Pasó lo que tenía que pasar, lo que se estaba viendo venir desde hacía meses: el oficialismo fué ampliamente derrotado en el Congreso de COFE y en las elecciones de los dirigentes. Fué una derrota contundente. Quedaron con UN SOLO DIRIGENTE en DIEZ. No se precisa ser muy avezado para entender que es una derrota del gobierno del progresismo de izquierda procesada a nivel de bases, por los trabajadores mismos qué de esa manera han demostrado su rotundo rechazo a la política anti-sindical del gobierno, así como a sus políticas contrarias a los intereses de los trabajadores. Se lo veía venir desde hacía meses atrás a partir del endurecimiento de la relación gubernamental con los sindicatos, su destrato al ni siquiera recibirlos, o como en el caso de COFE, sin siquiera ni haber mantenido alguna reunión antes de presentar el presupuesto al Parlamento.
Todo este período ha estado marcado por la intransigencia gubernamental, las acusaciones de "ultrismo" y hasta de ser "partidarios de Irán y Cuba" como lo ha expresado el Presidente ante la ocupación del Liceo 70 del Cerro por reclamos de gabinetes higiénicos para alumnos y profesores. Se podrá pensar que es una política claramente suicida para un gobierno de izquierda que cuenta con la mayoría de sus votantes en las filas de los trabajadores organizados. Sin embargo no es mera ceguera sino que forma parte de una estrategia cuyo fin es, por un lado mostrarse gobernando ante los tiburones imperiales como el FMI y el BID y los representantes directos del Imperio y por otro lado es un aspecto central en el proyecto de gobierno de "unidad nacional" con la oposición burguesa que Mujica ha intentado llevar adelante. A esos efectos no puede aparecer como "blando" ante la derecha sedienta de sindicatos derrotados, paros reprimidos y ocupaciones desalojadas. Para seguir con su quimérico proyecto de unidad con la derecha el Gobierno está obligado a no hacer la más mínima concesión a lo que son sus propias bases de sustento. El resultado es un completo fracaso de esa fantasiosa estrategia. Ya qué cuando la derecha constata que el gobierno se pone en su línea dura contra los sindicatos y los reclamos de los trabajadores, endurece aún más sus planteos y aprieta al gobierno sabedores de qué con esa política el oficialismo continuará perdiendo bases de apoyo.
Por el lado sindical se pasa del desconcierto inicial ante la presidencia de un "radical" que apareció más y más como un claro enemigo de los sindicatos siempre estigmatizados como "corporativos" por cumplir con su deber, con su fin histórico, para lo que están, qué no es más que defender los intereses de sus afiliados. Del desconcierto se pasó a un sordo descontento y de él, a un enfrentamiento y desafío abierto tal como es la situación en estos momentos. El gobierno ha actuado burocráticamente ante los sindicatos, ha pretendido correrlos a los ponchazos salpicados con supuestas expresiones o frases "populares" que no han podido mellar LA REALIDAD. Ya que los reclamos sindicales están basados EN LA REALIDAD que viven sus afiliados con sueldos irrisorios muy por debajo del costo de la vida. Se suponía que un gobierno de la izquierda compuesto además por luchadores sociales del pasado reciente fuese mas sensible a los reclamos de los trabajadores y en lugar de calumniarlos tratase de otorgarles al menos algo de lo reclamado y aún, haberlos escuchado en un diálogo directo como el que se lleva adelante con el embajador yanqui y demás personeros del imperio, con los oligarcas, con los banqueros, es decir el diálogo que se implementa con los poderosos y los explotadores.
Más no pasó de ser una ilusión más, que demuestra que no se puede estar en las dos barricadas del conflicto social de manera simultanéa. El oficialismo sufrió una muy dura derrota en las internas del Frente Amplio cuya ejecución motivó "una huelga de huelgas", de paros y de la actividad sindical, "huelga" que fuera promovida desde la cúpula oficialista para no molestar el proceso electoral interno llegándose - en algunos casos - hasta a copamientos de asambleas sindicales ordenados verticalmente desde el centro mismo del poder. Cuando la "tercera fuerza" en poderío electoral interno resultó ser el voto en blanco, más la profusa abstención que significó una brutal sangría de votos en relación a las anteriores internas, se pensó que el oficialismo escucharía el clamor de las bases y trataría de entender el proceso que se está viviendo. Otra ilusión. Siguieron en la misma actitud y con la misma línea, como si nada hubiera pasado y de vez en cuando festejando alborozados junto con la derecha cuando alguna asamblea sindical no es "ganada por los radicales". Consuelo de tontos ya que el colectivo sindical compuesto por millares de trabajadores trata de avanzar en sus reclamos preservando sus fuerzas, y elaborando pasos tácticos en asambleas muchas veces de masas.
Quizás el colectivo sindical a veces se deja impresionar por el poder, que no es joda ya que hasta pueden atacar educadores y padres de alumnos con las letales balas de goma o decretar "esencialidades" que no son más que tibias variantes de las "medidas de seguridad" de triste memoria. Quizás. Pero el colectivo sindical ha logrado en lo sustancial mantener su unidad y no cejar en sus reclamos excepción hecha de ADEOM en donde la división es un hecho conocido factor éste que ha debilitado y postrado al sindicato sobre la posibilidad de emplear sus propias fuerzas colectivas en el conflicto con las patronales sean esta privadas, estatales o municipales. Sin embargo ese mismo colectivo sindical puede reaccionar con mucha firmeza cuando constata que ha sido burlado por el poder, maltratado por el gobierno y pisoteado por la derecha y el oficialismo mancomunados.
En este marco deben de inscribirse los resultados del Congreso de COFE. La debacle total del oficialismo y el enorme desprestigio del MPP que se ha presentado como el "ala radical" del oficialismo. Ha sido un resultado claramente inclinado POR LA INDEPENDENCIA DE CLASE Y DE RECHAZO A LOS MANEJOS PARTIDISTAS DEL OFICIALISMO. En ese contexto los trabajadores libre y democráticamente, en sus propias organizaciones, han elegido representantes que reconocen militancia o pertenencia a los partidos de la derecha. Es una contradicción que se corresponde con la desigualdad existente en el colectivo sindical y a nivel de bases acerca de su conciencia de clase. Sin embargo ningún sindicalista que a su vez es militante o votante de los partidos de la derecha ha sido elegido para OPONERSE A LOS RECLAMOS DE LOS TRABAJADORES. Eso solo lo han hecho los representantes del oficialismo y así les ha ido. La actitud de COFE es madura y desmiente tanto la prédica de la derecha que busca barrer con los sindicatos, como se distancia de las andanadas desprestigiantes a que el oficialismo ha sometido a las organizaciones naturales de los trabajadores: se ha sido consecuente con los principios demócraticos del movimiento sindical de respetar la voluntad soberana de las bases y no de manera sectaria pretender cambiarla desde arriba.
SIEMPRE es posible cambiar la realidad de sectores sindicales, pero SIEMPRE también deberá procesarse desde las bases y en las bases mismas. Todos se esperaban que los "radicales" y "ultras" negaran espacios a otros sectores que no comulgaban con sus planteos. Craso error ! la democracia en la interna de COFE ha funcionado como debería ser y ha dejado mudos a los críticos. Los unos, la derecha, lo pretende ver como una inclinación de las bases sindicales hacia los partidos burgueses, los otros, los oficialistas, como una "confirmación" de que quienes se les oponen sindicalmente son "de derecha". Falacias de unos y otros porque no pudieron, unos y otros también, acusar a los sindicatos de anti-democráticos. Los dirigentes o delegados que tengan militancia derechista deberán no solamente cumplir estrictamente con las resoluciones de las asambleas sino qué para pretender conservar sus cargos deberán implementar una clara línea de defensa de los intereses de los trabajadores.
El oficialismo practica un cinismo de marca mayor: mientras que se coaliga cuando puede con el imperio y los partidos de la derecha y hasta llega a firmar un "gran acuerdo nacional de la educación"con todos los partidos de la derecha, "acusa" a los "radicales" de reconocer a los delegados democráticamente electos por las bases. Una de las prácticas que han conducido al oficialismo a este rápido deterioro del apoyo en SUS PROPIAS BASES Y ELECTORADO. Una solamente, de las muchas entre las que se cuentan el destrato, la irreverencia de ni siquiera recibir a las delegaciones, la ausencia de diálogo y la profusa actividad calumniadora qué ha pretendido enfrentar a la mayoría de la población a los funcionarios del estado a los que se ha acusado reiteradamente de "tomar de rehenes a la población" en claro llamado a una suerte de "poblada" de la "mayoría silenciosa" como llegó a expresar el Presidente Mujica pidiéndole prestada la aberrante y mentirosa aseveración del expresidente yanqui Richard Nixon cuando pretendió volcar población contra las manifestaciones opuestas a la guerra en Viet Nam.
El resultado de las elecciones de la dirección de COFE (que es - y no hay que olvidarlo - una Confederación de Sindicatos) debería ser un llamado de atención para el Frente Amplio, otro más, sobre las consecuencias del curso anti-sindical que viene implementando el gobierno. Para el movimiento sindical es una reafirmación más que su carácter - si quiere mantener su unidad - és y debe continuar siendo INDEPENDIENTE DE LOS PARTIDOS Y DE LOS GOBIERNOS DE TURNO en función de una política de INDEPENDENCIA DE CLASE. Una vez más: ¡Solo el pueblo salva al pueblo.!Colectivo del Blog Noticias Uruguayas
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