Heroína, nazis y agente naranja: cinco claves de la histórica fusión Bayer-Monsanto




Ayer se cerró la fusión de dos gigantes de la industria agraria y química en una operación de 66.000 millones de dólares: la alemana Bayer, creador de la aspirina, y la estadounidense Monsanto, el rey de los transgénicos. Es la mayor operación corporativa del año y creará el mayor conglomerado del mundo de semillas y agroquímica, con unos ingresos anuales de 26.000 millones de dólares provenientes de la agricultura. Los fondos de inversión que más celebran la opa de Bayer sobre Monsanto.



Si la fusión supera los posibles obstáculos regulatorios, combinará dos empresas con una larga e ilustre historia que han configurado qué comemos, las medicinas qué tomamos y cómo cultivamos nuestros campos.

Bayer: entonces y ahora

Dos amigos fabricando tintes fundaron Bayer en 1863, y acabó convirtiéndose en un gigante químico y farmacéutico famoso por introducir la heroína como remedio para la tos en 1896 y crear la aspirina en 1899. La compañía estuvo al servicio de los nazis en la II Guerra Mundial y utilizó trabajo esclavo.

Hoy, la firma con sede en Leverkusen se dedica a los productos farmacéuticos y tiene una unidad, Bayer CropScience, que se dedica a los herbicidas, fungicidas e insecticidas. Su objetivo es dominar los mercados químicos y medicamentos para personas, plantas y animales.

Monsanto: entonces y ahora

Monsanto, fundada en 1901, se dedicaba al principio a aditivos alimentarios como la sacarina antes de expandirse en la química industrial, los medicamentos y la agricultura.

Es famosa por fabricar algunos químicos controvertidos y muy tóxicos como los bifenilos policlorados, ahora prohibidos, y el herbicida Agente Naranja, usado por el Ejército de EEUU en la Guerra de Vietnam. Además, comenzó a desarrollar en los 80 semillas de soja y maíz transgénicos, y tras una serie de fusiones se refundó en el año 2000.

La tienda definitiva para la granja

Monsanto ha tratado recientemente de posicionarse como una tienda que ofrece todo lo necesario para los agricultores. La idea es utilizar la información directamente desde el campo para entender cuándo, cómo y dónde deben aplicar los productos químicos en los cultivos para mejorar las cosechas. Monsanto no es la única empresa que tiene esta idea. Dow Chemical y DuPont acordaron su fusión en diciembre para luego dividirse en tres compañías, una de las cuáles se dedicaría a las semillas y los productos químicos.

¿Se consumará la fusión?

La operación será la mayor de la historia en el sector de la agricultura, pero no está garantizado su éxito. Podría haber problemas regulatorios de competencia, ya que la combinación Bayer-Monsanto sería el mayor jugador en una industria que solo tiene tres megacompañías. Además, podría sufrir un revés en Alemania, donde la opinión pública duda de la seguridad de la comida modificada genéticamente.

La desconfianza es tan grande que es ilegal el cultivo de transgénicos. Además, Monsanto es el paradigma de las malvadas corporaciones americanas en Alemania, y sus pesticidas han sido acusados de matar a especies como la mariposa monarca.

¿El futuro de la agricultura?


El dominio de Monsanto en las semillas y de Bayer en la agroquímica significa que serán capaces de vender a los agricultores un amplio abanico de pesticidas y semillas transgénicas.

Monsanto también ha invertido en la emergente industria de la agricultura de precisión, una forma de maximizar el rendimiento de los cultivos calculando exactamente cuánto fertilizante y qué tipo de semilla usar a través de datos del propio cultivo y del clima.

Monsanto y Bayer aseguran que el uso de este método será necesario para impulsar la agricultura para alimentar a una población global creciente y que cada vez consume más carne y lácteos.
















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