con veinte personas a bordo cerca del pueblo de Haji
Mohammed Khan Kalatcha, al sur de Kandahar, cerca del aeropuerto.” 5
Gul Ahmed, vecino de Kandahar, vio camiones llenos de alimento alcanzados por los
aviones de combate estadounidenses en la carretera entre Spin Boldak y Kandahar.
4 “Refugees from US Bombing Hit While Fleeing Kandahar: Witness”, Agence France Presse (4
diciembre 2001) y “Refugees Suffer from US Bombing”, Dawn (5 diciembre 2001).
5 Del Proyecto de Memorial por las Víctimas Afganas, en:

http://pubpages.unh.edu/~mwherold/NoorMohammeds5family.htm. Descrito también en el soberbio
artículo de John Ward Anderson: “ ‘Intended’ U.S. Target Mystifies Villagers”, Washington Post (22
marzo 2002), en: http://www.commondreams.org/headlines02/0322-01.htm
“Atacaron seis camiones que llevaban harina de trigo. Vi cómo ardía toda la carga
de harina en los vehículos.”
Otra víctima dijo que había visto los restos de cinco vehículos sobre esa carretera: dos
minibuses, un coche y dos camiones. Aminullah dijo que hijo Saifullah estaba trabajando
al amanecer en los campos de las afueras de Kandahar cuando una bomba
estadounidense de gran tamaño explotó junto a él. La metralla le seccionó las dos
piernas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario