"Yo soy Rufo...y no me entrego", parte XVI. El bastardo



Del libro "Yo soy Rufo...y no me entrego"
Del militante tupamaro Ricardo Perdomo,
corregido y actualizado por su autor

Parte XVI del Blog 
EL BASTARDO (BORDABERRY)

Juan María Bordaberry, es hacendado latifundista, propietario de decenas de miles de hectáreas e integra un gran grupo económico, con intereses en la banca y el comercio agroexportador. En la misma Casa de Gobierno, andaba al estilo gángster, con una pistola al cinto; al decir de Ferreira Aldunate:
“Enorme, imponente, un cañón negro inmenso”.
María ll. (Bordaberry) es hijo de uno de los principales fundadores del ruralismo, el alita más reaccionaria y se le conocía como “el hijo bastardo de la comadreja colorada” (Nardone). Bordaberry fue Senador del P. Nacional. Fue Ministro de Ganadería y Agricultura por el Partido Colorado.
Ya como Presidente Colorado, uno de sus primeros actos fue; devaluar la moneda en un cien por ciento. Destacamos algunos aportes más de Juan: Envía a la Asamblea General el Proyecto de Ley de Seguridad del Estado, el diez de julio de 1972. (redactado por Dardo Ortiz, si el informante de la Reforma Monetaria y Cambiaria, como legislador blanco en 1959) aquí colaboran: W Beltrán, E. Paz Aguirre y Néstor Bolentini (ya cristiana y definitivamente enterrado).
Mario Benedetti, nos relata otras “virtudes”, de la “Ley de Seguridad...
“...autorización permanente para efectuar allanamientos sin autorización judicial; tácito permiso para invadir locales de enseñanza; virtual visto bueno para matar, siempre y cuando el crimen sea cometido por las fuerzas represivas. Estas y otras por el estilo son las novedades progresistas que la nueva ley intenta incorporar a la vida comunitaria...”
Más: “asociarse para atentar contra la constitución” le corresponde una pena mínima de diez años de prisión. Ley que funcionará con el pasaje de civiles a la competencia militar y los jóvenes serán condenables a los diez y seis años de edad. La expresión práctica de la nueva escala del crimen Estatal, es computada por más de setenta atentados denunciados. Todos contra la izquierda, repartidos entre: familiares de presos políticos, locales del F. Amplio; profesores, librerías y abogados defensores de presos políticos. Y cientos más sin denunciar ni aclarar hasta hoy, con la complicidad de las fuerzas represivas, que nunca detuvieron a nadie a pesar del colorido armamento  empleado a saber; ametralladoras, bombas de expansión, incendiarias, bazucas, rifles de precisión y otros artefactos para sembrar un “sano” terrorismo. Los profesionales Bardesio-Benítez, nos han explicado que el armamento salía del Ministerio, de Jefatura y del arsenal de países con “gobiernos amigos”.
Bordaberry Represor: “Ley de seguridad del Estado: 10.7.1972.
Bordaberry asesino: Decreto de guerra interna 9.9.1971 ampliado el 15 de abril de 1972. Bordaberry, condenado por los hombres: Ley de suspensión, prohibición y persecución de todo tipo de organización sindical 30.6.73.
Bordaberry retrógrado: intervención de la Universidad de la República el 28 de octubre de 1973. 

EL BASTARDO

Bordaberry liquidador: disolución de las organizaciones, políticas 28.11.1973. A. Bordaberry le faltaba una página del documento golpista y con familiaridad de clase le pide a F. Aldunate: “¿no podrías prestarme la página cuatro?, porque en mi ejemplar está bastante borrosa”.
Bordaberry condenado por Dios; el Obispado de la Iglesia  Católica condena las torturas  a que son sometidos los prisioneros; Bordaberry responde: “Defiendo el rigor y la exigencia del interrogatorio”.
Nuevamente Ferreira, lo condena así para la historia: “El que crea que él fue un títere en manos de un sector levantisco de las Fuerzas Armadas, comete un gravísimo error, Bordaberry realmente encabezó el movimiento. Fue a la vez tan tonto que creyó que podía ser jefe civil de una dictadura militar”.
Bordaberry el gorila, opina así frente a la internacional del gorilaje argentino-brasilero; “Deberíamos enojarnos porque no nos invitan a ésa unidad contra el comunismo”.
Bordaberry es puntual asistente a misa los domingos. Algo, es algo.
Bordaberry juez supremo decide que: “La conducta de las FF.AA. ni directa ni indirectamente, será sometida a juicio de la ciudadanía.”
He aquí la sorpresita: Bordaberry por Ballestrino: “Yo era Coronel por esa época. Bordaberry, de acuerdo a lo que siempre expresó, quería hacer una revolución. Es decir, cambiar el sistema político nuestro, quitarles poder a los políticos tradicionales...yo creo que él se afirmó mucho en el pensamiento de José A. Primo de Rivera a través del señor Pacheco Seré que era un hombre muy culto y excelentísima persona, patriota y gran nacionalista. Entonces él buscaba la desaparición de los Partidos y volver a otro sistema. Y fíjese que hasta los propios militares se negaban a la desaparición de los Partidos “.Bué, con esta manito de Ballestrino, tenemos un bosquejo incompleto aun de las bestialidades que existen en ciertas clases del paisito.
Algunos datitos de la propia Universidad de California: “En 1976, teníamos la medalla de oro en exiliados; uno de cada cinco Uruguayos; la de oro en torturados; uno de cada cincuenta; la de oro en encarcelados, uno de cada quinientos.
Sí hermano, a ésta clase de monstruos hay que liquidarla, tenemos que juntarnos, organizarnos, amorralar balas, montañas de balas.
Tenemos la obligación de cumplir la sentencia que pesa sobre Bordaberry y su banda armada.
¡La sentencia se cumplirá!




DE “LA 15” AL “FORO”
EL PACTO DEL SILENCIO (SANGUINETTI)

Sanguinetti: “Primero que nada ésta conversación no ha existido, si usted algún día dice que la misma ha ocurrido, yo diré que eso es mentira”.
Juan Pablo Terra; “Me transmite, de parte de Bordaberry, que éste estaba consternado y que quería hacerme saber que deploraba las acciones del “Escuadrón de la Muerte”” y que ellos habían tomado todas las medidas pertinentes para que ello no ocurriera nunca más”.
J. P. Terra; “Me gustaría saber cómo es que una cosa que ustedes dicen que son fantasías mías, que no existieron nunca, según sus propias palabras; como es que saben entonces, que una cosa que no existe va a dejar de existir?”.
Sanguinetti: “Si esto ha existido o no el Presidente no lo sabe ni va a dar opinión, pero puede decir que no va a existir más.”
J. P. Terra: “Vamos a dejar de lado como es eso de que no sabiendo que existe, sabe que va a dejar de existir; pero le preguntaría, le pediría por lo menos que me dijera, qué tipo de medidas o disposiciones ustedes han tomado que lo llevan a pensar que eso no va a operar más “.
Sanguinetti: “Hay personas que han sido enviadas al interior del país alguno ha sido enviado al exterior y otro fue embarcado y ha salido a navegar”.
En 1985, dice J. P. Terra: “Yo sabía perfectamente, que los tres funcionarios Policiales que habían sido compañeros de quién presentó, testimonio en la Comisión Parlamentaría fueron trasladados al interior. Uno de ellos estaba en el pueblo de El Carmen, en Durazno. También por esos días un alto funcionario que había ocupado el cargo de Director  del Ministerio del Interior (Manini Ríos) fue transferido como agregado a nuestra representación diplomática en Brasil. A su vez el Capitán Náder fue designado al frente del “Huracán”. Para mi eran cosas que le daban consistencia al hecho que realmente se habían tomado medidas con quienes estaban involucrados en los hechos que yo había denunciado”.
Sanguinetti le para la mano a su hermano, éste iba a firmar un documento que sellaría una dudosa paz con la guerrilla en 1972, bajo la presión de “los mandos”. “Es como si te dieran un golpe”, -le decía a Bordaberry.
Sanguinetti trabajó como un perro para sacar adelante” su ley de enseñanza”, en 1972 como Ministro de Educación y Cultura, ley que elaboraron junto con Pacheco Seré. -Según Ballestrino- “Patriota y gran nacionalista”.
Seguramente la desaparición del Profesor Julio Castro, tuvo que ver con sus comentarios sobre la “ley de enseñanza” de Sanguinetti-Seré.
Decía el Profesor Julio Castro: “está ley va contra toda tradición educativa del país; sirve en primer término, a una obsesión  policial; esgrime constantemente la amenaza, el castigo, la expulsión; acogota la espontanea y libre manifestacion de la vida juvenil
distorsiona -hasta exigir la delación y el espionaje- la fraternal relación entre profesores y alumno. Y por último: “Es fruto de una mentalidad enferma, obsesionada por la caza de brujas”.
Como provisorio broche de oro, éste “Pequeño Ayuda memoria” fechado en el mes de agosto de 1994 firmado por Héctor Rodríguez:
“Después de la balacera y el apaleamiento ordenados durante el operativo del que se hizo responsable el Ministro Gianola el 24 de agosto, escuchamos al doctor Julio María Sanguinetti justificarlos implícitamente diciendo que se trataba de cumplir una resolución de la justicia.
La innovación al cumplimiento de las resoluciones de la justicia le cae tan mal al doctor Sanguinetti como un par de metralletas a San Francisco de Asís. Aparte de que su presidencia transformó la ley de caducidad de la pretensión punitiva del Estado en una ley amnistía general e irrestricta para terroristas de Estado, todavía fue un poco más lejos.
Basta recordar al sumario administrativo, dispuesto en el Banco Hipotecario por el directorio que presidió el Dr. Kneit, y su ulterior derivación a la justicia.
Cuando ésta empezó a procesar por delitos que se hicieron evidentes, el Poder Ejecutivo, del que era titular el Dr. Sanguinetti, interrumpió el proceso invocando la caducidad de la pretensión punitiva del Estado, más allá de todo lo previsto en la ley y de lo admitido por los militares”.
Quien lo votó, que lo sufra, muy malo para los que lo sufrimos a nuestro pesar. En junio de 1989 el ex diputado Justicialista, Miguel Unamuno hizo la intermediación entre la parejita del plata Menem-Sanguinetti, para dar cobijo en Uruguay a los traidores montoneros Fernando Vaca Narvaja y Roberto Perdía; a cambio, Menem incluiría en el indulto a los genocidas argentinos y uruguayos acusados de los crímenes a los parlamentarios; Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruíz.
El indulto que “liberó” a las bandas criminales argentinas; gracias a Sanguinetti transformó en intocables a los criminales: José Gavazzo, Manuel Cordero, Jorge Silveira, Campos Hermida, Ricardo Medina y Jorge Matos, entre otros.

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