MILITAR RECONOCE TORTURAS
La marca de la infamia
Por primera vez, un ex militar reconoció con detalle ante la Justicia las torturas aplicadas a los presos políticos en la dictadura, incluyendo el submarino y la picana.
Asencio Lucero ocupó durante la dictadura uno de los puestos de Inteligencia en el Regimiento de Caballería número 9. En los pasados días, declaró ante la Justicia por una denuncia presentada por la fiscal Silvia Nápoli a causa de las torturas sufridas por un grupo de mujeres en la década del '70.
El semanario Búsqueda accedió a algunas de las declaraciones de Luzardo, en las que se describen por primera vez en forma detallada las torturas efectuadas por militares a los detenidos políticos
Por ejemplo, el submarino mojado y seco para que sintieran asfixia, la picana eléctrica, la privación del sueño, desnudo de mujeres o plantones prolongados hasta que los detenidos se desplomaban porque no aguantaban el peso de sus cuerpos.
"Esta es la primera vez, al menos que yo tenga conocimiento, que un militar retirado reconoce explícitamente en un juzgado penal (...) las torturas a las que se sometió a los presos políticos", dijo a Búsqueda el abogado de las mujeres, Federico Álvarez Petraglia.
Lucero declaró a la Justicia que tuvo a su cargo a Amodio Pérez y Alicia Rey, a quienes "tenía escondidos porque sus ex amigos los querían matar porque ellos habían hablado".
"Cuando usted entra en un estado de guerra o conmoción todo vale y se pierden las referencias", justificó.
"El tacho (en referencia al submarino) con agua tenía agua limpia y el tacho seco le vendaban la cara y los ojos (...) Se aplicaba para los reacios a conversar, el que se cerraba iba al tacho", dijo.
El submarino seco consistía en "envolverle la cabeza con una bufanda" y dejar a la persona atada contra una pared y parada cinco horas.
Reconoció que se aplicaba la picana en las piernas pero dijo que no se hacía en los genitales. El primer paso era el plantón, el siguiente el submarino y en el caso de las mujeres se las desnudaba para "ablandarlas" y que empezaran a hablar.
Lucero integraba uno de los equipos de "interrogadores" con el teniente Braida y Brusconi, ya fallecidos. Él se especializaba en la "tortura psicológica", como cortar todas las visitas y no dejar dormir a la víctima. "No era correcto pero era necesario", concluyó.
Publicado por Montevideo Portal
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