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LA LUCHA DE LOS CAÑEROS (Y OTROS TRABAJADORES RURALES) DE BELLA UNIÓN
LA LUCHA DE LOS CAÑEROS (Y OTROS TRABAJADORES RURALES) DE BELLA UNIÓN.
Los peludos son humanos (2a. Parte)
Autor: William Yohai
4 de marzo de 2015
Juan Tranquera se identifica a medio camino, o sea, me da abundantes pistas para que yo sepa quien es. Pero se niega a hacer pública su verdadera identidad. Actitud que me resulta incomprensible...pero que respetaré. Por supuesto, saber de quien se trata no cambia en lo más mínimo mi posición acerca de sus trabajos sobre Bella Unión y los peludos.
En los últimos años nos ha tocado denunciar un par de corruptelas en el movimiento sindical uruguayo.
A principios de 2008 lo hicimos con la acción del dirigente Marcelo Abdala (hoy parlamentario suplente) que afirmó, cuando se dirimía el conflicto de los trabajadores del frigorífico Las Piedras en la comisión de asuntos laborales del parlamento que cierta cláusula vaciaba de contenido el acuerdo propuesto por la patronal. Poco después el mismo dirigente firmaba el acuerdo conteniendo una cláusula prácticamente idéntica. Cuando hicimos la denuncia obraban en nuestro poder tanto la afirmación mencionada (actas de la comisión) cuanto el texto del convenio. Lo más vil del asunto: después de firmar un convenio que constituía de hecho una derrota absoluta de los trabajadores el grupo de dirigentes (del sindicato del propio frigorífico y del PIT-CNT) se dirigió al campamento de los trabajadores a la vera de la ruta frente al frigorífico y en un encendido discurso anunció la “victoria”. Los trabajadores marcharon hacia Los Cerrillos proclamando como tal victoria lo que, apenas días después, comprobarían en los hechos (la confirmación de los despidos) no era otra cosa que una derrota en toda la línea. La denuncia nos hizo objeto de una campaña de desprestigio por parte de operadores de la central. Pero, por supuesto, no pudieron desmentir los hechos.
El segundo episodio que creo vale traer a colación ahora refiere a la denuncia que hicimos tiempo después cuando comprobamos, también con elementos contundentes a la mano, que el instituto Cuesta-Duarte era financiado por el Reino de España. En este caso que causó bastante conmoción en medios sindicales, nos respondió Fernando Pereira en ese entonces coordinador el PIT-CNT a través de un artículo en La República. Trató de enchastrarnos pero tampoco pudo negar la sustancia de los hechos denunciados. Más aún, algún tiempo después el ICD publicó un estudio de importancia donde se demostraba la escasa participación de la masa salarial en el pbi durante el gobierno del frente amplio. Este trabajo implicó un cambio sustantivo de la “línea editorial” del ICD. No se si este cambio estuvo relacionado con mi denuncia, pero es posible que así fuera.
Si comparamos esta forma de denunciar claudicaciones (o si la lectora prefiere traiciones) en el seno del movimiento sindical con la que emplea Carlos Revello salta a la vista una diferencia clave. Revello se basa en rumores y chismes. Yo me basé en hechos demostrables.
Y aquí radica, esencialmente, la diferencia de los enfoques. Todo movimiento social amplio como el que, en Bella Unión, engloba trabajadores asalariados rurales1 con pequeños productores que no emplean mano de obra asalariada (campesinos), y asalariados rurales de empresas agroindustriales ahora en vías de desaparición (Greenfrozen, Calvinor) además de, por supuesto, los ex asalariados y hoy pequeños “empresarios cooperativos” de las colonias fundadas en estos últimos años, incluirá, necesariamente, un abanico de “vicios” como los llama Revello.
Lo mismo hará con seguridad cualquier conflicto sindical. Y es que todos los que habitamos este planeta estamos gravados por una conciencia generada a través de 10.000 años de sociedades de clases.
El punto de ruptura se da cuando una dirigencia sindical se pone del lado de los patrones, o del estado burgués cuando éste opera como tal.
De mi contacto bastante cercano a la lucha encabezada por UTAA no infiero que ese sea el caso. Más bien todo lo contrario. Si el estado conformó 3 cooperativas (las dos que describí someramente en el trabajo anterior y otra más reciente en unas 500 hectáreas de tierra adquiridas por el INC) fue por la presión constante a que lo sometió el movimiento social de Bella Unión encabezado por UTAA. Por algo pocos días después de la primera ocupación, la de las 32 hectáreas en “colonia esperanza”, el propio Mujica la calificó como “un palo en la rueda”. Y es que el accionar de UTAA molestaba entonces y molesta hoy. Las marchas, ocupaciones, piquetes, huelgas y demás acciones que lleva adelante el sindicato y el movimiento social que lo rodea ponen de manifiesto algunos de los aspectos más oscuros del modelo capitalista del frente amplio.
Que quede claro: esas cooperativas (más de nombre que de sustancia como demostramos antes) apenas incluyen algo más de 100 trabajadores y sus familias. Bastante menos del 10% del universo asalariado de Bella Unión.
Que todo asalariado en condiciones de explotación dura (aclaramos porque un cirujano que gana 500.000 pesos por mes puede ser también un asalariado) trate de “zafarle” a su condición mediante el expediente de pasar a pequeño burgués “cooperativo” no es más que una razonable estrategia de supervivencia. No es para nada aspiración exclusiva de los rurales. La lucha por estos logros parciales es un escalón en el proceso de la emancipación y como tal encuadra en otras también parciales como las reivindicaciones salariales, por condiciones de trabajo y demás.
Las cooperativas no son la solución. Como tampoco lo son los aumentos salariales, los consejos de salarios o los sistemas de previsión social. Ésta pasa, inevitablemente, por la revolución social y la supresión de las clases sociales mediada por la expropiación de los medios de producción en manos privadas. Mientras tanto la clase obrera hace su experiencia.
Como demostración última de la ligereza con que Revello realiza su crítica al barrer hacia todo lo que huela a Bella Unión citamos un párrafo de un libro2 cuya lectura recomendamos.
Dice Revello: “La producción - ¿es necesario señalarle esto a William Yohai?- es un tema serio. Hay que producir. Y eso significa ser efectivos en el trabajo, administradores eficientes, frugales en el consumo, hasta ciertos niveles que deberán discutir y analizar los mismos productores.”
Y le contesta el trabajo mencionado en su página 81: “Es de destacar el excelente rendimiento del cultivo en la CRSA, de acuerdo a la información proporcionada por autoridades de ALUR S.A. a fines de 2011 (situación que se mantiene hasta finales de 2013).
En algunos casos se logró un rendimiento excelente, llegando a 90 toneladas de caña por hectárea, concretamente en el caso de algunas fracciones de la Colonia Raúl Sendic, donde hay unas 950 hectáreas plantadas, productividad que incluso supera a las 80 toneladas que habitualmente se consiguen en una región productiva de punta como lo es el área agrícola de San Pablo, en Brasil. (…) En la producción de azúcar, históricamente el promedio de producción fue de 105 kilos de azúcar por tonelada de caña que ingresó al ingenio en Bella Unión, habiéndose logrado ahora de 108 a 110 kilos por tonelada de caña”
Para terminar: la bomba que envié a colonia España en 2006 funcionó varios años. Lo comprobé tomando agua del pozo en el que estaba instalada.
1 Y aquí cabe aclarar que de acuerdo a las definiciones marxistas clásicas los asalariados rurales son proletarios, tanto como los fabriles urbanos. Se trata del lugar que cada uno ocupa en la sociedad de clases. El asalariado rural, más aún si como el cañero trabaja en colectivos numerosos, es un proletario porque genera un valor que incluye el valor necesario para mantener y reproducir su propia fuerza de trabajo además de un plusvalor del cual se apropia su patrón capitalista. Hoy, al igual que ayer, la gran mayoría de los cañeros cortadores y que realizan las demás tareas vinculados al cultivo, son empleados de patrones rurales que se apropian de la plusvalía generada.
2“El acceso a la tierra en cuestión: dependencia y autonomía en la colonia Raúl Sendic Antonaccio en Bella Unión” Autores varios. Ediciones Letraeñe, Montevideo, 2014.
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