Cumbre de los pueblos

CIERRA LA CUMBRE DE LOS PUEBLOS

Los gritos del latino

Este sábado será el cierre de la Cumbre de los Pueblos, en la que miles de organizaciones y movimientos sociales debatieron sobre las necesidades del continente. El sociólogo Marco Quintana habló con Montevideo Portal.Por Pablo Méndez, enviado a Panamá


La Cumbre fue inaugurada el 9 de abril, con la instalación de varias mesas de trabajo sobre cambio climático, pueblos originarios, equidad y desarrollo, soberanía y militarización regional, en el que participan unos 4 mil delegados de movimientos sindicales y sociales del continente. La primera jornada fue cerrada con un concierto del cantante cubano Silvio Rodríguez.
El viernes, luego de jugar un partido de fútbol, visitó el Paraninfo de la Universidad de Panamá el presidente de Bolivia Evo Morales: “Ahora que ya no pueden obligarnos con dictaduras ni golpes de Estado, ¿qué hacen? Agresiones económicas. Y cuando ya no pueden, tratan de dividirnos. Y cuando eso tampoco funciona intentan dominarnos por decretos como ha intentado hacer Obama con Venezuela”.
Este sábado se espera la llegada a la Cumbre del presidente ecuatoriano Rafael Correa, el venezolano Nicolás Maduro y el cubano Raúl Castro.
En conversación con Montevideo Portal, el sociólogo panameño, Marco Quintana, conversó sobre las razones para convocar a la Cumbre de los Pueblos: “La primera razón es la posibilidad de darle un espacio a los que no tienen espacio en la Cumbre oficial, los espacios que se suponía que iban a estar abiertos a la sociedad civil han sido sesgados, de alguna manera cortados y se ha limitado a cierta cantidad y a ciertos sectores”, afirmó, en referencia al proceso de acreditación para la participación del foro de la sociedad civil, en el marco de la VII Cumbre de las Américas.
“Acá en la cumbre alternativa hay un foro especial para los pueblos originarios que precisamente en la cumbre oficial no hay. También hay un espacio alternativo con expresiones legítimas de las organizaciones populares y de los pueblos”, agregó.
Quintana señaló que además de integrar sectores de la sociedad que no están representados en la Cumbre de las Américas se busca generar un espacio de “solidaridad y fraternidad” y para compartir y reflexionar sobre la agenda política y cultural: “Como anfitriones tenemos la posibilidad siendo este un país no progresista, de tener delegaciones de los países del ALBA, de la UNASUR y de los países del caribe, de centro américa y organizaciones políticas de estados unidos y Canadá”.
Consultado sobre la imagen del pueblo panameño en su vínculo con Estados Unidos, Quintana respondió: “Habría que establecer algunos parámetros; nosotros somos un pueblo que tenemos una historia en común con los Estados Unidos, una historia en común que data de más de 150 años y que ha estado plagada de intervenciones, no solo de carácter político, sino también militar y definitivamente de carácter cultural”.
“Teníamos la presencia de los Estados Unidos como una quinta frontera dentro de nuestro territorio nacional y esa recuperación de la soberanía total nos costó mucha sangre, muchas luchas y mucho sacrificio”, agregó.
En ese sentido, planteó que a los panameños recuperar el territorio y ejercer su soberanía, les implicó “una lucha generacional de casi 100 años” hasta la recuperación del canal de Panamá y todos los territorios ocupados por el ejército de Estados Unidos.
“Eso habla mucho de una concepción totalmente distinta a esa idea que se ha querido vender de que nosotros somos o un pueblo sumiso o un pueblo arrodillado a la política y los intereses de los Estados Unidos. Una cosa ha sido la política de los gobiernos y otra muy diferente la lucha de nuestro pueblo”, afirmó.
Cara abierta a Barack Obama
Durante la Cumbre de los Pueblos, se distribuyó una carta abierta, firmada por la presidenta del Comité de Familiares de los Caídos del 20 de diciembre de 1989, cuando EEUU invadió Panamá.
En la carta se explican los hechos ocurridos durante la invasión señalando que “sea cual sea la excusa utilizada entonces para tratar de justificar dicha acción, es evidente que constituyó un claro acto violatorio de la soberanía nacional panameña”.
“En su momento, la invasión norteamericana contra Panamá de 1989, fue condenada por todos los organismos internacionales, incluyendo las Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos, entre otros, pues constituyó un atentado al derecho internacional. Lo más importante, desde el punto de vista de nuestro Comité, es que esa invasión tuvo un alto costo de vidas humanas, con centenares de muertos y miles de heridos, no solo de militares panameños que dignamente lucharon por defender a nuestra nación agredida, sino de centenares de civiles inocentes que cayeron víctimas de bombardeos indiscriminados en El Chorrillo y Colón, o de retenes donde militares de Estados Unidos disparaban sin razones justificadas. A todo lo cual hay que agregar la pérdida de sus hogares por cerca de 20 mil habitantes de El Chorrillo, y otras áreas de la ciudad de Panamá afectadas por los bombardeos; y los cientos de millones de dólares en pérdidas materiales del sector público y privado panameño”, agrega la misiva.
En la carta se le pide al presidente Obama que “realice un examen de conciencia frente a lo sucedido durante dicha invasión y pida disculpas históricas al pueblo panameño por los abusos cometidos y las violaciones a los derechos humanos cometidas por sus tropas, en particular a los familiares de los muertos de la invasión, civiles y militares”.


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