La Nefasta División
entre lo Social y lo Político
Por Juan Luis Berterretche
-Isla de Santa Catarina Brasil-
En
un primer momento pudo pensarse que las crisis de las centrales obreras que se
arrastraban desde fines del siglo anterior, tenían que ver con la “acumulación
flexible” al decir de Harvey /1.
Es
decir con la aplicación de la “globalización” y el “neoliberalismo” y la
producción en masa de trabajadores superfluos e informales a partir de los 70,
que debilitaban la sindicalización Pero hay razones más profundas.
Nos
referimos a la aceptación, desde hace más de un siglo de un paradigma que la
historia de los fracasos del siglo XX ha demostrado funesto.
Se trata de la división entre “brazo político” y “brazo sindical” que inició la socialdemocracia a fines del siglo XIX y que continuó en los partidos obreros reformistas o no, sean socialdemócratas, comunistas, del trabajo, etc.
Se trata de la división entre “brazo político” y “brazo sindical” que inició la socialdemocracia a fines del siglo XIX y que continuó en los partidos obreros reformistas o no, sean socialdemócratas, comunistas, del trabajo, etc.
El
precio pagado por esa división sindicato-partido fue el debilitamiento de la
potencialidad de lucha de los trabajadores, causado por la aceptación del
parlamento como el único ámbito donde enfrentar la dominación del capital.
En
términos prácticos, significó la división catastrófica del movimiento de los
trabajadores en los denominados “brazo político” y “brazo sindical” con la
ilusión de que el “brazo político” podría representar, en su acción
legislativa, los intereses de la clase trabajadora organizada en las empresas
industriales capitalistas en sindicatos de cada rama del “brazo sindical”.
Pero,
con el pasar del tiempo, todo resultó de forma opuesta.
El “brazo político”, en vez de usar su mandato político en defensa de los intereses de los trabajadores representando al “brazo sindical”, subordinó los sindicatos al parlamento, lo que en los hechos significó someterlo a la mecánica de las instituciones burguesas y a través de éstas a la política estratégica del Capital /2.
El “brazo político”, en vez de usar su mandato político en defensa de los intereses de los trabajadores representando al “brazo sindical”, subordinó los sindicatos al parlamento, lo que en los hechos significó someterlo a la mecánica de las instituciones burguesas y a través de éstas a la política estratégica del Capital /2.
Ese
nefasto paradigma en ningún momento proyectó al “brazo político” como impulsor
de la lucha de los trabajadores como clase.
Los mantuvo dentro de los límites de las demandas sociales que no ponían en riesgo la acumulación del Capital.
Los mantuvo dentro de los límites de las demandas sociales que no ponían en riesgo la acumulación del Capital.
Al
tiempo que amputó los intereses políticos de los trabajadores y confinó a los
sindicatos a las luchas estrictamente reivindicativas económicas del trabajo.
De
esta manera los supuestos “representantes parlamentarios del trabajo” lograron
imponer a sus representados una imposición vital para el Capital: que fuera
inadmisible en las “sociedades democráticas” cualquier actividad sindical -y
por extensión social- que tuviera objetivos políticos.
Las
organizaciones de “intención revolucionaria” del siglo XX aceptaron este
modelo.
Se limitaron a criticar el reformismo sindical y el cretinismo parlamentario sin comprender que ambas formas de actuación estaban implícitas en la división sindicatos/partidos como parte de un triángulo que se cerraba con el parlamento para resultar funcional al capital.
Se limitaron a criticar el reformismo sindical y el cretinismo parlamentario sin comprender que ambas formas de actuación estaban implícitas en la división sindicatos/partidos como parte de un triángulo que se cerraba con el parlamento para resultar funcional al capital.
Esa
separación educó a los trabajadores organizados en los sindicatos a no ir más
allá de las reivindicaciones que no ponían en cuestión la dominación del
capital y circunscribió la actividad de los partidos obreros reformistas en el
parlamento a una aceptación explícita o implícita del comando del Capital.
Los
dos pilares de la acción de clase de los trabajadores en occidente –partidos y
sindicatos- están en realidad inseparablemente unidos a ese tercer miembro del
conjunto institucional global: el Parlamento, que forma el tándem de Sociedad
civil/Estado político y se torna aquel “círculo mágico” paralizante del cual
parece no haber salida.
Tratar
los sindicatos junto con otras (mucho menos importantes) organizaciones
sectoriales, como si perteneciesen, de alguna manera, apenas a la “sociedad
civil” y que, por tanto, podrían ser usados contra el Estado político para una
profunda transformación socialista, es un sueño romántico e irreal.
Esto es así porque el círculo institucional del Capital, en realidad, es hecho de totalizaciones recíprocas de la sociedad civil y del Estado político, que se inter-penetran profundamente y se apoyan poderosamente una en otro /3.
Esto es así porque el círculo institucional del Capital, en realidad, es hecho de totalizaciones recíprocas de la sociedad civil y del Estado político, que se inter-penetran profundamente y se apoyan poderosamente una en otro /3.
La
crisis de las centrales sindicales y el fracaso de los partidos obreros con
influencia de masas en las últimas décadas, es el hundimiento de esa división.
Es el resultado de persistir en el sostén de ese anacronismo histórico
negativo.
Como
contracara, los nuevos movimientos sociales que rechazan ceder su
representación política a los partidos de izquierda, expresan la negación a más
de un siglo de derrotas de la división entre “brazo sindical” y “brazo
político” que culmina en el Parlamento aceptando la jefatura del Capital.
Y
esto es así porque: el Capital es la fuerza extra-parlamentaria por excelencia
que no puede ser políticamente limitada en su poder de control socio-metabólico
del sistema capitalista.
Esa
es la razón por la cual la única forma de representación política compatible
con el modo de funcionamiento del Capital es aquella que niega la posibilidad
de contestar su poder material.
Y, justamente por ser la fuerza extraparlamentaria por excelencia, el Capital nada tiene que temer de las reformas decretadas en el interior de su estructura política parlamentaria /4.
Y, justamente por ser la fuerza extraparlamentaria por excelencia, el Capital nada tiene que temer de las reformas decretadas en el interior de su estructura política parlamentaria /4.
La
acumulación de frustraciones del siglo XX demuestra que el parlamento es el más
inocuo escenario para batallar contra el Capital.
Esta situación se agrava en la actual etapa de crisis crónica del Capital, cuando éste no tiene condiciones de ceder ni mínimos beneficios, derechos o libertades a la clase que se le opone. Con el consiguiente acomodamiento de los representantes parlamentarios del trabajo, sobre los que cada vez más, prima el oportunismo.
Esta situación se agrava en la actual etapa de crisis crónica del Capital, cuando éste no tiene condiciones de ceder ni mínimos beneficios, derechos o libertades a la clase que se le opone. Con el consiguiente acomodamiento de los representantes parlamentarios del trabajo, sobre los que cada vez más, prima el oportunismo.
El
poder extra-parlamentario del Capital sólo puede ser enfrentado por la fuerza y
por el modo de acción extra-parlamentario del trabajo en todas sus formas. Sólo
un vasto movimiento de masas radical y extraparlamentario puede ser capaz de
destruir el sistema de dominio social del Capital /5.
Daniel Bensaid y sus
“Teoremas”
Daniel
Bensaid en Teoremas de la resistencia a los tiempos que corren, a mediados de la década pasada, nos decía
que estábamos “frente a una doble responsabilidad: la transmisión de una
tradición amenazada por el conformismo y la exploración de los contornos
inciertos del futuro”. ...
“Más
allá de las diferencias de orientación y de las opciones a menudo intensas, el
movimiento obrero de esa época (refiriéndose al siglo pasado) presentaba una
unidad relativa y compartía una cultura común.
Se trata, hoy en día, de saber qué queda de esta herencia, sin dueños ni manual de uso”....
“Hemos iniciado entonces el peligroso tránsito de una época a la otra y nos encontramos en el medio del río, con el doble imperativo de no permitir la pérdida de la herencia y de estar dispuestos a recibir lo nuevo a inventar”/6.
Se trata, hoy en día, de saber qué queda de esta herencia, sin dueños ni manual de uso”....
“Hemos iniciado entonces el peligroso tránsito de una época a la otra y nos encontramos en el medio del río, con el doble imperativo de no permitir la pérdida de la herencia y de estar dispuestos a recibir lo nuevo a inventar”/6.
De
todos los temas de la tradición obrera que enumera Bensaid, nos centraremos en
las relaciones partidos-sindicatos-parlamento porque es allí que encara al
sujeto social y su relación con la política.
Para
Bensaid: “La lucha política no se disuelve en la lógica del movimiento social.
Entre la lucha social y la lucha política, no hay ni muralla China ni
compartimentos estancos.
La
política surge y se inventa dentro de lo social, en las resistencias a la
opresión, en el enunciado de nuevos derechos que transforman a las víctimas en
sujetos activos”/7
Lo primero que debemos preguntarnos es ¿existe una “lógica del movimiento social” que nos impone la división entre “brazo sindical” y “brazo político” del movimiento del trabajo?
Lo primero que debemos preguntarnos es ¿existe una “lógica del movimiento social” que nos impone la división entre “brazo sindical” y “brazo político” del movimiento del trabajo?
Cuando
Hegel definió a la libertad como conciencia de la necesidad nos estaba diciendo lo mismo que con total
acierto afirma Bensaid: que la “política surge y se inventa dentro de lo
social” pues es en la experiencia de la opresión, en las luchas contra la
explotación que se formula la “conciencia de la necesidad”, se enuncian nuevas
libertades y los sujetos se ponen en movimiento para conquistarlas. Comencemos
por tener claro entonces, que la política del trabajo no nace en las cúpulas de
las organizaciones políticas de la izquierda, ni en la cabeza de los líderes
carismáticos sino en el propio seno de la praxis social.
La
política no es entonces un producto de la elucubración separada de la realidad
sino un fruto de la acción de masas.
Sigamos
el razonamiento de Bensaid:
“Sin embargo, la existencia de un Estado como institución separada, a la vez encarnación ilusoria del interés general y garante de un espacio público irreductible al apetito privado, estructura un campo político específico, una relación de fuerzas particular, un lenguaje propio del conflicto, donde los antagonismos sociales se manifiestan en un juego de desplazamientos y de condensaciones, de oposiciones y de alianzas.
“Sin embargo, la existencia de un Estado como institución separada, a la vez encarnación ilusoria del interés general y garante de un espacio público irreductible al apetito privado, estructura un campo político específico, una relación de fuerzas particular, un lenguaje propio del conflicto, donde los antagonismos sociales se manifiestan en un juego de desplazamientos y de condensaciones, de oposiciones y de alianzas.
En
consecuencia, la lucha de clases se expresa allí de manera mediada bajo la
forma de la lucha política entre partidos”/8.
Es
esa “manera mediada bajo la forma de lucha política entre partidos” la que está
en cuestionamiento hoy por innumerables movimientos sociales.
¿Debemos
aceptar el escenario del Estado como “encarnación ilusoria del interés
general”, que por otra parte con las privatizaciones y la diseminada corrupción
ha dejado de ser “espacio público irreductible al apetito privado”, como el
único campo político posible?
¿Debemos
aceptar las reglas del juego de la democracia burguesa como la escena
privilegiada del accionar político del trabajo?
En
el caso de Latinoamérica: con Estados que criminalizan los reclamos sociales o
que directamente asesinan campesinos, indígenas y militantes sociales
poniéndoles el rótulo de terroristas; o que permiten que esos crímenes se
realicen con impunidad; o que reprimen a los estudiantes que luchan por una educación
pública gratuita y a los trabajadores rurales sin tierra que exigen la
aplicación de la reforma agraria en toda América Latina y el Caribe.
Con
un sistema político envilecido por la impunidad de la corrupción y el nepotismo
a todos los niveles y en todos los países, incluidos los antiguos partidos de
izquierda luego de la instauración de gobiernos “progresistas”; un sistema de
partidos que en todo su espectro claudica al neoliberalismo y a las
multinacionales.
Y
todo esto en un panorama continental de cuestionamiento de la mayoría de la
población a las instituciones de dominación burguesas-imperialistas -que en
varios casos han llegado al colapso frente al empuje popular-; ¿debemos seguir
atados a la “manera mediada bajo la forma de lucha política entre partidos”?
¿Entre
cuáles partidos?
Ya que son casi inexistentes o testimoniales los que intentan defender los intereses de los sectores populares.
Ya que son casi inexistentes o testimoniales los que intentan defender los intereses de los sectores populares.
Continúa
diciendo Bensaid:
“Ya que la dialéctica de la emancipación no es un río largo y tranquilo: las aspiraciones y las expectativas populares son diversas y contradictorias, a menudo divididas entre la exigencia de libertad y la demanda de seguridad. La función específica de la política consiste precisamente en articularlas y conjugarlas”/9.
“Ya que la dialéctica de la emancipación no es un río largo y tranquilo: las aspiraciones y las expectativas populares son diversas y contradictorias, a menudo divididas entre la exigencia de libertad y la demanda de seguridad. La función específica de la política consiste precisamente en articularlas y conjugarlas”/9.
Los
movimientos sociales continentales empiezan a demostrar en algunos casos, su
capacidad de articular y conjugar las “aspiraciones y expectativas populares” y
estructurarlas en un programa común.
Los
organizadores y movilizadores sociales obtendrían mucho mejor resultado y se
sentirían más realizados si se integraran en estos movimientos y se dedicaran a
la tarea de ayudar a formular sus necesidades y a impulsarlos y aglutinarlos
bajo sus demandas.
Abandonando la desgastante tarea de autoconstrucción de pequeñas organizaciones políticas, repitiendo fórmulas obsoletas.
Abandonando la desgastante tarea de autoconstrucción de pequeñas organizaciones políticas, repitiendo fórmulas obsoletas.
Estamos
hablando de un nuevo sujeto social-político que toma conciencia de sus
necesidades y las articula en el plano social y las conjuga en el plano
político.
De
lo que hablamos es que adquiere relevancia y urgencia la necesidad de
contraponer a la fuerza destructiva extra parlamentaria del capital la correcta
acción extra parlamentaria de un movimiento socialista radicalmente
re-articulado.
Como
lo atribuye a Laclau, Bensaid no renuncia al horizonte de unificación de lo
social y lo político.
Por el momento nos describe un panorama contradictorio:
“¿Movimientos acéfalos, reticulares, rizomáticos, obligados por las derrotas a quedar acorralados en una interiorización subalterna del discurso dominante?
Por el momento nos describe un panorama contradictorio:
“¿Movimientos acéfalos, reticulares, rizomáticos, obligados por las derrotas a quedar acorralados en una interiorización subalterna del discurso dominante?
Pero
también redespliegue del movimiento social en los diferentes ámbitos de la
reproducción social, multiplicación de espacios de resistencia, afirmación de
su autonomía relativa y de su temporalidad propia.
Todo esto no es negativo si se va más allá de la simple fragmentación y se piensa en la articulación”/10.
Todo esto no es negativo si se va más allá de la simple fragmentación y se piensa en la articulación”/10.
El
paisaje continental nos da algunas pautas alentadoras.
En las revueltas populares de los últimos años se pudieron detectar organizadores y movilizadores social-políticos junto a sus propios movimientos, trascendiendo los límites que les adjudica la democracia burguesa y lanzándose con éxito a “articular” y “conjugar” las demandas en el plano político.
Quizá el horizonte de unificación no esté tan lejano sí -en las palabras y en los hechos- caminamos decididos hacia él.
En las revueltas populares de los últimos años se pudieron detectar organizadores y movilizadores social-políticos junto a sus propios movimientos, trascendiendo los límites que les adjudica la democracia burguesa y lanzándose con éxito a “articular” y “conjugar” las demandas en el plano político.
Quizá el horizonte de unificación no esté tan lejano sí -en las palabras y en los hechos- caminamos decididos hacia él.
Algunos ejemplos del
nuevo sujeto social-político continental
Los
campesinos de Chiapas –organizados en el EZLN- eligieron un camino diferente.
En silencio defienden sus territorios del gobierno y las corporaciones y salvaguardan sus producciones de los intentos destructivos del mercado.
Y por ese camino han crecido y se han fortalecido. Y antes, en medio de un proceso electoral se propusieron- “escuchar abajo” a los sujetos socio-políticos explotados, discriminados, segregados, para que, a partir de su autonomía, establezcan las bases de un programa anticapitalista, como “proyecto de nación”.
Y evitaron el derroche de esfuerzos de participar en elecciones digitadas y manipuladas por el imperio. Que es de lo que se compone hace décadas la política mexicana.
En silencio defienden sus territorios del gobierno y las corporaciones y salvaguardan sus producciones de los intentos destructivos del mercado.
Y por ese camino han crecido y se han fortalecido. Y antes, en medio de un proceso electoral se propusieron- “escuchar abajo” a los sujetos socio-políticos explotados, discriminados, segregados, para que, a partir de su autonomía, establezcan las bases de un programa anticapitalista, como “proyecto de nación”.
Y evitaron el derroche de esfuerzos de participar en elecciones digitadas y manipuladas por el imperio. Que es de lo que se compone hace décadas la política mexicana.
Esto
no quiere decir que se descarte en absoluto ni la participación electoral ni la
intervención parlamentaria. Pero debemos aprender de las últimas experiencias
continentales en ese sentido.
Los
cocaleros del Chapare, los indígenas de Omasuyo, los pobladores de El Alto y
otras innumerables organizaciones sociales y étnicas de Bolivia, optaron por el
escenario electoral para disputar el gobierno con todos los partidos del
sistema.
Pero
esto, sin delegar la formulación de su programa ni su representación en los
políticos profesionales que estafaron sistemáticamente sus esperanzas.
La intervención electoral en Bolivia se realizó sobre la base de un enorme movimiento social que representaba a los pueblos originarios que, a su vez, son mayoría en el país.
Y con el antecedente inmediato de un enfrentamiento al Capital violento y extenso en términos de territorio y de tiempo.
Cortes de carreteras, invasión de haciendas y/o bloqueo de ciudades, asedio a los parlamentos oligárquicos, derrocamiento de dos presidentes lacayos del imperio, huelgas y piquetes, choques violentos entre la población y el aparato represivo.
Y en esos choques, tanto ejército como policía tuvieron síntomas de disgregación.
La intervención electoral en Bolivia se realizó sobre la base de un enorme movimiento social que representaba a los pueblos originarios que, a su vez, son mayoría en el país.
Y con el antecedente inmediato de un enfrentamiento al Capital violento y extenso en términos de territorio y de tiempo.
Cortes de carreteras, invasión de haciendas y/o bloqueo de ciudades, asedio a los parlamentos oligárquicos, derrocamiento de dos presidentes lacayos del imperio, huelgas y piquetes, choques violentos entre la población y el aparato represivo.
Y en esos choques, tanto ejército como policía tuvieron síntomas de disgregación.
Fue
esta decisiva batalla del movimiento popular la que terminó imponiendo por
primera vez en 500 años un presidente aymara –Evo Morales- en un país de
población mayoritariamente indígena.
En un proceso electoral en el marco de una clase capitalista vapuleada. No en unas elecciones bajo el pleno control de una burguesía estable o a la ofensiva.
Por eso fue una gran conquista democrática que se extendió en luchas por el reparto o recuperación de tierras, en defensa de la soberanía sobre los recursos naturales y contra el imperialismo hegemónico.
En un proceso electoral en el marco de una clase capitalista vapuleada. No en unas elecciones bajo el pleno control de una burguesía estable o a la ofensiva.
Por eso fue una gran conquista democrática que se extendió en luchas por el reparto o recuperación de tierras, en defensa de la soberanía sobre los recursos naturales y contra el imperialismo hegemónico.
Como
explica el vicepresidente García Linera:
“El primer componente central del “evismo” es una estrategia de lucha por el poder fundada en los movimientos sociales. Esto marca una ruptura con las estrategias previas que ha conocido nuestra historia política y buena parte de la historia política continental y mundial.
“El primer componente central del “evismo” es una estrategia de lucha por el poder fundada en los movimientos sociales. Esto marca una ruptura con las estrategias previas que ha conocido nuestra historia política y buena parte de la historia política continental y mundial.
Anteriormente,
las estrategias de los sectores subalternos estaban construidas a la manera de
una vanguardia política cohesionada que lograba aglutinar en su base social a
estos movimientos.”...
“En otros se trató de una vanguardia política democrática-legal o armada que lograba arrastrar o empalmarse con movimientos sociales que la catapultaban”...
”El “evismo” modificó ese debate, al plantearse la posibilidad de que el acceso al poder sea obra de los propios movimientos sociales”/11.
“En otros se trató de una vanguardia política democrática-legal o armada que lograba arrastrar o empalmarse con movimientos sociales que la catapultaban”...
”El “evismo” modificó ese debate, al plantearse la posibilidad de que el acceso al poder sea obra de los propios movimientos sociales”/11.
Es
que en Bolivia, desde la guerra del agua en Cochabamba se venía conformando un
movimiento social-político que no separaba las demandas sociales de las
políticas, porque no era parte de la tradición europea del brazo sindical/brazo
político. La participación de los pueblos originarios en luchas nacionales no
divide su programa en mínimo y máximo.
Esta
división es una tradición que las corrientes socialistas urbanas del continente
heredaron de la socialdemocracia europea y los partidos comunistas, que al
dividir en sindicatos y partidos la acción del trabajo, consiguió fraccionar el
programa en unomínimo que abarcara las
reivindicaciones posibles de obtener bajo el Capital, que se adjudicaba como
tarea a los sindicatos, y se gestionaban en las instituciones burguesas y un
programa máximo que conduciría al Socialismo, que se mencionaba en los
aniversarios y podía postergarse para un futuro lejano e incierto.
No
nos vamos a extender en todos los ejemplos, pero recordemos que en Ecuador el
proceso electoral que llevó a Correa a la presidencia fue posterior al
derrocamiento de tres presidentes por un movimiento popular movilizado que
tenía contra las cuerdas a una burguesía en descomposición.
Y en Venezuela la consolidación del proceso de cambios iniciado por Chávez se concreta luego que el movimiento de los pobladores de las barriadas pobres suburbanas de Caracas invadió las calles y derrotó un golpe imperialista, rodeando con multitudes enfurecidas el Palacio de Miraflores y exigiendo el retorno del presidente depuesto.
Y en Venezuela la consolidación del proceso de cambios iniciado por Chávez se concreta luego que el movimiento de los pobladores de las barriadas pobres suburbanas de Caracas invadió las calles y derrotó un golpe imperialista, rodeando con multitudes enfurecidas el Palacio de Miraflores y exigiendo el retorno del presidente depuesto.
El
Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) en el 2005, se desplazó a
pie doscientos kilómetros de Goiania a Brasilia en una Marcha Nacional por la
Reforma Agraria, para presentar al gobierno Lula un programa económico
contrario a la orientación neoliberal que aplica el gobierno del PT
Y el mismo año realizó en varios estados, una coordinación de movimientos sociales contra el modelo económico, “demostrando la capacidad de los movimientos de pensar más allá de las pautas específicas de reivindicación”, como remarcaron en su mensaje del 06 de enero del 2006.
El MST es independiente de la central de trabajadores (CUT) y del PT
Y se opone a la orientación de favorecer la expansión de las agro-industrias que en la actualidad impulsa el gobierno del PT /12.
Y el mismo año realizó en varios estados, una coordinación de movimientos sociales contra el modelo económico, “demostrando la capacidad de los movimientos de pensar más allá de las pautas específicas de reivindicación”, como remarcaron en su mensaje del 06 de enero del 2006.
El MST es independiente de la central de trabajadores (CUT) y del PT
Y se opone a la orientación de favorecer la expansión de las agro-industrias que en la actualidad impulsa el gobierno del PT /12.
Organizaciones
sociales y militantes políticos de Uruguay, sumaron sus esfuerzos en un frente
por la defensa del agua.
Plebiscitaron y aprobaron una reforma de la constitución (octubre del 2004) –por primera vez en el mundo- que impide por ley la privatización de ese elemento vital.
Su conquista fue luego en parte burlada porque el movimiento que impulsó el plebiscito del agua no tuvo continuidad en otras luchas y otras demandas y se disolvió en medio de las expectativas ilusorias creadas por las posibilidades electorales del Frente Amplio.
Plebiscitaron y aprobaron una reforma de la constitución (octubre del 2004) –por primera vez en el mundo- que impide por ley la privatización de ese elemento vital.
Su conquista fue luego en parte burlada porque el movimiento que impulsó el plebiscito del agua no tuvo continuidad en otras luchas y otras demandas y se disolvió en medio de las expectativas ilusorias creadas por las posibilidades electorales del Frente Amplio.
Esta
experiencia nos subraya la necesidad de que los movimientos sociales no
deleguen en dirigentes o partidos de “izquierda” sus expectativas políticas y
asuman directamente sus intereses, sin mediadores que luego resultan agentes
del enemigo.
Debieron pasar ocho años para que recién en 2012 un nuevo importante movimiento contra la mega-minería a cielo abierto y en defensa de la tierra y los bienes naturales esté en un proceso alentador de acumulación social-política /13.
Debieron pasar ocho años para que recién en 2012 un nuevo importante movimiento contra la mega-minería a cielo abierto y en defensa de la tierra y los bienes naturales esté en un proceso alentador de acumulación social-política /13.
Sin
embargo, parte de la izquierda que rechaza al Frente Amplio, se distrae
preocupándose sobre como participar en el próximo proceso electoral, debatiendo
y evaluando nuevas fórmulas políticas, hasta ahora ausentes de bases populares
reales.
Es momento de apoyar la acción creativa programática de los movimientos que tienden a conformarse como social-políticos y que aceptan como punto de partida la reforma agraria, hoy la principal consigna revolucionaria continental.
Es momento de apoyar la acción creativa programática de los movimientos que tienden a conformarse como social-políticos y que aceptan como punto de partida la reforma agraria, hoy la principal consigna revolucionaria continental.
En
la República Argentina, provincia de la Rioja, los pobladores del valle de
Famatina/14 -un paraíso de
producción de aceitunas y vides-, desde el 2006, se enfrentan a la mega-minera
Barrick Gold y su proyecto minero en el cerro Famatina que intenta destruir
glaciares y envenenar sus deshielos.
Se lanzaron contra este proyecto minero, junto a los pobladores de Chilecito, Pituil y Campana con acciones de bloqueo de caminos para impedir que las multinacionales se instalaran en la cordillera de los Andes.
Los pobladores de Andalgalá en Catamarca bloquearon también los accesos a los nevados de Aconquija en los Andes contra el proyecto minero de Agua Rica.
Tenían la experiencia destructiva de la minera Alumbrera desde 1997 -emprendimiento de mayor producción de oro en Argentina- que venían denunciando desde años anteriores
. En Chubut a mediados de diciembre 2012 la lucha de los ambientalistas logró suspender los planes mineros del gobierno provincial.
Así como estos, innumerables enfrentamientos se desarrollaron y se siguen desarrollando en nuestra cordillera y lograron la imposición de una Ley de defensa de los glaciares y peri-glaciares, desvirtuada en parte por los parlamentarios del gobierno.
Se lanzaron contra este proyecto minero, junto a los pobladores de Chilecito, Pituil y Campana con acciones de bloqueo de caminos para impedir que las multinacionales se instalaran en la cordillera de los Andes.
Los pobladores de Andalgalá en Catamarca bloquearon también los accesos a los nevados de Aconquija en los Andes contra el proyecto minero de Agua Rica.
Tenían la experiencia destructiva de la minera Alumbrera desde 1997 -emprendimiento de mayor producción de oro en Argentina- que venían denunciando desde años anteriores
. En Chubut a mediados de diciembre 2012 la lucha de los ambientalistas logró suspender los planes mineros del gobierno provincial.
Así como estos, innumerables enfrentamientos se desarrollaron y se siguen desarrollando en nuestra cordillera y lograron la imposición de una Ley de defensa de los glaciares y peri-glaciares, desvirtuada en parte por los parlamentarios del gobierno.
Este
fue un triunfo de movimientos, organizaciones ambientalistas y asambleas
ciudadanas que tomaron un carácter nacional y asumieron las demandas políticas
sin intervención de partidos.
Éstos
son sólo algunos ejemplos de los movimientos que batallan en todo el
continente.
En Latino América y el Caribe hay 173 proyectos empresariales de minería a cielo abierto en donde intervienen 244 empresas diferentes.
En Latino América y el Caribe hay 173 proyectos empresariales de minería a cielo abierto en donde intervienen 244 empresas diferentes.
En
su totalidad estas explotaciones están en conflicto con 212 comunidades
indígenas afectadas. Los seis países con mayor cantidad de poblaciones originarias
agredidas por la minería a cielo abierto son Argentina con 39 comunidades;
Brasil y Chile con 34 cada uno; Perú con 32, Bolivia con 22 y Colombia con 20.
Las
principales causas de conflicto son: la expulsión o desplazamiento forzado de
pobladores indígenas; la violación de derechos y leyes medioambientales; la
contaminación de aguas y suelos por desechos mineros; la inundación de tierras;
la contaminación por humos y las amenazas y engaños a la población local /15.
Y a esto hay que sumar los conflictos por la expansión de las agroindustrias en
el continente.
Como
vemos, las variantes de trascender el espacio específico de lo social, de no
aceptar el carácter de espacios estancos de lo social y lo político comienza a
hacerse frecuente.
¿Por
qué mantener como sacrosanto el ámbito político y aceptar como imprescindibles
e ineludibles a los Parlamentos que no son más que teatros de sombras chinas de
los antagonismos sociales?
¿A
quién favorece sino al capital, ese inviolable acuerdo tácito?
Las
agro-industrias y las mineras a cielo abierto, propiedad en su mayoría de
transnacionales, están contaminando y destruyendo la biodiversidad del
continente.
Pretenden continuar en conflicto con las comunidades indígenas, los campesinos y trabajadores rurales sudamericanos y del Caribe y seguir provocando el desplazamiento forzoso de la población rural continental.
Pretenden continuar en conflicto con las comunidades indígenas, los campesinos y trabajadores rurales sudamericanos y del Caribe y seguir provocando el desplazamiento forzoso de la población rural continental.
De
los diez países con mayor biodiversidad mundial, cinco están en Latino América
y el Caribe: Brasil, Colombia, Ecuador, México, y Perú. Estos países también
son hogares de los Andes, la zona con mayor biodiversidad del mundo.
Alrededor
del 27% de los mamíferos del mundo viven en América Latina y el Caribe, así
como también el 34% de su vegetación, 37% de sus reptiles, 47% de sus aves y el
47% de sus anfibios.
El 40% de la vegetación del Caribe es única de esta zona /16. Todo este hábitat está amenazado con la extinción.
El 40% de la vegetación del Caribe es única de esta zona /16. Todo este hábitat está amenazado con la extinción.
Sólo
una reforma agraria radical que termine con la privatización de la tierra y el
agua y defienda el aire que respiramos, puede detener este ultimátum que nos da
el Capital en su profunda crisis.
Hacia grandes
movimientos social-políticos para enfrentar al Capital
Ese
intento de volver a unir el movimiento popular en un solo brazo extra
parlamentario de un movimiento socialista articulado alrededor de un programa
radical, no se corporiza en los sindicatos clásicos continentales y sus
centrales sino en un nuevo sujeto histórico que ha comenzado a estructurarse y
generalizarse desde hace más de dos décadas.
Y
esa dinámica de volver a reunir lo que nunca debió ser separado es un precioso
componente embrionario del nuevo sujeto social que ahora pretende conformarse
como un sujeto social-político.
La
negación de la división sindicatos/partidos pone en cuestión tanto la identidad
sindical que se arrastra desde finales del siglo XIX, que tiene por
límite los escenarios reivindicativos que no amenacen al Capital y que
considera un hecho incontrovertible su complementariedad y subordinación a los
partidos políticos, como la concepción de partido revolucionario con base
social que heredamos del siglo pasado.
La
realidad nos indica que está descartada la estrategia de acumulación propia de
un pequeño grupo político que durante décadas va ir ampliando su base social y
aumentando su representación parlamentaria hasta llegar un momento en que pueda
disputar el poder.
Tanto
los partidos socialistas y comunistas como la gran mayoría de partidos de
“intención revolucionaria” -de alguna forma hay que llamarlos- eran y son
instrumentalizadores de los sindicatos y demás movimientos sociales.
Militaban
en ellos para coparlos. Y cuando en algunas excepciones los partidos
autodenominados “revolucionarios” eligieron parlamentarios no pudieron escapar
del “círculo mágico” paralizante sindicato/partido/parlamento.
Cuando
no se han pasado con armas y bagajes a la institucionalidad burguesa, se han
transformado en “grupos testimoniales” que continúan repitiendo “mantras” del
siglo pasado e intentando obtener mayoría en sindicatos y centrales que
favorezcan sus estrategias de auto-construcción.
Esto
no significa renegar totalmente de partidos y sindicatos en general, sino negar
la concepción sindicato/partido/parlamento que heredamos del siglo pasado.
Lo
importante es que en esta nueva época histórica abramos una reflexión sobre
esos organismos, sus limitaciones y el rol negativo que jugaron en su
interrelación, respecto a los intereses de clase del trabajo.
Somos
conscientes que la última palabra al respecto la tienen los innumerables
movimientos que están batallando hoy en nuestra América por mejorar el presente
y defender el futuro de nuestras sociedades.
Lo
importante es reconocer que en nuestro continente hay nuevas formas
organizativas construidas por los trabajadores y el pueblo que nos permiten
zafar de la nefasta división entre lo social y lo político.
En
términos de demandas, desenvolver una fuerza suficientemente grande para
desafiar con suceso a las huestes del Capital, implica unir movimientos
diversos, en los enfrentamientos inevitables para la realización de finalidades
y objetivos limitados, buscando siempre la forma de preservar la integridad de
las perspectivas estratégicas sin perder contacto con las demandas,
determinaciones y potencialidades inmediatas, que nos imponen las condiciones
históricamente determinadas.
Este
nuevo sujeto social-político continental también exige, así como la soberanía
de sus decisiones en sus movimientos, la más absoluta democracia horizontal.
Muchos
veteranos activistas ya hicieron la experiencia con el supuesto centralismo
democrático: una contradicción
semántica que en la realidad siempre se resolvía en el sentido burocrático.
Los integrantes de ese nuevo sujeto social-político están tomando consciencia de su forma colectiva de definir sus demandas y necesidades y por tanto también quieren resolver colectivamente sus pasos a dar.
Los integrantes de ese nuevo sujeto social-político están tomando consciencia de su forma colectiva de definir sus demandas y necesidades y por tanto también quieren resolver colectivamente sus pasos a dar.
Se
ha abierto un proceso en que se empieza a rechazar el sistema de las órdenes
inapelables de los “jefes políticos” o la delegación de las decisiones en
“dirigentes esclarecidos”.
Fidelidad
a los principios socialistas y programas de acción viable y flexible para la
diversidad de fuerzas de un amplio movimiento social-político que comparta los
variados objetivos comunes de lucha y decida en democracia horizontal sus
orientaciones y acciones.
Esto
es lo que están imponiendo los sectores populares en innumerables movimientos
para luchar contra el sistema de acumulación del Capital en su etapa de crisis
estructural crónica.
9 de febrero 2013
Notas
1/Harvey, David The Condition of Post
modernity - Basil Blackwell Ltd. 1989
2/Mészáros, István, Para Além do Capital, p. 833-834.
3/Ibíd. p. 834.
4/Ibíd. p. 856.
5/ Antunes, Ricardo. Presentación de “Para Além do Capital” de István Mészáros, pág. 18.
6/Daniel Bensaid “Teoremas de la resistencia a los tiempos que corren” setiembre
2004. http://www.rebelion.org/docs/4578.pdf
7/ Ibíd
8/ Ibíd
9/ Ibíd
10/ Ibíd
11/ García Linera, Álvaro (vicepresidente boliviano). Los fundamentos
del “evismo”,Revista DEF n 9, p.
32, Argentina, mayo del 2006.
12/ João Pedro Stedile,Conflicto Permanente,16 de enero de 2013.http://www.advivo.com.br/blog/gunter-zibell-sp/conflito-permanente Publicado originalmente en la revista
Carta Capital, Edición 730.
13/ Este movimiento ya realizo tres grandes marchas nacionales y
la última, el 11 de octubre de 2012, con diez mil personas y gran participación
de pobladores del interior del país
14/Ver Mapa de conflictos Mineros en http://www.mapaconflictominero.org.ar/provincias/la-rioja/famatina.html del Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD)
15/ Impacto de la minería en las comunidades indígenas
latinoamericanas
16/ De la Torre, Fajnzylber y Nash, Desarrollo con Menos Carbono: Respuestas
Latinoamericanas AL Desafío Del Cambio Climático. Banco Internacional de
Reconstrucción y Fomento (BIRF)/Banco Mundial, Washington DC 2009.
JL.BERTERRECHE -
postaporteñ@ 909 - 2013-02-11
No hay comentarios:
Publicar un comentario