"Yo soy Rufo...", parte VI: Corrupción


Versión corregida y actualizada por el autor
Del libro de Ricardo Perdomo "Yo soy Rufo...y no me entrego"




“Por las manos de nuestro espía pasan informes completos y al detalle de todas las personas que por su posición social y/o política puedan hoy o mañana ejercer cargos de importancia dentro de la superestructura estatal o privada.
Blancos o colorados, análisis y evaluaciones de empresas periodísticas, movimientos sindicales, estudiantes, iglesias, análisis psicológicos de figuras públicas y sus familiares, evaluaciones hechas con total evidencia por uruguayos o personas con un largo conocimiento del medio”.
La CIA parte de la premisa de que toda persona es enemigo en potencia, no importa cuán servil y sumiso sea.
Políticos, industriales, militares, policías son sometidos a un constante estudio en busca de la menor desafección.
Cada personalidad, cada aliado tiene su ficha con datos filiatorios, actividades, vida personal y familiar, así como sus relaciones oficiales amistosas.
Análisis de su personalidad correspondiente al sujeto en cuestión, sus puntos vulnerables y posible evolución futura en lo personal; y en lo político la ficha también integra elementos que podrían servir en un momento dado para ejercer presión (extorsión) sobre el individuo.
Complementan todo esto con una red de información que tiene en sus registros desde los secretos de Estado hasta las andanzas extramatrimoniales de un ministro, director, o la esposa de un diputado. Al mismo tiempo disponen de un sistema de chequeo y contra-chequeo para comprobar la información y vigilar a sus propias fuentes.
“Viene a ser como una calesita donde el caballito de atrás vigila al de adelante, y moviendo los hilos está la fachada de la CIA”.
No vamos a pretender sorprender a nadie con detalles del espionaje, ni con la miseria moral de “nuestros” gobernantes y su tropa al uso para la represión. Esto que está comprobado hasta la saciedad, es tan solo una pequeña introducción a lo que vendrá.
Desde el finado Acosta y Lara, pasando por Jorge Batlle y el Gerente Gral. del Banco Transatlántico, son algunos peces más o menos comprometidos pero se cuentan con largas listas los personajes dentro de estas redes siniestras al precario amparo imperial. Porque algunos fueron debidamente ajusticiados, otros... esperan su turno.
Sobre el asunto corrupción no podemos decir nada novedoso, algo distinto sí, la cosa es clara: sistema burgués y corrupción son dos caras de la misma moneda.
Vamos a mencionar algunos casos lejanos pero “conocidos por todo el mundo”, pero a su vez “nadie tiene conocimiento”.
Dentro del conocido juego de disolución del enemigo, donde se resalta a cada paso sangrientos atentados a la democracia, contra inocentes soldados que aprenden a torturar y a asesinar, con maestros importados desde Norteamérica, con munición importada del mismo lugar, y armas, granadas, bazucas, tanques y aviones, y hasta los pintorescos trajecitos verdes y azules pagados a precio de oro. A los yanquis mencionaremos como quedó dicho, el caso de un conocido personaje.
El proceso del Juez de la Nación J. A. Púrpura por varios delitos y maniobras fraudulentas traía además una pequeña colita.
En el propio domicilio de este respetable ciudadano Juez, para más garantía moral del sistema que nos gobierna, fue hallado un verdadero arsenal del que en épocas de Nardone, disponían los criminales con protección ministerial, grupos denominados en su época pre-escolar “de choque anticomunista”, “grupo alerta”, etc., etc...
Desde la República del Paraguay, no por casualidad, se habían importado la módica suma de trescientas ametralladoras.
La orientación política, o sea, el lavado de cerebro y la orientación militar se impartía en los cubiles sediciosos del USIS (Servicio de Información de los Estados Unidos), y en el hotel Victoria Plaza que son solamente dos de los cubiles, por ahora, mencionados de los terroristas internacionales de la CIA y del FBI.
La embajada norteamericana movió los hilos de sus sirvientes, quienes sepultaron prestamente los expedientes, es que este colaborador de la CIA con apellido de mortaja, tenía el cometido de reclutar nada menos que jueces y abogados para la CIA... La pregunta lógica es ¿a cuántos reclutó?
¿A quién puede extrañar que desaparezcan los expedientes cuando han desaparecido a familias enteras?
El entrenamiento práctico de estos grupos, alumnos del Juez, lo realizaban en el departamento de Florida, con manuales proporcionados por los yanquis.
Ya veremos por dónde nos llegaba el material subversivo foráneo. Como los contactos más destacados de la CIA se encuentran dos conocidos: Ballestrino y Braida, entre otros muchos adelantados.
Habíamos visto que los hermanos del norte no estaban dispuestos aún a la línea de mano dura, ya veremos también cómo resuelven pragmáticamente los muchachos CIA estas aparentes contradicciones.
Vamos, sin más pérdida de tiempo, al segundo pilar de Estado para que la representación tenga las debidas garantías.
El caso del Dr. Alejandro Rovira, es un pequeño botón de muestra de un lugar cualquiera de los partidos tradicionales, en este caso es el Parido Colorado, colocamos la lupa sobre este personaje pero muy  bien podría haber sido cualquier otro. Y la conclusión no tendría variantes significativas, sería lo mismo o peor, ya sea porque la corrupción los ha carcomido o, porque los que aún pudieran zafar conocen vida y milagros de toda la pudrición de los aparatos estatales.
Es decir, que existen formas de complicidad por omisión con el silencio, “como el Uruguay no hay” nos decían a cada instante, y es cierto.
Los nombres y los hombres aquí escrachados son solamente representativos, es como una especie de causa vitalicia, siempre vigente y actuante. Como nos enseñaron nuestros próceres militares en la dictadura, los hombres pasan, la corrupción queda... y se agranda.
Hemos colocado al señor Púrpura, representando la Justicia uruguaya, pilar sagrado del Estado.
Continuaremos nuestro recorrido con Parlamentarios y Ministros, todos a una como dignos representantes de los siguientes pilares de nuestra democracia suiza, o casi suiza.
Por último, siguiendo el orden que le corresponde en la escala, a pesar de que son los tapones que saltan primero porque no valen nada, un milico, comisario en este caso.
Corrupción de provincia, como quedó expresado, corrupción de un pasado no lejano como desearíamos.
Corrupción que al paso implacable de los años, se profesionalizó, se corrigió y aumentó, multiplicándose a escalas gigantescas, pornográficas.
El ayer... Ministro fue Rovira, Subsecretario del Ministro del Interior con Gestido, mimado y preferido de los yanquis, Ministro de Relaciones Exteriores de la dictadura, de la logia, hasta el mes de julio de 1978.
No podemos cometer el error de olvidar precisamente al órgano estatal que ejecuta, el Ejecutivo, el que da las órdenes al resto de los aparatos, los legales y los ilegales, el que decreta la vida y la muerte, el atentado, la extorsión, la paliza callejera, la violación en todas sus formas.
El Ejecutivo, el órgano que te vigila con todo su poder político y militar.
El Ejecutivo, el Presidente y sus Ministros, el órgano supremo, el que te borra, el que te saca el pan y te garrotea, el que te tortura y “no tiene conocimiento” nunca de nada. El que miente, descarado, impune.
El expediente de este sujeto Ministro del Uruguay lo indica como: Alejandro Agustín Rovira, extorsionador, violador, estafador y espía de la embajada norteamericana. Coadyuvante de la penetración extranjera en nuestra patria.
Cuando el susodicho sujeto ejercía el cargo de Director de Migración, le fue comprobada su conjura con el propietario de un cambio, para vender timbres fiscales a sobreprecio, compartiendo ganancias.
Utilizando su poder con el cargo de Director de Migración, presionaba a ciudadanas extranjeras, amenazándolas con la deportación si no se avenían a sus repugnantes reclamos.
Pero además tenía el descaro de amenazar con palizas.
En el expediente acusatorio constaban detalles basados en las declaraciones de testigos.
El Coronel Berta participó en el sumario Rovira; el Coronel fue el coordinador del primer entrenamiento de los yanquis en el Departamento de Salto.


El Coronel tenía miedo al Ministro porque conocía detalles escandalosos del oculto expediente. El Coronel buscó ansiosamente el ala protectora de los yanquis bajo la persona del asesor norteamericano Sáenz, hombre del FBI, quien lo recibió con los brazos abiertos.
Por su parte el repugnante Rovira jamás pondría el menor reparo al “trabajo” de los yanquis, pero en todo caso, había formas para “convencerlo”.
El protector de Rovira fue nada más ni nada menos que W. Guadalupe, un blanco de “pura cepa”; pero en realidad, el sector blanco tenía como objetivo la obtención de la Cartera del Interior para nuestro conocido Gari, en ese entonces propietario del diario El Debate, Ruralista y columna vertebral de la dictadura, desde sus inicios con el finado Pacheco, del color opuesto.
El expediente Rovira terminó como todos los expedientes, sepultado en el más impenetrable misterio, no sin antes haber pasado por varios cómplices, quienes, como es norma entre las familias honradas de nuestro país, leían y ponían precio... al silencio.
Existen varios nombres ilustres, nombres históricos: Heber, Storace.
“Parece mentira -dicen después ofendidos-, ensuciando a familias honradas”.
A pesar de discursos con poses de ofendidos, W. Guadalupe también se involucró en la defensa de otro criminal. Esto por supuesto no tiene nada de pecaminoso en el caso de que se fuese a defender a favor de la justicia, pero justamente el caso es que fue todo lo contrario, de lo contrario, no figuraría en este relato.
Bessio Viña, Jefe de Policía y dirigente político, contaba a un grupo de conocidos (entre ellos al entonces Director del Ministerio del Interior Tte. Danilo Micale), la forma en que dirigía los interrogatorios, en los cuales Bessio participaba directamente, así como las torturas que aplicaba llevando hasta la muerte a dos detenidos.
El Senador de la República y Director del diario El Debate, W. Guadalupe justificaba y tapaba los crímenes y corruptelas del Jefe de Policía, y expresaba “con razón o sin ella”, por motivos de “lealtad partidaria los blancos tienen que aprender de los colorados, que defienden a los suyos por encima de todo”. Sabedor de lo que esconden unos a otros, Guadalupe no se inmutaba.
El sector de Guadalupe estaba dispuesto a sacrificar a Bessio o cualquier otro infeliz, a cambio de la Subsecretaría del Interior, para José Gari, pero con la defensa de este milico, se hizo una pequeña táctica de aproximación al objetivo, pequeñas batallitas familiares, entre los dueños de “la cosa política”, dueños del poder, del hacer y deshacer a su antojo.
No nos interesa saber ni siquiera cómo se liquidó la cuestión, ni mucho menos, en todo caso no fue a favor de la justicia ni del pueblo, ni de las víctimas.
Esto es un muestreo para ubicarnos en el papel que juega el Pueblo o, más bien, el papel donde no juega.
En el caso de Bessio Viña, en el caso Rovira, Púrpura ¿adónde quedamos la “masa anónima”, la que “no toca pito en nada”, la sangre del Pueblo?
Esto no le puede interesar a ningún político que se precie, aquí lo que en realidad interesa es el fin, la Cartera Ministerial, la Subsecretaría, la Banca Parlamentaria, la Jefatura de..., la Dirección de..., y no interesa el medio, la sangre del Pueblo.
Ya nos decía Mario... “cómo nos ensartaron en la limpia república verbal, cómo nos idealizaron la vidurria de vacas y estancieros, y cómo nos vendieron un ejército que tomaba su mate en los cuarteles”. En verdad, Mario, no fuiste el único ensartado, incluso hay quienes piden para ensartarse.
Podríamos quedar solamente en un muestreo, si no hubiese corrido tanta agua bajo los puentes. Pero hoy, después de tanto palo, tanta Cadena Nacional, tanta CNN, con guerras ganadas en los desiertos, tanta ayuda norteamericana para África, tanta ayuda para Centroamérica, tanto bloqueo.
Tanta “salida democrática”, tanto diálogo que sobrevuela y subyace, tanto Wilson preso, tanto Seregni con “muerte militar”, con resurrección milagrosa, con tanto ejército victorioso, lleno de torturadores, de asesinos a sueldo, con tantos militares demócratas, peleando con uñas y dientes por reincorporarse al mismo ejército podrido hasta sus más profundas raíces. Esas mismas raices que dijo el Gran  Mason que temblarian y pero..."los que seguimos temblando somos siempre vos y yo".
Hoy cuando el mundo, nuestro pequeño y miserable mundo, oscila entre las manos de un degenerado y un alcohólico, nos preguntamos... ¿qué fue del orgullo, qué de la dignidad?
Hoy todo es cuestión de precio, de mercado.... ¿cuánto valen tus ideas? ¿una banca? ¿un cargo?
Nosotros, pobres humanos ¿vamos a juzgar conductas? ¿podemos juzgar a aquellos que han usado y usan al Pueblo en beneficio propio?
¿Podemos nosotros, pobres humanos, juzgar a aquellos que traficaron con los muertos del pueblo, con la sangre del Pueblo? ¿Podemos nosotros juzgar la conducta de esas inhumanas criaturas que se enriquecieron robando a nuestro Pueblo, que nos causaron tanto dolor?
¿Podemos acaso juzgar a un Gavazzo, un Bordaberry, un Sanguinetti, un Ramírez, un Gianola, etc., etc.?
Nosotros, humanos sujetos a error, no podemos juzgar.
¡No! Pues ya están juzgados por sus propios hechos.
Lo único que nosotros podemos hacer, que estamos obligados a hacer es, con lo que se tenga, ¡ cumplir la sentencia que pesa sobre estos delincuentes!

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