Venezuela: Los personajes visibles del golpe, dos oligarcas y una prostituta, hablan de democracia



Venezuela: Los personajes visibles del golpe, dos oligarcas y una prostituta, hablan de democracia

feb 2015
Por Carlos Medina Viglielm


Nuestros lectores habrán leído “la carta de intenciones”, firmada por Leopoldo López, Antonio Ledesma y María Corina Machado.

Sólo me referiré, y creo que basta, al primer párrafo firmado por los mencionados delincuentes, a quienes caben sin ninguna duda, todas las acusaciones que pretenden hacer contra el legítimo gobierno de Venezuela, encabezado por Nicolás Maduro.

Dice el mencionado párrafo:

“El pueblo de Venezuela vive una de las circunstancias más difíciles de su historia, a la que ha sido llevado por un régimen que en los últimos dieciséis años aplicó un modelo fracasado y ha ejercido de manera impune la antidemocracia; un régimen ineficiente y corrupto que robó, regaló y despilfarró recursos públicos cuantiosos, con los cuales se hubiese podido impulsar el bienestar y el progreso de todos, en lugar de generar la ruina que hoy sufrimos. En fin, el desastre que vivimos responde al proyecto de una élite sin escrúpulos de no más de cien personas, que tomó por asalto al Estado para hacerlo totalitario, que se ha apoyado en grupos violentos y en un militarismo de cúpulas corruptas para controlar a la sociedad a través de la represión, que degradó las instituciones y que violentó todo ámbito de la sociedad hasta devastar la economía y dañar gravemente las bases de la paz.”

Es cierto. “El pueblo de Venezuela vive una de las circunstancias más difíciles de su historia” pero no porque se haya utilizado “un modelo fracasado”, sino por la asquerosa traición de los oligarcas que sirvieron durante toda la historia anterior de Venezuela a intereses particulares y extranjeros.

¿Qué es para estos delincuentes la “antidemocracia” que mencionan? Es bien simple. Ellos equiparan “democracia” con la impunidad de estafar las clases trabajadoras y utilizar los recursos del Estado en beneficio propio.

El trío de delincuentes, menciona en forma exacta, la calaña de los gobiernos anteriores al triunfo chavista: “un régimen ineficiente y corrupto que robó, regaló y despilfarró recursos públicos cuantiosos, con los cuales se hubiese podido impulsar el bienestar y el progreso de todos”. ¡No pueden haberlo dicho mejor!

Y sigue: “en lugar de generar la ruina que hoy sufrimos” ¡Sin ninguna duda! El trío de delincuentes se queja por la ruina que sufren, porque no pueden echarle mano entre otras cosas, a las riquezas petrolíferas que dilapidaron durante decenios en beneficio del Imperio.

Luego sostienen que “el desastre que vivimos responde al proyecto de una élite sin escrúpulos de no más de cien personas, que tomó por asalto al Estado para hacerlo totalitario, que se ha apoyado en grupos violentos y en un militarismo de cúpulas corruptas para controlar a la sociedad a través de la represión, que degradó las instituciones y que violentó todo ámbito de la sociedad hasta devastar la economía y dañar gravemente las bases de la paz.”

Clarísimo, pero fuera de tiempo. Donde dice “responde al proyecto de una élite”, debe decir “respondió (antes), al proyecto de una élite sin escrúpulos de no más de cien personas, etc.”.

Al texto hay que agregar: al igual que ha ocurrido en todo el continente desde los tiempos de la colonia y los posteriores a ella. ¡Si! Elites sin escrúpulos apropiadas de los Estados para robar a manos llenas en beneficio de sus familias, sus amigos y sus lacayos, defendidos por ejércitos (formados para ello), que terminaron siempre a sangre y fuego con todas las protestas de los olvidados de la tierra.

El pueblo de Venezuela vive una de las circunstancias más difíciles de su historia, pero no está solo. Los pueblos del continente tienen la atención puesta en esa dirección. Aunque debemos estar alertas y dormir por turnos. El enemigo principal, el Imperio, el organizador del ataque, es artero y no se conformará con “golpes blandos” puestos en práctica por delincuentes gritones pero incapaces.

“Estos tiempos no son para acostarse con el pañuelo a la cabeza, sino con las armas de almohada, como los varones de Juan de Castellanos: las armas del juicio, que vencen a las otras. Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra.”

Sobre todo, tenemos que estar unidos. Como dijo Martí: Es la hora del recuento, y de la marcha unida, y hemos de andar en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes

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