Somos muchos más que doce

Somos muchos más que doce
Mientras en México nuestro presidente Mujica es galardonado con el premio Amalia Solórzano de Cárdenas en reconocimiento a su lucha y trabajo a favor de, entre otras cosas, los derechos humanos, en nuestro país la impunidad sigue su curso. La jueza Merialdo y el fiscal Zubía vuelven al ataque para recomenzar a tomar declaraciones a las doce compañeras y compañeros que eligieron entre un montón de ciudadanos que apoyamos a la jueza Mariana Mota el 15 de febrero de este año, cuando firmó el traslado que la separa de las investigaciones y los casos de DDHH que atendía.

Mientras en algunos ámbitos se discute la candidatura de Vázquez y se argumenta a favor de las políticas progresistas, mientras se justifica la relación de nuestro país con los EE.UU. que él tanto promueve, se critica fieramente a quienes proponen candidaturas múltiples o diversas alternativas y el reclamo por verdad y justicia es visto como un osado atrevimiento de ”ultras”.

Mientras se declara que el presupuesto no es suficiente para mejorar la educación y la salud, se fortalece al aparato represivo y se presupuesta, por ejemplo, dinero para comprar carísimos programas espías que sirven para controlarnos.

La ”justicia” intenta ejemplificar y atemorizarnos citando a 12 personas que representan apenas una ínfima parte de un sentir colectivo. Mientras tanto, muchos genocidas, asesinos impunes de la dictadura, sonríen compinches y festejan esta política de impunidad, permitida, tolerada y justificada por quienes deberían haberla erradicado hace tiempo.

A esta altura comienzo a sentir la misma desazón e impotencia que sentí cuando mi padre era encarcelado y torturado sin justicia que mediara y sin posibilidad de defensa. Por supuesto no hemos llegado a ese extremo, pero la “justicia” en nuestro país es capaz de perpetuar ese sentimiento, acusa a las víctimas y protege a los victimarios, acusa a quienes exigen justicia, a quienes ya fueron torturados o perseguidos, a sus familias, para encubrir a sus verdugos.

Ahora, con un gobierno progresista llevamos la impunidad grabada en la frente, trasladaron a la jueza Mota, anularon la ley interpretativa de la ley de caducidad, milicos y vallas rodean la Suprema Corte de Justicia. En este contexto, citan a algunos de los que fueron pacíficamente a apoyar a la jueza el día de la firma de su traslado, mientras amparan a quienes deberían juzgar por torturas, violaciones, crímenes, secuestros y asesinatos.
 
Que se sepa en México, en Cuba, que se sepa en Escandinavia, en Europa y en la China, que se sepa en todo el mundo cual es la verdadera situación y posición del país con respecto al tema de los DDHH.


Veronika Engler 03/08/2013

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