A la hora de cuidar sus instituciones, los yanquis eran prolijos, eso hay que reconocerlo. Nos cuesta creer que en el Parlamento Nacional hubiese sólo “calienta sillas” y que nadie sabía nada de espionaje.
Ya veremos unas cuantas razones que dicen lo bien que se conocía todo.
El acuerdo de “Asistencia”, incluía también un fondo reservado para los gastos de asesoramiento: “fondo de fideicomiso” (o trust fund), cuyo aporte lo hace el país “usufructuario” de la “ayuda”, fondo manejado con entera libertad por el Jefe de la Misión de Seguridad Pública.
Pero no carguemos la mano a los “técnicos foráneos”, porque la penetración no sería posible si no existiesen hermanos uruguayos que siempre están bien dispuestos a abrirles las puertas a los extranjeros.
Existe otra clase de gente en el paisito para la que se tiene reservado: el submarino, el submarino blanco, la picana, el caballete, la tabla, la parrilla, el gancho, el garrote, las patadas, los puñetazos, el simulacro de fusilamiento, el fusilamiento directo, el alambre de púas para pies y manos, las marrocas, la venda, la capucha, las violaciones y otras variantes, como la desaparición, el secuestro, el tatuaje, la extorsión, el saqueo, la rapiña, secuestro y desaparición de niños, de mujeres embarazadas, de padres para robarles a sus hijos, el envenenamiento, el gas, la inyección, el ahorcamiento y otras formas de convencimiento democrático importado directamente de las escuelas del gangsterismo profesional de los EEUU y otros países “amigos”.
Estas bandas trabajaron mucho y bien en nuestro país, dejándonos una pléyade calificada de alumnos que se multiplicaron sin solución de continuidad, llegando incluso a realizar aportes a países limítrofes.
Querubines uruguayos que superaron con creces a sus propios maestros causaron el asombro de sus pares.
Pero aquí los tenemos. Y esto ha prestado un gran servicio a la tranquilidad capitalista internacional, pues nuestra “izquierda” ha creado extraordinarias formas de adaptación para absorber como en un “paquete” todas y cada una de las propuestas de los eternos dueños del poder, incluyendo además las instituciones represivas por excelencia, hasta las más podridas.
Podríamos entender esta situación, podríamos decir “no es para menos”, si la cosa quedara sólo en el miedo, que ya es bastante, pero lo que nuestro espíritu no acepta es que se han subido al carro de “los ganadores”, se han hecho cómplices.
Dentro del marco de “Asistencia Técnica”, suscrito por el gobierno uruguayo con la “Agencia para el Desarrollo Internacional” (AID), llegan a Montevideo, entre otros, dos técnicos cuyo cometido fue estudiar y poner a punto las redes de comunicación del Ministerio del Interior, con absoluta prioridad, además de las redes del resto de las jefaturas del interior del país.
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