Una Verdad - “Uno observa
que los contenidos racionales son pocos y las actitudes meramente violentas están a la luz de todos nosotros (.) parecería que estamos en la Alemania de 1938”, añadió en declaraciones a Subrayado.
Efectivamente. Es cierto, una gran verdad dicha por el Fiscal, una al fin!. Es precisamente lo que el movimiento popular viene sosteniendo, es la situación sobre la cual las organizaciones defensoras de los DD.HH. están alertando, y es - por desgracia - la triste realidad que viven millares de uruguayos no bien se les ocurre hacer uso de sus inalienables derechos garantizados en la Constitución y por si faltaran basamentos, en la Declaración de los Derechos Humanos de las Nacionaes Unidas. Muy cierto lo que dice el Fiscal:"parecería que estamos en la Alemania de 1938”. Así es y hacia allí se está yendo si no hay orientales valientes que ya hoy mismo le hacen frente al avance del fascismo amparado, hoy en Uruguay como ayer en Alemania en 1938 en el aparato del estado, los cuerpos policiales y militares, los políticos corruptos o mudos, los instigadores a sueldo en la prensa y demas medios, y, naturalmente, tal cual sucedió en 1938 en Alemania y en adelante, el concurso febril de Fiscales, Jueces y Suprema Corte que competían en cual dictaba mayor cantidad y más duras penas contra los trabajadores sindicalizados que hacían huelgas, los manifestantes demócratas, la gente de izquierda y de ahi en más los religiosos disidentes, los liberales críticos, los periodistas no vendidos al mejor postor y todos los ciudadanos decentes.
Para ver estos ejemplos el Fiscal no hubiera necesitado trasladarse al tiempo de la Alemania de 1938, le hubiera alcanzado con Uruguay desde 1967 en adelante, dado que las características fueron las mismas y los resultados para
el pueblo sufriente fueron similares, salvando las dimensiones. En Uruguay de 1967 en adelante así como en Alemania de 1938 en adelante, las cosas se fueron desarrollando tal cual lo vienen haciendo en Uruguay en la actualidad. Los trabajadores reclaman un salario digno y son estigmatizados, acusados de cuasi terrorismo y de tomarse de rehenes sea a todos los montevideanos, sea a los alumnos escolares o aún a los enfermos mentales, el esquema es el mismo. Así tambien lo hicieron en 1938 como bien lo expresa el Fiscal. Como también sacaron blindados a la calle, escopetas y dispararon munición letal contra quienes protestaban, o les infiltraban las marchas hoy con encapuchados ayer con camisas pardas, o les cerraban las radios como La Kandela, asaltaban comunidades como La Solidaria, levantaban en la calle a jovenes sin ningún fundamento ni orden judicial alguna, los maltrataban, y amenazaban con torturas y violaciones.
Todo eso se vió en Alemania en 1938. Viéndose también paralelos similares en el tratamiento a los Jueces que no sentenciaban como el poder del estado lo exigía en función de sus interreses, se los purgaba y demonizaba y sí por acaso a algunos demócratas y liberales alemanes de aquél entonces se les ocurría homenajear a esos valientes jueces, por ejemplo aplaudiéndolos, estos automáticamente eran catalogados como terroristas, vándalos, ocupantes, promotores de asonadas y de andar asustando a los apacibles miembros de alguna Corte de Justicia. Eso sucedió. En 1938. Y sucede hoy, aquí, en el 2013. Detenciones ilegales, cuasi secuestro de jóvenes, grupos de choques y comandos especiales contra las manifestaciones sean éstas por gabinetes higiénicos en un Liceo o de vecinos contra el depredador puerto maderero en La Paloma. Mucha razón lleva el Fiscal Zubía al decir que se viene viviendo este proceso. Proceso que no es nuevo en Uruguay. Los Zubías militares protagonizaron uno similar al de Alemania de 1938, salvando las obvias dimensiones, lo cual no es ningún consuelo para las víctimas.
En Alemania en 1938 las fuerzas represivas anunciaban con afiches las ejecuciones. En el Uruguay de la dictadura todavía el Estado no ha respondido sobre la suerte qué han corrido centenares de ciudadanos que fueron detenidos por las fuerzas represivas del Estado, No se sabe nada, ni que sucedió con ellos, ni donde están, si vivos o muertos, no se sabe quienes los detuvieron ni como se llamaban los mandos, no se conoce quién o quienes dieron las órdenes, y más tarde decidieron sobre su suerte, se desconoce - en caso de haber sido asesinados - que pasó con sus restos, adonde están enterrados o si fueron quemados como en Chile o arrojados al mar como en Argentina, o dinamitados sus cuerpos como tambien sucedió en Argentina, en suma: no se sabe nada.Esa es una diferencia con la Alemania de 1938. Los nazis uruguayos del periodo del terrorismo de estado han profundizado las técnicas macabras de la tortura. Ya no se trata solamente de torturar a un prisionero y después fusilarlo luego de parodias de juicios sumarios con Fiscales y Jueces vestidos con negras batas y sedientos de sangre que les aseguraba ascensos, ahora se trata de ejercer una tortura masiva sobre toda la sociedad, comenzando por la familia y círculos cercanos de la víctima y prolongar esa tortura por decenios, sosteniéndola como la bandera del terror por secula seculorum.
Es la razón por la cual la interpretación internacionalmente aceptada y refrendada en la Convención Internacional de las Naciones Unidos sobre la Desaparición Forzada de personas, Convención ratificada por Uruguay, que interpreta que el delito de la desaparición de personas se renueva cada día en tanto esta persona no ha aparecido ni se han aportado pruebas fehacientes sobre lo que ha sucedido con ella. De lo que surje - en consecuencia- que el delito de la desaparición de los cientos de uruguayos deviene - hoy mismo - en un nuevo delito con punto de partida en el hoy y, por consiguiente, no prescribió ni prescribe y por más que hubiesen Supremas Cortes amparadoras de los criminales de lesa humanidad nunca podrán decretar el que han prescripto en tanto se renuevan diariamente como se ha explicado. Como en el Uruguay de hoy esto no es así, y además de violarse convenciones internacionales refrendadas por Uruguay se violenta la praxis internacional en la materia amparando de esa manera al terrorismo de estado y protegiendo a los criminales de lesa humanidad otorgándoles inmunidad e impunidad.
Resulta pues una contradicción el constatar que el fascismo el Uruguay está a la ofensiva y se viene manifestando con mayor agresividad, estimulado desde los órganos del estado y desde la supuestamente impoluta Suprema Corte la qué estimula el fascismo en tanto cobijadora de los criminales de lesa humanidad mundialmente condenados, y en lugar de apuntar sus baterías para juzgar los crímenes de ese fascismo , el de hoy qué es el mismo qué el de ayer, ni siquiera reciclado, en lugar de eso, el Fiscal Zubía apunta contra militantes populares los más de ellos víctimas sobrevivientes de los métodos de ese fascismo, tal cual bien lo describió Jorge Zabalza cuando relató que el padre del Fiscal Zubía, el General Zubía lo torturó personalmente y lo encerró junto con otros ocho rehenes en pozos y aljibes en condiciones inhumanas similares a la de los campos de exterminio, sin las cámaras porque habían manifestado la intención de enloquecer a los prisioneros. Es paradojal que quién toma al nazismo como referencia, como lo hace el Fiscal Zubía, sea quién "selecciona" a siete rehenes de entre una multitud cuya acción de "corte terrorista" fue aplaudir en un acto público.
Paradójica es, también, la interpretación que da el Fiscal para motivar esa elección basada no en hechos concretos porque no los hubo, sino en el pasado,trayectoria y opiniones políticas o sociales de los siete, con el agravante de usar esto como motivación de peligrosidad y de "atentado" así como usarla a cuenta de eventuales futuros hechos, aún no sucedidos, pero que según el Fiscal Zubía están en la cabeza de los siete, dados sus "antecedentes". Aún así se atreve a afirmar que su selección de víctimas no es politica. Dadas las dimensiones que va tomando esta tremenda violación de los derechos humanos que ya ha rebotado en el exterior y está poniendo en marcha muchas alarmas, ahora el Fiscal pretende "mejorarlo" agregándole - a último momento - nuevas víctimas de este atropello de corte fascista sea 1938, 1973 o 2013 y ya está prometiendo un nuevo cargamento de culpables del tremendo delito de haber aplaudido.
De todas maneras quedan sin fundamentarse las razones de no haber levantado acusación contra los dos periodistas que fueron indagados y contra el dirigente del Sindicato de los Judiciales, en lo que ha sido una clara eleccion política midiendo friamente las consecuencias y repercusiones. En esto se han equivocado. Han subestimado - a Dios gracias - las reservas morales y democráticas del pueblo uruguayo olvidándose que casi el 50% votó la rosada para enjuiciar a los criminales de lesa humanidad que la Suprema Corte absolvió sin siquiera juzgarlos, así, al barrer, a todos, en un borrón y cuenta nueva masivo. Han subestimado la sensibilidad internacional ante este tipo de crímenes y ante los atropellos de Supremas Cortes que le abren las puertas al fascismo y al golpismo, como ha sido en Honduras y en Paraguay.
Han subestimado la comprensión de la gente acerca de que la Jueza Mota representaba en el ámbito judicial la dignidad de todo un pueblo, Han subestimado - al echarla por pedido de Mujica - y por lo tanto no han sabido como reaccionar ante la enorme solidaridad desplegada. El Fiscal considera que aplaudir es "sabotear" una ceremonia del estado, pero cuando elije a siete de entre cientos, se "olvida" de todos los otros que aplaudían y de apludidores como Eduardo Galeno y Daniel Viglietti que estaban hasta con carteles alusivos a la Suprema Corte fotos que han salido en todos los medios. Se los olvida, y al resto también. Elije el Fiscal a siete referentes sociales que son críticos al gobierno, y después intenta decir que no son rehenes.
Como todos los rehenes, son siempre un mensaje al resto, "si ustedes protestan les va a pasar como a estos". Práctica de Alemania 1938 por cierto. En suma, el Fiscal Zubía no es capaz ni siquiera de fundamentar sus actos que han sido cometidos en el ambiente de la impunidad, la suya también, y por eso nunca creyó que precisamente estos ataques a los derechos democráticos son los que generan, han generado en el pasado y generarán en adelante, reacciones populares, solidaridad, resistencia, repudio a los vendidos, repudio a los cómplices de los criminales de lesa humanidad. Autores de los crímenes, a no olvidarlo,que siguen renovándose día a día por más que el responsable de la expulsión de la Jueza Mota, Mujica, diga que esto se termina cuando nos muramos todos. El Fiscal Zubía es un ejemplo claro de que Mujica solo dice estupideces. Ahí está este Fiscal prosiguiendo con la labor familiar de perseguir al pueblo, y ahi están y estarán también los hijos, nietos y bisnietos de los desaparecidos para marcar a fuego a los asesinos y a sus cómplices y encubridores.
Para ver estos ejemplos el Fiscal no hubiera necesitado trasladarse al tiempo de la Alemania de 1938, le hubiera alcanzado con Uruguay desde 1967 en adelante, dado que las características fueron las mismas y los resultados para
el pueblo sufriente fueron similares, salvando las dimensiones. En Uruguay de 1967 en adelante así como en Alemania de 1938 en adelante, las cosas se fueron desarrollando tal cual lo vienen haciendo en Uruguay en la actualidad. Los trabajadores reclaman un salario digno y son estigmatizados, acusados de cuasi terrorismo y de tomarse de rehenes sea a todos los montevideanos, sea a los alumnos escolares o aún a los enfermos mentales, el esquema es el mismo. Así tambien lo hicieron en 1938 como bien lo expresa el Fiscal. Como también sacaron blindados a la calle, escopetas y dispararon munición letal contra quienes protestaban, o les infiltraban las marchas hoy con encapuchados ayer con camisas pardas, o les cerraban las radios como La Kandela, asaltaban comunidades como La Solidaria, levantaban en la calle a jovenes sin ningún fundamento ni orden judicial alguna, los maltrataban, y amenazaban con torturas y violaciones.
Todo eso se vió en Alemania en 1938. Viéndose también paralelos similares en el tratamiento a los Jueces que no sentenciaban como el poder del estado lo exigía en función de sus interreses, se los purgaba y demonizaba y sí por acaso a algunos demócratas y liberales alemanes de aquél entonces se les ocurría homenajear a esos valientes jueces, por ejemplo aplaudiéndolos, estos automáticamente eran catalogados como terroristas, vándalos, ocupantes, promotores de asonadas y de andar asustando a los apacibles miembros de alguna Corte de Justicia. Eso sucedió. En 1938. Y sucede hoy, aquí, en el 2013. Detenciones ilegales, cuasi secuestro de jóvenes, grupos de choques y comandos especiales contra las manifestaciones sean éstas por gabinetes higiénicos en un Liceo o de vecinos contra el depredador puerto maderero en La Paloma. Mucha razón lleva el Fiscal Zubía al decir que se viene viviendo este proceso. Proceso que no es nuevo en Uruguay. Los Zubías militares protagonizaron uno similar al de Alemania de 1938, salvando las obvias dimensiones, lo cual no es ningún consuelo para las víctimas.
En Alemania en 1938 las fuerzas represivas anunciaban con afiches las ejecuciones. En el Uruguay de la dictadura todavía el Estado no ha respondido sobre la suerte qué han corrido centenares de ciudadanos que fueron detenidos por las fuerzas represivas del Estado, No se sabe nada, ni que sucedió con ellos, ni donde están, si vivos o muertos, no se sabe quienes los detuvieron ni como se llamaban los mandos, no se conoce quién o quienes dieron las órdenes, y más tarde decidieron sobre su suerte, se desconoce - en caso de haber sido asesinados - que pasó con sus restos, adonde están enterrados o si fueron quemados como en Chile o arrojados al mar como en Argentina, o dinamitados sus cuerpos como tambien sucedió en Argentina, en suma: no se sabe nada.Esa es una diferencia con la Alemania de 1938. Los nazis uruguayos del periodo del terrorismo de estado han profundizado las técnicas macabras de la tortura. Ya no se trata solamente de torturar a un prisionero y después fusilarlo luego de parodias de juicios sumarios con Fiscales y Jueces vestidos con negras batas y sedientos de sangre que les aseguraba ascensos, ahora se trata de ejercer una tortura masiva sobre toda la sociedad, comenzando por la familia y círculos cercanos de la víctima y prolongar esa tortura por decenios, sosteniéndola como la bandera del terror por secula seculorum.
Es la razón por la cual la interpretación internacionalmente aceptada y refrendada en la Convención Internacional de las Naciones Unidos sobre la Desaparición Forzada de personas, Convención ratificada por Uruguay, que interpreta que el delito de la desaparición de personas se renueva cada día en tanto esta persona no ha aparecido ni se han aportado pruebas fehacientes sobre lo que ha sucedido con ella. De lo que surje - en consecuencia- que el delito de la desaparición de los cientos de uruguayos deviene - hoy mismo - en un nuevo delito con punto de partida en el hoy y, por consiguiente, no prescribió ni prescribe y por más que hubiesen Supremas Cortes amparadoras de los criminales de lesa humanidad nunca podrán decretar el que han prescripto en tanto se renuevan diariamente como se ha explicado. Como en el Uruguay de hoy esto no es así, y además de violarse convenciones internacionales refrendadas por Uruguay se violenta la praxis internacional en la materia amparando de esa manera al terrorismo de estado y protegiendo a los criminales de lesa humanidad otorgándoles inmunidad e impunidad.
Resulta pues una contradicción el constatar que el fascismo el Uruguay está a la ofensiva y se viene manifestando con mayor agresividad, estimulado desde los órganos del estado y desde la supuestamente impoluta Suprema Corte la qué estimula el fascismo en tanto cobijadora de los criminales de lesa humanidad mundialmente condenados, y en lugar de apuntar sus baterías para juzgar los crímenes de ese fascismo , el de hoy qué es el mismo qué el de ayer, ni siquiera reciclado, en lugar de eso, el Fiscal Zubía apunta contra militantes populares los más de ellos víctimas sobrevivientes de los métodos de ese fascismo, tal cual bien lo describió Jorge Zabalza cuando relató que el padre del Fiscal Zubía, el General Zubía lo torturó personalmente y lo encerró junto con otros ocho rehenes en pozos y aljibes en condiciones inhumanas similares a la de los campos de exterminio, sin las cámaras porque habían manifestado la intención de enloquecer a los prisioneros. Es paradojal que quién toma al nazismo como referencia, como lo hace el Fiscal Zubía, sea quién "selecciona" a siete rehenes de entre una multitud cuya acción de "corte terrorista" fue aplaudir en un acto público.
Paradójica es, también, la interpretación que da el Fiscal para motivar esa elección basada no en hechos concretos porque no los hubo, sino en el pasado,trayectoria y opiniones políticas o sociales de los siete, con el agravante de usar esto como motivación de peligrosidad y de "atentado" así como usarla a cuenta de eventuales futuros hechos, aún no sucedidos, pero que según el Fiscal Zubía están en la cabeza de los siete, dados sus "antecedentes". Aún así se atreve a afirmar que su selección de víctimas no es politica. Dadas las dimensiones que va tomando esta tremenda violación de los derechos humanos que ya ha rebotado en el exterior y está poniendo en marcha muchas alarmas, ahora el Fiscal pretende "mejorarlo" agregándole - a último momento - nuevas víctimas de este atropello de corte fascista sea 1938, 1973 o 2013 y ya está prometiendo un nuevo cargamento de culpables del tremendo delito de haber aplaudido.
De todas maneras quedan sin fundamentarse las razones de no haber levantado acusación contra los dos periodistas que fueron indagados y contra el dirigente del Sindicato de los Judiciales, en lo que ha sido una clara eleccion política midiendo friamente las consecuencias y repercusiones. En esto se han equivocado. Han subestimado - a Dios gracias - las reservas morales y democráticas del pueblo uruguayo olvidándose que casi el 50% votó la rosada para enjuiciar a los criminales de lesa humanidad que la Suprema Corte absolvió sin siquiera juzgarlos, así, al barrer, a todos, en un borrón y cuenta nueva masivo. Han subestimado la sensibilidad internacional ante este tipo de crímenes y ante los atropellos de Supremas Cortes que le abren las puertas al fascismo y al golpismo, como ha sido en Honduras y en Paraguay.
Han subestimado la comprensión de la gente acerca de que la Jueza Mota representaba en el ámbito judicial la dignidad de todo un pueblo, Han subestimado - al echarla por pedido de Mujica - y por lo tanto no han sabido como reaccionar ante la enorme solidaridad desplegada. El Fiscal considera que aplaudir es "sabotear" una ceremonia del estado, pero cuando elije a siete de entre cientos, se "olvida" de todos los otros que aplaudían y de apludidores como Eduardo Galeno y Daniel Viglietti que estaban hasta con carteles alusivos a la Suprema Corte fotos que han salido en todos los medios. Se los olvida, y al resto también. Elije el Fiscal a siete referentes sociales que son críticos al gobierno, y después intenta decir que no son rehenes.
Como todos los rehenes, son siempre un mensaje al resto, "si ustedes protestan les va a pasar como a estos". Práctica de Alemania 1938 por cierto. En suma, el Fiscal Zubía no es capaz ni siquiera de fundamentar sus actos que han sido cometidos en el ambiente de la impunidad, la suya también, y por eso nunca creyó que precisamente estos ataques a los derechos democráticos son los que generan, han generado en el pasado y generarán en adelante, reacciones populares, solidaridad, resistencia, repudio a los vendidos, repudio a los cómplices de los criminales de lesa humanidad. Autores de los crímenes, a no olvidarlo,que siguen renovándose día a día por más que el responsable de la expulsión de la Jueza Mota, Mujica, diga que esto se termina cuando nos muramos todos. El Fiscal Zubía es un ejemplo claro de que Mujica solo dice estupideces. Ahí está este Fiscal prosiguiendo con la labor familiar de perseguir al pueblo, y ahi están y estarán también los hijos, nietos y bisnietos de los desaparecidos para marcar a fuego a los asesinos y a sus cómplices y encubridores.
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