Tomado del libro del militante tupamaro Ricardo Perdomo
"Yo soy Rufo...y no me entrego"
corregido y actualizado por el autor
"Yo soy Rufo...y no me entrego"
corregido y actualizado por el autor
Durante noventa y tres años la responsabilidad le
correspondió al Partido Colorado. En el año 1958, cambia la responsabilidad de
manos, pasando ahora al Partido Blanco.
En el año 1959 toma las riendas del poder, como
mayoría, el ala más conservadora del Partido Blanco, representada por la
alianza Herrero-Ruralista, cuyos integrantes eran:
Herreristas: Martín Echegoyen, Eduardo Víctor Haedo y
Justo Alonso.
Ruralistas: Benito Nardone, Faustino Harrison y Pedro
Zabalza.
Estas dos corrientes naturalmente se daban a matar, y
con el tiempo los mismos actores fueron cambiando de partido, produciéndose
mezclas y traspasos, o conformándose aglomeraciones, gracias a las cuales nace
la corriente Frente Amplio.
El líder indiscutido del Partido Blanco era el Dr.
Luis Alberto de Herrera, que muere pocos días después de asumir el poder su
propio partido, el 8 de abril de 1959.
La Unión Blanca Democrática, liderada por Daniel
Fernández Crespo y el Movimiento de Reconstrucción Blanca de Washington
Beltrán, fueron dos sectores más enfrentados a muerte con los triunfadores
odiados herrero-ruralistas, pero ello no les impedía, por medio del apoyo
parlamentario, extorsionarse mutuamente.
Dentro de la UBD se contaban: Javier Barrios Amorín,
Ferreira Aldunate, Salvador Ferrer Serra, Alejandro Zorrilla de San Martín,
Héctor Lorenzo y Losada, Adolfo Tejera, es decir, la UBD estaba conformada por
algunas agrupaciones y luego volvería a dividirse en otra formación: El
Movimiento Nacional de Rocha, dirigido por E. Amorín, Alberto Gallinal Heber y
Álvaro Haedo, más adelante veremos en esta agrupación a Carlos Julio Pereira.
No olvidemos que dentro de los blancos estaba Nardone,
proveniente de los colorados, muerto en abril de 1964. La hermana de Nardone,
luego que fue expulsada de la Asamblea, declara que: "Hay un pequeño
círculo que pretextando mandatos del más allá, se arroga funciones
indebidas".
Sólo dos hipótesis lógicas calzan con "el más
allá": la embajada norteamericana o las logias de la oligarquía.
Tenemos también dentro del partido blanco al conocido
terrateniente Bordaberry y sus amigos Benito Medero y Juan José Gari.
Sostenedores económicos de los gobiernos y bandas
terroristas de los colores tradicionales.
Es precisamente a raíz de la muerte de Daniel
Fernández Crespo en julio del '64 que se genera la disolución de la UBD, debido
a disputas por ocupar la presidencia, y viene a llenarla Carlos Penadés.
También los herreristas dieron ejemplo de civilidad,
al sumarse al golpe de estado de 1973, Martín Recaredo Echegoyen y terminar
como "consejero de estado".
No terminamos aún con las iniquidades en el año de
gracia de 1972, el día 9 de junio queda sellado el "pacto chico", un
verdadero pacto de sangre Bordaberry-Echegoyenista-Heberista (los dos últimos
palanqueaban al gorila Aguerrondo).
A partir del pacto quedan en el gabinete ministerial
José Manuel Urraburu, el Ingeniero Luis Balparda Blengio y Carlos Abdala.
El Poder Ejecutivo se vio respaldado por cinco
senadores (Washington Beltrán, Martín Echegoyen, Barbot Pou, Mario Heber y
Alejandro Zorrilla de San Martín) y trece diputados, entre los que se contaban
Luis Alberto Lacalle, Bari González, Francisco Ubillos, César Rodríguez
Ibarburu y Julián Olascoaga.
Para la primera época contamos algunos personajes más.
Como Ministro de Hacienda al Cdr. Juan E. Azzini, firmante que fue de la
primera "carta de intención" con el FMI, miembro informante para
enterar a la población, el Ing. Dardo Ortiz. No olvidemos la conexión de
apellidos, Pou en este caso.
Otros se bajaron arrepentidos por los apoyos al
autoritarismo que se abalanzaba sobre la indefensa población; se bajaron de su
partido, llegaron hasta posiciones de izquierda donde tampoco encontraron
acomodo y desandaron sus pasos, pidieron perdón, juraron nuevamente sobre la
biblia, Rodríguez Camusso, el finado Hugo Batalla, éste por los colorados.
El eje de este ensayo es mostrar actores recientes,
veamos entonces algunas fórmulas para elecciones del año 1966:
Los antiguos herrero-ruralistas fueron presentados con
los nuevos ropajes, como Alianza Nacionalista: Martín Recaredo Echegoyen -
Dardo Ortiz, que apoyó la reforma "gris" (paquete que incluía
reglamentación sindical, entre otras cosas). Movimiento Nacional de Rocha:
Alberto Gallinal - Juan P. Zeballos.
El herrerismo ortodoxo presentaba a Alberto Heber y
Nicolás Storace Arrosa.
En fin, 56 sumaron las listas de votación por el
partido blanco.
El "pacto chico" entre blancos y colorados
fue la palanca que necesitaba el golpista Bordaberry para la entrada triunfal a
la dictadura.Luego gastaron litros y litros de tinta, y toneladas de papel, que
no, que ellos nada tuvieron que ver en la "salida democrática", que
el Güilson no recibía las aceitunas en donde estaba preso, etc., etc... Juraron
en España, juraron en Bélgica, “e ainda máis"; Gavazzo y su banda,
agradecidos.
La verdad es que "el Güilson" no estaba nada
preso, estaba "arreglando" el asunto aquel que "sobrevoló y
subyació". Allá lejos y hace tiempo.
LA BANDA PRESIDENCIAL COLORADA
Esta gran agrupación se cuenta como la más armadita de
todas, tiene en su haber una impresionante secuela de matanzas, venganzas,
crímenes y robos, pero también hay que decirlo, así como asesinan, saben
trabajar con las masas, convencen, militan, cuidan sus intereses, despliegan
propaganda. Pero, por sobretodo, no sueltan los resortes del poder, cual es la
información.
Algunas fórmulas de las listas ganadoras con la
"reforma naranja", fueron estas: Unión Colorada y Batllista, con
Oscar Diego Gestido - Jorge Pacheco Areco.
Unidad y Reforma: Lista 15, Jorge Batlle - Julio
Lacarte Muró.
Lista 99: Zelmar Michelini - Aquiles Lanza.
Por último dos fórmulas que apoyaban la continuación
de la rotación en la presidencia: Amílcar Vasconcellos - Renán Rodríguez.
La última fórmula, colegialista, Justino Jiménez de
Aréchaga - Nilo Berchesi.
Las listas electorales para los colorados sumaban 23
esta vez.
Como era de esperar, la clientela de cada partido
hacía valer su voto, así en el primer año de gobierno colorado, los
funcionarios públicos tuvieron su correspondiente pase a la administración
estatal, en una cifra fuera de lo "normal"; alrededor de 10.000
funcionarios, seguramente mucho más de la mitad fueron a parar los cuarteles.
Allí pasaron a la historia, cada quien en su
especialidad, con sus correspondientes "herramientas de trabajo":
garrote y fusil.
Unos más que otros, en formas distintas y
desorganizadas, sin otro criterio que el que les nacía del susto, la admiración
o cálculo, militares hubo que lograron reconocer, algunos un poco tarde, que
“la cosa venía mal”.
No por el pueblo, no por la liquidación de los
sindicatos, no por la tortura, se iban explicando en los hechos de cada día, lo
que durante muchos años les dieron a mamar, comprendieron a su tosco modo que
les habían lavado el cerebro.
Gerónimo Cardozo:
“Uruguay fue tratado con especial interés por EEUU, la
razón era y es geopolítica”.
Así es el relato de ese militar arrepentido en el año
1976, o sea, cuatro largos años de torturas y crueldades llevaba ya vistas y
oídas, y tres desde el golpe de Estado, cuando se asila en la Embajada
Mexicana.
Según Cardozo: la hegemonía inglesa era rápidamente
sustituida por la de los yanquis, se incentiva al máximo el anticomunismo en
los militares y los simpatizantes nazis, se moderniza con el Macarthismo, continúa
su relato con algunas “buenas nuevas” - “impregnadas del liberalismo que
implantó el presidente José B. y Ordóñez, las FFAA no participan del golpe de
Estado de Terra en el año 1933, y acompañan pasivamente a Baldomir en “su”
golpe del año 1942 sumándose al rechazo que ese hecho produjo en la población”.
Hagámosle un breve pero rico aporte a “la historia” de
Cardozo, en palabras del inimitable Carlos Quijano; … “ el Uruguay del 31 de
marzo de 1933, el mismo presidente constitucional, el Sr. Terra se transforma
en dictador: disuelve el Parlamento y demás autoridades constituidas para
manejar sin trabas el país. Lo respalda el ejército pero la “tarea sucia”, la
ejecuta la Policía, que comanda el General Baldomir, cuñado del dicho Sr.
Terra. Todo queda en casa y después Baldomir sucederá a Terra”.
Después de un corto relato, el pobre Cardozo nos
anuncia que para todo se dependía de la “asistencia” norteamericana y nos
informa también de ciertos pensamientos políticos dentro de la Fuerza Aérea
Uruguaya. “En los primeros años de la década del '60 podría decirse que se
perfilaban dos corrientes entre los militares uruguayos; una la de aquellos
que, prácticamente inactivos, sin ideas políticas propias son fácilmente
conquistables por el bombardeo ideológico que desde las escuelas del Canal de
Panamá y las de Fort Gulick lanzan los seguidores de la política del pentágono.
“Para estos oficiales, el irse a capacitar a EEUU
significaba, antes que nada, ventajas económicas por los buenos viáticos, la
posibilidad de elevar sus estatus y el regreso con el impacto del altísimo
nivel de vida de los EEUU. Maravillados con los aliados del norte y el oficial
sintiendo que de nada debía preocuparse, que se abastecían de equipo, manuales
y hasta de ideología”.
Este fragmento relatado por nuestro patriota Don
Gerónimo, nos presenta como una película deslucida de los años “60, unas
Fuerzas Aéreas en el limbo. El hecho de capacitarse” en las “escuelas”
norteamericanas para eliminar gente era antes que nada “¡una ventaja económica!”.
Un “buen viático” y la posibilidad de traer algún
bagallito completaban -para Cardoso- la formación profesional y como de
contrabando, también nos venimos a desayunar que “hasta de ideología” venían
repletos nuestros patriotas de la Fuerza Aérea.
Es evidente que Cardozo es un despistado, nos gustaría
leer el diploma de fin de curso de esta gente que “elevaba su estatus”
capacitándose para el crimen.
No por nada existió un “pacto Boiso Lanza”, es
paradojal que justamente la “corriente” de militares inactivos son los que con
el resto de la banda llevan el Golpe de Estado hasta sus últimas consecuencias.
En realidad no nos parecen los más inactivos.
Pasemos a enterarnos de la “corriente”, dentro de la
cual se encuentra, según parece, el propio Gerónimo Cardozo.
“El segundo grupo es el de aquellos oficiales que en
actitud nacionalista y profesional, comienzan a ver en la dependencia del
Pentágono la causa de la pérdida de la capacidad militar para el cumplimiento
de la función específica de las fuerzas armadas (FFAA), la soberanía de la
Nación”.
Cardozo nos explica más adelante que “el segundo
grupo” a través de un análisis se llega a dar cuenta que no sólo las FFAA, sino
el país entero dependían económica y políticamente de EEUU... Por esa razón,
“su actitud nacionalista y profesional adquiere entonces una definición
antimperialista”.
No descubren la pólvora y de paso, adquieren
definición. Esta “segunda corriente” pensante, no sólo no es activa con
ideas norteamericanas, si no que tampoco lo es con ideas propias.
De poco les valió descubrir la dependencia y de nada
sirvió su actitud nacionalista de fidelidad a la Constitución, pues ganaron los
“infieles” con gran ventaja, una ventaja que continuamos sufriendo.
Por otra parte nos confirma que los yanquis, con dólares
y formación de verdaderas bandas de asesinos, transformaron a los más incapaces
en siniestras hienas, con el servicio de las cuales se llevó y llevará a
grandes orgías de sangre en toda América Latina.
Cardoso sabía de la penetración norteamericana, sabía
de la “cobertura” de asistencia, sabía de los cursos exclusivos para la
oficialidad de las tres armas y de la Policía, sabía de la ideología, del
contrabando de armas, sabía que “la formación” incluía la tortura, el
secuestro, el atentado, la bomba, tal como lo probaron pocos años después miles
de familias uruguayas.
El relato de G. Cardozo en su “... proceso político de
las FFAA” es aséptico, puro, cuidadoso, con cálculo. Sabe que hoy o mañana
puede desandar el camino.
Sabía Don Gerónimo de la existencia de un plan
preconcebido, para la promoción a puestos de mando a: “... militares
reaccionarios a algunos oportunistas y corruptos -por regla general los más
incapaces, lo que le permitió a Pacheco Areco pisotear la constitución y abusar
de sus atribuciones con el beneplácito de los militares de derecha y el visto
bueno de aquellos de los que le debían la promoción a puestos de mando-”
Y luego, desde la militarización masiva para los
empleados bancarios y trabajadores estatales, pasando por los plantones en la
Rambla, donde los trabajadores que caían extenuados eran levantados a garrote
limpio a la vista del pueblo y como “ejemplo” para el mismo, desde las
multitudinarias manifestaciones, reprimidas a escopetazos con perdigones, en
plena calle donde caían asesinados obreros y estudiantes, hasta las cárceles,
como la Isla de Flores, y cuarteles donde eran acarreados cientos y cientos de
uruguayos, sufriendo todo tipo de manoseos y torturas son para el Capitán
Gerónimo Cardozo “... manifestaciones rudamente reprimidas”.
Imposible lograr más limpieza de términos, pero aún
nos falta escuchar su autocrítica... “ de acuerdo con los proyectos de EEUU,
las Fuerzas Armadas pasarían a defender en el terreno militar, aunque no
exclusivamente los intereses económicos extranjeros; una dictadura militar como
la que estábamos acostumbrados a ver en la Argentina, o como la que surgió en
el Brasil después del golpe que derrocó al presidente Goulart, en 1964, no era
posible de imaginar en el Uruguay ni siquiera por parte de aquellos oficiales
más lúcidos”.
Claro, hacía cursos en EEUU para traer contrabando.
Nos cita más adelante el Cap. Cardozo la ya famosa
reunión del Círculo Militar, reunión recordada y remachada por cuanto civil
anda en la vuelta portando el virus del nacionalismo cuartelero, retransmitido
mediante las comprobabas formas de garrote, tortura y bala, pero, por acción de
la conciencia, genera poderosos anticuerpos en la inmensa mayoría de la
población, mayorías que portan el estigma de ser terroristas irrecuperables, o
revanchistas que son paradojalmente los que tienen mayores posibilidades de
recuperación.
La reunión postergada a raíz de la muerte del entonces
presidente O. Gestido, viene a realizarse por los primeros días de enero del
año '68, llegan al círculo más de ochocientos parásitos de todas las
categorías.
La maniobra fue craneada como un termómetro del
espionaje, bajo la fachada de un homenaje a los soldados bolivianos (y
norteamericanos), eliminados por el accionar guerrillero del “Che”.
Como homenaje fracasó la pulseada para saber a ciencia
cierta qué tuercas estaban flojas y qué tanto, vino a saberse pocos meses
después.
Cabe preguntarse cuántos de estos milicos
oportunistas, cómodamente instalados por años como apolíticos, vio esta
propuesta de Rivas y sus secuaces como una maniobra política.
¿Venía Rivas a sacarlos de su cómoda modorra, para
ponerse a pensar? Era demasiado, y juiciosamente se lavaron las manos.
Mas, cuando el enfrentamiento de clases hasta ese
momento oculto, se transformó en verdadera lucha física y las bombas y balazos
comenzaron a sonar en el mismísimo Uruguay y no en Bolivia, la pretendida
actitud pro guerrillera se ahogó por “el submarino” en los cuarteles.
Nos parece un inútil gasto de tiempo e imaginación
tratar de encontrar al dios verde, que no aparecerá seguramente.
Un documento de análisis del MLN Tupamaros sobre la
misma reunión del Círculo Militar expresa por un lado que “la división entre un
sector legalista y progresista y un sector golpista en las FFAA ha adquirido caracteres
nítidos y públicos”.
El término golpista, dadas las circunstancias, está
hoy lo suficientemente claro, pero también es cierto que los términos
“legalista” y “progresista” están bastante lejos de ser sinónimos. Los
hechos han puesto de manifiesto esta verdad.
La situación se venía abajo a pasos agigantados,
militares y civiles nos lo comprueban desde distintos enfoques, pero ¿por qué?
¿Cuál es la razón? Si es que aún no ha sido suficientemente claro.
LA DEPENDENCIA ECONÓMICA, EL DERRUMBE
LA DEPENDENCIA ECONÓMICA, EL DERRUMBE
“La dependencia económica internacional es un ingrediente fundamental de la
realidad histórica de nuestro proceso de desarrollo.
Primero la dependencia comercial de Gran Bretaña compradora de nuestras carnes,
vendedora de los Bienes manufacturados que Uruguay importaba y siempre
estableciendo los precios de ambos procesos comerciales.
La dependencia tecnológica de nuestro proceso de desarrollo industrial interno,
sin desplazar a la dependencia comercial.
La dependencia financiera que, - sin alterar las dos anteriores líneas de
dependencia- adquiere significación al paso que crece la asfixia de la
crisis Nacional.
La creciente dependencia -junto a todo lo anterior- directa de nuestras
industrias a las estructuras empresariales extranjeras, o sea la
desnacionalización de nuestra estructura productiva.
La única alteración al proceso creciente y permanente de dependencia se produce
cuando Gran Bretaña es sustituida por EE.UU., en su papel hegemónico dentro del
sistema capitalista internacional.
En estos dos puntos de apoyo de intereses: 1) Las minorías capitalistas
Nacionales y 2) La hegemonía capitalista internacional, se movió el proceso de
crecimiento y desarrollo del país.
Con contradicciones mayores o menores entre sí, pero siempre vinculados.
Acumularon ahorros y concentraron capital organizando un drenaje hacia el
exterior de enormes porcentajes de nuestro ingreso Nacional a través del sistema
de precios, de intercambio comercial; de royalties, de intereses y de ganancias
directas empresariales.
Bajo el control de estos intereses es que se dio el particular desenvolvimiento
del Uruguay y su ulterior derrumbe”.
Es un frio baño de realidad para nuestro sueño de Uruguay feliz, al estilo de
los cinco días previos a la elección Nacional, cuando vemos ahí, la “V” de la
victoria (y siempre perdemos por poco).
Dejemos de mentirnos con la literatura patriotera, la verdad es que no sólo no
somos independientes, sino más bien, todo lo contrario y mucho menos somos
“hermanos Uruguayos”, o somos hermanos que nos queremos muy poco o incluso
algunos, nos odiamos muy mucho: nos torturan, nos roban, nos extorsionan,
coaccionan y coercionan, nos explotan, nos garrotean y sablean, nos meten bala,
nos encarcelan, nos desaparecen, nos arman “mesa chica”, “consenso” y nos
regalan impunidad.
Esto habla muy mal de nuestro amor fraterno.
“Obreros, empleados, funcionarios públicos se
confundieron en niveles de confort de clase media y consolidaron una serie
significativa de conquistas sociales a través de las luchas sindicales que,
salvo excepciones sectoriales, lograban objetivos negociados”.
“...la gravitación sindical por la vía de la presión
para el reparto no significó nunca la participación popular orgánica en la
estructura del poder político o económico sin prejuicio de la presión social
con resultados debe aceptarse como una forma de presencia en el proceso”.
“La caracterización económico-social se dio en un
marco muy amplio de liberalismo político, ideológico e informático”.
“El enfrentamiento ideológico y de clases se dio
siempre, pero -con excepción del período de dictadura de 1933 a 1938- el
proceso político del país se caracterizó por su funcionalidad democrática”.
“Este liberalismo conformó junto con la distensión
social del nivel de ingresos y la concentración urbana del proceso industrial,
las especiales características de la sociedad uruguaya: una sociedad abierta en
sus formas de relación, en el valor de la dignidad personal y en su conducta
permanentemente reivindicativa de derechos sociales e individuales”.
“El proteccionismo arancelario y favorable posición
financiera de la coyuntura de la guerra y post guerra (1940-1950), permitió
esconder la agudeza natural de las contradicciones de clase y la sustituyó por
conflictos económicos en que empresarios y trabajadores regateaban su
participación en el reparto del aumento que generaba el crecimiento”.
Esta es la época en que el crecimiento industrial y
las consiguientes luchas obreras formalizan de una vez y para las venideras las
famosas cantinelas del “gran triunfo de la clase obrera”.
Al paso de los años, en la medida que el estancamiento
industrial y económico obliga a una variación en lo que hacía a la aceptación a
los planteos políticos de las reivindicaciones sociales europeas, en las
cabezas y en la bolsa de nuestros “liberales” capitalistas, se fue endureciendo
la lucha, se fueron recortando los servicios sociales, el garrote norteamericano
triunfador en las guerras sustituyó al garrote inglés, se fue apagando el sol
para “la Suiza de América” y se acabaron las “vacas gordas” para el que las
tenía.
Todo cambió demasiado rápidamente, barriendo con los
grandes triunfos y los estrategas de escuela, barridas también las estrategias
en los cerebros anquilosados de los dirigentes”.
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