¡Habla el REY FILÓSOFO! (I)



¡Habla el REY FILÓSOFO! (I)



Estábamos discutiendo sobre la teoría del socialismo. Y de repente aparece un extenso reportaje a Mujica publicado en la revista argentina Perfil (1) que ha tenido amplia repercusión en los medios, tocando temas destacados: el condicionamiento de clase de nuestro sistema de Justicia; y las dificultades de la “integración regional” porque nuestros países se orientan a los Estados nacionales y las nuestras son “burguesías atrasadas”, “de mentalidad precapitalista”.

Otros temas de los que habla Mujica, a los que los periodistas no han prestado tanta atención:

· Crisis civilizatoria, ecología y capitalismo.

· Formas de distribución de la riqueza.

· Papel de la banca y de la inversión capitalista.

· Papel de la educación, la ciencia, la técnica y la filosofía.

· La propiedad de la tierra.

· La lucha por Verdad y Justicia.

Y además, específicamente, ¡”nuestro” tema! ¡”Socialismo real” y Cuba!

Sería un grave error pasar por alto a Mujica, o menospreciar la importancia de su discurso, o querer descartarlo como “viejo farsante”. Es necesario contestar debidamente TODOS sus planteos, en profundidad y sin descalificaciones. Porque resulta que es precisamente ese farsante quien convence a la gente, muchas veces usando caricaturas de nuestros propios argumentos.

Trataremos de esclarecer los temas en la medida de nuestras limitadas fuerzas. Antes, alguna cosa sobre su entrevistador. Carlos Gabetta es un periodista y escritor argentino de trayectoria radicado en México, Francia y España. Ex director de El Periodista y Le Monde Diplomatique. Recientemente ha representado al Partido Socialista Argentino en medios de prensa (lo que no habla muy bien).
Pero antes de eso también ha sido un ex guerrillero, integró el ERP. Su compañera fue asesinada por el ejército. Autor de libros muy conocidos y recomendables de reportajes desde la primera línea de batalla como “Todos somos subversivos”, “La sangre derramada”, “La encrucijada argentina”, etc.

Vamos a ocuparnos de lo que dice Mujica en esa entrevista sobre lasrevoluciones históricas de intención socialista (esta es nuestra propia denominación, Mujica las trata en términos diferentes). Sus conceptos no han sido una sorpresa para nosotros.

En nuestra nota anterior citamos a Marx y Engels.

“El desarrollo de las fuerzas productivas es la condición primordial e imprescindible del comunismo pues la socialización de la miseria solo puede provocar la reaparición de toda la vieja basura”. (La Ideología Alemana)

E inmediatamente dijimos: "Ese texto ha sido usado para descalificar a TODAS las revoluciones emergentes en países de la periferia capitalista como un “error histórico”. Mujica ha sido uno de los que lo ha planteado. El socialismo solo podría surgir de sociedades capitalistas “desarrolladas”, y en caso contrario se produce un “monstruito”. Es una idea profundamente equivocada, que se invoca para justificar la continuidad del capitalismo en Uruguay y en el mundo".

Y una semana después Mujica sale a confirmar una vez más eso que dijimos sobre él.

Mujica quiere hacer un contraste de la realidad vivida en los procesos revolucionarios (vista en forma bastante superficial) con su versión vulgar del marxismo. El problema es que esa versión es precisamente la que domina en nuestra cultura, y nosotros no hemos hechos gran cosa para superarla.

Esto dice Mujica:

“El capitalismo, como todo, es contradictorio. Por un lado, está la injusticia, la desigualdad, las guerras; pero ese egoísmo que lleva adentro es un motor formidable, que ha desarrollado ciencia, tecnología, todo eso ¿verdad? El capitalismo nos ha dado muchos azotes, pero nos regaló cuarenta años más de vida promedio en el último siglo… ¿qué te parece? Ahora parece haber dado todo de sí; lo lógico es que el socialismo democrático lo reemplace, pero los tiempos de la historia son largos. El capitalismo se desarrolló durante tres siglos sin democracia política…

“...el gran elemento distribuidor en la sociedad, al menos en la actual, es el salario. No es el único, y además tiene un límite, porque si le meto la mano demasiado en el bolsillo al que tiene que invertir, no invierte y al final tengo menos para repartir… Mirá el resultado humano y práctico que han tenido los experimentos apurados, 'definitivos' del socialismo: al final tuvieron menos para repartir…

“—También fueron experimentos antidemocráticos…

“— Por supuesto, porque cuando se te achica todo, tenés que caer en la ferocidad represiva… Pero lo peor de ese socialismo es la burocracia… Empezás a depender no de los productores, sino de los capataces…”

Esa visión vulgar sobre la vinculación de desarrollo capitalista con desarrollo científico-tecnológico, es de primordial importancia. Pero veamos primero lo último, la explicación de la deformación y colapso del proyecto socialista a partir de la escasez. Marx ya había advertido sobre el problema de “socializar la miseria”, pero aquí se supone una relación causa-efecto de tipo lineal.

Lo más curioso es que Mujica repite a Trotsky.
Ese el argumento casi textual de “La revolución traicionada” con su ejemplo de la panadería.

Así como en una familia en situación holgada no son necesarias las reglas de reparto porque cualquiera va a la heladera y saca lo que quiere, esas reglas se imponen en cambio en condiciones de escasez.

Si la panadería produce poco pan la gente debe hacer cola, si la cola se alarga se necesita un policía para mantener el orden. Así aparece la burocracia.

Ese es el ejemplo de Trotsky, Mujica lo recorta y lo dice con otras palabras. Y dicho así, es una simplificación equivocada.
La división social entre productor y “consumidor” (trabajador despojado de los medios de producción) es previa, o estos (si fuesen los dueños efectivos de la panadería) podrían resolver el problema de distribución de otra manera. Y cualquiera comprende que para que el policía o burócrata pueda aparecer,tiene que haber “alguien” que le asegure el pan sin necesidad de hacer cola. Además, cualquier trabajador sabe que el “productor” (como Mujica llama al propietario del medio de producción que vive del trabajo de otros, una forma muy usual de decir las cosas al revés) es quien “depende” del capataz para maximizar la explotación del obrero, pero el capataz no estaría allí ni cinco minutos si no fuese porque actúa en nombre del propietario.

Sin una determinada división social del trabajo preexistente esta evolución regresiva sería imposible. Lo que importa es por qué el intento de transformar esas relaciones sociales se termina frustrando.

La escasez no es la causa. Recordemos que las sociedades de escasez de los primeros tiempos de la Humanidad eran básicamente igualitarias, sin esa “ferocidad represiva”. Precisamente es la aparición del excedente económico lo que le da sentido a la represión, el guardián solo puede ser guardián de la desigualdad.

Esto nos puede a ayudar a explicar por qué, por ejemplo, cuando ese “experimento apurado del socialismo” hizo crisis, fueron los países con mayor excedente los que evolucionaron más “apurados” al capitalismo (la RDA, por ejemplo) en contraste con otros, entre ellos Cuba.

Pese a lo que diga Mujica, no se trataron en absoluto de “experimentos” y mucho menos apurados.

¡Experimento apurado Cuba! ¿Y por qué no hablar de la guerrilla que integró Mujica, si fue acaso “la mejor del mundo” como dice Fernández Huidobro, o fue un “experimento apurado”? ¿Por qué no hablar de los inventos del gobierno de Mujica, por ejemplo jugarse todos los boletos al proyecto Aratirí, con la regasificadora y el puerto de aguas profundas? ¿No habrá sido apurado?

¿Y por qué califica Mujica de "apurado" ese "experimento socialista"? En la primera parte de lo que citamos, nos ofrece esta explicación:

“El capitalismo... lleva adentro un motor formidable, que ha desarrollado ciencia, tecnología ...nos regaló cuarenta años más de vida promedio en el último siglo...”.

Esta es la mistificación del capitalismo como motor de desarrollo en ciencia y tecnología.

Veamos primero lo que ocurre en la actualidad.

Sobre las condiciones actuales la cosa es muy clara. El capitalismo, hoy, es un freno formidable para el desarrollo de la técnica y la tecnología, en tanto medios potenciales de mejora de nuestra vida.

A esta altura la evidencia de que es un freno, es enorme y abarca numerosos aspectos. Vamos a referirnos acá solamente a uno, que preocupa a Mujica. El tema de la energía.

En el gobierno de Mujica hemos visto dos movimientos contradictorios. El comienzo de la transición del país hacia el uso de energías renovables (lo que tendría mucho sentido), pero, al mismo tiempo, el aferrarse al “viejo vino en nuevos odres” como es el caso de la regasificadora, la central de ciclo combinado, o la producción de bio-combustible desplazando la producción de alimentos. Este segundo camino frustra todo el esfuerzo hecho en ese tránsito hacia las renovables, porque una cosa deja de tener sentido cuando se opta por la otra.

El estado actual de la ciencia permitiría perfectamente a Uruguay desarrollar una industria propia, por ejemplo, para fabricar nuestros propios molinos eólicos, nuestros propios paneles solares, nuestros propios digestores de biomasa. Por supuesto que la inversión estatal necesaria se recuperaría muy rápidamente por el ahorro que se lograría al evitar la importación de combustible fósil contaminante. Y ni que hablar de la reproducción ampliada de la inversión en investigación tecnológica, sobre el resto de la economía en desarrollo autónomo, es decir las mil posibilidades que se abrirían. Si por el lado de la ciencia o de la recuperación de la inversión no hay ninguna traba, ¿dónde la hay?

En las relaciones sociales de producción propias del capitalismo. ¿Por qué razón, por ejemplo, se recurre en el mundo a la tecnología del fracking, que aparte de todos sus peligros sigue dependiendo de un recurso no renovable, en vez de invertir en investigación para desarrollar una tecnología que permita la generación de la fusión de hidrógeno, una alternativa que resolvería de una vez y para siempre todos los problemas de energía?

Esto ocurre porque la obsolescencia brusca de toda la enorme masa de inversiones en capital fijo en las viejas tecnologías de petróleo, en el corto plazo, tiraría abajo la tasa de ganancia. Por eso el capital prefiere una transición a paso de tortuga hacia tecnologías vecinas a las viejas, por más que este camino sea totalmente irracional, ineficiente, y conserve y agigante los viejos problemas. Por eso nunca se soluciona nada en el tema del calentamiento global, por ejemplo.

Siguiendo ese camino sin salida, impuesto por las relaciones sociales capitalistas, es que nuestro país dilapida recursos y esfuerzos en falsas soluciones a gran parte de nuestros problemas.

El capitalismo no es hoy en absoluto un motor de desarrollo científico-tecnológico. En realidad apenas si lo ha sido en el pasado. Esa sería la otra parte del tema, el otro sofisma de Mujica, pero lo veremos en otra oportunidad porque todo ahora no se puede.

Es una acusación falsa la que hace sobre la URSS. En el tiempo que duró su “experimento apurado” tuvo la oportunidad de demostrar la enorme superioridad para el aliento del desarrollo científico, que pudo verse en sus logros, aun con todas las trabas y limitaciones propias de su naturaleza burocrática.

Cuarenta años más de vida ¿para quienes? ¿No se enteró Mujica que en los diez años siguientes a disolución de la URSS la esperanza de vida al nacer en esos países descendió un año en cada año? ¿No se enteró de lo que pasa en África, de que casi no había investigación sobre el ébola porque no era rentable hacerla, de los problemas de patentes con los medicamentos contra el SIDA?
¿De las drogas experimentales aplicadas por imposición sobre esas poblaciones africanas?
¿No se enteró del cólera en Haití, del dengue en los países vecinos, del chagas, de los niños Qom muertos por desnutrición en Argentina?

La ciencia puede salvar todas esas vidas pero no es rentable hacerlo. Y por lo tanto tampoco es rentable investigar cómo hacerlo. En estos y otros muchos casos conocidos podemos ver que el capitalismo IMPIDE el desarrollo de la ciencia.

Más allá de todo esto, lo central en lo que dice Mujica es esta idea: NO PODEMOS CONSTRUIR EL SOCIALISMO PORQUE TODAVÍA NECESITAMOS UNA “ETAPA” DE DESARROLLO CAPITALISTA.

Para eso, recurre a dos mecanismos. Mistificar la capacidad de desarrollo del capitalismo, y por otra parte mostrar como ejemplo el fracaso de lo que él, con muy poco respeto, llama “experimentos apurados del socialismo”.

Ya teníamos ese último tema en nuestra agenda, de modo que seguiremos según lo planeado. Pero no podemos dejar así a nuestro Rey Filósofo y sus numerosos temas abiertos, a todas esas pelotas que nos deja picando, regaladas, en el área chica. También de todo eso hay que hablar, a tal señor tal honor.

(1) http://www.perfil.com/elobservador/Si-uno-esta-lloriqueando-por-lo-que-le-paso-vive-en-el-pasado-20150222-0055.html

FERNANDO MOYANO

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