El "pacto de silencio" oculta una fosa común



Excavación en fosa común, San Vicente, Cordoba, Argentina. Imagen que oculta Uruguay.

9 de junio de 2014

 CRÓNICAS DE 30 AÑOS EN PERIODISMO

El "pacto de silencio" oculta una fosa común

El 15 de marzo de 2002 se confirmó que Simón Riquelo era el muchacho que Rafael Michelini ubicó en Buenos Aires con los datos que surgieron de una investigación periodística que realizábamos para Posdata. La información nos la había dado un represor argentino, miembro de la banda de Aníbal Gordon que aceptó colaborar en la búsqueda. La confirmación de la identidad del hijo de Sara Méndez hizo creíble al informante, que había dicho que todos los uruguayos que en aquel 1976 estaban en el centro clandestino de detención Automotores Orletti de Buenos Aires fueron traídos a Uruguay para su "disposición final".
El 17 de marzo, entonces, publicamos en La República que había existido un "segundo vuelo" y una veintena de uruguayos que creíamos desaparecidos en Argentina, en realidad teníamos que buscarlos en Uruguay. Tres meses después, el 9 de junio (hace hoy exactamente 12 años) publicamos otro informe en La República con una presunción que hoy comprendemos como una certeza: los pasajeros de aquel vuelo no murieron por un exceso en la tortura, sino que fueron ejecutados (del mismo modo que había ocurrido en 1974 con los fusilados de Soca). Y algo peor aún: la dictadura enterró a esos desaparecidos en un cementerio clandestino.
La mayoría de los datos que manejábamos en aquel artículo de 2002 en La República se fueron confirmando, corrigiendo y ampliando en las investigaciones continuadas en los años siguientes. Tres años después, la Fuerza Aérea admitió que había existido aquel vuelo de 5 de octubre de 1976 en el que trajeron a los uruguayos de Orletti. Meses más tarde los cuerpos de los uruguayos desaparecidos comenzaron a aparecer en tumbas clandestinas dentro de unidades militares. Pero todavía falta encontrar los cuerpos de los secuestrados que trajeron en 1976 (como volvieron a hacerlo en 1978).
Esa es la verdadera razón del "pacto de silencio" que los militares mantienen en el tema de los desaparecidos y que no terminan de esclarecer las instituciones de un Estado que, aunque hoy tenga otro gobierno, es el mismo que practicó el terrorismo de Estado en los años del Plan Cóndor. Las Fuerzas Armadas no quieren reconocer que, como en Argentina, El Salvador o Guatemala, en Uruguay también existe una fosa común... Más temprano que tarde vamos a encontrarla.

Roger Rodríguez
(9 de junio de 2014)

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