Una "victoria" pírrica de Mujica contra los sindicatos
Mujica y el oficialismo cantaron victoria demasiado pronto contra el único enemigo declarado que se han dado: los sindicatos. No hay confrontación ni contra el imperialismo, ni contra las multinacionales y menos aún contra el FMI. Las únicas que se han visto son contra los sindicatos contra los cuales Mujica ha hecho una cuestión de prestigio personal el aplicar "la mano dura".

Si hay una lucha, la de clases, entre propietarios y asalariados, entre la clase obrera y la burguesía, tratar de volcar todo el peso del aparato del estado contra los trabajadores no es ya solamente hacerle el juego a la derecha sino directamente apoyar a los capitalistas contra los trabajadores. Un dirigente sindical o ex , perteneciente al oficialismo dice que no es neutral en la contienda. Claro qué no, siendo partícipe de la política antisindical del gobierno y del oficialismo, se toma partido, efectivamente no se es neutral en la lucha de clases. La que existe y se manifiesta a cada minuto a pesar de los burdos intentos de Mujica y el oficialismo de negarla sustituyéndola por un llamado "progresismo" que pretende unir los irreconciliables intereses de clase en una suerte de "cruzada nacional" capitaneada por un Presidente Mujica que intenta dar vida a un trasnochado "nacionalismo" en el cual nadie está interesado.
No es más que vestir con los desgajados vestidos de la vieja conciliación de clases del mil veces fracasado reformismo que siempre ha tratado de subirse a los hombros del movimiento obrero y popular para -en su nombre- negociar migajas arrojadas por el imperio y la burguesía, sepultando y desvirtuando el verdadero contenido de la lucha de los trabajadores que no es otra que su liberación del yugo de la explotación capitalista que expropia el resultado de su trabajo.

Todo indica que esta nueva "victoria pírrica" de Mujica contra el movimiento sindical es aún más profunda que las anteriores. Anteriormente los efectos fueron que no lograron frenar el malestar de los trabajadores que respondieron, como en ADEOM volviendo a darle la mayoría a los sectores clasistas y no oficialistas,o como con los maestros que debieron sufrir un brutal copamiento de una asamblea hecho instigado por la Senadora Topolanski a nombre del MPP para poder llevar adelante "en paz social" las elecciones internas de su partido, resultó en el extendido repudio a las políticas del gobierno que ha manifestado el gremio con hechos concretos.

Sin embargo la tal victoria no parece haber sido tal. Tanto es así que hasta lo hacen público. Y después de cumplir con la oración burguesa de que todo se debe a la actuación de supuestas minorías extremistas tal cual ha sido la eterna explicación burguesa de las luchas sindicales para negar así, tal como lo han hecho los capitalistas y la derecha, el hecho evidente de que se realizan asambleas, y qué la gente entra en huelga, ocupa y participa en manifestaciones masivas. Sin embargo, y quizás por lo aprendido cuando "radicalizaban la lucha de clases" en el pasado, alcanzan a entender que todo este proceso de maltrato en las negociaciones, insultos permanentes por parte del Presidente, y cerrada negativa a cualquier mejora salarial, amenazas, esencialidades y el águila negra represiva sobrevolando y hostigando a los colectivos en conflicto, comprenden pues que todo esto puede generar descreimiento con el "progresismo" y "radicalizar" a los trabajadores, aunque la tal "radicalización" no es más que una masiva toma de conciencia de la estafa política de la cual los trabajadores han sido víctimas por parte de un gobierno en el que creían que era de ellos y que se demostró, y mostró sin tapujos, como lo contrario.
Mujica con su postura radical contra los sindicatos y las luchas de los trabajadores no ha hecho más que acrecentar los contingentes que van comprendiendo que estas supuestas movidas en las alturas solo han favorecido al imperio, a los ricos y a la patronal, tal cual lo han hecho los gobiernos de la derecha. Desde ese punto de vista Mujica ha contribuído a un esclarecimiento masivo, mucho más efectivo que la propaganda de los "ultras" a la cual acusa de todos lo males. Mujica ha sido el mejor y mayor propagandista del rol nefasto para los trabajadores que tiene el gobierno que los condena a vivir con sueldos irrisorios y trabajar en locales que ni cuentan con autorización de Bomberos.
Pero Mujica y el gobierno son muy de echarle las culpas a los trabajadores. En este proceso la culpa, toda, es de ellos mismos ya que lo natural es que depués de tantas provocaciones, insultos y destrato el trabajador uruguayo que siempre ha tenido dignidad vaya endureciendo sus posturas, aunque más no sea por rabia de sentirse utilizado, manipulado y estafado en suma, ya que creyó haber luchado y votado por un proyecto de país que hoy se demuestra, en los hechos, que no es tal, al contrario.

Colectivo del Blog de Noticias Uruguayas
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