Wikileaks: La verdadera cara de la guerra afgana

Revelados miles de documentos sobre la guerra sucia en Afganistán
La verdadera cara de la guerra afgana






La información proviene mayoritariamente de anotaciones hechas por soldados y oficiales de inteligencia desde la línea de combate, una especie de bitácora de batalla que revela detalles de los operativos realizados por las fuerzas internacionales lideradas por EE.UU (ISAF, por sus siglas en inglés).
Los informes inlcuyen la mayoría de las acciones letales en las que estuvo involucrado el ejército estadounidense, describen misiones encubiertas de “asesinato o captura” de líderes insurgentes, así como también las muertes de civiles de las que nunca se informó públicamente.
El corresponsal de la BBC para temas internacionales, David Loyn, describe los documentos como inteligencia militar “franca y al desnudo” del día a día en Afganistán.
La Casa Blanca condenó la publicación, que calificó de “irresponsable”.
Por su parte, el Ministerio de Defensa del Reino Unido aseguró que consultaría sus propios archivos para verificar la veracidad de lo publicado.

Documentos “legítimos”

En una rueda de prensa realizada en el centro de Londres, el fundador de Wikileaks, Julian Assange, afirmó que no dudaba de la legitimidad de los documentos.
El físico y matemático australiano que abandonó su profesión para fundar el sitio Internet de documentación filtrada y análisis no censurado, aseguró que el material publicado no incluye documentos de máxima seguridad, ni informes de la CIA o de otras fuerzas especiales con operaciones en Afganistán.
Señaló, sin embargo, que el material incluye la mayoría de los informes de la actividad militar de Estados Unidos y referencias a la labor de “otras agencias gubernamentales” que, según Assange, son eufemismos para nombrar a la CIA o la DIA (la agencia de inteligencia del Departamento de Defensa de EE.UU.)
El extenso material viene envuelto en la jerga militar y el lenguaje críptico de los organismos de inteligencia y hace referencia a un sinnúmero de incidentes a lo largo de la guerra.
El análisis de los mismos fue compartido entre el diario The Guardian, del Reino Unido; The New York Times. de EE.UU. y la revista Der Spiegel, de Alemania, los cuales utilizaron expertos y compararon otras referencias para descifrar los comunicados e interpretar los hechos.


Bitácora de batalla

Es así como Wikileaks publica una bitácora de batalla que documenta cientos de muertes de civiles afganos por ataques de tropas de ISAF y de un aumento pronunciado en bombas colocadas por el Talibán en la carretera para atacar tanto a las fuerzas afganas como a las extranjeras.
Hace mención de una fuerza especial estadounidense para asesinar o capturar altos mandos del Talibán y que este grupo insurgente ha adquirido misiles con la capacidad de derribar aviones.
Particularmente preocupante para la coalición es cómo queda expuesta la participación de Pakistán -un aliado de la coalición- cuya agencia de inteligencia (ISI) supuestamente colaboró con el Talibán, según lo publicado por Wikileaks.
Hablando a la BBC, el embajador de Pakistán en Washington, Husain Haqqani, negó la existencia de esa colaboración y subrayó que “el liderazgo de Estados Unidos sabe muy bien lo que hace Pakistán”.
A su vez, altos funcionarios estadounidenses acusaron a Wikileaks de poner en peligro la vida de soldados, civiles amigos y otros inocentes, aunque el senador demócrata John Kerry dijo que “sea cual fuere la manera ilegal en que estos documentos salieron a la luz, plantean serias interrogantes sobre la realidad de la política estadounidense hacia Pakistán y Afganistán”.
Julian Assange aseguró que su sitio Internet practica una política para “minimizar daños”, añadiendo que todo el material publicado tiene más de siete meses de antigüedad.
En cuanto a la veracidad del material Assange afirmó que los reportes “son legítimos”, aunque el contenido no necesariamente sería verídico, debido a que los soldados informando desde el campo de batalla podrían estar tergiversando las cifras de bajas, tanto de militares como de civiles e insurgentes.
No obstante, declaró inequívocamente: “No hay razón para dudar de la confiabilidad de estos documentos”.
Otra política de Wikilieaks es no revelar la identidad de sus fuentes, es por eso que el sitio está basado en Suecia, donde es ilegal hacerlo.
El sitio asegura tener otros 15.000 documentos más cuya publicación ha sido aplazada a pedido de la fuente.
Lo que ya ha sido publicado, sin embargo, es descrito como una “bomba” por el periodista del diario The Guardian, David Leigh, “una de las más grandes revelaciones en la historia militar que deja al descubierto el desorden y caos de esta guerra”.
Cuando la BBC le preguntó a Julian Assange ¿qué espera lograr con la publicación de estos documentos?, respondió: “La verdad es un gran catalizador para el cambio”.


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