El discurso de Obama en la ONU es "la perorata de siempre para encubrir los crímenes de EE.UU."

El discurso de Obama en la ONU es "la perorata de siempre para encubrir los crímenes de EE.UU."





El presidente estadounidense utilizó su discurso ante la Asamblea General de la ONU para encubrir, con la retórica habitual sobre los dictadores, "los crímenes de guerra masivos de Washington", los cuales han afectado a millones de personas, asegura el exasesor económico del gobierno de Ronald Reagan Paul Craig Roberts.

La 70.ª Asamblea General de la ONU


En el 70 aniversario de la ONU, "no está claro cuánto bien ha hecho", escribe el economista en su nuevo artículo, explicando que, mientras que algunas operaciones de mantenimiento de la paz de la ONU "tuvieron un éxito limitado", en numerosas ocasiones la organización fue utilizada por Washington para hacer la guerra, como en el caso de la Guerra de Corea y la Guerra Fría contra la Unión Soviética.

"La ONU no ha hecho nada para detener las invasiones y bombardeos de siete países por Washington, ilegales según el derecho internacional, o el derrocamiento mediante un golpe de Estado de los gobiernos democráticos en Honduras y Ucrania por parte de Obama", lamenta Roberts.

Según el analista, de todos los discursos pronunciados en la Asamblea General este año, los más sinceros han sido los de los presidentes de Rusia e Irán, que se negaron a aceptar la falsa realidad que está siendo impuesta por los medios de comunicación occidentales propagandísticos y Washington "con el fin de seguir ejerciendo su hegemonía sobre todos los demás".
El discurso de Obama, la "perorata" de siempre

Mientras tanto, "Obama nos dio la perorata tradicional de Washington", afirma el economista, que analiza la intervención del mandatario estadounidense desde un punto de vista crítico.

Según Obama, EE.UU. ha trabajado para evitar una tercera guerra mundial, para promover la democracia derrocando gobiernos violentos, para respetar la dignidad y la igualdad de valor de todos los pueblos, "a excepción de los rusos en Ucrania y los musulmanes en Somalia, Libia, Irak, Afganistán, Siria, Yemen y Pakistán", recuerda Roberts .

El presidente de EE.UU. declaró que el propósito de Washington es "impedir que los países más grandes impongan su voluntad a los más pequeños", aunque, en realidad, "imponer su voluntad es lo que Washington ha estado haciendo a lo largo de su historia y, sobre todo bajo el régimen de Obama", apunta el analista.

Respecto a la cuestión de los refugiados que invaden Europa, EE.UU. afirma que no tiene nada que ver con ello, y que es culpa de Bashar al Assad, que tira bombas sobre la gente. "Cuando Al Assad deja caer bombas, oprime a la gente, pero cuando Washington lanza bombas, la libera", enfatiza el autor del artículo, publicado en el portal PaulCraigRoberts.org.


El mundo se enfrenta es a dos gobiernos canallas antidemocráticos –EE.UU. e Israel– que creen que su 'excepcionalismo' los coloca por encima de la ley

"Obama dijo que había atacado Libia con el fin de 'evitar una masacre', pero, por supuesto, fue el ataque de la OTAN contra Libia el que perpetró una masacre", prosigue el analista. "Pero todo fue culpa de Gaddafi. Él iba a masacrar a su propio pueblo, por lo que Washington lo hizo por él", ironiza.

En opinión de Roberts, "Obama trató de encubrir los crímenes de guerra masivos de Washington, los crímenes que han matado y desplazado a millones de personas de siete países" con la retórica sobre la necesidad de resistir a los dictadores.

En este sentido, Roberts recuerda la pregunta que hizo el presidente Putin en su discurso ante la Asamblea General, dirigiéndose a los que desde fuera generaron los conflictos en Oriente Medio: "¿Se dan cuenta de lo que han hecho?"

"Sí, Washington se da cuenta de ello, pero Washington no lo admitirá", sostiene el escritor, agregando que el discurso de Obama dejó claro que EE.UU. no acepta ninguna responsabilidad en la destrucción de vidas y en las perspectivas de millones de musulmanes.

"A lo que el mundo se enfrenta es a dos Gobiernos canallas antidemocráticos —EE.UU. e Israel— que creen que su 'excepcionalismo' los coloca por encima de la ley", lamenta Roberts.

A su juicio, "las normas internacionales significan las normas de Washington e Israel", y los países que no cumplen con los dictados de EE.UU. e Israel son los países que no cumplen con las normas internacionales, definición que no han aceptado los presidentes de Rusia, China e Irán.

"Las líneas están trazadas. A menos que el pueblo estadounidense entre en razón y expulse a los belicistas de Washington, la guerra es nuestro futuro", asevera el experto.

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