Ante el fracaso de su política de aislamiento contra Rusia y el surgimiento de una política exterior independiente en Europa, EE.UU. envió a su secretario de Estado, John Kerry, a Rusia como "un suplicante" ante Putin para encontrar una forma de resolución de la crisis ucraniana, opina el politólogo estadounidense, Paul Craig Roberts.
El experto opina que los líderes occidentales "tienen que convertirse en magos" para "pasar de demonizar a Putin a trabajar con él". Y las negociaciones con Rusia sobre la resolución pacífica del conflicto ucraniano ayudarían a Washington a "salvar la cara".
Según el analista, el desfile del Día de la Victoria "envió un mensaje poderoso" de que "Rusia es una potencia militar de primera clase y cuenta con el respaldo de China y la India".
"Así, mientras que Occidente cada vez más irrelevante, absorto en su propia importancia, menospreció la celebración de la victoria que el Ejército Rojo les dio contra Hitler, los tres países más grandes del mundo estuvieron presentes unidos", escribe Craig Roberts en su página web.
El politólogo destaca que "la celebración en Moscú dejó en claro que Washington ha fracasado completamente en su aislamiento contra Rusia" e hizo, además, que los países de los BRICS estén más unidos, mostrando que Washington ya no es la única fuente de poder en el mundo.
"No hay liderazgo mundial en Occidente. Sólo existe el egoísmo y la arrogancia. El 'liderazgo' occidental es explotador. (…) El modelo occidental de 'capitalismo democrático' no resulta ser democrático ni capitalista, sino una forma de fascismo gobernado por una oligarquía. EE.UU. es donde el cambio de régimen es el más necesario", concluye Craig Roberts.
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