lunes, 8 de octubre de 2012 - Publicado en el Blog El Muerto
Pando 8 de octubre de 1969
Enviado por Nestor Peralta Larrosa (quién fue herido de gravedad el 4 de julio de 1970 por un custodia de un jerarca estatal cuando se realizaba una acción tupamara)
LA SENDA ESTÁ TRAZADA, NOS LA MOSTRÓ EL CHE!
por Néstor Peralta
Ese día se levantaron con la calma de todos los días. Los integrantes del grupo iban saliendo para alcanzar los vehículos que según el plan debían tomar. No todos fueron con la funeraria. La mayoría tomaron el 4. Antes de salir, Salerno tomó la guitarra y le cantó a Pablo una canción desconocida en Uruguay. Luego tomó sus escritos, canciones suyas, y otros escritos suyos y se los regaló a Pablo. A éste le pareció un gesto extraño, pero guardó cuidadosamente ese regalo apreciado. Cuando subieron al 4, por precaución miraron a los pasajeros, y les pareció percibir que otros jóvenes desconocidos, como ellos iban viajando hacia el mismo destino. Un destino común que no solo era la ciudad de Pando, sino un destino de vida y ... de muerte.
Salerno y Pablo, llegaron con unos minutos de antelación, y entraron a tomar una grapa en un boliche. Salerno estaba feliz, y le dijo a Pablo, "me siento realizado", y fueron hacia la comisaría. Por el camino Pablo que iba de pantalón gris, y camisa celeste, se puso una corbata, un gorro gris y se colocó en la manga izquierda una escuadra de cabo, y la pistola en la canana. A la hora exacta entraron en la Comisaría. El Comisario saludó al cabo de la Fuerza Aérea Pablo, cuando ingresó en el cuartel, acompañado por Salerno. El flaco le sonrió a Pablo por última vez, cuando vió detrás del Comisario, sobre la pared, las fotos de los requeridos más "peligrosos"..., entre los que estaba la de Pablo.
Ya habían entrado los demás integrantes del grupo, excepto Enrique que llegó unos dos o tres minutos tarde, ya que había ido con el Coordinador general de la Operación. El objetivo del grupo fue realizado con mucha efectividad. Todos los policías fueron encerrados en los calabozos (al menos por el tiempo que durara la operación y vinieran sus pares a liberarlos).Minutos más tarde el Coordinador dió por terminada la operación de la toma de Pando. Un vehículo manejado por el Hugo, pasó a recoger a todos los de este grupo. Salerno sale y se sube a otro coche. Pablo le dice, "no flaco, nuestro auto es éste". El flaco no quiso hacer caso.
Pablo, y otros dos compañeros llegaron a la calle donde debería estar el coche que los llevaría al cantón. Pero el coche no estaba. El Hugo siguió camino para dejar el auto abandonado. Los demás decidieron tomar el ómnibus, cargados con bolsos llenos de fierros. Iban contentos por la labor cumplida. En el camino, el ómnibus se cruzó con muchas chanchitas... e incluso ya se oían noticias inquietantes en alguna radio a transistores. Pero no daban crédito a lo que oían, porque pensaban que todo había salido bien. De a poco, el grupo fue regresando a casa, menos el flaco. Pensaron que se había atrasado por haber tomado el coche que no correspondía. Pero de pronto escucharon los nombres de los ejecutados en Pando, Cultelli, Zabalza, y ... Salerno!
Los del grupo estaban en shock pero habían aprendido a controlar sus emociones y no debían quebrarse. En silencio, aprontaron las cosas para mudarse del local. La guerrilla urbana exigía rapidéz para abandonar los locales luego de sucesos como este. Salerno era el inquilino titular de la casa, y ésta sería inmediatamente allanada.
Pablo tomó el regalo que le hizo el flaco, y al poco tiempo se lo hizo llegar a la familia Salerno. Luego se enteró que la familia le pasó a Viglietti ese legado y que Daniel grabó las canciones de Jorge Salerno con letras de Julian García Y una por completo de Salerno , "La senda está trazada."
Algunos años más tarde, Pablo se encuentra en un calabozo tirado sobre el piso de adoquines, ojos vendados, cabeza encapuchada, manos atadas atrás con alambre, y piensa en Salerno. Ahora podía dejarse llevar por la emoción, y lo recuerda cantando la canción que el flaco le interpretó aquel 8 de octubre. A Pablo le sorprende conocer la letra de una canción que sólo había escuchado una vez, y la canta mentalmente. "Qué sabes de cordillera si tu naciste tan lejos, hay que conocer la piedra que corona el ventisquero, hay que recorrer callando los atajos del silencio."
Los atajos del silencio y los de la memoria, iban de la mano de Pablo.
Pasarían muchos años más para que Pablo se enterara de quien era esa canción, y fue cuando escuchó un disco de su autor, el cantautor chileno Patricio Manns.
"Llevamos cuatro siglos trabajando al sol, no haciendo otra cosa que cambiar patrón", de "La senda está trazada", autoría de Jorge Salerno.
Néstor Peralta
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