Yo soy Rufo...y no me entrego, parte XIII: La guerra del Uruguay



Del libro del militante tupamaro Ricardo Perdomo,
"Yo soy Rufo...y no me entrego",

corregida y actualizado por su autor

Parte XIII

PRÓDROMOS DE LA “GUERRA DEL URUGUAY”

          Vamos a poner la mira en otro documento de análisis, a los que somos tan afectos los uruguayos.
           Elaborado en junio de 1967, proporciona una valiosa información para el tan mentado “enemigo”. Veamos.
            “La posibilidad de intervención del imperialismo, en cualquier país, directa o indirectamente, es por el momento indiscutible.
            Las concepciones estratégicas no surgen de laboratorios sino de la práctica. Factores o hechos reales que condicionan la estrategia nacional.
            El aparato represivo es relativamente débil (con relación al resto de América Latina) ya que el Ejército, Marina y Aviación suman 12000 hombres, cuenta con tres cuerpos militarizados que en total reúnen 1300 hombres.
             Conclusiones Generales.
             La lucha armada será la principal forma de lucha de nuestro pueblo y a ella deberán supeditarse las demás.
             Es necesario crear una organización político militar revolucionaría. Ella se construirá en la lucha.
             “La ciudad ofrece una solución al problema logístico, menos compleja que en el campo. No son necesarias redes de abastecimiento; todas las vituallas están al alcance de la guerrilla.
             Nuestro campo no sirve para instalar un foco guerrillero permanente; puede servir perfectamente para refugio, reclutamiento y operaciones militares de dispersión y hostigamiento.
            Frente de Masas.
            El Estado ha enfrentado repetidas veces al movimiento obrero con violencia y no ha logrado quebrarlo organizativamente (en los últimos tiempos)
            La Organización  Revolucionaria... deberá ser armada porque la lucha armada es el único camino  posible para lograr la liberación  nacional y derrotar a los enemigos del pueblo. Deberá ser armada para garantizar la lucha de las masas  y posibilitar el triunfo.
           Y termina… “A cada revolucionario sólo le cabe un deber: prepararse para hacer la revolución con o sin partido”.
           El documento antes visto, esta seguido por un “Suplemento”, aparecido sólo siete meses después de aquél; estamos ya sufriendo el pachecato a pleno, además de las conclusiones ya vistas sobre la reunión en el círculo militar, nos da también una idea de cómo venía la mano dentro de la misma izquierda. Se avecinaba una crisis de nuevas dimensiones, el propio lenguaje iba tomando un nivel distinto.
           El documento informaba de contactos internacionales, continentales nos habla incluso de “crear muchos Vietnam” y de una guerra total al Imperialismo Norteamericano.
           Pueden verse con suficiente claridad, las contradicciones en el seno del pueblo, las tareas realizadas y las que aún faltan realizar, no obstante, la virtual declaración de guerra.
           Buena nota fue tomando de todo ello, el propio imperialismo norteamericano.
           Extraigamos algunos puntos a modo informativo del total de 14 puntos.
6.            “La línea del P.C (Partido Comunista) ha dado un sensible vuelco a la derecha, reflejado en su posición en la conferencia de la OLAS y sobre todo en sus claudicaciones en el campo sindical  frente a los atentados anti obreros del Gobierno que ha llevado a la CNT, al nivel más bajo de lucha de los últimos tiempos, frente a la amenaza que significa el decreto contra organizaciones de izquierda, no cabe sino esperar más claudicaciones en el futuro”.
           En la “conclusiones”: 4. “Debemos prepararnos pues, para una guerra en gran escala, no para el atentado o el petardo. Esto significa una actividad silenciosa y paciente para crear los elementos materiales necesarios, para sostener una lucha de gran envergadura con pertrecha- miento suficiente como para soportarla largo tiempo”.
        Existía como una especie de competencias estratégicas dentro del sector organizado del pueblo  y la lucha por el árbol no permitía ver el bosque de garrotes que se avecinaba, así se expresaba el Partido Comunista; pero adjuntamos más “corrupción literaria”: “Sin duda la fraseología revolucionaria y sobre todo el aventurerismo  que lleva a la acción sensacionalista y al terrorismo en   lugar de la lucha de masas, perturban y dañan el proceso revolucionario, brindan pretextos a los golpes represivos, estorban los caminos de la unidad obrera y popular”.
       “Pero tales dificultades que a veces se vinculan  a situaciones muy graves no autorizan a la pérdida de vista, de las raíces sociales de esos fenómenos y del signo predominantemente positivo, en la perspectiva estratégica, que configura el acceso de la pequeña burguesía al combate de la liberación nacional y social de América Latina”.
        “También es cierto que flotan y reflotan en las agitadas aguas de la lucha de clases, personajes y personajillos que sin calado social y teórico de mínima consistencia intentan vocingleramente resucitar métodos y formas pre marxistas ya hundidas por el veredicto de la historia, pero que intentan sobrevivir hoy al amparo del anticomunismo”.
         Continuemos escuchando al representante del Partido Comunista, Sergio Sierra....”En todo caso el enfoque dialéctico del revolucionario pequeño burgués en la actualidad Latinoamericana no obsta el distingo entre, por ejemplo el joven sincero pero equivocado y profesional de la división o el agente de la CIA, en el movimiento obrero”
          “Al fin la práctica decide. Es en la vida que los comunistas deben ganar la condición de vanguardia”
          Con estos semi acuáticos párrafos, Sierra nos brinda la fórmula infalible con la que, el Partido Comunista Uruguayo, llevaba la antorcha de la luz revolucionaria y con ella apelaba a todo aquél que se negase a tragar su bolo ideológico.
            Divisionistas, pequeño burgués, agente de la CIA, entre otras eran las perlas que hacían la artillería ligera de sus esquemas.
             No pasó mucho tiempo, para cruzarnos por esos caminos de la vida, pregonados por ellos mismos, para verlos repartiendo al Pueblo los volantes de fabricación cuartelera.
             En el marco del campo popular, veamos ahora otra versión:
             “El revisionismo en crisis”
              “El revisionismo que durante los últimos años, (principalmente en las décadas del 60' y 70') ha conducido a la clase obrera por el camino del reformismo traicionando constantemente, las luchas populares, ha entrado en profunda crisis.
              El haber colaborado en el ascenso del fascismo al poder, les está resultando fatal.
              Por un lado las grandes masas e incluso los propios militantes del PC repudian la política de obsecuencia hacia los milicos y por otro, el propio ambiente que crea el fascismo no es el más propicio, para la actividad revisionista.
               Y esta crisis revisionista tiene las mayores posibilidades de agravarse, porque a esta altura, si siguen sin aparecer a la cabeza de las FF.AA. los militares soñados, les va a ser difícil parar la desintegración. Los problemas han pasado de las bases a los cuadros intermedios de allí a la dirección.
             ( …) los revisionistas son agentes del enemigo metidos en el movimiento obrero, su crisis es algo positivo para todo el movimiento popular.
             Las organizaciones revolucionarias también están en crisis.
             Pero éstas son completamente diferentes, a la crisis del revisionismo.
             Al revisionismo los problemas le vienen por el lado de su línea política, mientras las organizaciones revolucionarias sufren en la mayoría de los casos saludables depuraciones.
            La represión templa a unos y quiebra a otros. Siempre hay minoría de elementos flojos que se quiebran, de elementos nocivos que aprovechan las circunstancias difíciles para mostrar su verdadero rostro, y de agentes enemigos infiltrados que salen abiertamente al ataque; pero aún en medio de represiones brutales, como las que se sucedieron en nuestro país, la mayoría se templa”.
           “La situación actual no es fácil porque la dictadura militar fascista conoce a sus enemigos. A  los revisionistas los trata de una manera y a los revolucionarios de otra. Además los fascistas tienen una inteligente política de favorecer el desarrollo de los elementos nocivos en el campo de la revolución; para ello han dado muchas veces prerrogativas de todo tipo, a los traidores, soplones y flojos dentro de las cárceles y se han cuidado muy bien de no tocar un pelo a las pequeñas corrientes liquidadoras que han surgido dentro de las organizaciones revolucionarias. En este sentido se puede afirmar sin temor a equivocarse: dime como te reprimen y te diré quién eres.”.

Este fragmento de Nebio Ariel Melo, compañero desaparecido en Argentina, tiene certezas indiscutibles y resume una política selectiva que aplicaba el enemigo con total precisión.
No sólo le costó la vida este análisis, sino que a la hora de sumar se verá que los que restaban eran muchos más.
Más allá del grado de certezas, deberemos balancear lo que fue la tan mentada y mentida “unidad”.
Y cómo nuestros teóricos más brillantes, fracasaron en los momentos cumbres de la lucha popular.
La técnica literaria consistía en agigantar los errores del oponente, dentro de las propias filas, denigrarlo, liquidarlo, una técnica de cortas miras y de muchos años y cuyo efecto fue catastrófico.
Veremos el desastre de “La Redota” popular, veremos que ese desastre tuvo “dirigentes” que tenían quizás un trazado estratégico.
Veremos entonces el resultado práctico de esa estrategia y podremos entender así que la falta de credibilidad no es un mero capricho, pero fundamentalmente no se debe a la falta de conocimiento del pueblo hacia las cúpulas dirigentes, sino, por el contrario, al perfecto conocimiento que nuestro pueblo tiene de ellos.
De la mano de la embajada, se dio el estudio de las contradicciones y así pudieron manejar con más soltura y precisión, el crimen, la tortura, el secuestro, la desaparición.
La izquierda era el sumum de la artesanía; no existían dirigentes para llevar la lucha hasta sus últimas consecuencias cual era la toma del poder.
En pocos años de Reforma Cambiaria y Monetaria, el Uruguay estaba hundido en la más miserable ruina.
Era necesario “apretar la mano”, crear enfrentamientos, crear subversión, buscar alguien que fuese “el culpable”.
Nuestro pueblo, por otra parte, estaba bien dispuesto a no permitir estafas ni pisoteos.
La escuela yanqui sabía bien que tenía todas las de ganar la batalla, los largos años de preparación, infiltración en el pensamiento y las discusiones de lo que era nuestra izquierda, le ofrecían la suficiente garantía de que se podía y debía apretar el clavo a fondo.
Así se hizo.
Ajustes en los engranajes siguieron produciéndose a medida que las urgencias del proceso lo fueron requiriendo.
Al morir Oscar Gestido, el entonces Coronel Raúl Barlocco es presionado hasta que se logra su “renuncia”. A su vez Antonio Francese, amigo de Barlocco, también es obligado a renunciar ya bien entrado el año '70.
Era el conocido “use y tire” de los yanquis, aplicado a los provincianos sirvientes del Uruguay.
Esta práctica norteamericana tenía varias razones de aplicación, rescatamos dos de las más empleadas para el caso de Uruguay. Una razón de “descarte” era si el sirviente pensaba, la otra si no les servía bien, o sea, la puerta del basurero de los “ortibas”, se encontraba siempre entornada... amenazadora.
La lista de los “no funcionales” es larga, cansadora, e iremos “descubriéndola” en el relato.



DEBILIDADES DE FORTEZA

Mucho oro se fue en asesores extranjeros, mucho se fue en ascensos y medallas “al mérito”, un poco más en el Mausoleo, pero el resto… ¿quién se lo llevó?
Sería un imperdonable error pensar que cuando el pueblo se enteraba de algún desaguisado, éste se iba a realizar o, mejor, se estaba realizando. No, nada de eso, cuando algún parlamentario denunciaba, siempre era demasiado tarde, como suele seguir ocurriendo en cualquier buen régimen democrático.
Así, la “ayuda” norteamericana impuesta a fuerza de metralleta vino con deuda incluida, deuda que a pesar de la seguridad y sin subversión a la vista, creció y se multiplicó y sigue creciendo y multiplicándose con apertura, con guerra ganada y con parlamentarios asesinados.
No se entró en una economía de guerra, sino que hubo de inventarse un guerra por el
grado de ruina de la economía, una tragedia con la que algunos ganaron y continúan ganando y la inmensa mayoría del pueblo perdió; es más, seguirá perdiendo.
Los “fondos reservados” cubrían hasta los mínimos gastos de los “asesores” desde los explosivos y manuales, hasta el “material” de tortura, nuestro país periódicamente, renovaba los fondos, las cuotas se mantenían en el millón y medio de dólares, todo lo confirmarán, más adelante, nuestros colaboradores.
Las partidas de vehículos policiales, escopetas, ametralladoras, máscaras y otros descartes eran prolijamente pagados por nuestro pueblo para su propia represión.
La paga iba en oro y sangre.
Pero los efectos… El Contador Amestoy, Presidente del Directorio Interventor del Banco Central del Uruguay en 1972, cuando ve aquello se pregunta:
“¿Y esta ruina no tiene causas? ¿Esta ruina es un rayo, o un trueno, en un cielo despejado?”. No era ni lo uno ni lo otro. Era ruina a secas, nomás.
El ex Ministro de Economía y Finanzas, F. Forteza había mentido cifras, como era de esperar en un Ministro de cualquier ramo, pero más en el de economía.
Dentro de los once meses, desde abril de 1972 a marzo de 1973, los uruguayos debían pagar U$S 319.000.000 de vencimientos.
Pero lo más grave –según Amestoy- era que, de esta cifra, 88 millones de dólares correspondían a compromisos vencidos, de los cuales 63 millones eran atrasos comerciales, o sea importaciones consumidas y no pagadas.
No se aclara aquí, siguiendo la norma de los Ministros, cuáles fueron las importaciones consumidas.
Amestoy dijo, y esta vez no mintió, que “la cosa iba a empeorar” y empeoró. La caja del Banco Central tenía para afrontar la deuda U$S 3.158.000, el resto eran papeles, pero no cualquier papelito, sino (DEG) Derechos Especiales de Giro, emitidos bajo la presión del Fondo Monetario Internacional que valían en oro uruguayo ¡más de U$S 6.000.000!
Y no es todo, existían más de U$S 111.000.000 de préstamos compensatorios de los cuales el 42% tenía garantía oro. Por lo tanto, si el Uruguay no pagaba, perdía – como lo perdió – el oro.
No era necesario que Amestoy lo dijera, pero igual lo dice: “Yo digo que esta ruina, esta catástrofe, es el hundimiento del Uruguay en la más grave crisis económica de su historia”.
Veamos una variante sobre el mismo tema, por el Diputado Sosa Díaz:
“Es necesario decir las cosas claras, porque parece que no nos entendiéramos: Bordaberry dejó de ser Presidente en abril de 1972, cuando no se animó a decirle al Pueblo que la era Pachequista, en lugar del despegue, había sido el pegue absoluto, que el país había llegado a la ruina y que por eso teníamos que vender el oro.
“No se dijo la verdad al Pueblo, porque no se quiso estar atado a las consecuencias de una elección presidencial que nació en el Pachequismo y que se quiso perpetuar.
“Ahora resulta que la situación del país en el año 1972 era desastrosa y entonces se tuvo que vender el oro”.
Los yanquis se llevaron el oro, que para eso “organizaron” todo, por otra parte Forteza mintió cifras, pero no sólo cifras, que eso no sería nada.
Francisco Forteza es de “La 15” y tiene un primo General.
Nelson Benítez Saldivia, miembro destacado del “Escuadrón de la Muerte” se entrevista con el primo del ministro de “La 15”: con el General Forteza, es el nexo financiero del “Escuadrón de la Muerte”, de crimen estatal.
El oro pagaba la mansión de la calle Araucana, donde fue torturado hasta la muerte Héctor Castagnetto. El oro pagaba las mansiones escogidas por Dan Mitrione para sus “clases” de tortura. El oro pagaba la gelinita para los atentados de Pirán (también de los Colorados). El oro pagaba el “Estudio Sichel” de Nelson Bardesio a instancias de otro ex Ministro colorado, Acosta y Lara, ya con las cuentas aclaradas. El oro pagaba las ametralladoras del Juez Púrpura, los revólveres de Campos Hermida y el pasquín “Azul y Blanco”. El oro que manejó “La 15” y con el que hundió al Uruguay en un baño de sangre.
“La 15” de Jorge Batlle.



EL POLICÍA “CLÁSICO”

En el año 1967 “los asesores” W. Cantrell y J. Noriega solicitan al policía Alejandro Otero “pincharle” el teléfono a Heber, para mantener bajo control a los elementos golpistas, inmediatamente después del fallecimiento de Oscar Gestido. Entre los golpistas estaba el recurrente Aguerrondo.
Otero se niega a montar espionaje, alegando que su Departamento no poseía el material adecuado para el trabajo, lo que no dijo fue que mantenía lazos de amistad con Aguerrondo y es probable que haya sido una pequeña trampita de los yanquis, con el fin de medir la profundidad de esta amistad.
La CIA lo descarta como Jefe del Núcleo de Vigilancia, Otero rompe entonces con la CIA, según cuenta el espionaje, pero la realidad es justamente al revés.
Otero había prohibido a Lemos Silveira visitar a Cantrell durante su turno de trabajo; era evidente que ya sospechaba que la CIA lo estaba controlando a través de Lemos.
Es precisamente el propio Lemos el encargado por la CIA de seleccionar los integrantes de la “nueva” Dirección de espionaje.
Otero no era una lumbrera, pero era eficiente y hasta cierto punto “conocido” todo viejo hincha futbolero recordará; llegó a inspirar una mezcla de sentimientos extraña, entre bronca y lástima, cuando en un partido “clásico” Otero fungía como árbitro y Caetano acertó a pegarle un pelotazo en la nuca.
Se reacción fue como la de una vaca con el cerebro perforado, allí se despertó cierta simpatía por uno y otro, jugador y árbitro.
El verdadero inconveniente que lo invalidó para los hermanos del norte era que Otero... pensaba y ese fue su error, tenía opinión política y opinaba con cierto tino.
Cuando comenzó a enviar copias al “asesor” Cantrell provistas de sus propias elaboraciones políticas, cayó en desgracia. Fue hundido sin remedio.
Un solo párrafo del informe de Cantrell con motivo del balance de la CIA, para fines del año 1968, ilustra mejor que todo lo que pueda especularse sobre esta situación: “Otero se muestra demasiado sensible a consideraciones extra profesionales. Tiene alma de político, se necesitan apolíticos para implementar los nuevos proyectos. No es funcional un hombre como éste al frente de la nueva Dirección”.
El pobre quedó bien en el fondo, como una especie de consejero, es decir lo hacen sentir alguien, pero en realidad no es nada.
Para los yanquis y sus arraigadas ideas de “ayuda” con el exterminio no le sirve tener gente, sólo utilizan los arrastrados incondicionales.
Pasamos de inmediato a profundizar en las ideas y proyectos nuevos que nos traía Norteamérica, para ello hemos elegido un hombre de escuela, un profesional, un verdadero experto que -decía- cambiaría el sentir y la forma de pensar de nuestra Uruguaya sociedad.

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