Los torturadores deben ir a cárcel común; sus víctimas: Gladys Yáñez

Forjando la Memoria (39) GLADYS YÁÑEZ, de Marys Yic

Forjando la Memoria (39) GLADYS YÁÑEZ
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Gladys Elena Yáñez Rijo tenía 33 años de edad, nació en el Departamento de San José, estudiante de la Escuela Universitaria de Servicio Social y hacía trabajos artesanales. Militante de la UJC y de la FEUU.

Es detenida el 4 de setiembre de 1978 y recluida en el Cuartel de Caballería Nº 1 “Blandengues” en Montevideo. Ingresa al Establecimiento Militar de Reclusión Nº 2 (EMR 2) el 18 de octubre de 1978 y sentenciada a seis años de prisión.
Muere en el Hospital Central de las Fuerzas Armadas el 11 de setiembre de 1980, según el certificado de defunción, a causa de una “insuficiencia renal y anemia hemolítica”.

Testimonio de Myriam Fernández (detenida):
“… Gladys padece de una enfermedad que es una malformación de los glóbulos rojos; a la vez, tiene un problema en los filtros del riñón. Todo concluye que va a tener un tiempo de vida muy limitado pero, que con las condiciones de la detención se le va limitando mucho más. El médico que la atiende es el nefrólogo Dr. Fabius. En determinado momento, se le impide entrar a sala a ese médico y pasa a ser atendida por la Dra. Myriam Angora. Cuando la mujer la atiende, a pesar de que existe tratamiento indicado por el Dr. Fabius y un diagnóstico, ella comienza a hacer su experiencia ya que es una nefróloga recién recibida; desconoce y deja de lado el diagnóstico de Fabius y comienza a hacer una serie de pruebas. Eso hace que Gladys, en 15 días se descompense totalmente; descompensación que, por ese problema, hizo una anemia importantísima. La indicación de la Dra. fue hacerle una transfusión de sangre, cosa que tiene contraindicada por Fabius, la descompensación sigue y la enfermedad se complica. (…)
Las condiciones de higiene son pésimas. No hay asistencia. En ese momento estamos las dos internadas en el hospital; es el mes de julio de 1980. Le dan una serie de transfusiones más o menos cada 15 días hasta el mes de setiembre. De todas formas a ella le dan el alta en esas condiciones. La llevan al penal y vuelve al hospital 48 horas después. Las compañeras del penal cuentan que se siente mal a las 4 de la tarde; llamaron a la Dra. Rosa Marsicano, que está de guardia en el penal. La llamaron a las 4 y 30 y la internan a las 18 y 30 en el hospital. Llega con convulsiones; yo le pregunto al médico que le dieron y me contesta que Rivotril. (…)
Al otro día de mañana pasó al CTI de donde no volvió…” 


Testimonio de Cecilia Duffau (detenida):
“…Era menuda, bajita, con problemas de salud muy serios. Tenía un solo riñón que funcionaba mal, la presión arterial alta y anemia aguda. (…) Me encontré con ella en el Hospital Militar en 1978, estaba muy mal de salud, venía de un cuartel donde estaba incomunicada. Cuando se descompensó la internaron, era la primera vez que veía otra gente sin ser los milicos. (…) En marzo del 79 fuimos trasladadas al penal, supimos que Gladys había desmejorado mucho. La última vez que estuve con ella pasó muy mal, le hicieron transfusiones porque no recuperaba los glóbulos rojos, casi no comía, yo le mojaba los labios con un algodón. Se sentía flotar entre las nubes. “Ya no tengo tiempo de soñar” –me dijo- “Si me muero, no quiero estar sola con ellos, quiero estar con las compañeras”
El 11 de setiembre de 1980, desde el sector C, escuché el grito desgarrado de Mirtha Macedo, Gladys había muerto. Le cambiaron la medicación, no la atendieron, sabían que era grave y la dejaron morir. No les importó nada…”

Otro caso más amparado por la inconstitucional Ley de Caducidad. Ley que ampara y protege a los responsables de graves violaciones a los Derechos Humanos y a los criminales de lesa humanidad.

(INFORMACIÓN TOMADA DEL LIBRO “LOS OVILLOS DE LA MEMORIA” Y DEL TOMO 1 DE “INVESTIGACIÓN HISTORICA SOBRE DICTADURA”
Marys Yic.






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