Tupas versus MLN II
Es más que eso. Es más que las diferencias ideológicas, es + que la lucha de clases, del bien contra el mal, del materialismo contra el humanismo; es la ancestral lucha X la superación, ese impulso latente e inmortal del hombre por crecer, por superar a la bestia originaria que parece primar cada vez más.
Ser tupa es pensar con cabeza propia, ser capaz de entregarse, de dar; de ir hasta las últimas consecuencias X defender lo que se cree, aún sabiendo que no se poseen certezas de su exactitud.
Es claro que los tupas/tupas no pueden concordar con ésta versión electoral del MLN porque inevitablemente va a ser una minoría captada, cooptada y absorbida por el sistema con su experiencia milenaria.
Ser tupa es ser rebelde y creativo, no todos los tupas están en el MLN, ni todos los que están en el MLN son tupas. Es demostrable que el MLN se auto-destruyó, pero es innegable también que cumplió un papel histórico de catalizador. Condicionó la historia de éste país en una medida difícil de evaluar en tiempo real. Es deplorable que se transformase en un ente inocuo que no es ni chicha ni limonada y que se haya fragmentado por luchas intestinas dinamizadas por mezquinas búsqueda del poder.
Creo que todo el proceso vivido ha sido positivo incluido el derrumbe último porque va a significar un proceso de purificación y decantación. Lo que quedó de nuestra geriátrica izquierda desgastada, cansada y descreída - por más que se distinga por su pragmatismo - es patético.
Bastaría con recordar el volumen enorme de entrega, de sacrificio y de sufrimiento de toda esa generación que se inmoló y del país arrasado, sucateado y envilecido, para que resultase intragable ésta realidad cantinflesca y kafkiana a la que asistimos y que es, en definitiva, lo que provoca la dicotomía entre los Tupas y el MLN.
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