Tomado del libro "Yo soy Rufo...y no me entrego"
De Ricardo Perdomo
corregido y actualizado por el autor
Capítulo VIII del blog
Hemos verificado hasta ahora parte de la
indigna penetración extranjera en nuestra patria, en el paisito, la preparación
de los cuadros puntales de la represión en las FFAA y en la policía.
La penetración económica a través del FMI y
del Banco Mundial, por la vía parlamentaria, las cartas de intención aprobadas
y firmadas por uruguayos, las mafias en el poder.
Vimos el contrabando en gran escala,
contrabando armamentista abarrotando los cuarteles y las jefaturas de policía
con máscaras anti gas, escudos, granadas de varios tipos, ametralladoras, y
balas en abundancia.
No importa que los expedientes no hayan
aparecido, los muertos quedaron de todos modos.
Verificamos los cursos para el atentado,
para la provocación, la extorsión y el crimen clandestino. También la entrada
de armas paralela, con destino a los “Escuadrones de la Muerte”, debidamente
preparados y organizados por los norteamericanos, vomitados como culebras por
la embajada, y los que les facilitaron las maniobras.
Nombramos Jueces, dignos padres de familia
bien corrompidos.
Políticos encubridores de torturas y
crímenes “blancos” y “colorados” de Montevideo y del Interior del Uruguay,
desde épocas pretéritas en que “eso no podía pasar”.
Movimientos cuarteleros, amenazas,
juramentos, mentiras a medias y redondas.
¿Qué falta? La manipulación de los medios
de comunicación, Ministros y Ministerios podridos hasta lo imposible. Pero
esto, no obstante, es solamente el comienzo de lo que vendrá. El estado del
Estado es lamentable.
Hermano Uruguayo, Latinoamericano prepara
tus sentidos y que tus manos sean el arma más contundente y eficaz, con la mira
precisa de tu conciencia.
Muchas balas tienen para tenernos bajo la
bota, muchos criminales que aprendieron de “los hermanos del norte”, muchos
otros que aprendieron con los yanquis, corrupción ya había, era provinciana,
“de partido”, ahora hay corrupción profesional, con título, con categoría.
Cientos y cientos de alumnos de Ballestrino que te manejan el asesinato de mil
maneras diferentes, desde el vino envenenado hasta el descuartizamiento.
Tenemos que destruirlos, tenemos que liquidar esto que leerás.
“Yo después me enteré que los mandaban a
los dos para tenerlos enganchados a Mattos y Cordero, o sea, uno iba a
matar a Gutiérrez Ruiz y el otro a Michelini. Pero cuando Mattos y JDS me lo
contaron aquella noche, especificaron que G. Ruiz ya estaba muerto y que le
dieron un balazo sólo a Michelini” “También me dijeron que en Orletti los habían
torturado, que les habían sacado las uñas, que los habían quemado con
cigarrillos, que tenían la cara quemada, que tenían no sé qué en los pies y que
tenían golpes en la cabeza” “Mattos luego me contó que en el asiento de atrás
llevaron a Michelini sobre la ventanilla derecha y que todavía alentaba (estaba
vivo) y sobre la izquierda -en el medio de los dos iba Mattos- el cuerpo de
Gutiérrez Ruiz ya sin vida, y que en la valija llevaban los cadáveres del
matrimonio Whitelaw”.
“Fue ahí que Mattos me dijo que lo remató,
que le pegó un balazo en la cabeza – incluso me dijo en la sien izquierda –
Cuando yo dije eso en la Comisión Investigadora se armó un lío bárbaro, me
hicieron salir de la sala y luego me hicieron entrar, y los legisladores me
indicaron que mi testimonio valía si Michelini tenía una bala en el cráneo como
yo indicaba. Luego se constató que era como yo indicaba”.
Pero Mattos se auto declaró integrante de
uno de los tentáculos del “Escuadrón de la Muerte”, no es un tipo que odia así
porque sí, Mattos quiere mucho, por ejemplo, a su mamá, quien gracias al dinero
recibido tras los crímenes a los parlamentarios es dueña de una casita y su
hermana un lavadero.
La casita de sus sueños.
Hemos visto en páginas anteriores una parte
de los atentados sufridos por la señora Trías a raíz de estos y otros detalles
proporcionados a la magna Comisión Investigadora del Senado sobre los
asesinatos, pero... qué misterio porque supieron que:
“Al poco tiempo de haber declarado, Trías
indica que llega la citación de la Comisión Investigadora del secuestro y
asesinato de Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz”. “El día señalado llega
una camioneta de la Cámara de Diputados, y pocos minutos después llegaron unos
tipos, karatekas creo, y delante de mi hija se dijeron ¡qué hiciste, llegaste
tarde estúpido! De ahí en adelante iba con custodias y un auto del Departamento
de Operaciones Especiales (DOE), Marchesano se hizo cargo de todo”.
Creemos sin lugar a dudas que no sólo
Marchesano “se hizo cargo de todo”. Veamos lo que sigue:
“Algunos políticos me ofrecieron muchos
beneficios para que declarara mal o de forma contradictoria (…) un día yo
estaba almorzando en el Palacio y yo vi a un asistente de la Comisión cómo
llamaba a alguien y le decía 'ah, vení que las tengo' (por las actas). De la
propia Comisión se mató la investigación”.
Podemos decir que de la propia Comisión no
sólo se mató la investigación, además quisieron asesinar a la testigo clave.
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