Forjando la Memoria: CARLOS ARÉVALO
CompartirCarlos Pablo Arévalo Arispe nació en la localidad de San Ramón, Canelones, el 30 de junio de 1916, viudo, de profesión peluquero y militante del Partido Comunista.
Fue detenido el 15 de diciembre de 1975 en un operativo que se realiza en horas de la madrugada en su domicilio. En la ocasión son detenidos también su hijo Eugenio y su nieto de 13 años de edad.
Por testimonio de su hijo liberado al día siguiente, es trasladado al Servicio de Material y Armamento del Ejército, conocido con el nombre de “La Fábrica” o “300 Carlos” o “El Infierno Grande” ubicado en el predio del Batallón de Infantería Nº 13 en Montevideo.
La sobrina de Carlos Arévalo declara ante la Comisión Investigadora Parlamentaria:
“… El 15 de diciembre de 1975 se lo llevaron personas de particular en horas de la noche junto a su hijo y su nieto, a ellos los trajeron al otro día y revisaron toda la casa, rompieron cosas, abrieron los roperos, tiraron la ropa, hicieron pozos en el fondo, buscando armas, seguramente. Hay vecinos que oyeron que decían que iban a destrozar toda la casa. Cuando fue mi madre el mismo día, encontró todo por el suelo. Mi primo calcula que los llevaron a un cuartel, estaban encapuchados, cuando logra levantarse un poco la capucha vio cuando estaban interrogando a mi tío. A mi primo y a su hijo los tuvieron parados varias horas, el hijo pidió agua y dice que le dieron una trompada en el estómago, volvió a pedir agua y le trajeron agua sucia. El nieto tenía en ese momento 13 años de edad…”
De acuerdo con lo informado a los familiares de Carlos Arévalo, las fuentes militares confirman que antes de la muerte de Arévalo, había ocurrido la de otro preso en ese mismo lugar de reclusión clandestina, de nombre Oscar Bonifacio Oliveira Rossano. El cuerpo de esta persona, a diferencia de lo ocurrido con Arévalo, fue entregado a sus familiares. La decisión de entregar el cuerpo de Oliveira, lo fundan en el hecho de que esa persona había sido detenida por la policía y entregada para ser interrogada a efectivos de la OCOA, por lo que, como forma de cubrirse ante posteriores reclamos, resuelven entregar el cuerpo a la familia. No ocurrió así con Carlos Arévalo.
Eugenio Carlos Arévalo, hijo del militante desaparecido en 1975, declaró que se había reunido con los delegados de la Comisión para la Paz, quienes confirmaron la muerte de su padre. Arévalo recordó que él mismo había sido detenido aquel 15 de diciembre de 1975: "No me olvido que en aquella camioneta Volkswagen había un cuerpo envuelto, tapado, que parecía de otro muerto", dijo, aunque no se le confirmó si aquel cuerpo podía pertenecer al también desaparecido Julio Gerardo Correa.
"Nos llevaron a todos al 13º de Infantería, lo identifiqué porque por allí está la vía del tren y el arroyo Miguelete. Yo estuve detenido ahí y no me olvido…”
Carlos fue intensamente torturado en “La Fábrica” y falleció dos meses y medio después de su detención, por las múltiples lesiones sufridas en las torturas dentro del propio Servicio de Materiales y Armamentos en la madrugada del 4 de marzo de 1976. Sus restos habrían sido enterrados y aún continúan desaparecidos.
(INFORMACIÓN TOMADA DEL LIBRO “A TODOS ELLOS” Y DEL DIARIO “LA REPÚBLICA”)
Marys Yic
Fue detenido el 15 de diciembre de 1975 en un operativo que se realiza en horas de la madrugada en su domicilio. En la ocasión son detenidos también su hijo Eugenio y su nieto de 13 años de edad.
Por testimonio de su hijo liberado al día siguiente, es trasladado al Servicio de Material y Armamento del Ejército, conocido con el nombre de “La Fábrica” o “300 Carlos” o “El Infierno Grande” ubicado en el predio del Batallón de Infantería Nº 13 en Montevideo.
La sobrina de Carlos Arévalo declara ante la Comisión Investigadora Parlamentaria:
“… El 15 de diciembre de 1975 se lo llevaron personas de particular en horas de la noche junto a su hijo y su nieto, a ellos los trajeron al otro día y revisaron toda la casa, rompieron cosas, abrieron los roperos, tiraron la ropa, hicieron pozos en el fondo, buscando armas, seguramente. Hay vecinos que oyeron que decían que iban a destrozar toda la casa. Cuando fue mi madre el mismo día, encontró todo por el suelo. Mi primo calcula que los llevaron a un cuartel, estaban encapuchados, cuando logra levantarse un poco la capucha vio cuando estaban interrogando a mi tío. A mi primo y a su hijo los tuvieron parados varias horas, el hijo pidió agua y dice que le dieron una trompada en el estómago, volvió a pedir agua y le trajeron agua sucia. El nieto tenía en ese momento 13 años de edad…”
De acuerdo con lo informado a los familiares de Carlos Arévalo, las fuentes militares confirman que antes de la muerte de Arévalo, había ocurrido la de otro preso en ese mismo lugar de reclusión clandestina, de nombre Oscar Bonifacio Oliveira Rossano. El cuerpo de esta persona, a diferencia de lo ocurrido con Arévalo, fue entregado a sus familiares. La decisión de entregar el cuerpo de Oliveira, lo fundan en el hecho de que esa persona había sido detenida por la policía y entregada para ser interrogada a efectivos de la OCOA, por lo que, como forma de cubrirse ante posteriores reclamos, resuelven entregar el cuerpo a la familia. No ocurrió así con Carlos Arévalo.
Eugenio Carlos Arévalo, hijo del militante desaparecido en 1975, declaró que se había reunido con los delegados de la Comisión para la Paz, quienes confirmaron la muerte de su padre. Arévalo recordó que él mismo había sido detenido aquel 15 de diciembre de 1975: "No me olvido que en aquella camioneta Volkswagen había un cuerpo envuelto, tapado, que parecía de otro muerto", dijo, aunque no se le confirmó si aquel cuerpo podía pertenecer al también desaparecido Julio Gerardo Correa.
"Nos llevaron a todos al 13º de Infantería, lo identifiqué porque por allí está la vía del tren y el arroyo Miguelete. Yo estuve detenido ahí y no me olvido…”
Carlos fue intensamente torturado en “La Fábrica” y falleció dos meses y medio después de su detención, por las múltiples lesiones sufridas en las torturas dentro del propio Servicio de Materiales y Armamentos en la madrugada del 4 de marzo de 1976. Sus restos habrían sido enterrados y aún continúan desaparecidos.
(INFORMACIÓN TOMADA DEL LIBRO “A TODOS ELLOS” Y DEL DIARIO “LA REPÚBLICA”)
Marys Yic
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